martes, 20 de octubre de 2020

CAPÍTULO 52 - PERDER EL RESPETO. Francisco de Sales.



Este es el capítulo 52 de un total de 200 –que se irán publicando- que forman parte del libro RELACIONES DE PAREJA: TODO LO QUE NO NOS HAN ENSEÑADO Y CONVIENE SABER.

“Cualquier persona, por el solo hecho de serlo, merece ser escuchada con atención y ser respetada.”

Amar al otro es respetar que, aun cuando no se comparta algún gusto o alguna idea, no se le menosprecie ni se le intente anular. Uno de esos ingredientes tan imprescindibles en la relación es el respeto.

Hay una serie de principios que hay que salvaguardar, y en esto tiene que haber un criterio unánime que ambos deben acatar escrupulosamente: respetar al otro, respetar sus sentimientos y respetar sus opiniones. A cambio, el otro deberá hacer lo mismo.

La dignidad del otro ha de ser inatacable. Sin justificaciones o excusas por estados de alteración, arrebato, enojo, o descontrol. La dignidad del otro… ni tocarla.

Lo mismo pasa con los insultos, desprecios, descalificaciones, ataques crueles al pasado o la familia del otro, o en alguna situación en la que se sabe que el otro es vulnerable, o cuando se presiona o chantajea por cosas que se han sabido en los momentos de intimidad de la relación. Bajo ningún concepto se puede atacar con crueldad, con la mala intención de hacer daño, ni con ruindad.

En nombre del amor que ambos se profesan –o se profesaron en algún momento, si es que ya va mal la relación- es deseable no perder la compostura, no convertirse en un ser desquiciado, loco, o sanguinariamente alterado, porque no se consigue nada positivo con ello y porque el otro, o la otra, es un Ser Humano, merecedor de una consideración personal. Es sensible, frágil, y respetable. Y eso hay que cuidarlo.

Soy capaz de entender y aceptar que el amor acabe transformándose en indiferencia, pero no que se convierta en odio, en animadversión, en rencor, en repugnancia, o en cualquier otro sentimiento agresivo.

Se cree que lo contrario al amor es el odio, pero lo verdaderamente opuesto al amor es la indiferencia, porque la indiferencia es la ausencia de cualquier sentimiento hacia el otro. Si odias, sigues teniendo un sentimiento hacia la otra persona, y ese odio es la suma de varios ingredientes, entre ellos el despecho, el orgullo y la vanidad heridos, un amor maltrecho y malherido… pero sigue habiendo amor, aunque sea un mal amor. En suma, se sigue mostrando un tipo de interés hacia el otro, mientras que la indiferencia hace que el otro deje de existir para uno, puesto que ya no importa.

Si es lamentable perder el respeto a una persona cualquiera, aún lo es más cuando se trata de un ser querido. Y quizás aún más si ese ser querido lo es porque uno mismo, por propia voluntad y deseo, ha decidido quererlo.

Sería bueno –y muy realista- cambiar la idea por la que uno se compromete ante el altar -si se casa por el rito católico-, o por cualquiera de los otros tipos de unión, a garantizar una serie de cosas del estilo de “hasta que la muerte nos separe”. El amor no se puede garantizar por tanto tiempo sin saber cómo va a ir la relación.

Sería bueno enmendarlo añadiendo algo al final del texto habitual: “…hasta que la muerte nos separe. Pero si antes decidimos separarnos, prometo colaborar para hacerlo del mejor modo posible, y no tratar de herirte ni ponerte dificultades; prometo reconocer abiertamente cuando nuestro amor no esté latiendo vivo en nuestra vida, y aceptarlo cuando ya no estemos aportándonos más amor; prometo que aceptaré que la mutua libertad de este compromiso será beneficiosa para ambos, y lo aceptaré sin recurrir al despecho, o a la rabia. Colaboraré del mejor modo para que podamos emprender nuestro futuro por separado”.

Cualquier cosa, cualquier texto, cualquier modo de llevarlo adelante, pero siempre, siempre, desde el respeto que se merece la otra persona por ser persona, eximiéndola de ataques crueles innecesarios que sólo serían la venganza de un ego dolido. Aceptando serenamente que no salió como estaba previsto o como se hubiera deseado, pero sin que eso sea un argumento para que se destape la ferocidad contra el otro o contra uno mismo.

Y sin que eso sea motivo de desolación para el resto de la vida, ni sea el principio de una guerra contra el otro- que en realidad será una guerra contra uno mismo- hasta el fin de sus días.

Cuando uno está dolido –que es cuando el ego de uno está dolido- es difícil mantener la calma pero es conveniente no perder el respeto al otro, porque eso es, también, perderse el respeto a uno mismo.

Uno tal vez no tiene derecho a que le sigan amando, pero sí tiene todo el derecho a que le respeten.

SUGERENCIAS PARA ESTE CASO

- La pérdida de respeto por parte del otro miembro de la pareja es intolerable. Bajo ningún concepto ha de ser permisible.
- La dignidad personal ha de estar por encima de cualquier cosa y hay que salvaguardarla de cualquier ataque.
- Cuando uno está furioso es mejor no tener conversaciones porque van a estar contaminadas por ese malestar. Es más conveniente aplazarlas hasta otro momento.
- Una persona que no respeta no es digna de ser respetada.


Francisco de Sales
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Dos buenas amigas: la creatividad y tu salud.



En cualquiera de sus manifestaciones, la creatividad ayuda a la autoestima, relaja la mente y ayuda a combatir el estrés. Lo mejor de todo es que no hay que ser un artista profesional para desarrollar una labor personal, gratificante y disfrutar de sus beneficios. Haz la prueba.


La creatividad no sólo es amiga de la salud, sino parte integral de la misma. Así lo ha venido diciendo la Red de Investigaciones de Cultura y Creatividad de la Universidad de Liverpool, Inglaterra. Las investigaciones realizadas en dicha universidad a través del LARC´s Liverpool Thrive Programme (Programa de Proliferación perteneciente al Consorcio de Regeneración de las Artes de Liverpool) demuestran que las artes y la creatividad pueden tener un impacto enorme sobre la salud de las personas y la calidad de sus vidas.

Mantenerse activo (a nivel físico e intelectual), en contacto y en colaboración con los demás, seguir aprendiendo y ayudar a otros, son algunos de los beneficios de las actividades de tipo creativo. Pero eso no es todo. Además, la creatividad puede ayudar a pacientes con demencia y Alzheimer, detiene el avance de la vejez y ayuda en la recuperación de traumas psicológicos. Y es que la participación en actividades divertidas y agradables reduce el estrés y conlleva a un sentimiento de bienestar general.

Otro de los grandes beneficios de la creatividad es el fortalecimiento de la memoria, a cualquier edad. Entre más información nueva reciba el cerebro, más se esfuerza por mantenerla. Es por eso que a las personas de la tercera edad se les recomienda que aprendan nuevas habilidades.


¿Qué fomenta la creatividad? Prácticamente cualquier cosa que le guste a la persona, toda información o actividad diferente y novedosa, sobre todo las que resulten interesantes o estimulantes.


Aquí tienes una lista de sugerencias que podrían ayudarte a explorar y a desarrollar tu creatividad, a hacer tu vida más agradable y placentera, y por lo tanto a fortalecer tu salud:
¿Te gusta escribir? Entonces decídete a llevar un diario o a escribir, de una vez y por todas, ese cuento corto, poema o novela que te ronda en la cabeza. No tienes que aspirar a un premio literario, sino a poner por escrito tus ideas.
Ponte retos. Como terminar un crucigrama al menos una vez al día, o resolver un rompecabezas de cientos de piezas. Estimulas tu memoria, tu pensamiento crítico y tu capacidad de asociación.

Aprende a bailar. Imita a los participantes de Bailando con las Estrellas. No tienes que ser un bailarín profesional para aprender un baile nuevo, ya sea un vals o un tango. Si tienes pareja, mejor, pero puedes disfrutar del baile y de la música incluso tu sola(o).

¿Sabes tejer? No importa que sea con dos agujas o con gancho (crochet), conviértete en tu propia diseñadora y lleva con orgullo tus creaciones: un cardigan, un suéter o una vistosa bufanda.

¿Lo tuyo es la jardinería? Hay quien tiene “buena mano” para las orquídeas. Otros prefieren las rosas o las suculentas. No es importante si dispones de un jardín grande o tienes que cultivar tus plantas en macetas en el balcón. Cuidar, regar, podar, fertilizar a tus queridas plantas le da sentido a tu vida y ellas te lo devuelven en lozanía y belleza.

No te conformes con disfrutar tus películas frente al televisor. Ir al cine o al teatro es una excelente forma de activar tu vida social. Y si vas con un grupo de amistades con gustos afines, mejor.

Dale una oportunidad a las artes plásticas. Toma una clase de pintura, aprende a hacer un “collage” o si eres un poco más ambicioso(a), explora la escultura, o la cerámica.

Toma una clase de cocina. Cocinar es todo un arte. Si no puedes asistir a una clase, compra un libro de cocina básica y mejora tus técnicas culinarias.

Aprende un nuevo idioma. Además de práctico, te abre las puertas a una nueva forma de ver la vida.

Regresa a la escuela. Revisa las posibilidades entre las clases comunitarias o las que se ofrecen en horario nocturno a precios módicos. Las ofertas son variadas: desde aprender programas de computadora, contabilidad, o idiomas, hasta fotografía. Tú decides.

Toca un instrumento musical (o aprende a tocarlo). La música lo embellece todo, incorpórala a tu vida.

Cualquier cosa que te parezca entretenida o divertida podría disparar tu creatividad. Lo más importante es que te decidas a hacerlo. Uno de los principales obstáculos para el desarrollo de las actividades creativas es la falta de tiempo, pero hay que hacer el esfuerzo por encontrarlo para poder contrarrestar los efectos negativos del estrés del trabajo y de la vida diaria. Cabría preguntarse seriamente si convendría reducir los gastos, o el tiempo de trabajo para dedicar más tiempo de calidad a uno mismo.

Esto implica apagar los ruidos externos: las obligaciones familiares, laborales, las circunstancias de la vida. Claro, esto no significa desatender las obligaciones, sino ponerlas en perspectiva y equilibrar la vida.

Otro paso importante es tomar la determinación y no permitir que ningún obstáculo interfiera. Es importante preguntarse:
¿Sigo manteniendo el espíritu de la curiosidad vivo dentro de mí?
¿Estoy prestando atención a mis propias ideas e intereses?
¿Estoy dispuesto a hacer tiempo para ellas?

La respuesta a estas preguntas es vital para encontrar el estímulo necesario para transformar la vida. Poco a poco, irán surgiendo el tiempo y el modo de realizar actividades que recarguen tu energía creativa y física: salir a caminar, hacer ejercicio con regularidad, pasar tiempo rodeado de la naturaleza, escuchar música, ver pinturas y fotografías de estudio, o hacer trabajo voluntario.

Entre otras actividades estimulantes y que no cuestan nada está el cultivar el arte de la conversación, escuchar a otras personas y sus ideas (comenzando por los que están más cerca, nuestra propia familia) e incluso explorar otras religiones como una manera de comprender mejor el mundo. Leer y viajar, también, son excelentes formas de ampliar nuestra visión y tener más equilibrio en nuestras vidas.

La receta: no te dejes vencer por la rutina y añade color y calidad a tu vida. Explora, aprende, estudia, crea y tu salud y bienestar aumentarán.




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Ponerse límites a uno mismo es un acto de amor, cuidado y autorrespeto



Los límites están revestidos de un halo negativo. El mundo a nuestro alrededor nos dice que no debemos ponernos límites. Que los límites solo se encuentran en nuestra mente. Y que podemos alcanzar todo lo que nos propongamos.

Sin embargo, este discurso tiene dos puntos débiles. En primer lugar, los límites no se encuentran exclusivamente en nuestra mente y, en segundo lugar, de vez en cuando es importante ponerse límites a uno mismo, para protegernos. Si no lo hacemos, es probable que terminemos sufriendo el cansación del “yo” al que hacía referencia el filósofo Byung-Chul Han.
La sobreexigencia causa un infarto del alma

Los límites no son más que una serie de normas o pautas con las que nos comprometemos para no ir más allá de lo que sería sensato o conveniente. El principal riesgo de no ponernos límites en una sociedad que nos está empujando constantemente a ir más allá consiste en convertirnos en víctima y verdugo de nosotros mismos.

“En esta sociedad de obligación, cada cual lleva consigo su campo de trabajos forzados”, escribió Han refiriéndose a nuestra tendencia a exigirnos cada vez más, en pos de la productividad y el éxito, mientras el silencio y el descanso se convierten en lujos que nos negamos y nos sumergimos en una actividad febril.

Sin embargo, “lo que enferma no es el exceso de responsabilidad e iniciativa, sino el imperativo del rendimiento”, explicaba el filósofo. Tener afán de superación y aspirar a prosperar es positivo. El problema comienza cuando nos exigimos cada vez más sin darnos un respiro, sin ponernos límites saludables, obligándonos a ir siempre un paso más allá, aunque no tengamos muy claro el motivo de ese esfuerzo. El problema es no saber distinguir entre superación y sobreexigencia.

Esa situación nos conduce a un “cansancio fundamental”, que no es un simple agotamiento físico sino un cansancio del alma.

Ese agotamiento psicológico, ese “no poder” termina generándonos frustración y suele conducir a un destructivo reproche de uno mismo. Nos sentimos fracasados. Como resultado, la falta de límites que, en teoría, debía ser desarrolladora, termina condenándonos a la insatisfacción vital.

Los límites como expresión de amor y respeto por uno mismo

Unos límites saludables, en cambio, nos impedirán exigirnos tanto que terminemos derrumbándonos bajo el peso de obligaciones y compromisos que no podemos cumplir. Nos impedirán que el trabajo se apropie de nuestra vida. Nos permiten tomar las riendas y decir “no” cuando no queremos algo y “sí” cuando lo deseamos o necesitamos. Decir “hasta aquí hemos llegado” porque no necesitamos ni queremos ir más allá. Unos límites saludables son, en última instancia, un acto de empoderamiento.

De hecho, Nietzche explicaba que la potencia del no hacer, en términos de decir “no”, se diferencia de la mera impotencia o la incapacidad para hacer algo porque es una decisión personal, consciente y meditada que surge del autoconocimiento. No es un “no poder” es un “no querer”.

Ese tipo de límites nos permiten dar una estructura más equilibrada, saludable y satisfactoria a nuestra vida. Por tanto, se convierten en una especie de barrera protectora que nos indica la línea entre lo que está bien para nosotros y lo que no. Esos límites nos permiten tener claro cuál es la línea que no debemos cruzar.

Ese tipo de límites que nos ponemos a nosotros mismos no son negativos, todo lo contrario, son un acto de amor y respeto. Indican que no necesitamos correr en pos de cualquier imperativo social porque tenemos claras nuestras metas. Esos límites, por tanto, nos mantienen más seguros y saludables e incluso pueden permitirnos disfrutar más de la vida asumiendo una actitud más relajada y consciente. 

Los 3 pasos para ponerse límites a uno mismo

Identificar las áreas de nuestra vida que necesitan más estructura o límites.

 Normalmente suele tratarse de áreas conflictivas que se han expandido tanto que no han dejado mucho espacio para otras áreas importantes de nuestra vida. También puede tratarse de áreas que se han convertido en una fuente constante de problemas, conflictos y tensiones. Puede ser el trabajo, la relación de pareja, nuestra salud física y/o emocional o incluso el uso del móvil.

Establecer límites que reflejen nuestras metas y valores. 

Los límites deben ayudarnos avivir mejor y de manera más plena, por lo que deben estar en sintonía con nuestros valores y las metas que queremos alcanzar. Los límites son una herramienta más para mantenernos en el cauce que queremos seguir e impedir que las fuerzas sociales nos desvirtúen del camino.

Aplicar la responsabilidad compasiva. 

Es contraproducente esperar la perfección o vapulearnos cada vez que no logremos respetar un límite que nos hemos impuesto. El objetivo de este tipo de límites es sentirnos mejor y cuidarnos, por lo que debemos recordar ser amables con nosotros mismos. Ser demasiado severos o poco realistas solo nos conducirá a la frustración, la culpa y la desesperanza. Si traspasamos uno de nuestros límites, debemos intentar comprender las razones y hacer un plan para mejorar o quizá reajustar ese límite.


Fuente:

Han, B. (2017) La sociedad del cansancio. Barcelona: Herder Editorial.

La entrada Ponerse límites a uno mismo es un acto de amor, cuidado y autorrespeto se publicó primero en Rincón de la Psicología.


domingo, 11 de octubre de 2020

Reflexiones, para un año más, y ya son…64. Por Ashamel Lemagsa.



Amados…

Reflexiones, para un año más, y ya son…64.

Cada día es, en apariencia, igual al que pasó y a los subsiguientes, pero ni el encierro pandémico, puede detener los cambios y la evolución de la Humanidad.

Ni la pandemia, puede evitar los cambios y las transformaciones de nuestro interior…

Ni las historias de seres oscuros que intentan mantenernos anclados en el miedo, la soledad y la incomunicación, pues la Luz está y estará siempre en nuestro Interior.

Tampoco los “Salvadores” de las galaxias, vendrán en nuestro rescate, el Hoy siempre fue nuestra responsabilidad, a pesar de todos los contratiempos cotidianos, que debemos salvar cada día, somos los únicos responsables de la construcción de nuestro sendero de vida.

Somos los responsables de nuestros destinos y poseemos la libertad de seleccionar nuestro camino y de transitarlo desde el amor, el respeto, la libertad y la paz interior.

Nosotros, decidimos dejarnos manipular o ser manipuladores.

Nosotros decidimos, vivir esta etapa desde la Luz Interior o la oscuridad exterior.

Recordemos que las sombras más difíciles de iluminar son las nuestras, las que sostiene el Ego, nuestro Ego.

El Ego no se disuelve, se lo Ilumina, se lo conduce hacia el corazón, se lo transforma desde el Amor de Nuestra Divinidad, Dios en nosotros.

Cada uno de los habitantes de este Planeta Tierra, me incluyo, vivimos, procesos, dificultades, cambios, que no estaban en nuestros planes de vida, pero aquí están y hay que vivirlos, superarlos para transformarnos, para evolucionar desde nuestro Interior, para comprender que somos una Chispa Divina encarnada en un cuerpo Humano.

Somos mucho más que este cuerpo físico, somos mucho más de lo que creemos Ser, somos AMOR!!!!

Nuestras sombras… Miedo, celos, avaricia, orgullo, soberbia, indiferencia, desvalorización de nosotros mismos, es lo que nos hace vernos como seres débiles, sin darnos cuenta que tenemos la fortaleza de la Luz Divina, de Amor eterno y universal.

Desde hace un tiempo que mis tiempos cambiaron y no escribo tanto y publico menos aún, un poco por la salud de mi esposo que es estable, pero complicada, otro poco por la pandemia que me cambio la rutina y hay que transformar cada instante con creatividad, para no caer en el caos exterior y estos últimos meses, por mi salud que desatendí hace años y hace un tiempo, mi cuerpo me recordó que caminamos juntos: Cuerpo físico, Alma y Ser Superior!

Aquí estoy, en tratamiento, mejorando y con la esperanza de resolver estos problemas lo mejor posible.

Hoy 12 de octubre, cumplo 64 años y más allá de mis dolencias y la de esposo, logré continuar con mi trabajo interior y desde él, sentir la vida…

Nada será como antes, ya cambió todo, lo que quede en pie será lo justo y necesario, para seguir con los cambios que continuarán más adelante.

Aferrarnos a las creencias, no será nuestro salvavidas, soltar y aceptar que todo lo conocido se disuelve, para dejar paso a un nuevo tiempo donde ser creativo desde nuestra propia Luz Interior y teniendo en cuenta que cada paso que damos afecta nuestro sendero de vida y la de todos aquellos que están de alguna manera conectados con el nuestro, en realidad, siempre fue así, pero ahora será más evidente, pues las respuestas de los actos y las consecuencias serán casi al instante, esto nos obligará a tomas decisiones con amor, responsabilidad, cooperación, solidaridad, compasión.

Amados…

Los amo, desde mi corazón y aunque ya no escribo tanto como lo hacía en otros tiempos, recuerden que todos ustedes tienen en su interior todas las respuestas, simplemente, a veces, las leemos según la evolución, los velos del ego o la Luz de Dios en nuestros corazones.

Ser valiente, no es ir la guerra, ser valiente es atravesar nuestros propios miedos y sombras, para reencontrarnos con nuestra Esencia, Dios.

Estos tiempos, nos conduce hacia la Esencia en nosotros y para llegar a ella, debemos erradicar los velos de nuestro Ego…

Desde el Amor y el respeto hacia nosotros mismos, lograremos crear entre todos una nueva realidad, para ello soltemos los miedo propios y ajenos!!!

Valor, Esperanza, Paz y Amor!!!!!!

Los Amo!!!

Con Amor, Ashamel Lemagsa.


sábado, 3 de octubre de 2020

Estos Hábitos roban tu tiempo y sería mejor que evitaras.




Un minuto que pasa es irrecuperable. Conociendo esto, ¿cómo podemos malgastar tantas horas?
Mahatma Gandhi



Mucho se habla de que el tiempo es lo más valioso que el ser humano tiene, de que es algo que, cuando se pierde, es imposible de recuperar. Y es que, aunque suene a cliché, esas frases son muy ciertas: el tiempo es muy valioso y nunca regresa.



Muchas veces, las personas pasan el tiempo como si su vida fuera a ser eterna, como si no existiera una fecha límite para aprovecharla; y muchas veces el tiempo se pierde en cosas que realmente no valen la pena o que, en el peor de los casos, te hacen más mal que bien.



Por eso, por la característica que tiene el tiempo de no volver y de no poder tener más cuando se pierde, es muy importante aprender a valorarlo como se merece y aprovecharlo al máximo.



Para ello, uno de los primeros pasos es encontrar a aquellos “ladrones” que te lo roban, los cuales pueden ser prácticas y hábitos que consumen mucho de tu tiempo y al final no te aportan algo positivo o terminan por dañar tu bienestar de alguna manera.



Los siguientes son sólo algunos de esos ladrones de tiempo que se llevan esos valiosos minutos que podrías dedicar a cosas más positivas y benéficas para ti.



Aunque son actividades de lo más comunes y aparentemente inofensivas, la realidad es que cada vez más personas pasan más y más tiempo en ellas, muchas veces sin siquiera ser conscientes de ello; lo peor es que se trata de actividades que en realidad no aportan nada ni permiten avanzar hacia las metas que cada uno tiene.



Así que aprende a identificar cuando estés por caer en ellos y procura evitarlos o al menos limitarlos al máximo, para que no se lleven tanto de tu valioso tiempo.




Las redes sociales
Si eres usuario de redes sociales, es muy probable que te haya pasado esto: tomas tu celular y piensas “revisaré mis redes por unos minutos”, y cuando te das cuenta, ya pasaron incluso horas, en las que no hiciste nada bueno o productivo sino que simplemente los minutos se te fueron en ver contenido en su mayoría vacío y que no te dejó nada más que tiempo perdido.



Las redes sociales se han vuelto tan adictivas que te hacen perder la noción del tiempo y así los minutos se convierten en horas. Lo peor es que además de ser un ladrón de tiempo, las redes sociales son también un ladrón de energía, pues muchas veces están llenas de negatividad, malas noticias, agresiones, o llegan a generar envidia al hacerte anhelar la vida perfecta y feliz que supuestamente llevan los demás.



Según algunos estudios, pasar demasiado tiempo en estos estos sitios podría tener un efecto directo sobre algunas áreas del cerebro, como el núcleo tegmental ventral, que se relaciona con la motivación y el estado de ánimo.



Además, el exceso de información y de estímulos que hay en las redes sociales te puede volver menos sensible a otros estímulos positivos; así, mientras más tiempo pases en dichas plataformas, más difícil te será sentirte motivado para realizar actividades en el mundo real.


Hacer maratones de series
Si eres fan de las series, es muy probable que esto también te haya pasado. Inicias la nueva que salió, pero termina un capítulo y piensas “bueno, otro más”, y luego sigues con otro y otro… y así hasta que la terminas. Cuando te das cuenta, ya pasaron varias horas o llegó el amanecer y te quedaste sin dormir.



Esto sucede porque, cuando una historia te engancha, para tu cerebro es muy complicado controlar el bombardeo de estímulos que eso significa. Lo malo de esto es que pasar tantas horas sentado frente a una pantalla hace que tu energía disminuya y te quita tiempo valioso que podrías dedicar a otras cosas que te harían mejor, como hacer un poco de ejercicio, convivir con tus seres queridos, practicar algún pasatiempo, meditar, etcétera.



Por eso, procura ver las series poco a poco, un capítulo a la vez, pues ahí van a seguir, mientras que las cosas de las que te pierdes por ver todas las series completas en un día no regresa, como tus valiosas horas de sueño perdidas.


Preocuparte en exceso
Mientras que los ladrones de tiempo anteriores están en el exterior, este se encuentra dentro de tu mente y si se apodera de ti puede volverse muy peligroso. Cuando te preocupas en exceso por el futuro o por los problemas y dificultades de la vida, lo que logras es aumentar tu ansiedad, mientras que todo eso que te preocupa queda sin resolver.



Se dice que si algo no tiene solución no deberías preocuparte por ello sino aceptarlo, y si algo tiene solución, mucho menos deberías preocuparte y deberías trabajar en la solución. Entonces, en lugar de pasar el tiempo con tus preocupaciones en la mente, deja fluir todo aquello que no está en tus manos controlar y pon manos a la obra en lo que sí puedes arreglar. No te preocupes, mejor ocúpate.


Darle demasiadas vueltas a las cosas
De la mano del punto anterior viene este, que ocurre cuando pasas horas y horas en darle vueltas en tu mente a algo que te sucedió, a un error que tuviste, a lo que no ha salido como quisieras o lo que no has logrado hasta ahora… te preguntas por qué las cosas pasaron así, por qué te pasa eso a ti, por qué, por qué…



Hacer eso no sirve de nada, sólo te atormenta, te roba energía y te quita valioso tiempo para solucionar eso en lo que tanto piensas. Así que mejor reflexiona y gestiona tus pensamientos.



Si notas que una idea se apodera de tu mente y no te deja en paz, analiza si es algo que puedes solucionar, de ser así, hazlo; si es algo que ya pasó, aprende a dejarlo ir, supéralo y aprende de ello para no volver a caer en lo mismo; y si es algo que está fuera de tu control, aprende a dejar que fluya y a fluir tú al aceptar que eso es así y no puedes hacer nada para cambiarlo.

Información de: harmonia.la
https://dhablog.com/


CÓMO HACER LAS PACES CON UNO MISMO. Por Elia Tabuenca.



No somos perfectos. Esta es una afirmación que debemos tener clara en nuestra mente. No somos perfectos pero no pasa NADA. Es normal que, a veces, nos equivoquemos y que, en estas equivocaciones, podemos herir los sentimientos de alguien a quien queremos. Puede ser que en el pasado te hayas equivocado y que, debido a esto, ahora no puedas levantar cabeza. Pero es importante aprender a perdonarte y, así, poder pasar página. En este artículo de Psicología-Online vamos a descubrirte cómo hacer las paces con uno mismo dándote algunos de los mejores consejos que te ayudarán a volver a quererte y respetarte. Todo el mundo se equivoca, lo importante es aprender de nuestros errores e ir convirtiéndonos en mejores personas.

3 ASPECTOS BÁSICOS PARA HACER LAS PACES CONTIGO MISMO

Para poder hacer las paces con uno mismo es importante que, ante todo, dejes de fustigarte. Seguramente habrás actuado mal o habrás cometido algunos actos de los que no te sientes en absoluto satisfecho. Lo primero de todo es entender que tú, como todo el mundo, también te equivocas. Y es importante que, también, entiendas que el mundo no se divide entre buenos y malos, como apuntan las películas, sino que todos podemos ser buenos y, en ocasiones, tener un poco de maldad que tenemos que aprender a regular.
Así que deja que considerarte mala persona y admite que te has equivocado y que has actuado mal. Si eres capaz de aceptar tus errores y de arrepentirte por ellos, ya estás teniendo una actitud que mucho dista de malvada ya que estás siendo empático y estás experimentando el arrepentimiento. Por tanto, lo primero de todo es que te quites de la cabeza la idea de que eres mala persona porque NO lo eres.
Después de este primer paso que resulta fundamental, aquí vamos a darte más consejos básicos para que puedas hacer las paces contigo mismo.

ABRAZA TUS DEFECTOS Y PERDÓNATE POR TUS FALLOS

Todo el mundo tiene defectos y todo el mundo tiene virtudes. No podemos pretender ser los mejores en todo y no equivocarnos nunca porque, entonces, viviremos engañados y esperando ser de una forma que, realmente, no podremos ser. Por eso, resulta esencial que practiques un ejercicio de completa sinceridad contigo mismo y te descubras cuáles son tus virtudes, así como cuáles son tus defectos. Intenta hacer esta lista de la forma más objetiva posible para que puedas realizar un ejercicio 100% sincero.
Una vez hayas hecho esto, observa tus defectos e intenta no martirizarte por ellos. Puedes intentar ir cambiando uno a uno para ir limando esas partes de ti que no te gustan. Pero no te agobies, ve pasito a pasito intentando mejorar como persona. La vida es un viaje emocionante y apasionante y, uno de los mejores viajes que harás durante tu existencia, será tu viaje interior. Así que no tengas prisa por hacerlo y ve mejorando de forma progresiva.

DEJA DE COMPARARTE CON LOS DEMÁS

Muchas personas se pasan toda su vida comparándose con los demás. Y aunque puede ser algo positivo ir viendo cómo viven las personas de tu alrededor, lo cierto es que también puede ser muy estresante y frustrante. Lo importante no es qué haces tú en relación a otras personas sino qué haces tú en relación a ti mismo. Es decir, tienes que estar a gusto con la vida que llevas, estar satisfecho con tus logros y con las metas que vas consiguiendo.
Debemos recordar que cada persona es un mundo y, como tal, cada uno tiene sus ritmos y sus propios tiempos. Por tanto, compararte con los demás no tiene sentido alguno, lo que tienes que hacer es vivir de la forma en la que te sientas pleno, a gusto y satisfecho. Solo así, podrás estar en paz contigo mismo de una forma plena.

PERDONA TU PASADO Y VIVE EL PRESENTE

Para poder hacer las paces con uno mismo resulta esencial que pases página sobre aquel hecho del pasado que te está frenando. Seguramente hay algo que no te has podido perdonar y, por eso, sigues estancado sin permitirte avanzar ni ser feliz en tu día a día. Pero tienes que tener una cosa clara: el pasado, pasado está. No se puede cambiar, se tiene que aprender a convivir con él y, sobre todo, obtener una lección de vida sobre lo que ha ocurrido.
Si ha habido alguna persona a la que hayas podido herir en tu pasado y no puedes vivir en paz, puedes procurar hacerle llegar tus disculpas. Hazlo de una forma respetuosa y, siempre, si esa persona está dispuesta a aceptarlas. Debes practicar la empatía y asumir las responsabilidades de tus actos pero tampoco quedarte martirizado. De todo se aprende en la vida así que intenta sacar el aprendizaje y continúa con tu camino.

SER POSITIVO PARA HACER LAS PACES CON UNO MISMO

Si quieres hacer las paces con uno mismo es importante que intentes hacer un cambio de perspectiva sobre ti mismo y sobre la vida. Es probable que te hayas equivocado, que hayas actuado de forma errónea y que, ahora, tu conciencia no te deje respirar. Sin embargo, deberás aceptar tu error, perdonarte por ello y continuar como buenamente puedas.
Y, para ello, nada mejor que intentar cambiar tu visión de la vida para tener una perspectiva más positiva y optimista. Para conseguirlo, puedes probar de hacer algunos ejercicios como, por ejemplo, el refuerzo positivo que consiste en repetirte frases motivadoras y optimistas del estilo "Merezco ser feliz", "Puedo conseguir lo que quiera", etcétera.
Además, otro punto importante para poder relajarte y tener una mejor concepción de ti mismo es que dejes de autoexigirte tanto. Muchas veces, el exceso de perfeccionismo puede hacer que nunca estemos contentos ni satisfechos con lo que hacemos. Está bien ser un poco exigente con uno mismo pero nunca sin pasarse. Debemos apretar cuando debemos apretar pero también felicitarnos cuando conseguimos alcanzar algún logro o superar alguna dificultad. Aquí te dejamos algunos consejos para que aprendas a ser menos autoexigente y que, así, disfrutes de una vida mucho más plena y feliz.

Reinvéntate y empieza de cero

Y terminamos este artículo con los mejores consejos para que puedas hacer las paces contigo mismo para hablarte de algo que, muchas veces, olvidamos: en tu vida mandas TÚ. ¿Y esto qué quiere decir? Pues que si hay algo que no te gusta, tienes el poder de cambiarlo y de mejorarlo. Nunca debemos olvidar lo poderosos que somos y la fuerza que tenemos. No caigamos en el error de ponernos en la posición de víctima y, si hay algo que realmente no te gusta o no te hace feliz, cámbialo.
Puedes reinventarte y empezar de cero, comenzar una nueva etapa en tu vida con una energía y unas metas mucho más claras y definidas. Piensa que la vida es muy corta y que debemos vivirla como realmente nos apetezca y nos dé la real gana (sin dañar a nadie, por supuesto). Por ello, queremos recordarte que tú eres el dueño de tu propio destino, por lo que empieza de cero y reconstruye tu felicidad. Si quieres... ¡puedes!


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¿QUÉ ES EL PRINCIPIO DE VACÍO?



Que importante es limpiar y botar todo lo que no sirve, lo que ya se rompió, lo que está dañado, limpiar lo que se encuentra sucio, pintar lo que está sin pintar; y que la mala costumbre de acumular cosas viejas se vaya de una vez por todas. Aprendamos lo que es el principio de vacío.



Muchos tenemos esa idea de guardar las cosas para usarlos “más adelante” y la verdad es que no tenemos la certeza de que eso ocurra. Ten presente que mientras que te encuentres material o emocionalmente cargando con cosas que ya no usas, cosas viejas y probablemente cosas inútiles, no habrá espacio para nuevas oportunidades.

En está oportunidad te comparto la explicación del principio del vacío de Joseph Newton:

Principio de Vacío

¿Tienes el hábito de juntar objetos inútiles en este momento, creyendo que un día (no sabes cuando) podrás precisar de ellos? ¿Tienes el hábito de juntar dinero sólo para no gastarlo, pues piensas que en el futuro podrá hacerte falta?¿Tienes la costumbre de guardar ropa, zapatos, muebles, utensilios domésticos y otras cosas del hogar que ya no usas hace bastante tiempo?

¿Y dentro de tuyo?… Tienes el hábito de guardar resentimientos, tristezas, miedos, entre otras más. No haga eso. Es anti-prosperidad. Es preciso crear un espacio, un vacío, para que las cosas nuevas lleguen a tu vida. Es preciso eliminar lo que es inútil en tu vida, para que la prosperidad llegue. Es la fuerza de ese vacío que absorberá y atraerá todo lo que deseas.


Mientras te encuentres cargando cosas viejas e inútiles, material o emocionalmente, no habrá espacio abierto para nuevas oportunidades. Los bienes precisan circular. Disponte a Limpiar los cajones, los armarios, el cuarto del fondo, el garaje. Todo espacio que no usa.


La actitud de guardar un montón de cosas inútiles amarra tu vida. No son los objetos guardados que estancan tu vida, sino el significado de la actitud de guardar. Cuando se guarda, se considera la posibilidad de falta, de carencia. Es creer que mañana podrá faltar, y que no tendrás los medios de cubrir tus necesidades.

Con esa postura, estás enviando dos mensajes para su cerebro y para su vida:
No confías en el mañana.
Crees que lo nuevo y lo mejor NO son para ti, ya que te alegras con guardar cosas viejas e inútiles.

Deshazte de lo que perdió el color y el brillo y deje entrar lo nuevo en tu casa y dentro de uno mismo. Después de leer esto, tampoco lo guardes, dáselo a alguien que si lo necesite y q fluya la energía. Aprendamos de la naturaleza que todo lo circula. Eso se llama tener mentalidad de Abundancia.


Hoy es un buen día para empezar a practicar el principio del vacío. Limpia la mente, el cuerpo y el alma, permite que la prosperidad alcance tu hogar.

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