Amados…
Intentar que el otro sienta
lo que sintió en algún momento, es casi tan imposible, como intentar retener el agua
con un colador…
Lo que pasó, pasó y ya no
puede regresar como fue en otro tiempo, esperar que así sea, es estar apegado a
las ilusiones propias de la dualidad.
Cada experiencia que
atravesamos, sea alegre o triste, dure poco, casi nada o muchos años, nos dejan
una transformación en nuestro interior, a veces ni nos damos cuenta de ella, hasta que tratamos de sentir nuevamente a las
personas que formaron parte de ese cambio o la situación en sí.
El cambio ya se instaló y
nos damos cuenta, cuando tratamos de reavivar los mismos sentimientos que en
aquel entonces, pero no sentimos lo mismo, quizás ni recordemos cómo sucedió y
cuándo se produjo el cambio, pero lo que sí sabemos que ya no sentimos lo mismo
que ayer.
A veces además del cambio
que sufrimos y que debemos aceptarlo porque nos hace diferentes a lo que fuimos
antes de cambiar, debemos lidiar con nuestra familia o amistades que al sentir
que no somos los mismos, comienzan a “trabajar” para que regresemos a nuestro
estado anterior, sin comprender que no es posible regresar el tiempo hacia
atrás…
Entonces, un día debemos
aceptar que cambiados, que la transformación fue inevitable y ya no somos los
mismos de ayer y ni sabemos cómo seremos mañana.
Entonces, les decimos…
No
trates que sea la de ayer, porque ya no recuerdo como era antes del cambio.
Me
transformé desde las profundidades de mí Ser…
Un día, yo misma…
Fui en caída libre, hacia
mi “abismo” interior, sin saber que en la caída, iba perdiendo las ropas que
cubrían esas estructuras anquilosadas por la costumbre y lo hábitos que se
repiten de modo automático, olvidando nuestra capacidad innata de ser Creadores
de una nueva realidad.
Pero tú…
Quieres que regrese, ahora,
al ayer para seguir siendo feliz con la
que fui?
La que fui, en realidad
sigue estando, pero hoy está transformada, ni recuerda cómo era, pues hoy está
conociendo y aprendiendo a vivir con su propia transformación.
Hoy siento que…
El Sol sigue siendo Sol,
para la generalidad de los espectadores, pero en realidad, hoy lo siento desde
la Consciencia expandida y esa expansión
se expresa en colores y códigos nuevos.
Nítidamente se ven los Planos
luminosos de energía que modifican al Planeta y a la vida toda que ella contiene.
Ya nunca más será igual
como lo fue ayer, porque la evolución es inexorable y aunque pocos o casi nadie
la sienta, ya los cambios son realidad.
Estos cambios evolutivos
afectan a cada ser, a cada Ser humano, a cada átomo, pero cada quien lo siente
a su modo, lo interpreta a su manera y se transforma según como que era antes
de su transformación…
No me pidas que sea la que
fui, pues ya no recuerdo como era, la caída me fue quitando los restos de lo
que fui un día, para dejarme más libre de viejas estructuras, más flexible,
quizás tuve que sufrir un poco para soltar lo que ya no servía y por la
costumbre lo seguía reteniendo.
Y cuando llegué al fondo
mismo de mi abismo, comprendí que sentir dolor, era la vida misma que me estaba
cambiando, para dejar de ser la que era, un parto espiritual de varios meses
donde yo misma me arrancaba todo aquello que no me permitía…renacer.
Arranque de mi Ser
interior…
El dolor que me generaba el
odio y el rencor de mi ego herido, pero no lo hice por amor a los otros, lo
hice por amor y respeto a mí misma, pues no lo merecía sentir, así como los
otros no merecían que lo sintiera por nada ni por nadie.
Comprendí que ninguna
herida, aunque fuera generara por causas injustas, justifica sentir tanto dolor que lacere el alma y no le permita seguir evolucionando en la plenitud del amor ilimitado.
Junte mis partes perdidas
de Guerrera de Luz, reunifique mi valor, para sentir a mis peores enemigos... las
sombras del ego, las sentí en la profundidad de mi Ser Interior.
Debía perdonarme, por
haberlas aceptado como válidas ante tanto dolor sin sentido…
Nada justifica sostener las
sombras del ego, pues ellas solo profundizan las heridas, para dejarnos
aislados en la trampa del dolor.
Entonces…
En un acto de fortaleza y valor
arranque de mi interior, desde su raíz con la espada del Arcángel Miguel, esas
sombras que me impedían reconectarme con el amor ilimitado, con la Fuente de
Dios en mí…
Sentí como fluían fuera de
mí, sentí como se transformaban en paz, luz y amor…
Este era el último paso que
debía dar…
Reconocer a mi ego herido,
que trataba de auto justificarse por el dolor que sentía, cubriéndose de
rencor…
Aceptar su existencia en mí,
sentirlo en su totalidad, hacerme consciente de él, para posteriormente…
Arrancarlo con valor a
través de mi propia voluntad de ser libremente feliz y soberana de mi misma.
Nada ni nadie que nos hayan
herido justifica sostener en nuestras vidas el dolor y la falta de perdón…
Me perdoné por haber
aceptado la existencia en mí, del dolor sombrío, como respuesta a sentirme
intensamente herida…
Qué fue lo que hirió tanto…?
El no haberme dado cuenta, a
tiempo, que a través de mentiras “piadosas” intentaban transformarme
espiritualmente, aunque la intención era válida y transformadora, en mí los “medios nunca justifican los resultados
buscados” y la falta de verdad era injustificado para ni esencia espiritual de
buscadora de la verdad.
Qué me generó el darme
cuenta de esta situación…?
El despertar en mi interior
de una energía contraria a la que se pretendía en un principio, desaté las
sombras del dolor y mi ego las justificaba como correctas por sentirme herida
como buscadora innata de la verdad.
Tuve que realizar una doble
tarea, desarmar a mi ego de las sombras que fueron creadas y regresar a mi
centro de Luz Interior, sana y transformada.
Debo aclarar que si bien
recibí asistencia de los Planos Espirituales, salí por mi propia fortaleza y
voluntad, siempre me sentí observada y sostenida, pero las decisiones para mi
sanación definitiva fueron siempre mías, pues era responsable de auto sanarme hasta llegar
a mi transformación final.
Recién hoy 9 de octubre de
2017, puedo afirmar que estoy centradamente luminosa, integrada y en equilibrio…
Gira en mi la Luz del amor,
por sobre las sombras del dolor, pues el ego no se elimina, se transforma en el
amor ilimitado del corazón.
Regresé… Una vez más!!!!
Fue una dura batalla interior
en mi evolución espiritual.
Gracias a todos por el
apoyo incondicional, gracias por alentarme para que siga escribiendo, Gracias!!!!!!!!!
Los amo!!!!
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
Por primera vez te leo y en este escrito reflejas todo lo que siento., Gracias
ResponderBorrarGracias Isabel!!! Espero que sigas como lectora del mis espacios en la red. Bendiciones!
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