miércoles, 19 de septiembre de 2018

17.- Bendición del Compartir. Del Libro Treinta y Tres Bendiciones, para una nueva Realidad. Por Ashamel Lemagsa.



Amados…

Cuando hablamos de compartir, generalmente se piensa en repartir desde lo material…

Nos olvidamos que el compartir implica una generosidad muy amplia no solo a nivel material, sino emocional, mental y espiritual.

Compartimos una cena, un desayuno…

Compartimos prendas de vestir entre familiares o amigos….

Compartimos las ganancias de un buen día de trabajo entre los socios o empleados de una empresa.

Pero muchas veces compartimos situaciones, sentires que nos alegran o entristecen y son más valiosas que todo lo material que hemos compartido hasta ese instante con amistades o familia.

Cuando se comparte una confesión, que se necesita contar, pues nos ahoga el Alma y se comparte desde el corazón con sinceridad y amor, establecemos una alianza de confianza y amor.

Se comparten alegrías, sinsabores, penas, satisfacciones personales o de otros…

Compartir es...

Partir algo, para darlo sin esperar que nos regresen lo que entregamos, simplemente se da, generosamente y en el com-partir está nuestra gran alegría, por eso no deseamos, que nos entreguen lo que compartimos, pues no esperamos recompensa alguna.

Las alegrías se comparten para dar amor generosamente al otro, que quizás necesita, esa cálida energía de amor.

Se comparte una comida para que los comensales la disfruten en paz y bienestar.

Se comparten tristezas… como oportunidad para que el otro en nuestro dolor nos comparta amor, comprensión, paciencia y un abrazo fraternal.

Compartimos silencios… como refugio para auto sanarnos y enseñarle al mundo que se puede sanar en el silencio interior, sin necesidad de ese parloteo tanto mental, como humano, donde le volcamos a los otros nuestros problemas, muchas veces sin esperar soluciones de parte de los demás, simplemente desatamos el parloteo verbal que nos agota y agota al que nos escucha.

Compartir silencios es… Respetar el silencio de los otros y hacer que respeten nuestro sano silencio, donde recorremos nuestras heridas mentales y emocionales desde una actitud positiva de autosanación, que implica, sentir el dolor para perdonarlo, soltarlo y encontrar esa quietud interior que se expresa en paz, armonía y bienestar, con nosotros mismos y con el mundo.

Compartir el silencio interior, es lo más difícil para concretar y continuar, pues generalmente las personar que nos rodean sienten que los dejamos de lado, cuando en realidad estamos trabajando internamente para reconectarnos con nosotros mismos y con los demás, para regresar y compartir desde la sabiduría y no desde esa actividad mental desordenada y confusa.



Compartimos todo… Muchas veces sin ser conscientes de ello.

Compartimos, temas materiales como un trabajo o un abrazo.

Compartimos emociones de alegría, paz o dolor.

Compartimos… Energía!!!

Somos una fuente de energía y aunque nos cueste comprenderlo y aceptarlo, la energía individual se comparte con los otros…

Aunque no lo “veas”, emites energía y según sea la misma, de Luz o de sombra, impregnas tu ambiente, tus cosas y a los demás con la energía que tu emites.

Entonces…

Para ser fuente de energía sana y compartir desde el amor,

Cuidemos nuestras emociones, pensamientos y acciones, que ellas sean siempre desde el amor y si por alguna causa llegan los “errores”, pues sin culpas, ni culpables… Perdonemos.

Que hoy y siempre nuestra bendición de compartir sea

Desde la generosidad, la paciencia, el perdón, el amor

Y la Paz Interior.

Que así sea, hecho está!!



Los Amo!!!!

Con Amor, Ashamel Lemagsa.



Video: Te regalo 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario