El amor propio es, podría decirse, un estado de aprecio que va surgiendo a medida que hacemos cosas por y para nosotros, y esto no tiene por qué implicar que te creas o sientas superior a otros, o que cometas el equívoco de despreciar a los demás.
Cuando hemos cultivado nuestro amor propio, resulta más sencillo darnos la oportunidad de mostrar al mundo nuestra mejor cara, descubrir el potencial que llevamos dentro y vivir plenamente. Amarnos también es sinónimo de ser honestos con nosotros mismos, comprometernos con una causa y tomar decisiones a favor de nuestro bienestar.
Ámate lo suficiente para construir tu felicidad
“La única persona en la vida con la que siempre estarás eres tú mismo. Porque incluso cuando estés con otros, estarás contigo también” (C. JoyBell C.)
El amor propio puede ser tan importante que nos lleva a cambiar radicalmente nuestros objetivos a corto, mediano y largo plazo. Quererse a uno mismo supone reconocer y atender nuestras necesidades vitales, aceptarnos, respetarnos y amarnos por ser quienes somos.
Nunca es demasiado tarde para tomar la decisión de cultivar el amor por nosotros mismos y transformar nuestra vida. El camino, si bien puede ser largo a veces, es más sencillo de lo que creemos y hay cientos de cosas que podemos hacer todos los días para fortalecer la autocompasión y la autoestima.
1. Conócete
Cuando nos conocemos plenamente, somos capaces de reconocer nuestros puntos débiles y nuestras virtudes. Una vez que las identifiquemos, sabremos cómo potenciarlas para seguir creciendo en distintas áreas de nuestra vida. Esto nos permitirá sentirnos más seguros a la hora de tomar decisiones y desarrollar proyectos y metas.
Ejercicios para conocerte mejor a ti mismo:
Lleva un diario.
Escucha y dialoga con tu voz interior.
Escribe tus puntos fuertes y débiles.
Sé consciente de tus miedos.
Prioriza tus sueños.
2. Respétate
Debes considerarte un ser valioso, importante. Cuando identifiques tus defectos o puntos débiles, recuerda aceptar que también son parte de la maravillosa persona que eres. Enfócate en detectar aspectos que te ayuden a mejorar tu vida, siempre y cuando eso sea lo que te haga sentir bien. Al respetarte a ti mismo, harás que otros te respeten por quien eres y podrás establecer relaciones saludables que te permitirán relacionarte desde la sinceridad.
Ejercicios para fortalecer el autorespeto:
No negocies tus principios.
No dejes en segundo plano tu dignidad.
3. Trátate con cuidado
A veces, el maltrato viene de nosotros mismos, y es que es muy fácil caer en este error cuando algo malo nos sucede y creemos ser los únicos culpables.
Hablarnos mal a nosotros mismos es una manera más de auto sabotaje. Cuando eres tú quien habla mal de ti, no te estás haciendo ningún favor, no es una señal de humildad, ni siquiera haber cometido un error es excusa. Simplemente, convertimos la culpa en un mecanismo de autosugestión que nos prepara para el fracaso.
Debes aprender a perdonarte y dejar de emitir juicios en tu contra. Mejor concéntrate en todas las virtudes que tienes y en cómo puedes hacer las cosas mejor en el futuro.
Ejercicios para la autocompasión:
Pregúntate a ti mismo qué harías si fuera un amigo quien estuviese en tu lugar. ¿Serías igual de crítico y cruel, o serías comprensivo y gentil?
Modifica tu pensamiento autocrítico; cuando te descubras siendo hostil contigo mismo, ponte un alto y modifica ese pensamiento negativo por un cumplido o un mensaje alentador.
4. Aléjate de las personas negativas
Estar recibiendo críticas constantemente puede aniquilar nuestra integridad. Las personas que te rodean tienen un impacto en ti mucho más fuerte del que imaginas, pero un amor propio bien cultivado nos ayuda a poner límites sin ser ofensivos, y hacerlo de manera efectiva.
Tienes derecho a plantarte con firmeza y decidir quiénes merecen ser parte de tu vida, recuerda que se trata de tus sentimientos, valores y energía, y nadie tiene derecho a hacerte sentir mal.
¡Termina con esas relaciones limitativas para que tu amor propio se expanda!
Cómo identificar a una persona tóxica:
Ten cuidado con quienes parecen disfrutar humillando a los demás y enalteciéndose a sí mismos.
Evita rodearte de personas que disfrutan con el drama y la miseria de los otros.
Aléjate de los especialistas en chantaje emocional o aquellos que se muestran ante el mundo como víctimas de injusticias imaginarias.
5. Confronta y supera tus miedos
Al dejar de lado nuestros miedos, la tensión y el temor al fracaso desaparecen, te abres a nuevas posibilidades y capacidades que antes no conocías.
Da lo mejor de ti con tal de superar traumas, ataduras, creencias irracionales, comprender que hay cosas que solo están en tu mente y comenzar a conectar con personas o actividades que no te habías dado la oportunidad de conocer.
Cómo enfrentar nuestros miedos:
Pregúntate a ti mismo: ¿qué es lo peor que podría pasar? ¿Realmente es probable que suceda?
Permítete sentir, experimentar desde la emoción y la intuición. Generalmente, nuestros miedos son producto de la mente y solo podemos superarlos desconectándola por un momento.
6. Establece metas realistas
En algunas ocasiones, tener altas expectativas con respecto a algo o a alguien puede perjudicarnos. Aprender a ver la vida sin modelos ideales hará que aprecies todo lo que te sucede.
Empieza a proponerte objetivos modestos y a felicitarte por cada logro alcanzado, aunque sea pequeño, eso hará la diferencia.
Cómo fijarnos metas realistas:
Establece metas específicas y a corto plazo. Recuerda que siempre un conjunto de metas pequeñas son la clave para lograr un objetivo grande.
Sé concreto con las acciones o actividades que debes realizar para cumplir cada meta. ¿Hay una forma de medir tu desempeño?
Empieza poco a poco, y en la medida de lo posible, pon a cada tarea una fecha de vencimiento. Esto te ayudará a organizarte mejor y sentirte bien con cada objetivo cumplido.Phrònesis
Atrévete a ser feliz.
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