Todos conocemos a personas cuyo comportamiento no tiene nada que ver con
el nuestro, personas que comenten actos de maldad gratuitos, que nos sacan de
nuestro centro…
Y nos preguntamos:
¿CÓMO ES POSIBLE QUE YO ME PUEDA PARECER EN NADA A
ESE SER?LA TEORÍA DEL ESPEJO NO PUEDE SER CIERTA.
Pero sí lo es, sólo que ha sido mal interpretada…
Dicen que los indígenas que vivían en América cuando Colón llegó con sus
carabelas no fueron capaces de verlas, porque nunca habían visto ninguna. No
sabemos que parte hay de realidad en esto y que parte de leyenda, lo que si es
cierto que lo que nos resuena, lo que nos hace vibrar de forma positiva o
negativa es algo que llevamos dentro, que conocemos.
Esto no implica que sea algo nuestro sino que es algo que nos resulta
conocido, que ya hemos vivenciado en forma de dolor o de placer.
Como adultos todos portamos una mochila experiencial, una
mochila que hemos ido llenando con años de situaciones vividas y no importa lo
abajo que estén unos calcetines o un trauma, en nuestro inconsciente están
todas disponibles.
Es evidente que existe un código moral social, que ante un acto
“malvado” todos vamos a estar en desacuerdo, y a mayor magnitud más causa
nuestra reprobación.
Así un señor que causa cientos de muertos en un
ataque y nos repugna no es nuestro espejo, en todo caso es el espejo de una
sociedad que aún no entiende que no existe el otro.
Pero vamos a lo cercano, a las pequeñas cosas, a las personas que
interfieren en nuestra propia vida, a las que les ponemos cara y nos sacan de
quicio. Esos sí, esos si son nuestros espejos, pero no tienen por qué reflejar el
mismo aspecto.
Pongamos un ejemplo para entenderlo mejor:
“Dos camareros trabajan tras la misma barra
atendiendo al mismo cliente, uno bastante pesadito.
Ambos coinciden en afirmar que el cliente es
bastante cansino pero a uno de ellos esto le saca de su centro, le desquicia,
cada vez que le ve entrar por la puerta le entra la furia, mientras que el otro
lo considera sin más gajes del oficio, no es su cliente favorito, es cierto,
pero no le altera en absoluto.
Podríamos pensar que el primer camarero tiene menos
paciencia pero no es así, porque resulta que al bar acude otro cliente que es
bastante despectivo con las mujeres…
Una vez más ambos camareros están de acuerdo en que
este cliente no es de su agrado, pero esta vez el primer camarero lo toma como
gajes del oficio y el segundo se enciende cada vez que lo ve aparecer.”
¿Quiere decir esto que el primer camarero es un pesado y el segundo un
misógino? No, ambos condenan las actitudes de los dos clientes sólo que a cada
cual, como dice el dicho popular, le duele lo suyo.
El espejo lo que te está mostrando es que algo en tu mochila huele mal…Que algo de lo experimentado, por mucho que no lo recuerdes, se está
activando dentro de ti.
Así en la mochila del primer camarero existe una experiencia, quizá de
acoso, no resuelta, que despierta la memoria de dolor que inició el trauma.
Es por ello que se dice que debemos agradecer a quien nos enfurece
porque, sin su espejo, no podríamos darnos cuenta que debemos sacar esos
calcetines sucios del fondo de la mochila, que por profundos que estén, por
lejana en el tiempo que esté la experiencia traumática, nos sigue afectando.
Ocurre lo mismo con las personas que nos gustan, aquí el espejo nos
muestra tanto lo que no vemos de nosotros mismos como lo que sí.
Es decir que si los valores que nos mueven son la honestidad y la
congruencia encontraremos atractivas a las personas que se muevan por los
mismos valores.
También pueden ser un reflejo de nuestra potencialidad. Podemos admirar
a una persona exitosa y decidida y encontrarnos con que nosotros somos tímidos
y conformados, lo que el espejo te está mostrando es que en tu interior
existe esa potencialidad.
Ya lo decía Rumi:
LA BELLEZA QUE VES EN MÍ, ES UN REFLEJO DE TI.
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