martes, 30 de abril de 2019

ESPIRITUALIDAD LA CURACIÓN A TRAVÉS DE LA RECONCILIACIÓN CON UNO MISMO.



¿Por qué enfermamos? Cuando el desánimo, el resentimiento, la frustración y la falta de Amor por ti mismo aparecen en tu vida, también aparecen las enfermedades.

En la vida a veces tenemos problemas que no sabemos o no queremos resolver a nivel emocional, es entonces cuando van surgiendo síntomas de dolencias, al principio leves para irse convirtiendo en crónicas o en el peor de los casos mortales.

Lo primero y más importante es empezar un proceso de auto-aceptación de uno mismo y de tus circunstancias. A partir de la aceptación, que es una posición de entrega y confianza en el Universo y a lo que nos ha dado, conseguir reconciliarnos con nosotros mismos en primer lugar.

Este “milagro” se produce cuando estamos en conexión (13 Hz en el DKG) con el Universo del que formamos y somos parte, ahí es cuando tiene lugar la apertura de los centros receptores de energía, inundando nuestro cuerpo, con todo el poder de autocuración al que todos tenemos acceso.


Enfermamos porque perdemos esa conexión, nos desconectamos de la fuente que da la energía a todos los seres vivos del Universo, que nos da todo lo que necesitamos.

Al actuar en contra de nuestros sentimientos, el cuerpo lo percibe como un ataque, cuando no atendemos a nuestras necesidades vitales también lo percibe como otro ataque. Y cuando nos llenamos de odio, resentimientos, dudas y miedos nos hacemos continuos ataques, convirtiéndonos en enemigos de nosotros mismos.

Así una y otra vez vamos recorriendo la vida, pero en esos estados el cuerpo enferma sin lugar a dudas. La enfermedad es un aviso maravilloso que nos da el cuerpo de que lo estamos maltratando y aguantando tanto.

Todas o casi todas las enfermedades tienen su raíz en un problema emocional no resuelto en la persona. La buena noticia es que podemos aprender a no enfermar y si ya estamos enfermos, nos podemos curar nosotros mismos, todos tenemos la capacidad de contribuir a nuestra propia curación.


Podemos hacerlo cambiando nuestros modelos de pensamientos, pues cambiando lo que pensamos cambiarán nuestros actos y como consecuencia cambiaran nuestros sentimientos hacia sentimientos más puros, de más amor lo que llevara a tener más energía y menos toxicidad en nuestro cuerpo. Ya que los pensamientos que nos perjudican son toxinas para el cuerpo. Si aprendemos a interpretar con exactitud nuestras emociones podremos tomar las decisiones adecuadas en cada momento.

Abandonando la esclavitud de la falta de control mental caminaremos hacia una vida de libertad, pues dejaremos de estar sujetos a las restricciones de los pensamientos. Dejando nuestras acciones en manos de una voluntad sujeta de forma natural a los sentimientos más nobles que todo ser humano tiene en su ser más profundo.

Para curarnos hemos de equilibrar nuestro cuerpo, mente y espíritu. Ya que aunque es en el cuerpo donde se manifiesta el problema, es en el espíritu donde está la semilla del problema, que se encarga la mente cuidadosamente de desarrollar a través de los pensamientos inadecuados.

Si tenemos una fuerte conexión con nuestro ser interior, unos pensamientos sanos y constructivos, además de cuidar de forma saludable nuestro cuerpo, estaremos sanos. Cuando hay equilibrioentre las tres partes que nos forman, sentimos la alegría de vivir que es lo normal entre los seres vivos del Universo, nosotros no somos una excepción.

El Resentimiento es una de las emociones que más enfermedades produce junto con el miedo. Pero la densidad del resentimiento podemos cambiarla con el sentimiento del perdón, el perdón a nosotros mismos la mayor parte de la veces y luego a los demás.


El perdón beneficia al que lo da, no es para el que lo recibe ya que la carga emocional negativa la lleva el que no perdona.

La otra (mal llamada) emoción que causa muchas enfermedades es el Miedo, que es lo contrario al Amor, es un cierre a la entrada de energía a nuestro ser, es oponerte a vivir, es cerrarte a la experiencia que supone tener una vida con ilusiones aunque tengas que correr riesgos, no se puede tener miedo a vivir.

Por qué entonces te pierdes lo mejor de la vida que es crecer, si no experimentas por miedo a fracasar, nunca sabrás si hubieras tenido éxito y tu vida se convertirá en un cúmulo de frustraciones.

El miedo es sobre todo desconfianza, de ti mismo y de que el Universo no te de cosas buenas, siempre te da lo que necesitas en cada momento. Porque tú eres el que crea el Universo cada día. Es falta de fe en que tú te mereces lo mejor, tenemos miedo porque en el fondo esperamos lo peor.

Si perdonas y te liberas de los miedos, te podrás curar casi de cualquier cosa. Las palabras y los pensamientos que has tenido y pronunciado hasta el día de hoy son los que te han puesto en tu situación actual física y emocional.

Hagamos un esfuerzo que merece la pena recuperemos toda la Alegría y el Amor que traíamos al nacer, entonces éramos importantes y nos sentíamos el centro del mundo. Los bebés son osados, piden lo que necesitan y expresan lo que sienten. Haz tú lo mismo. Recuerda que una vez hace mucho lo hacías.

Si no cambias mentalmente frente a una actitud que te ha hecho enfermar, ni el mejor médico del mundo te podrá curar. «Eres un ser perfecto solo tienes que querer recordarlo». 
-Paloma Vela-

https://consejosdelconejo.com


LOS 11 PRINCIPIOS DEL OTRO YO



1.Ni me perteneces ni te pertenezco, nos conocimos libres y nos enamoramos libremente.


2.Tenemos derecho a nuestro espacio personal y a pedir que el otro no interifera cuando se pide ese espacio al otro.


3. Tener miedo a amar por tener miedo a sufrir, es como tener miedo a vivir por que vamos a morir.


4.El otro es un espejo que nos devuelve el reflejo de aquello que nos gusta y tambien de aquello que no nos gusta de nosotros mismos.


5.Ese es el motivo por el cual cuando el espejo (El otro) refleja lo lindo de nosotros estamos en una nube y cuando muestra lo horrible descendendémos al dolor, como un sabio maestro, que tenemos que aprender


6. Mediante el dolor y la maestría, que nos refleja el otro es como podemos ver conscientemente aquello que no somos capaces de ver en nosotros mismos y transmutarlo.


7. No existe ningún amor ideal. Al principio todos los amores son lindos a causa de que los amantes solo quieren ver y muestran al otro el lado que les gusta de ellos mismos, pero no tarda en brotar y aparecer aquello que no nos gusta de nosotros mismos y cuanto mas se huye de eso mas esto se muestra al otro. Es preciso ponerse a trabajar duro para superarlo.


8.El equilibrio no viene de solo decirse cosas lindas para no ofender si no de decir lo que se piensa aunque hiera, con respeto y sabiduría, madurez , ser firme en las palabras pero suave en el tono y las maneras. Las Heridas son una oportunidad para avanzar como personas e integrar y sanar aquellos aspectos que detestamos en nosotros mismos.


9.Los dos amantes se ganan el derecho a vivir en el extásis cuando han transmutado todas las partes de aquello que no les gusta de si mismos, entonces y solo entonces es que llega el paraíso que vivieron al principio de conocerse pero esta vez de forma estable y sin esconder nada.


10. Ir cambiando de pareja una y otra vez buscando lo "bonito" del principio es una perdida de tiempo aun así si topas con una pareja sociopata, narcisista o psicopata que te maltrata por el placer de sentirse superior a ti, lo mejor es que la saques de tu vida o te consumira y finalmente te destruira.


11. Hay que dejar volar al otro si quiere abandonar la relación, y si esta seguro de hacerlo. Si el otro ya lo pensó bien, dejarle ir es la unica opcion, sin embargo igualmente habras avanzado mucho en tu desarrollo personal y eso nadie puede arrebatártelo.

https://www.facebook.com/omram99999?_

Om Ram




Mi versión más perfecta.


Esa que llega siempre a tiempo, que coloca todos los acentos en los lugares adecuados, perdón tildes. Esa versión de mí que cede lo justo para sembrar la felicidad, protegiéndome para que no me hagan daño.


La que mantiene un orden que es capaz de entender la humanidad y es un torrente de ideas cada vez que tiene un problema. Esa a la que el miedo solamente le da conciencia del valor que puede tener actuar y no esconder la cabeza bajo la arena.

Esa forma paralela de mi ser que tiene paciencia para entretener a toda una sala de espera de urgencias en vez de dar botecitos con el pie que puedan resultar molestos.

A esa versión perfecta de mí le aparecerían los problemas justamente en el momento en el que los demás tienen un hueco para poder escuchar o compartir. Pero no hablo de una conversación con los dedos, sino con los labios, los ojos y las manos; es decir, con todos nuestros cuerpos y sin tecnología de por medio.

Mi comunicación nunca acoge consejos baratos ni regala palabras por el simple hecho de que alguien las quiera escuchar; o bueno, si hay que decir, que sean verdades dolorosas y contundentes que resuelvan el problema.

Además, a esa versión le encantaría manejar los silencios como lo hace con su batuta el mejor maestro de orquesta. Cuidando el tono, por supuesto, para que nadie se ofenda.

No escondo que soy la hija que cuida a sus padres y la madre que tiene todo el tiempo para sus hijos y aún así saca tiempo para ella. Esto es así porque, por supuesto, tengo muy claras mis prioridades.

No te lo he dicho, igual no te importa, pero hago regularmente ejercicio, desayuno mis siete nueces, zumo de naranja, como pan integral y bebo dos litros de agua al día, de la que no es de los floreros.

Además, voy al médico exactamente lo justo. Me hacen pruebas y aunque tengo alguna alteración que otra no me preocupo porque sé cuidarme y recomponerme. Nada me preocupa en exceso y he aprendido a relativizar lo necesario. Tampoco sufro sin motivo y he desterrado a la tristeza de mi vida. Con alegría y optimismo, como ya imaginabas.

En ese sentido, también lo tengo claro: no quiero dormir mal. Como todo el mundo, tengo mis problemillas pero jamás entran en casa. Los dejo a la puerta y a veces se van solos. Cuando esto no sucede, vuelvo a salir y tomo una decisión. Ahí sí que suelen salir corriendo. Pero lo que es seguro es que, de una forma u otra, ya no están cuando descanso.

Domino perfectamente el inglés y estoy aprendiendo chino. Cada vez venden más cosas y nosotros cada vez les compramos más. Soy de los que piensa que hablando se entiende la gente y más si es en asuntos comerciales.

Seguro que ya lo sabes. Enfadarse es una pérdida de tiempo y el resentimiento una bola que algunos se atan con grilletes y a la que se aferran más que a su propia vida. A mí, cuando alguna se me acerca, la mando a paseo y si alguna se le acerca a alguien que está conmigo hago lo mismo. Digan lo que digan los expertos, eso no puede ser bueno.

Tengo mis valores, aunque a veces me cuesten dinero o vayan en contra de mi interés particular. Son propios y solamente los cambio cuando alguien me da buenas razones. Así, por muy atractiva que me pueda resultar la persona que hace propaganda de algo contrario a mis principios, me mantengo en mis trece; eso sí, sin ser cabezota.

Vale, también digo mentiras, pero solo piadosas. Es algo que me ha costado refinar y con lo que he tenido un serio dilema. Por supuesto, que resolví rápidamente cuando noté que a mi madre no le gustaba demasiado que le dijera que las lentejas que hacía eran malísimas. Diciendo esto se ponía triste y, al menos yo, no elicito sentimientos negativos ni causo depresiones.

Aparezco siempre en el momento oportuno y aunque no lo creáis también tengo defectos. Pero mis defectos son de esos perfectamente asumibles y que comprendemos todos, los que dice la psicología que nos pueden hacer más atractivos en vez de repelentes. Porque no hay nadie que aguante a nadie perfecto. ¿Entonces, por qué nos empeñamos en serlo?

Raquel Aldana

Atrévete a ser feliz.


domingo, 28 de abril de 2019

El alma siempre sabe qué hacer para sanarse, el desafío es silenciar a la mente ..


Ciertamente nuestra naturaleza es estar sanos, es estar en armonía con lo perfecto del universo, sin embargo, pareciese que parte importante del juego es entender cómo opera nuestra mente y saber que para sintonizar con todo lo maravilloso que podemos crear, inclusive nuestra sanación, será necesario silenciarla.

Dentro de todos los misterios que nos rodean y que tratamos de esclarecer de alguna manera mientras estamos recorriendo este camino, se encuentra el que toda la energía creadora, la inteligencia divina, está contenida en absolutamente todo lo que vemos, por lo que cada uno de nosotros lleva consigo esa posibilidad de materializar todo lo positivo que deseamos.

 En adición, también podemos generarnos cosas negativas, especialmente cuando a nuestra mente, por algún motivo, se la da por asumir, que algo importante estamos ganando colocándonos es alguna situación riesgosa, bien sea enfermándonos, deprimiéndonos, sometiéndonos a situaciones que nos hacen daño, etc, etc, etc. Los motivos pueden ser tan variados, que pueden ir desde la necesidad de llamar la atención, hasta la incapacidad de decir no, pasando por amor propio inestable, miedo a la soledad, creencias erróneas, etc.

Lo cierto es que tenemos una herramienta súper potente que no tenemos mucha idea de cómo funciona, es como tener una computadora insuperable, con información ilimitada y no poder tener acceso a la información que contiene. Ahora bien, si bien la mente tiene su universo inentendible, al menos sabemos que mientras más tiempo podamos silenciarla, mayor será el beneficio que obtengamos.

 Silenciar nuestra mente nos permite sanar desde nuestra esencia, nos permite ver el mundo diferente y apreciar lo que realmente tiene valor, cuando dejamos de prestarle atención a la mente, todo encaja perfectamente, todo vibra distinto, nos sabemos capaces de hacer lo que queramos y si nos mantenemos o no en una situación determinada que nos parece inconveniente, es porque sabemos lo que tenemos que sacar de esa vivencia.

Cuando logramos callar nuestra mente, tomamos el control desde nuestro “Yo Superior” y desde allí nos es posible aligerar la carga que ha desencadenado en una enfermedad, nos permitimos perdonar, nos permitimos dejar los miedos de lado, nos permitimos aceptar cosas con las que hemos podido estar en desacuerdo, y aceptar no significa consentirlas, sino reconocer su existencia y cambiar nuestra manera de mirarlas.

 Al tomar acciones desde un nivel de consciencia superior, nuestra mente termina por alinearse al nuevo panorama, evidentemente siempre se hará notar con el drama que la caracteriza, pero cada vez con menos fuerza y frecuencia, hasta que ella se sienta cómoda e inclusive trabaje a nuestro favor, a consciencia de que todo estará bien.

Practica en silenciar tu mente y tendrás gran parte del camino de la sanación recorrido. Tu alma sabe exactamente qué hacer, solo dale entrada, siéntela y no permitas que la mente, aunque con intenciones de protegernos, le robe protagonismo.

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

Y simplemente decidí perdonarme


Cuando estamos acostumbrados a juzgarnos muy fuerte, nos resulta sencillo autocastigarnos y tratarnos inclusive de una forma tan cruel, que quizás no nos atreveríamos a tratar así a nadie más.

Afortunadamente nunca es tarde para las reconciliaciones, en especial las que están asociadas a la relación que llevamos con nosotros mismos… A fin de cuentas, ¿cuál podría ser más importante que esa?
¿Y cuántas veces no nos traicionamos por quedar bien con los demás?

Pues incontables son las veces que nos negamos, que nos postergamos, que tomamos responsabilidades y culpas que no nos corresponden, en fin, que prácticamente jugamos en nuestra contra y apoyamos al contrincante…


Intentemos vernos desde afuera e imaginemos que en ese diálogo interno que tenemos de manera continua, es llevado a cabo por dos personas externas a nosotros. Si sentimos incomodidad por cómo una persona trata a la otra, si sentimos pena ajena, e inclusive nos da n ganas de defender a la parte atacada, es momento de reflexionar.

Nos creemos todo lo que nos decimos, si nos decimos constantemente que no podemos, que no somos capaces, que nos volvimos a equivocar, que no merecemos lo que queremos, pues eso de manera repetida se convertirá en una creencia, en este caso limitante y en ella basaremos nuestros pensamientos, nuestras decisiones, nuestro sentido del merecimiento, etc…

Y de esta forma se forma un círculo vicioso a través del cual nos hacemos cada vez más daño, y cada vez nos acostumbramos a sentirnos así, a desmoralizarnos, a desanimarnos, a cortarnos las alas…


Si decidimos despertar y entender que vinimos a esta experiencia a disfrutarla en lugar de padecerla, a amar, comenzando por nosotros mismos, entonces quizás dejemos de maltratarnos y hagamos las paces con lo que somos, con nuestro pasado, con nuestros errores.

Puede ser que una vez que nos comencemos a amar un poco más, sintamos mucha culpa, frustración, rencor hacia lo que nos hicimos, permitimos o dejamos de hacer… Pero la idea es dejar de lado todo lo que no sume y no vamos a soltar una mochila, para tomar otra.
Aprendamos a perdonarnos, a aceptarnos, a cuidarnos, a convertirnos en nuestra persona preferida y a actuar en consecuencia.

No te coloques al final de la lista, nadie vivirá por ti, ni aprenderá por ti, ni amará por ti, nadie podrá ser feliz por ti, tú puedes ser feliz por alguien más, pero será alcanzar tu propósito lo que le dará sentido a tu vida.

Perdónate y comienza de nuevo… Con más amor, con más tolerancia, con más condescendencia, como si tratases a alguien que amas de forma incondicional…

Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet

5 razones por las que nos enamoramos, según la ciencia


La ciencia señala que las razones por las que nos enamoramos tienen que ver con factores que muchas veces pasan desapercibidos. Sin darnos cuenta, nos sentimos atraídos por alguien que cumple con ciertas características relevantes.


El amor siempre va a tener algo de misterio; de hecho, es el propio misterio el que le concede parte de su encanto. Al menos en la actualidad, todavía no sabemos definir, con precisión y en todos los casos, las razones por las que nos enamoramos de una persona y no de otra.

Algunas conclusiones respecto a la parte más misteriosa del amor han sido publicadas en el Journal of personal and social psychology. El estudio recoge las ideas con las que concluye de otros estudios que se han hecho alrededor del tema. Por otro lado, aunque no pretende ser la última palabra, sí define algunas de esas razones por las que nos enamoramos.

Así, lo que llamamos “química amorosa” es, sobre todo, una atracción que nace a partir de rasgos específicos. Cuando una persona reúne varios de esos rasgos, parece generar una suerte de campo magnético selectivo. Pues bien, en torno a esta fuerza, hoy nos preguntamos: ¿cuáles son esas razones por las que nos enamoramos? Aquí van cinco de ellas.


“Enamorarse es sentirse encantado por algo, y algo sólo puede encantar si es o parece ser perfección”.

-José Ortega y Gasset-


1. Los pares se atraen

A veces, se cree que sentimos más atracción por los opuestos, pero en realidad no es así. La similitud atrae, pues en el amor de pareja operan múltiples mecanismos de identificación mutua. Para enamorarnos, debemos sentir que el otro nos reafirma de una u otra manera.

Lo que ocurre a veces es que una persona puede tener rasgos muy definidos que en la otra no son tan visibles, o están inhibidos por alguna razón. O que dos personas muy diferentes se atraigan, porque los puntos en los que coinciden son suficientemente fuertes. Lo cierto es que según la ciencia, sí nos enamoramos de quienes percibimos como parecidos a nosotros.

2. Se parece al padre o la madre

Este es un factor que se menciona con frecuencia en la sabiduría popular y la ciencia ha comprobado que tiene bases reales. Nos enamoramos más fácilmente de alguien que se parezca a uno de nuestros padres. Ese parecido muchas veces no es tan evidente, pero al profundizar, sí que lo encontramos.

La similitud con alguno de nuestros padres puede estar en la apariencia física… La forma de mirar o de sonreír… Con más frecuencia se trata de un rasgo de personalidad. El sentido de protección, o la exigencia, o cierta manera de asumir la vida. Fácilmente conectamos esos rasgos con el amor por nuestros padres y se produce la chispa.

3. La conversación es una de las razones por las que nos enamoramos

La comunicación es quizás el factor más decisivo en el amor. Llegamos a sentirnos muy bien con aquellas personas con las que podemos conversar espontáneamente. Los que son capaces de escucharnos sin ser condescendientes y de comunicarnos lo que piensan y sienten.

Está comprobado que siempre sentimos más afinidad con alguien después de haber sostenido una conversación personal con él. Y si la comunicación fluye de forma natural hay muchas más probabilidades de que sintamos una atracción especial. Definitivamente, una de las razones por las que nos enamoramos es la palabra.

4. La extroversión enamora

Las investigaciones llevadas a cabo demuestran que las personas extrovertidas «despiertan más amor». Esto se relaciona con el punto anterior. El extrovertido parece predisponer mejor las condiciones para que la comunicación fluya y la atracción aparezca.

Cuando una persona dice lo que piensa y siente abiertamente y sin inhibiciones, genera confianza, calidez y cercanía. Las personas introvertidas, en cambio, parecen hacer algo más difícil ese contacto. Esto no quiere decir que no lleguen a desatar grandes amores, sino que, en general, tienen una facilidad menor para comenzar relaciones.


5. Experiencias extremas compartidas

Las experiencias extremas que se comparten favorecen la generación de vínculos. Además, si en este trayecto compartido la potencial pareja encontró afinidad, el amor todavía se vuelve más probable. Por otro lado, las situaciones problemáticas compartidas también incrementan el deseo sexual.

Cuando pasamos por un episodio difícil, nos volvemos más sociables. Dos personas pueden verse unidas por un salto en paracaídas, pero también por una pérdida compartida. La ciencia señala que en este tipo de situaciones nos hacen especialmente sensibles a los demás: a lo que hacen, dicen, comparten, etc.

En la lógica del amor nunca vamos a encontrar todas las respuestas. Sin embargo, la ciencia sí nos da pistas de las razones por las que nos enamoramos. ¿Aplica en tu caso?


CONFLICTO EMOCIONAL DE LA DESVALORIZACIÓN


Dentro de la Biodescodificación, hay un conflicto emocional importante que detona programas familiares para muchas de las enfermedades y es la Desvalorización. Porque si no nos sentimos importantes, inteligentes, fuertes, bellos, reconocidos, admirados, apoyados, nuestra vida dentro de la propia familia o la sociedad se convierte en un tormento.

Sentir que no somos capaces o que no somos lo suficientemente capaces para lograr o hacer algo es una historia que día con día se repite y multiplica porque así como a diario nacen bebés y no todos ellos serán valorizados como tal vez se merecerían, existen millares de jóvenes, adultos y ancianos que han sufrido desvalorización todos los días de su vida.

La desvalorización consiste en minimizarnos, sentirnos menos que alguien, más ineptos que alguien, más débiles que los demás, menos atractivas o atractivos que los demás, sentirnos tontos, poco hábiles, o incluso hasta creer que vivir no vale la pena porque no somos nada.


Cualquiera podría decir que las desvalorizaciones sufridas en una difícil o triste infancia, han quedado en el olvido. Otros más podrán decir que “no necesitan” el reconocimiento de los demás porque es parte del “ego”, algunos por allá podrán decir que “no ha sido tan duro”, pero en el fondo esa vida de desvalorización al final, claramente tendrá sus consecuencias sobre nuestra salud.

Una persona desvalorizada puede dañar inconscientemente sus ganglios, sus músculos, sus huesos, sus articulaciones y por supuesto, tejidos y órganos relacionados con éstos. Y no necesariamente es una desvalorización recibida por parte de otra persona, no es siempre un “ataque” externo; nosotros mismos podemos vivir todos los días de nuestra vida desvalorizándonos, lo que llamaríamos “auto-desvalorización”.

Si el ser humano, requiere de 21 días para formar un hábito, imaginen por un segundo cómo está el grado de Autodesvalorización de una persona de 40 años que a diario se repite:


– “Sí, soy bien olvidadiza, siempre olvido las cosas, mis amigos ya saben que siempre se me olvidan las cosas, mi cabeza no puede recordar cosas importantes, todo se me olvida, etc.”
Y sin darse cuenta, esa persona ha asumido que no es lo suficientemente inteligente ni tiene la suficiente capacidad cerebral para recordar, cuando desde un principio, esa persona pudo decirse a sí misma: “Sí, a veces olvido alguna cosa, pero muchas otras recuerdo detalles perfectamente”.

Y como esto, cientos de ejemplos más de fuerza, de capacidad, de inteligencia, de belleza, de astucia, de sentido común, de creatividad, etc. Historias de desvalorización que comienzan en casa, continúan en la etapa escolar, persisten en la adolescencia, echan raíces en la juventud y adultez, para venir a acabar con nosotros en la madurez y vejez, cuando ya tenemos las rodillas destrozadas, las manos con artritis, los músculos débiles y los huesos como corales de mar llenos de agujeritos.

Porque sentirnos valiosos es algo que comienza en casa. Con unos padres que reconocen primeramente mi existencia, mi inteligencia, mi fuerza, mi belleza, mis habilidades.

¿Cuántas madres conocemos que etiquetan a sus hijos de tontos, inmaduros, débiles, etc? ¿Cuántos padres conocemos que etiquetan a sus hijos como mariquitas, cobardes, inútiles, etc? ¿Y si yo crezco sin un padre que no quiso reconocerme tal vez porque desde entonces yo no era lo suficientemente valioso? ¿Y si yo crezco con una madre que prefirió dejarme con la abuela porque yo le obstaculizaba su camino hacia la búsqueda de su gran amor? O ¿qué tal historias de desvalorización que comenzaron incluso antes de que yo naciera cuando mi propia madre o mi propio padre rechazaron mi llegada, mi existencia?

Esas historias en donde vivimos una niñez dura, fría e indiferente. Donde para nadie fue importante si arreglé bien mi cama, si hice un bonito dibujo o si obtuve una buena calificación en un difícil examen.


Porque todo ser humano, necesita saberse y sentirse bueno, inteligente, valiente, fuerte. Necesitamos social y biológicamente sabernos y sentirnos “buenos para todo”, capaces todo el tiempo.

¿Cuántas historias entre las madres y abuelas de mujeres sometidas, totalmente desvalorizadas, minimizadas, acalladas, que tan sólo terminan rompiéndose la cadera (Desvalorización brutal afecta huesos) y muriendo porque la desvalorización fue demasiada?

Y uno diría: Pero mi madre o mi abuela fue una buena mujer. Si claro, una buena mujer, pero sin reconocimiento, sin voto, sin fuerza para defender sus ideales, para salir a cumplir nuevos sueños, sin fuerza para defenderse. Viviendo para servir no haciendo ruido, sin quejarse, sin alterarse, viviendo una desvalorización que comenzó desde su infancia en el seno de su familia y que mantuvo al unirse a un hombre que mantuvo dicha desvalorización latente.

Jovencitos hábiles para los deportes o el arte que son minimizados por sus mismos padres, que les hablan de un futuro laboral útil, de ingresos económicos como meta primordial, provocando que abandonen aquello que aman hacer y para lo que son extraordinarios. Jovencitas hermosas que ya desde su casa son llamadas gordas, tontas, feas, y que crecen sintiéndose apenas merecedoras de cariño o reconocimiento.

Sentirnos, hoy por hoy, con miedo de cambiar de trabajo, con miedo de arreglar nuestra situación sentimental por miedo a quedarnos solos. Miedo a reclamar un equivocado cobro, miedo a alzar nuestra voz ante una injusticia, miedo a hablar siquiera o a pensar.

Sentir que no podemos superar a nadie en nuestra familia, sentir que no merecemos un puesto mejor o un sueldo mejor, sentir que no hay salida, eso, señoras y señores, es Desvalorización. Porque nadie en nuestra infancia nos hizo sentir valiosos y grandiosos dentro del hogar y porque nosotros ya con dicho entrenamiento, continuamos nuestras vidas autodesvalorizándonos constantemente.


Así que analizando toda tu vida, analizando desde cómo fuiste concebido o concebida y cómo fue tu niñez, observa si de verdad eres tan malo o poca cosa como te lo hicieron sentir en casa. Analiza objetivamente si realmente no tienes la fuerza para lograr algo cuando te lo propones o fue lo que te hicieron creer desde niño o niña. Observa cuántas veces al día tú mismo de dices tonto, idiota, estúpido, inútil y cuántas veces más repites esas palabras sobre alguien más.

No son bromas. Jamás puedes decir que tu hermano te dice tonto “de broma” o que tú se lo dices a tu niño de “broma”. Recuerden que para el subconsciente las bromas no existen. Nuestro subconsciente se toma todo muy en serio.

Así que es tu deber descubrir quién te desvaloriza, hoy por hoy. Quién te desvalorizó a lo largo de toda tu vida y tú a quién desvalorizas constantemente.

Seguramente descubrirás recuerdos tristes. Momentos en los que creíste que toda la familia te felicitaría o te reconocería y por el contrario recibiste una ofensa, una burla, una crítica. Seguramente descubrirás recuerdos en los que tú sentiste haber tomado una buena decisión y todo el mundo se te fue encima haciéndote sentir el más tonto del planeta.

Todos los días, absolutamente todos los días recibimos desvalorización por parte de los demás o de nosotros mismos. Y si no estamos plenamente conscientes de grandiosos que somos, daremos entrada a problemas en nuestra salud.

Haz una carta de duelo (Carta de Liberación del Clan Familiar) y escribe en ella todas las historias de tu vida en las que te hayas sentido desvalorizado, para luego seguir con todas las veces en tu vida, en que tú mismo te desvalorizas o has desvalorizado a tu pareja, a tus hijos, a cualquier persona. Libérate de esas historias, quema tu carta, tira las cenizas y cambia.

Comienza por repetirte lo bueno que eres, lo bella que eres, lo fuerte que eres, felicítate por esa buena elección que hiciste o esa decisión que tomaste. Descúbrete reconociendo algo valioso en tus hijos, en los demás y diciéndolo en voz alta.

Comienza todos los días de tu vida, diciéndote al espejo “algo bueno de ti” y repítelo 21 días.

“Soy la mujer más inteligente del mundo, la más bonita, la más fuerte, la más segura de sí misma”
“Soy el hombre más inteligente del mundo, el más atractivo, el más fuerte, el más seguro de sí mismo”

Algo como lo anterior pero con tus propias palabras claro y a lo largo del día, cada que hagas algo bueno, di cosas como: “Bien hecho”, “me quedó perfecto”, “me lucí”, “qué bien lo hice”, “qué rico me quedó”, “qué bueno que lo logré”

Y poco a poco, recupera tú mismo aquel reconocimiento o valía que no recibiste en tu infancia y empodera esa valía que sabes que posees. Para que vivas sin miedos, para que veas que no hay límites y sobre todo, para que vivas saludable, pleno y feliz.

Fuente: Akasha Sanación Integral

https://consejosdelconejo.com


sábado, 27 de abril de 2019

Sin esperar nada de nadie, se vive mejor


Fácil decirlo, pero un tanto complicado de hacerlo. Cuando lo logramos, nos quitamos de encima una de las mayores fuentes de frustración, de rabia, de decepción… Nos hacemos ligeros en cuanto a nuestro trato con los demás y nuestras experiencias y relaciones se vuelven más auténticas, menos interesadas, más honestas y mucho más relajadas.
Cuando no esperamos nada de nadie, nos dejamos sorprender, no tenemos expectativas, solo le permitimos a los demás ser, ser ellos mismos, entendiendo que ellos tienen un norte parecido al nuestro, tratando de ubicar su felicidad, de alcanzar sus sueños, de lidiar con sus miedos y sus egos… Nadie se salva, todos vamos por acá proyectando una imagen, influenciando, siendo aceptados o rechazados…

Si dejamos de esperar que los demás hagan lo que creemos que es mejor, de acuerdo a nuestro criterio personal, lo cual le da una connotación bastante subjetiva, aligeramos energéticamente el ambiente, dejamos de enviar pensamientos anticipándonos a los acontecimientos y a las reacciones y nos damos más espacio a nosotros de dedicarnos al momento presente o a algo diferente a armar escenarios con las variables que tenemos.
Si se nos hace imposible tener expectativas en relación a alguien, al menos no nos saboteemos, porque es impresionante, muchas veces le dedicamos mucho más tiempo pensando que el otro nos va a decepcionar con sus acciones, que pensando que vamos a estar felices y conformes con lo que el otro haga. Pensemos en todo caso que el resultado siempre va a ser el más favorable para nosotros, que nuestras expectativas, de no poder eliminarlas, nos saquen sonrisas y si no se dan, que no nos frustren.

Todo el mundo debe tener libertad de acción y de decisión y eso incluye no coincidir con lo que los demás esperan. Si dejamos de esperar la vida fluye mejor. Somos fáciles de decepcionar porque para cada uno siempre hay una mejor manera de hacer las cosas, pero si practicamos liberarnos de la necesidad de anticiparnos, vamos a tener mejores experiencias.

Quizás solo sea una percepción, pero si queremos blanco y estamos esperando ese color y recibimos otro, nos decepcionamos, puede que ese otro sea incluso más bello, sin embargo, la decepción no nos permitirá apreciarlo. Así nos pasa a diario y en lugar de agradecer lo que recibimos, nos lamentamos porque no fue lo que esperábamos.

¿Quieres crear tu vida como te gustaría? Comienza a disfrutar de la vida tal y cómo es, comienza a enfocarte en lo que sí te gusta, comienza a permitirte y a permitirle a los que te rodean ser lo que quieren ser, ya verás que mientras menos esperas, la vida más te sorprenderá, porque desearás con el alma y no con tu ego.



Por: Sara Espejo – Rincón del Tibet


El miedo a salir de la zona de confort


“No tendremos mejores condiciones en el futuro si nos damos por satisfechos con lo que tenemos en la actualidad”, dijo Thomas Alva Edison. Salir de la zona de confort es imprescindible para tomar oxígeno psicológico. Fuera de esa zona ampliamos nuestra visión del mundo, aprendemos cosas nuevas, ponemos a prueba nuestras fuerzas y modificamos nuestros hábitos. En una palabra: crecemos. Solo nos detiene una cosa: el miedo.


¿Por qué tenemos miedo a salir de la zona de confort?


El miedo a salir de la zona de confort es la expresión de otros temores más profundos, los cuales forman una maraña psicológica que nos mantiene atados a una situación que no es ideal para nuestro crecimiento y que incluso puede ser contraproducente, causándonos daño.


Aunque puede parecer contradictorio, a veces preferimos quedarnos en lo conocido, aunque ello nos cause sufrimiento, que explorar lo incierto. El refrán es "mejor un mal conocido que un bueno por conocer" encierra a la perfección esa manera de pensar. Comprender qué nos detiene, cuáles son los temores que nos mantienen paralizados, es el primer paso para dejar atrás los problemas de la zona de confort.


1. Miedo a perder el control. La zona de confort es un espacio donde creemos que tenemos todo bajo control. Salir de ese espacio relativamente seguro nos asusta porque significa que debemos aprender a fluir con el curso de los acontecimientos y reconocer que en realidad tenemos muy poco control sobre las circunstancias.


2. Miedo a la incertidumbre. La zona de control es un espacio donde podemos prever con cierta certeza y un ínfimo margen de error qué sucederá. Abandonar ese espacio implica lanzarse a lo desconocido, lo cual genera temor y ansiedad. Cuando todo es posible, la enorme cantidad de posibilidades genera vértigo. Y eso nos asusta. Por eso, el miedo a salir de la zona de confort sienta sus raíces en el temor a la incertidumbre.


3. Miedo al fracaso. Salir de la zona de confort implica arriesgar, y cada vez que arriesgamos algo nos enfrentamos a la posibilidad de fracasar. El miedo al fracaso puede llegar a ser paralizante porque representa un doble golpe, a nuestro estatus social y a la imagen que teníamos de nosotros mismos. Por eso muchas veces preferimos quedarnos en esa zona donde tenemos cierto grado de aceptación y “éxito” garantizados.


4. Miedo al rechazo. "Sé obediente. Estudia. Trabaja. Cásate. Ten hijos. Hipotécate. Mira la tele. Pide préstamos. Compra muchas cosas. Y sobre todo, no cuestiones jamás lo que te han dicho que tienes que hacer", dijo George Carlin. Si salir de la zona de confort implica desafiar el camino preestablecido socialmente y las expectativas que los demás han puesto en nosotros, es normal que genere miedo. Es el temor a desilusionar a los demás, a las opiniones ajenas y, sobre todo, al rechazo de quienes no nos entienden o no comparten nuestra visión de las cosas.


5. Miedo al cambio personal. A veces el miedo a salir de la zona de confort se debe a un apego excesivo a nuestro “yo”. Rechazamos lo nuevo o lo diferente porque tememos que desequilibre la imagen que nos hemos formado de nosotros mismos. Tememos perder todo aquello con lo que nos identificamos porque ello implica dar un paso en una dirección aterradora: cuestionarnos a nosotros mismos, cuestionar nuestra forma de pensar y las creencias en base a las cuales hemos fundado nuestra identidad. Por eso preferimos seguir apegados a los estereotipos que apuntalan nuestro "yo".


Lo malo de la zona de confort


La zona de confort es un espacio más o menos restringido de comportamiento donde nuestras actividades y comportamientos se ajustan a una rutina y un patrón que minimiza el nivel de estrés y riesgo. Nos proporciona un estado de cierta seguridad mental. No cabe dudas. Los beneficios son obvios: un nivel de satisfacción aceptable, baja ansiedad y relativamente poco estrés. Sin embargo, las desventajas de la zona de confort son tantas que no vale la pena quedarnos prisioneros de ese pequeño espacio.


- Nos impide alcanzar el máximo de nuestro potencial. Un experimento realizado a inicios del siglo XX demostró que un estado de relativa comodidad genera un nivel constante de rendimiento. Pero si queremos maximizar nuestro rendimiento necesitamos aumentar ligeramente el nivel de ansiedad hasta llegar a un estado de “ansiedad óptima”, que se encuentra precisamente fuera de nuestra zona de confort. Ese estado de "incomodidad productiva" es lo que nos permite crecer y convertirnos en la persona que podemos ser.


- Cada vez nos resultará más difícil lidiar con los cambios. A medida que nos sentimos más cómodos con lo conocido, nuestra mochila de herramientas para la vida se reduce, de manera que nos resultará cada vez más complicado afrontar los cambios nuevos e inesperados. Su impacto nos dejará cada vez más asustados e indefensos. Al contrario, asumir nuevos retos y buscar activamente la novedad nos permitirá sentirnos más cómodos ante lo incierto y desconocido, de manera que podremos resolver mejor los problemas cuando estos se presenten.


- Nos cerraremos a las nuevas ideas y la creatividad. La creatividad necesita alimentarse de la novedad. Incluso la sinéctica, una técnica creativa que implica unir conceptos conocidos para dar lugar a algo nuevo, demanda que seamos capaces de abrirnos a lo nuevo. Si nos enclaustramos en nuestra zona de confort, le cerramos la puerta a la creatividad e impedimos el flujo de nuevas ideas, parapetándonos tras las murallas de lo viejo y conocido.




La zona de confort representa el pasado hecho presente, es un vano intento de minimizar la incertidumbre propia del futuro. Salir de ese espacio que hemos construido de manera más o menos consciente asusta porque significa reconocer que no tenemos el control y que puede pasar cualquier cosa que no entra dentro de nuestros planes. Sin embargo, quedarse eternamente en la zona de confort equivale a condenarse al inmovilismo. Y eso es aún peor. Porque como dijo Hellen Keller, "la vida es una aventura atrevida o no es nada".


¿Cómo vencer el miedo a salir de la zona de confort?


Hay personas que pueden salir de su zona de confort dando un gran salto porque son capaces de gestionar ese nivel de ansiedad. Hay otras que necesitan dar pequeños pasos a la vez. No importa qué estrategia uses para abandonar la zona de confort, lo verdaderamente importante es que expandas tus horizontes.


El secreto radica en encontrar un equilibrio, de manera que la novedad genere una ansiedad beneficiosa, una ansiedad que no resulta dañina sino que nos da el empujón psicológico necesario para atrevernos a cambiar. Estos ejercicios para salir de la zona de confort te ayudarán a abrazar la novedad. Recuerda que no puedes convertirte en la persona que quieres ser si te aferras a lo que eres, parafraseando al escritor Max DePree.



Fuente:
Yerkes, R. M. & Dodson, J. D. (1908) The relation of strength of stimulus to rapidity of habit formation. Journal of Comparative Neurology and Psychology; 18: 459-482.

Rincón de la Psicología.


DOCE FORMAS DE AMARTE A TI MISMO AHORA Y SIEMPRE



1. Deja de criticar
Las críticas nunca cambian nada. No te critiques. Acéptate tal como eres. Todo el mundo cambia. Cuando te criticas, tus cambios son negativos. Cuando te apruebas, tus cambios son positivos.

2. Perdónate
Deja atrás el pasado. En aquel tiempo hiciste las cosas lo mejor que supiste, con la comprensión, la conciencia y el conocimiento que tenías entonces. Ahora estás creciendo y cambiando, por consiguiente, vivirás de un modo distinto.

3. No te asustes a ti mismo
Deja de aterrorizarte con tus propios pensamientos. Es una forma de vida terrible. Busca una imagen mental que te haga feliz y cambia inmediatamente el pensamiento que te asusta por el pensamiento o imagen agradable.

4. Sé delicado, amable y paciente
Sé delicado, amable y paciente contigo mismo mientras aprendes nuevas maneras de pensar. Trátate como tratarías a cualquier persona que amaras sinceramente.

5. Sé amable con tu mente
Odiarse a ti mismo es odiar tus propios pensamientos. No te odies por tener esos pensamientos. Cámbialos con delicadeza por afirmaciones a favor de la vida.

6. Alábate
Las críticas quebrantan tu espíritu interior. Las alabanzas lo fortalecen. Alábate todo lo que puedas. Recuérdate lo bien que lo estás haciendo.

7. Respáldate a ti mismo
Encuentra formas de respaldarte a ti mismo. Recurre a tus amigos y deja que te ayuden. Pedir ayuda cuando la necesitas es un signo de fortaleza.

8. Sé cariñoso con tus aspectos negativos
Reconoce que has sido tú quien los has creado para cubrir una necesidad. Ahora encuentras nuevas formas más positivas de cubrir esas necesidades. Abandona tus antiguos patrones negativos.

9. Cuida tu cuerpo
Estudia nutrición. ¿Qué tipo de combustible necesita tu cuerpo para gozar de la máxima energía y vitalidad? Infórmate sobre hacer ejercicio. ¿Con qué tipo de ejercicio disfrutas? Cuida y respeta el templo en el que vives.

10. ¡Diviértete!
Recuerda lo que te hacía feliz de pequeño e incorpóralo ahora en tu vida. Busca la forma de divertirte con todo lo que haces. Expresa el gozo de vivir. Sonríe. Ríe. ¡Regocíjate, y el Universo se regocijará contigo!

11. Ámate a ti mismo… Hazlo ya
No esperes a estar bien, a adelgazar, a conseguir un trabajo nuevo o una nueva relación. Sé cariñoso contigo mismo y hazlo lo mejor que puedas ahora.

12. Haz un trabajo en el espejo
Mírate a los ojos a menudo. Expresa el amor creciente que sientes hacia ti mismo. Perdónate, perdona a tus padres y parientes.


Autor desconocido

http://buscandome.es

24 frases motivadoras que te inspiran a creer en ti


Hay personas extremadamente seguras, (no arrogantes), que parece que hubieran nacido de esa manera. El resto de nosotros a veces carecemos de confianza y a menudo nos falta creer en nosotros mismos cuando más lo necesitamos.

Afortunadamente, la confianza en sí mismo es una cualidad que se puede desarrollar . Cualquiera puede tener más confianza, incluso nosotras. Pero construirla se lleva tiempo.
Entonces, si necesita una inyección rápida de confianza, te dejamos algunas frases motivacionales que te inspirarán a sentirte más seguro de ti mismo.

Permite que estas frases hagan te recuerden que tienes mucho que ofrecer, que fuiste creado para un propósito. ¡Cree en tus habilidades!

Frases inspiradoras que te motivarán a sentirte más seguro ti mismo cuando más lo necesites.

“Nadie puede hacerte sentir inferior sin tu consentimiento”- Eleanor Roosevelt

“La confianza no viene de tener siempre la razón, sino de no tener miedo a equivocarse”- Peter T. McIntyre

“¿Qué podríamos lograr si supiéramos que no podemos fallar?” - Eleanor Roosevelt

“Si puedes soñarlo, puedes hacerlo realidad”- Pablo Picasso

“La confianza viene de horas, días, semanas y años de constante trabajo y dedicación”- Roger Staubach

“Empieza por hacer lo necesario, luego lo que te sea posible y, cuando te des cuenta, estarás haciendo lo imposible”- San Francisco de Asís

“Los ojos de los demás son nuestras prisiones; sus pensamientos nuestras jaulas”- Virginia Woolf

“Cuantas más piedras encuentre en mi camino, ¡más grande construiré mi castillo!”

“Nadie que confía en sí, envidia la virtud del otro”- Cicerón

“Siempre vas a estar contigo, así que asegúrate de que disfrutas de esa compañía” - Anónimo

“La confianza es madre de las acciones grandiosas”- Friedrich Schiller

“Recuerda eres más valiente de lo que crees, más fuerte de lo que pareces y más inteligente de lo que piensas”- Anónimo

“Tener una opinión pobre de ti no es modestia: es autodestrucción. Tener una alta opinión de ti no es egoísta: es la única condición que necesitas para ser feliz.”- Anónimo

Nos hacemos desgraciados o nos hacemos fuertes. La cantidad de trabajo es la misma”- Carlos Castaneda

“La autoestima es tan necesaria para el espíritu como la comida lo es para el cuerpo.

“En el momento en que dudas si puedes volar, cesas para siempre de ser capaz de hacerlo”- J.M. Barrie

“Amarse a uno mismo es el comienzo de un romance para toda la vida”- Oscar Wilde

“La vida no tiene control remoto, levántate y cámbiala tú mismo”- Mark A. Cooper

“Nunca confíes en la persona que te defraudó una vez”- William Shakespeare


“Ninguno de nosotros sabe lo que sucederá ni siquiera en el próximo minuto, pero seguimos adelante, porque confiamos, porque tenemos fe”- Paulo Coelho

“No creo en tomar la decisión correcta, tomo una decisión y la hago correcta”- Muhammad Ali

“Tengo la valentía suficiente para confiar en el amor una vez más”- Maya Angelou

“Si oyes una voz en tu interior que dice: no puedes pintar, pinta por todos los medios y esa voz será silenciada”- Vincent Van Gogh

“Cuando un hombre no tiene razones para confiar en sí mismo, confía en la suerte”- Edgar Watson Howe

viernes, 26 de abril de 2019

CÓMO RECONOCER EL ESPACIO INTERIOR.


Un maestro zen caminaba en silencio con uno de sus discípulos por un sendero de la montaña. Cuando llegaron donde había un cedro antiguo, se sentaron para comer su merienda sencilla a base de arroz y verduras. Después de comer, el discípulo, un monje joven que no había descubierto todavía la clave del misterio del Zen, rompió el silencio para preguntar: "maestro, ¿cómo puedo entrar en Zen?"
Obviamente se refería a la forma de entrar en el estado de la conciencia que es el Zen.

El maestro permaneció en silencio. 

Pasaron casi cinco minutos durante los cuales el discípulo aguardó ansiosamente la respuesta. Estaba a punto de hacer otra pregunta cuando el maestro le preguntó repentinamente, "¿oyes el sonido de esa quebrada en la montaña"?
El discípulo no se había percatado de ninguna quebrada. Estaba demasiado ocupado pensando en el significado del Zen. Entonces, prestó atención al sonido y su mente ruidosa comenzó a aquietarse. Al principio no oyó nada. Después, sus pensamientos dieron paso a un estado de alerta, hasta que escuchó el murmullo casi imperceptible de una quebrada en la distancia.

"Sí, ahora lo oigo", dijo.
El maestro levantó un dedo y con una mirada a la vez dura y gentil, le dijo, "Entra al Zen desde allí".
El discípulo quedó asombrado. Fue su Satori, un destello de iluminación. Sabía lo que era el Zen sin saber qué era lo que sabía.

Después siguieron su camino en silencio. El discípulo no salía de su asombro al sentir la vida del mundo que lo rodeaba. Lo experimentó todo como si fuera la primera vez. Sin embargo, poco a poco comenzó a pensar nuevamente. El ruido de su mente sofocó nuevamente la quietud de su conciencia y no tardó en formular otra pregunta: "maestro", dijo, "he estado pensando. ¿Qué hubiera dicho usted si yo no hubiera logrado oír la quebrada en la montaña?" El maestro se detuvo, lo miró, levantó el dedo y dijo, "Entra al Zen desde allí".

El espacio entre los pensamientos probablemente se haya manifestado esporádicamente en su vida sin que usted se haya percatado. 

Para la conciencia obnubilada por las experiencias y condicionada para identificarse exclusivamente con la forma, es decir, para la conciencia del objeto, es casi imposible reconocer el espacio en un principio. Esto implica que es imposible tomar conciencia de nosotros mismos porque siempre estamos conscientes de alguna otra cosa. La forma nos distrae continuamente. Hasta en los momentos en que nos parece estar conscientes de nosotros mismos nos hemos convertido en un objeto, una forma de pensamiento, de modo que tomamos conciencia de un pensamiento, pero no de nosotros mismos.

Al oír hablar del espacio interior quizás usted se disponga a buscarlo, pero si lo busca como si se tratara de un objeto o una experiencia, no podrá encontrarlo.
Ese es el dilema de todas las personas que buscan la realización espiritual o la iluminación.
Jesús dijo, "El reino de Dios no vendrá con señales que puedan observarse; tampoco diréis, 'Ha llegado' o 'Aquí está, porque el reino de Dios está entre vosotros".

Cuando nos pasamos la vida insatisfechos, preocupados, nerviosos, desesperados o agobiados por otros estados negativos; cuando podemos disfrutar las cosas sencillas como el sonido de la lluvia o del viento; cuando podemos ver la belleza de las nubes deslizándose en el cielo o estar solos sin sentirnos abandonados o sin necesitar el estímulo mental del entretenimiento; cuando podemos tratar a los extraños con verdadera bondad sin esperar nada de ellos, es porque se ha abierto un espacio, aunque sea breve, en medio de ese torrente incesante de pensamientos que es la mente humana.
Cuando eso sucede, nos invade una sensación de bienestar, de paz vívida, aunque sutil. La intensidad varía entre una sensación de contento escasamente perceptible y lo que los antiguos sabios de la India llamaron "Ananda" (la dicha de Ser).
Al haber sido condicionados a prestar atención a la forma únicamente, quizás no podamos notar esa sensación, salvo de manera indirecta. Por ejemplo, hay un elemento común entre la capacidad para ver la belleza, apreciar las cosas sencillas, disfrutar de la soledad o relacionarnos con otras personas con bondad. Ese elemento común es la sensación de tranquilidad, de paz y de estar realmente vivos. Es el telón de fondo invisible sin el cual esas experiencias serían imposibles.

Cada vez que sienta la belleza, la bondad, que reconozca la maravilla de las cosas sencillas de la vida, busque ese telón de fondo interior a través del cual se proyecta esa experiencia. Pero no lo busque como si buscara algo. No podría identificarlo y decir, "lo tengo", ni comprenderlo o definirlo mentalmente de alguna manera. Es como el cielo sin nubes. No tiene forma. Es espacio; es quietud; es la dulzura del Ser y mucho más que estas palabras, las cuales, son apenas una guía. Cuando logre sentirlo directamente en su interior, se profundizará. Así, cuando aprecie algo sencillo, un sonido, una imagen, una textura, cuando vea la belleza, cuando sienta cariño y bondad por otra persona, sienta ese espacio interior de donde proviene y se proyecta esa experiencia.

Desde tiempos inmemoriales, muchos poetas y sabios han observado que la verdadera felicidad (a la que denomino la alegría de Ser) se encuentra en las cosas más sencillas y aparentemente ordinarias.
La mayoría de las personas, en su búsqueda incesante de experiencias significativas, se pierden constantemente de lo insignificante, lo cual, quizás no tenga nada de insignificante.
Nietzsche, el filósofo, en un momento de profunda quietud, escribió: "¡Cuán poco es lo que se necesita para sentir la felicidad!
Precisamente la cosa más mínima, la cosa más suave, la cosa más liviana, el sonido de la lagartija al deslizarse, un suspiro, una brizna, una mirada, la mayor felicidad está hecha de lo mínimo. Es preciso mantener la quietud.

¿Por qué la "mayor felicidad" está hecha de "lo mínimo"? Porque la cosa o el suceso no son la causa de la felicidad, aunque así lo parezca en un principio. La cosa o el suceso es tan sutil, tan discreto que compone apenas una parte de nuestra conciencia. El resto es espacio interior, es la conciencia misma con la cual no interfiere la forma. 

El espacio interior, la conciencia y lo que somos realmente en nuestra esencia son la misma cosa. En otras palabras, la forma de las cosas pequeñas deja espacio para el espacio interior. Y es a partir del espacio interior, de la conciencia no condicionada, que emana la verdadera felicidad, la alegría de Ser; Ananda. Sin embargo, para tomar conciencia de las cosas pequeñas, es necesario el silencio interior.

Se necesita un estado de alerta muy grande. Mantenga la quietud. Mire. Oiga. Esté presente.

He aquí otra forma de encontrar el espacio interior: tome conciencia de estar consciente. Diga o piense, "Yo Soy" sin agregar nada más. Tome conciencia de la quietud que viene después del Yo Soy. Sienta su presencia, el ser desnudo, sin velos, sin ropajes. Es el Ser para el cual no hay juventud, vejez, riqueza o pobreza, bien o mal, ni ningún otro atributo. Es la matriz espaciosa de toda la creación, de toda la forma.

Eckhart Tolle
“Una Nueva Tierra”.

Camino al Despertar.


Aceleración de la construcción del plano físico 15,6Hz y apertura permanente del paso. Por David Topí.


Con la introducción al mecanismo de cambio de realidad que habíamos explicado en el último artículo, parece que se van asentando algunas ideas, aunque sea aún de manera genérica, y aunque sigan quedando preguntas, sobre como tiene que funcionar, y ponerse en marcha, ese paso o salto evolutivo que tanto ha dado que hablar desde hace tanto tiempo.

Como creo que podéis percibir, este mecanismo de salto evolutivo ha dejado de ser algo “místico”, abstracto y “espiritual”, al menos espero que así sea, porque no tiene nada de todo lo anterior. Es un proceso puramente “físico” y energético, en el que una estructura se pone encima de otra, se sube a las personas al nivel frecuencial de la nueva estructura, se crea una puerta “sólida” entre ambas estructuras y se le da la oportunidad a la persona de atravesarla cuando lo crea conveniente y esté preparada para ello.

Este último punto es el que vamos a explicar hoy. ¿Por qué no traspasa todo el mundo a la vez? La respuesta es obvia, porque no todo el mundo lleva el mismo ritmo ni estará preparado a la vez. Con las ofensivas de las últimas semanas de todos los entes que se están extrayendo del planeta, con todos los asimoss y amoss dando órdenes desde sus “guaridas” para seguir bloqueando el paso de nivel, y con todos los mecanismos del sistema de control en marcha para ello, una gran parte de las personas que están en la línea temporal 42 han vuelto a bajar con la mayoría de sus cuerpos a la primera octava de la misma, estando casi todo el mundo, no todos pero muchos, de vuelta entre los niveles 1 y 7 de esta línea temporal. Así que, de nuevo, algo de “frustración” (en sus términos) entre los grupos de Yo Superiores, guías y protectores de esa parte de la humanidad por haber descendido varios escalones frecuenciales que hay que volver a subir, con calma y constancia, y sin perder el rumbo de hacia donde vamos.

Por lo tanto, aunque el plano físico 15,6Hz estuviera ya listo, y creo que ya podemos confirmar que se ha reducido el tiempo a unos 10 años, por la intensidad que Kumar le está otorgando a la octava de solidificación del mismo, nadie aún podría ver y percibir la nueva “matrix física”, ni nadie aún podría ver en su propia vivienda la puerta de paso a la misma.

Pero esto tampoco es bueno ni malo per se, simplemente es la constatación de la lucha de poderes que hay en el planeta, por la inconsciencia y desconocimiento de la mayoría de personas de lo que está pasando, y por la insistencia de las razas en control de no ser echadas, expulsadas ni privadas de este tablero de juego en el que nos encontramos.

Puesto que es posible que en estos 10 años (y reduciéndose) que faltan hasta tener completado el plano físico 15,6Hz, habrá solo unos pocos millones de personas listos para el cambio, la estructuras de paso se crearán y dejarán ya permanentemente “abiertas”, de manera que, no importa cuando un ser humano llegue al nivel adecuado para hacer el cambio, lo podrá hacer sin problemas, sea ahora en las primeras oportunidades, o sea en 20 años o en 50.

Lo que quiero decir es que se está trabajando para facilitar que todo el mundo pase, que nadie que haga el trabajo conscientemente por si mismo y que decida avanzar de “curso” se quede atrás. La dificultad del proceso es conseguir subir la frecuencia de nuestros sistemas energéticos, no nos dejan, no se quiere permitir, mucho más que el problema que puede representar la mecánica de construir las estructuras para ese salto. Cuando las dos realidades estén “alineadas”, lo estarán “para siempre” (al menos muchos siglos si Kumar no cambia su decisión actual), y todo ser humano que llegue a 15,6Hz mínimo de vibración a nivel de su cuerpo 1.1 podrá coger la puerta y salir de la realidad 7,8Hz y pasar a la realidad 15,6Hz cuando esté listo para ello.

Así que, en general, es una buena noticia, nos han quitado la presión de tener solo una ventana de paso temporal restringida, de tener solo un periodo en el que hay que estar listo, de la ansiedad que pudiera generar la idea de que unos se van y otros se quedan atrás para siempre. Lo que no nos han quitado es la responsabilidad individual que conlleva este proceso. No se hará nada para forzar el paso de nivel por parte de aquellas fuerzas que nos asisten de las personas que no lo quieran hacer conscientemente, sino que lo que han decidido es mantener indefinidamente los puentes de paso y las dos realidades interconectadas para que, todo el que quiera, cuando quiera, haga el cambio.

Así, los primeros pocos cientos de miles de personas que consigan en estos 10 años estar al nivel adecuado podrán formar parte de la primera oleada que podrá percibir la superposición de ambas realidades, y llegarán a estar preparadas para abandonar la actual y moverse a la nueva. Luego, irán viniendo más y más personas que vayan consiguiendo ese nivel, y, poco a poco, más y más. Tendremos que dejar por escrito toda la información y conocimiento que ahora se transmite para que los que nos iremos en esas primeras oleadas podamos seguir adelante, mientras que aquellos aún en proceso tengan el material necesario para saber que hacer en cada momento durante su preparación.

Por lo tanto, hemos de seguir adelante, revisando las peticiones de subida y desprogramación que ya tenemos publicadas desde el año pasado, siguiendo con la sanación y eliminación de bloqueos, volviendo a recuperar el terreno perdido por la cantidad de ataques y manipulaciones que nos hayan podido reducir la frecuencia de nuevo, y volver a tomar impulso hacia el nivel 21 de la LT42 y hacia la última octava de la LT33, que será el preludio del cambio a la 42 en cuanto se pueda quitar la barrera de separación que bloquea ambas líneas.

Un abrazo,

David Topí