domingo, 22 de octubre de 2017

Dejando de ser pilas para el sistema y eliminando las rutinas de confusión de la mente. Por David Topi.


Llevamos varias semanas dando algunas pautas para ir soltando todo aquello que, en nuestra estructura multidimensional, nos ancla y sintoniza con la línea temporal que está siendo, en estos momentos, objeto de mucha tensión y zozobra, maniobras por ambos bandos,  y objeto del plantado de semillas para que se manifiesten todo tipo de eventos que incrementen la negatividad, el caos y la complejidad de la vida de aquellos sintonizados con ella. 

Si estáis al tanto, aunque sea genéricamente, de los diferentes focos de tensión mundial que existen, veréis que, en algunos, se está muy próximo a hacer saltar chispas que no tengan marcha atrás. Además, muy por encima de nuestras cabezas, hablando figurativamente, asistimos a cosas que solo podemos imaginar en nuestras series y películas de ciencia ficción, y para las que nos sentimos impotentes en muchos casos, pues, efectivamente, lo estamos, ya que son pocas las personas en el mundo que comprenden, si acaso, todo lo que implica la situación actual en la que se encuentra la especie humana.

Pero, como dijimos en el artículo anterior, nosotros, los que estamos “aquí abajo”, hablando también simbólicamente, tenemos la capacidad de seguir haciendo trabajo interno, sin parar, para ajustarnos a una serie de realidades en las cuales la situación es lo suficientemente diferente como para que no lleguen a manifestarse los planes de aquellos que pretenden terminar con una parte del sistema de vida en el que estamos inmersos. 

El miedo es el mejor aliado que tienen ellos para fomentar que esto suceda, la focalización en lo que nos toca hacer es la mejor arma para seguir avanzando. Muchos nos preguntamos que podemos hacer para intervenir en una “lucha de titanes”, hablando de las fuerzas y razas que gestionan el planeta vs las fuerzas y grupos que intentan ayudar en su proceso evolutivo, y la respuesta sigue siendo abrir consciencia, movernos de línea temporal, y aprender a trabajar cada vez más estrechamente con la parte nuestra que está fuera de todo este entramado, y que no se ve afectada por el mismo, proporcionándonos un punto de equilibrio para estar centrados mientras, primero, tratamos de hacer lo que cada uno desee hacer para seguir avanzando, y luego, procurar no caer en las dinámicas globales puestas en marcha para desestabilizar por completo, a nivel físico, geopolíticamente y a muchos otros niveles, nuestra existencia en la Tierra.

Un nuevo repaso al trabajo interno

Vamos pues a seguir con esas pautas de trabajo personal, pero antes, repasemos para los que leen estos artículos de desprogramación y demás, y no comprenden el motivo o la mecánica de la misma:
Volvemos a la casilla de inicio. Todos nosotros somos seres multidimensionales, no somos nuestro cuerpo, ni nuestra personalidad. Nos identificamos con esta última, y cuando hablamos de otras partes de nosotros mismos las ponemos en tercera persona, y está bien que así sea, es una forma de entendernos, pero es terminología.

Imaginaros una goma elástica, la estiramos todo lo que podemos, enganchamos la parte inferior al suelo, y mantenemos la parte superior una distancia por encima de este. ¿Hay diferencia entre las partes de la goma elástica porque un trozo esté tocando el suelo físico y otro se encuentre en suspensión en el aire? No la hay, así que, muy a groso modo, cuando trabajamos con nosotros mismos, estamos trabajando con esa parte de la goma elástica, la estructura multidimensional que nos forma, para que, la parte en suspensión, la parte “alta”, ayude a la parte “baja”.

A esa parte “alta” la venimos a llamar el ser, el Yo Superior u otros nombres, y es la parte que atesora el potencial humano y divino que tenemos.
Analogía aparte, esto quiere decir que cuando decimos “pedir al ser o al Yo Superior que desprograme algo“, solo hay que hacer eso, pedirlo. Es una única petición consciente, focalizada, concentrada, desde la personalidad (la parte baja de la goma elástica), hacia el ser, Yo Superior, la parte ”divina” y elevada de nosotros mismos (la parte alta de la misma goma). No hay un segundo de nuestras vidas y existencias donde nuestro ser no esté atento a lo que nuestra personalidad hace, vive, experimenta o solicita, pero hay unas reglas del juego evolutivo, que indican que no se puede violar el libre albedrío, ni siquiera entre partes de uno mismo.

Esto significa que si no se solicita conscientemente a nuestro ser que nos ayude con algo, no se produce esa ayuda, al menos no directamente. En este caso, puesto que nuestra personalidad ha obtenido el conocimiento de lo que puede solicitar, por medio de los artículos anteriores, y que es aquello que nuestro Yo Superior desea y está listo para desprogramar en nosotros sin peligro, solo con la petición de hacerlo, ya se ejecuta esa desprogramación.
Espero que con esto se comprenda cómo funciona el proceso para futuros artículos, y todos podáis trabajar con ello.
Rutinas de Confusión

Vamos entonces con otra de las rutinas más importantes que se usa para mantenernos en un estado de sumisión: la confusión.

La confusión, fue introducida como un “virus” en la psique humana cuando se introdujeron las diferentes lenguas en las que nos comunicamos, nuestra famosa torre de Babel, por Enlil y su facción, para poder mantener el control sobre la especie humana. Pensad que una raza o especie que no se entiende entre sí, no puede estar nunca unida, algo que ha sido aprovechado siempre en nuestra contra.

¿Por qué la confusión y cómo afecta a los procesos mentales del ser humano para impedir que sea capaz de dirimir que es real, que es correcto, por dónde viene la manipulación o por dónde viene la verdad? Porque es la única forma de tener a millones de personas inactivas y paralizadas, algo de lo que habíamos hablado, hace ya mucho tiempo, cuando introdujimos el concepto de programación cruzada en las esferas mentales, donde tienes dos parámetros, arquetipos y programas completamente opuestos y antagónicos instalados en ti mismo que se activan según haga falta hacernos creer que algo es blanco y a la semana siguiente hacernos creer que eso mismo es negro. Hacer que algo tan sencillo como absurdo nos parezca lo más natural del mundo no tiene ningún misterio cuando has creado tu las estructuras de la mente humana [las razas que lo hicieron] y tienes las herramientas para activar, a través del inconsciente colectivo y los medios de comunicación, el programa que te convenga en cada caso. Para dejar de estar sujetos a estos caprichos, vamos a desmontar en breve este programa.

Dejando de ser pilas para el sistema

¿Qué es lo primero que se tiene que hacer para provocar una catástrofe, evento, crisis, conflicto, etc., en el plano físico? Se tiene que crear primero en el plano causal, luego detallar en el plano mental, luego tiene que ser estructurado a nivel etérico y finalmente estalla o se manifiesta a nivel físico. 

Todo funciona de esta manera, así que todo lo que está sucediendo ahora en estos momentos en la realidad física de la Tierra, en cualquier parte de la misma en la que viváis, lleva mucho tiempo creado en planos superiores, donde se ha ido gestando, de forma premeditada o por las leyes de causa y efecto. En el primer caso, cuando se hace de forma premeditada, se ha de crear un molde o plantilla para el evento que se desea manifestar, y eso se hace acumulando energía. Esa energía, en general, la aportamos los seres humanos, que de forma inconsciente, seguimos siendo esas “pilas” de la matrix que ya conocemos, y de lo que ya hemos hablado en múltiples ocasiones.

Cuando se ha formado y acumulado la suficiente energía para detonar un conflicto o un evento, se activan las rutinas de confusión en el inconsciente colectivo para que no podamos dirimir ni darnos cuenta de que, a nivel mental, se están orquestando diferentes situaciones usando nuestra energía para ello. Si el ser humano fuera consciente de que es la batería que se usa para hacer saltar chispas y encender los fuegos por todo el planeta, tendría la capacidad de negarse a hacerlo y de reclamar que su energía no sea utilizada de esta forma, entre otras cosas, pidiendo a nuestro Yo Superior que bloquee este uso. Así que es lo primero que vamos a hacer, solicitar dejar de ser pilas con una petición consciente del tipo:
Solicito que se bloquee y se neutralice todo intento de usar mi energía para fines no alineados con la luz, el amor, la paz y el bien mayor de la vida consciente presente en el planeta. Solicito que se desmonten todos los sistemas de captación de energía presentes en mi.
Esta petición, hay que añadirla a todas las que tengáis en marcha, si estáis haciendo las que explicamos en los artículos anteriores, y si, puede parecer que cada día hay que pasarse 10 minutos haciendo peticiones conscientes, y si, habría que hacerlas si queremos que tengan algún resultado, constantemente, y durante mucho tiempo hasta que, de nuevo, tengamos la certeza de que se ha cumplido su propósito al 100%.

Desmontando la confusión

A continuación, el siguiente punto que hemos de desmontar son los programas de confusión como tales, insertados en varias esferas mentales, que se activan cada vez que se intenta insertar en la psique humana aquello que puede ir en contra del sistema de control, para activar, en el mejor de los casos las rutinas de programación cruzada que nieguen o bloqueen la información recibida, o, en la mayoría de los mismos, activando los filtros que desechan toda información nueva que no concuerde con los sistemas de creencias que ya tenemos imbuidos.
Solicito que se eliminen todos los programas y rutinas que crean confusión, falta de discernimiento y conflicto en mis esferas mentales, anulando su activación y borrando todos las burbujas mentales generadas por estos. Solicito que se limpien mis esferas mentales de toda la programación asociada a estos.
Como nos decían algunos de los que ven todo este proceso desde ahí fuera, aunque estemos en un momento crítico para nuestra continuidad como especie, siempre hay esperanza, y como decía Jane Roberts, autora de los años 70:
Ocúpate de lo que tienes inmediatamente cerca. No tienes la responsabilidad de salvar al mundo ni solucionar todos los problemas del mismo, sino de enfrentarte y lidiar con tu propio rincón del universo, y con aquello que tienes alrededor tuyo. Cuando cada persona se trabaja y se cuida, el planeta entero se salva a si mismo.“.

un abrazo,
David Topí


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