jueves, 21 de diciembre de 2017

Resulta saludable no saber nada de quien ha decidido retirarse de tu vida


Cuando alguien decide apartarse de nuestras vidas en contra de nuestra voluntad, es decir, mientras que a nosotros nos gustaría que permaneciera y siguiera ocupando el lugar especial que hemos decidido darle, es normal que nos sintamos al menos incómodos con esa resolución tomada de manera unilateral.
Muchas veces cuando esto ocurre, nos hallamos en una situación en donde comprometemos más aun nuestra integridad, puesto que no conforme con que nos ha tocado desprendernos sin desearlo de alguien, nos exponemos al sufrimiento tras un poco aceptación de la realidad, al pretender que esa persona siga ocupando un espacio en nosotros inclusive sin saberlo.
Nos torturamos indagando de su vida, preguntándole a conocidos, revisando sus redes sociales, procurando patéticos encuentros que aparenten casualidad, mientras que intentamos inclusive sabotear su vida y lo más triste de todo, mientras malgastamos nuestro tiempo en quien por algún motivo u otro ha decidido retirarse de nuestro lado.
En la vida debemos aprender a perder y aun cuando no estemos de acuerdo, aun cuando sintamos que no es el momento, inclusive cuando pensemos que somos la mejor opción para alguien, debemos dejar nuestro ego a un lado y aferrarnos a la dignidad.
La poca aceptación de que alguien no nos prefiere ya en su vida, nos puede invitar a una tóxica dinámica de buscar todas las vías posibles de atornillarnos a la fuerza. Todos queremos ser aceptados y el hecho de que alguien que de alguna manera se acercó a nosotros en algún momento, decida sencillamente retirarse puede convertirse en un reto, que sentiremos ganar solo cuando esa persona recapacite e inclusive se arrepienta de haberse alejado.
Algunas veces no estaremos tan negados a aceptar, pero nos haremos daño intentando  averiguar de su vida y será una bomba para nosotros cualquier indicio de felicidad en su vida, que no tenga nada que ver con nosotros.

Si sentimos necesidad de acercarnos a esa persona que ha decidido dejarnos en el pasado, así sea husmeando por la puerta de atrás de su vida, podemos entender que esto cabe dentro de lo normal si ocupa muy poco de nuestro tiempo y en especial de nuestros pensamientos. Si invertimos cantidades considerables de tiempo y energía en saber, en participar, en sabotear o encontrar maneras adecuadas o no de que esa persona nos extrañe, sin duda nos hace falta una revisión profunda de pautas de merecimiento y de amor propio.
Si alguien se quiere marchar de tu vida, ábrele la puerta, esa persona se irá, pero contigo se quedará tu dignidad y si te soportas en ella en poco tiempo superarás cualquier vacío que pudieses sentir. Evita cualquier contacto, no busques, ni revises, observa tus pensamientos y no te enganches a nada que no te haga bien… Poco a poco todo sanará y más pronto que tarde le darás la bienvenida a una mejor experiencia y sorpresivamente la mejor es la que nos lleva a encontrarnos con nosotros mismos.
¿De qué nos sirve retener a alguien que se quiere ir? ¿Es eso lo que merecemos? Todos merecemos un amor bonito, que alimente, que nos elija… Todos merecemos amar y ser amados.
RINCON DEL TIBET.

http://www.reflexiones.life

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