Nos encontramos viviendo en una sociedad cruel que nos obliga a tener
vidas demasiado agitadas en la que no nos detenemos ni un segundo, y si nos descuidamos,
inmediatamente nos vemos atrapados en un sinfín de tareas, aunque la mayoría de
ellas son insignificantes, estas no nos dejan ni un minuto libre.
Por eso con estos 8 consejos podrás llegar a ser una persona mucho más
tranquila y con más autocontrol y crecerás de forma espiritual.
1. El Silencio
El silencio es una forma de llamar a la puerta de la sala de la verdad.
Es el fundamento que te prepara para cualquier práctica; es la conciencia de
los cimientos del edificio. Todo lo que es bello y verdadero nace del silencio.
Un momento de silencio es suficiente para exorcizar a los demonios, porque los
demonios son los pensamientos. Si hay un pensamiento compulsivo constantemente
rondando su mente, es porque le dio mucha atención a él, es decir, que lo ha
alimentado.
Pero al calmar la mente, todos los fantasmas desaparecen. No importa lo
vieja que sea la oscuridad, una pequeña rendija de luz disipa toda oscuridad
porque es sólo la ausencia de luz. El silencio invoca la luz. Cuando la mente
está en calma, todo está en calma.
El precio para la realización espiritual es la soledad. En algún
momento, tendrá que enfrentarse a sí mismo. Por lo que es fundamental aprender
a estar solo y en silencio. También puede practicar la meditación.
Abandone toda prisa y todo deseo de llegar a alguna parte. Cierra los ojos y
concentrarse en el entrecejo. Empiece a cultivar el silencio
2. La verdad
Decir la verdad no significa que vaya por ahí diciendo a los demás todo
lo que creemos que es verdad, sin tener en cuenta el hecho de que el otro no
estará dispuestos a escuchar, eso puede causar más conflicto, más guerra.
Seguir la verdad significa escuchar la llamada de su corazón. Si todavía hay
malestar y sufrimiento en tu vida, significa que todavía hay una capa de
mentiras que te involucran. Sé valiente para enfrentarte a tus mentiras.
Sin coraje no serás capaz de enfrentarte a la verdad. Trata de
identificar cuando ni siquiera se puede ser honesto con uno mismo y con la
vida; cuando se tiene que usar una máscara y no pueda ser auténtico y
espontáneo; cuando se tiene que fingir ser otra cosa que no eres. Echa un
vistazo a las diferentes áreas de tu vida. Se necesita algo de trabajo, pero es
un buen trabajo. Recuerda que “la verdad os hará libres.”
3. Acción Correcta
Esto no tiene nada que ver con la moral. La acción correcta, o la acción
consciente, no se basan en lo que está fuera, es decir, no sujeto a la
aprobación del mundo exterior. No se trata de seguir un manual con normas sobre
lo que está bien o mal.
Es una acción determinada por la intuición, que es la voz del silencio.
Es el coraje de ser tú mismo, auténtico y espontáneo. Conscientemente actuar
significa poner amor en movimiento, o recorrer el Camino del Corazón.
4. La No Violencia
La no violencia es la acción sin ego. Es la actitud no
contaminada por la venganza y el odio. No da paso al mal que causa sufrimiento
en el otro, no importa en qué nivel. La no violencia o ahimsa, como
se le conoce en la tradición hindú, no es sentarse y esperar que las cosas
sucedan. A menudo implica acción, actitud. Pero es una acción que viene del
corazón, es espontánea y siempre viene con la sabiduría y la compasión.
Yo mismo he cuestionado el poder de ahimsa. Parece que sólo trabajó con
Gandhi en la India. Pero no es cierto. Ahimsa es el remedio que el planeta
necesita. La compasión es el remedio y ahimsa es la compasión.
5. Amor Consciente
Usemos la palabra “consciente” porque la palabra amor se ha degenerado.
Le dimos tantos significados que no tienen nada que ver con su esencia. Para el
sentido común, el amor está conectado al egoísmo, una satisfacción personal. Él
se confunde con la pasión, el sexo e incluso el odio. Esto sucede de manera
inconsciente: la entidad credita estar amando porque no tiene consciencia de lo
que es el amor.
No se puede definir el amor con las palabras, pero puedo decir que el
amor incluye un sincero deseo de que el otro sea feliz. Incluye ver el
potencial dormido en los demás y da fuerza para despertarlo. ¿Quieres ver al
otro feliz sin querer nada a cambio? En última instancia, el amor
consciente significa amar desinteresadamente.
Pero para que pueda usar esta clave, es necesario que reconozcas tu
falta de amor. Trata de identificar en qué situaciones y con quién no puede ser
amoroso. ¿Dónde y con quién no fluye el amor libremente? ¿En qué situaciones su
corazón está cerrado? He aquí una idea. Vaya detrás de esa pista, y descubrirás
mucho sobre ti mismo. Esta es una manera de traer la paz a
este mundo: aprender a ser un amigo de su hermano; amigo de su vecino.
Aprende a no juzgar los errores de los demás. Antes de levantar
el dedo para acusar a unos de otros, mírate a ti mismo y preguntate, “¿Tengo yo
un defecto igual, u otros peores?” “¿Mi vecino no tiene nada bueno donde
centrar mi atención? “Comenzar a centrarse en el bien que el otro tiene. Esta
es tu gran misión.
6. La presencia
Estar presente significa estar totalmente a alerta. Cuando
puedes experimentar la presencia, tu energía crece y te das
cuenta del amor que fluye a través de ti. Si puedes mantener
esa alerta, tendrás la percepción de que todo es sagrado, y a partir de esa
percepción, puede expandir su energía conscientemente hacia el otro.
Hay que acostumbrarse a preguntar: ¿Dónde estoy? ¿Qué estoy haciendo?
Permítete una parada, sólo por unos segundos, absolutamente todo lo que estás
haciendo. En el centro de la acción, detente y pregúntate: ¿Qué estoy haciendo?
Así interrumpes a tu mente accediendo a la consciencia, por medio de la
presencia, por la acción. Este es el camino.
La presencia es la llave maestra. Pero ¿por qué no vamos
directamente a ella? Porque no todo el mundo está listo para disfrutarlo. Pocos
son lo suficientemente maduros para abandonar el pensamiento compulsivo, ya que
les da un sentido de identidad. Así, en muchos casos, es necesario un trabajo
de purificación. Para ello, el cuerpo es el portal. Siente que ocupas el
cuerpo. Siente tu campo energético y muévete a partir de esa percepción.
7. Servicio desinteresado
Servir desinteresadamente significa poner sus dones y talentos al
servicio del amor. Es cuando realmente puedes dar a otro sin máscaras, sin la
necesidad de complacer o hacer algo para recibir algo a cambio. El único
objetivo es ver al otro brillar. Así te conviertes en el amor que se mueve
directo a la construcción.
Despertarse por la mañana, a sabiendas de que te estás despertando para
servir, ilumina la alegría de vivir. Por supuesto, la conciencia de servicio
aumenta la conexión con lo divino, ya que, como cada uno tiene sus
talentos y dones individuales, o una forma particular en la que el amor se
expresa a través de ti, es el amor que es expresado.
El servicio te convierte en un canal de amor. Por lo tanto, decir que el
servicio es una manera de mantener la llama de la conexión encendida. El amor y
la felicidad van a través de ti para llegar al otro, no importa lo que estés
haciendo, si se trata de cuidar el jardín, la construcción de una casa, la
cocina, el cuidado de una empresa o una persona.
8. Piensa en Dios
Cuando se dice “pensar en Dios” es pensar en la vida, en todo lo que
está vivo, una piedra, un árbol, los animales, todo. Todo en el universo está
vivo, todo vibra a una frecuencia de energía determinada y
todo y todos pertenecemos a esa energía, eso es Dios. Recuerda que Dios está en
todo. En el interior, arriba, abajo, al lado, en todas partes.
Él es la única vida que actúa sobre todos los cuerpos y es su verdadero
yo. Esta percepción de que todo es Uno y que se manifiesta su energía
espiritual en todas las formas de vida, promueve una profunda satisfacción. No
hay palabras para describir esta experiencia, sólo puede ser vivida. Su vida se
convierte en una oración, una ofrenda a Dios. Puede pasar un tsunami, pero no
se olvide de Dios. Poco a poco, su fe se vuelve constante, firme, hasta que
pueda sostener la conexión eterna con Dios.
Durante la fase de desarrollo de la conciencia nos enfrentamos a
obstáculos que necesitan ser removidos. Poco a poco, aprendemos a
identificarlos y eliminarlos y cuando quitamos lo que ya no nos sirve, podemos
llegar a ser canales del amor de Dios, para que fluya libremente a través de
nosotros.
Si utilizamos verdaderamente estas
ocho claves en la vida, inevitablemente experimentarás la paz.
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