martes, 25 de septiembre de 2018

La principal causa de nuestros problemas, radica en que no nos sabemos expresar…


La comunicación entre los seres humanos es vital, sentimos la necesidad de relacionarnos, de comunicarnos, de interactuar y de sentir que somos amados, de amar y de compartir nuestro destino, sin embargo, es precisamente la falta de comunicación o la incapacidad de manifestar lo que sentimos y pensamos, lo que comienza a generarnos problemas, que llegan incluso a convertirse en grandes problemas.


Cuando escuchamos las quejas de un niño, u observamos como manifiestan su molestia, nos damos cuenta de la dificultad que tiene para expresar ciertas emociones, se frustran, lloran y gritan, principalmente porque no les entendemos o simplemente porque no les brindamos el espacio adecuado para completar sus ideas, pues lo mismo ocurre con los adultos, en peor medida, pues lejos de tener la capacidad y las herramientas para poder expresarnos, no podemos hacerlo muchas veces.

La necesidad de manifestar nuestros pensamientos y sensaciones surge de que llegue al otro lo que deseamos trasmitir, sin embargo, cualquier falta de experiencia puede complicar las cosas y el no saber expresar lo que queremos comunicar, puede terminar en un verdadero mal entendido, nos frustramos al igual que los niños, quedan abiertas las malas interpretaciones y finalmente surgen los lamentos de los conflictos.

Para hacer llegar a la otra persona lo que deseamos manifestar, es necesario que tomemos algunas cosas en cuenta, en principio despojarnos de cualquier predisposición, pues no siempre es bueno o grato lo que queremos manifestar, en segundo lugar, debemos tener la serenidad necesaria para que puedan entendernos, si atropellamos nuestras palabras, difícilmente podremos hablar con claridad.

Luego es necesario que tomemos un instante para aclarar el pensamiento, si no tenemos claro lo que deseamos decir, no podremos hacerlo sentir, de manera que saber lo que se quiere comunicar puede ahorrarnos muchos inconvenientes a la hora de comunicarlo, pues la duda solo da paso a las controversias y a las interpretaciones.


Mira a la persona a quien te diriges, respira y habla fluidamente, sin prejuicios y sin adelantarte a los acontecimientos, sin esperar adivinar sus pensamientos o predisponerte a lo que va a responder o cual será su reacción, simplemente enfócate en trasmitir aquello que deseas, de manera limpia y clara, con la mayor sinceridad y con el espacio suficiente para aclarar dudas y evitar inconvenientes.

Quizá esto pueda parecerte un proceso muy largo antes de manifestar lo que sientes, pero es cuestión de segundos, de instantes previos antes de hablar, y nos permitirá manifestar de la mejor manera posible lo que deseamos transmitir, en lugar de causarnos problemas.


Muchas veces terminamos involucrados en situaciones inesperadas, incluso no comprendemos lo que ha ocurrido, pero si hacemos una revisión del hecho, nos daremos cuenta que probablemente el conflicto haya partido de la comunicación o más bien, de la mala comunicación y de la incapacidad de comunicarnos de la manera correcta.

Tener las herramientas para comunicarnos no es la única virtud que necesitamos para comunicar lo deseado, debemos tener la serenidad, el aplomo y la entereza de hablar sin herir, sin confundir y sin despertar interpretaciones, solo claro, simple y preciso.

RINCON DEL TIBET
http://www.reflexiones.life

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