¿Qué debemos hacer para crear impacto, emocionar y dejar esa huella indeleble con la que construir relaciones duraderas? En algún momento de nuestra vida todos hemos deseado descifrar ese misterio que erige las relaciones humanas, ese enigma que configura la psicología de la conexión y que tanto nos fascina.
Ahora bien, es posible que nos preguntemos qué significa realmente eso de ‘conectar’, porque si buscamos en el diccionario dicho término nos encontraremos definiciones como: «poner en contacto dos cosas (aparatos, sistemas) para que entre ellas se genere una reacción o algún tipo de comunicación». Queda claro sin duda que las personas no somos máquinas pero curiosamente, nuestro cerebro sí presenta una actividad eléctrica.
El ser humano conecta a través de la emoción. Cada uno de nosotros, como diría Carl Jung, reaccionamos y nos transformamos cuando conectamos con ciertas personas que nos son estimulantes. Nuestras relaciones son por tanto el resultado de un fascinante mecanismo de reacciones químicas y eléctricas que nos ayudan a crear vínculos.
El ser humano necesita de estas conexiones no solo para compartir espacios, intereses u objetivos. Hay una necesidad inherente por socializar, por hallar figuras de referencia que nos aporten su amistad, su afecto, su apoyo incondicional. Abraham Maslow situó de hecho las necesidades de afiliación en ese tercer escalón de su pirámide, reflejando así su importancia, su trascendencia hacia nuestra autorealización.
«Tenía la esperanza de que, si nuestras miradas seguían unidas durante unos cuantos segundos, ella sabría leer mi expresión como yo había sabido leer la suya. Luego el momento pasó, y ella volvió a su lejanía».
-Nunca me abandones (2005), Kazuo Ishiguro-
Claves efectivas para conectar mejor con las personas
A veces, iniciamos una conversación con alguien buscando caer bien, esperando crear una conexión positiva que nos permita crear un lazo de confianza y afinidad. Lo hacemos cuando por ejemplo, nos atrae alguien. Sin embargo, también buscamos este fin para hacer amigos o incluso para ganar clientes a nivel laboral o para construir buenas alianzas con compañeros de trabajo a nivel de empresa.
A la mayoría de nosotros nos gustaría sin duda dominar a la perfección esas para conectar con las personas de manera efectiva. Bien es cierto que en ocasiones esa conexión fluye sola y de manera espontánea. Sin embargo, esa magia sutil no siempre surge por sí sola.
En ocasiones, somos nosotros quienes debemos facilitarla para romper el hielo, para trazar con adecuadas habilidades sociales, esa chispa que enciende en engranaje de las relaciones. Reflexionemos por tanto en esas estrategias que podrían ayudarnos. Son las siguientes.
Calma interna y apertura
Sabemos que nuestro cerebro tiene una necesidad innata por conectarse socialmente con quien nos rodea. Estudios como el llevado a cabo por el doctor Michael Lieberman, de la Universidad de Nueva York, por ejemplo, nos revelan que la sensación de dolor que experimenta el cerebro al percibir la soledad puede ser incluso más intenso que la vivencia de un golpe o una herida.
Necesitamos por interaccionar y relacionarnos con nuestro entorno para dar forma a lazos significativos, pero ¿cómo lograrlos? Un primer paso es entender algo muy sencillo. En ocasiones, focalizamos toda nuestra atención en caer bien o causar una buena impresión, olvidándonos primero de nuestro estado emocional interno.
Si estamos nerviosos o sentimos ansiedad, proyectaremos eso mismo a la persona que tenemos en frente. Lo ideal es partir de un estado de calma y seguridad interna. Solo cuando estamos bien con nosotros mismos, podemos abrirnos a los demás para dar lo mejor, para cautivar y conectar.
Interés genuino y autenticidad
Otra clave para conectar mejor con las personas es ser capaces de mostrar un interés genuino por quien está en frente. Más allá de lo que podamos pensar, no es nada fácil aplicar esta artesanía social. Hay quien fuerza en exceso y acaba derivando en la falsedad, en el postureo o en esa conducta que crea más distancia que cercanía.
Debemos ser auténticos, sinceros, humildes y por encima de todo, empáticos. La persona genuina hace uso de la sonrisa, de una comunicación relajada, respeta las distancias, escucha y se interesa por lo que oye para responder en consecuencia. Recordemos que la conexión humana solo funcionará si hay honestidad.
Confianza y pequeñas confidencias
Una estrategia idónea para conectar mejor con las personas es ser capaces de establecer un escenario donde habite la confianza. Un modo de lograrlo es haciendo uso de una técnica muy conocida por los grandes oradores. Se trata simplemente, de revelar una confidencia. No es necesario ni conveniente que pongamos en voz alta una intimidad, se trata de confiarle al otro algo de nosotros mismos que despierte la empatía ajena.
Un ejemplo de ello serían frases ‘te voy a decir un secreto, la verdad es que estoy muy nervioso’, ‘pues déjame decirte que a mí me pasó algo muy curioso hace unos días…’, ‘no te lo vas a creer pero a mí de niño me pasaba que…»
Para concluir, no hay un secreto infalible con el cual conectar mejor con las personas. Se trata solo de hacer uso de un amplio abanico de estrategias que ir creando cercanía y bienestar para que el diálogo fluya.
Lo más importante de todo, es partir de ese bienestar interno donde no haya ansiedad, donde la inseguridad sea mínima y donde nos limitemos simplemente, a disfrutar de la interacción social. Es más fácil de lo que podamos pensar.
Valeria Sabater
Atrévete a ser feliz.
Ahora bien, es posible que nos preguntemos qué significa realmente eso de ‘conectar’, porque si buscamos en el diccionario dicho término nos encontraremos definiciones como: «poner en contacto dos cosas (aparatos, sistemas) para que entre ellas se genere una reacción o algún tipo de comunicación». Queda claro sin duda que las personas no somos máquinas pero curiosamente, nuestro cerebro sí presenta una actividad eléctrica.
El ser humano conecta a través de la emoción. Cada uno de nosotros, como diría Carl Jung, reaccionamos y nos transformamos cuando conectamos con ciertas personas que nos son estimulantes. Nuestras relaciones son por tanto el resultado de un fascinante mecanismo de reacciones químicas y eléctricas que nos ayudan a crear vínculos.
El ser humano necesita de estas conexiones no solo para compartir espacios, intereses u objetivos. Hay una necesidad inherente por socializar, por hallar figuras de referencia que nos aporten su amistad, su afecto, su apoyo incondicional. Abraham Maslow situó de hecho las necesidades de afiliación en ese tercer escalón de su pirámide, reflejando así su importancia, su trascendencia hacia nuestra autorealización.
«Tenía la esperanza de que, si nuestras miradas seguían unidas durante unos cuantos segundos, ella sabría leer mi expresión como yo había sabido leer la suya. Luego el momento pasó, y ella volvió a su lejanía».
-Nunca me abandones (2005), Kazuo Ishiguro-
Claves efectivas para conectar mejor con las personas
A veces, iniciamos una conversación con alguien buscando caer bien, esperando crear una conexión positiva que nos permita crear un lazo de confianza y afinidad. Lo hacemos cuando por ejemplo, nos atrae alguien. Sin embargo, también buscamos este fin para hacer amigos o incluso para ganar clientes a nivel laboral o para construir buenas alianzas con compañeros de trabajo a nivel de empresa.
A la mayoría de nosotros nos gustaría sin duda dominar a la perfección esas para conectar con las personas de manera efectiva. Bien es cierto que en ocasiones esa conexión fluye sola y de manera espontánea. Sin embargo, esa magia sutil no siempre surge por sí sola.
En ocasiones, somos nosotros quienes debemos facilitarla para romper el hielo, para trazar con adecuadas habilidades sociales, esa chispa que enciende en engranaje de las relaciones. Reflexionemos por tanto en esas estrategias que podrían ayudarnos. Son las siguientes.
Calma interna y apertura
Sabemos que nuestro cerebro tiene una necesidad innata por conectarse socialmente con quien nos rodea. Estudios como el llevado a cabo por el doctor Michael Lieberman, de la Universidad de Nueva York, por ejemplo, nos revelan que la sensación de dolor que experimenta el cerebro al percibir la soledad puede ser incluso más intenso que la vivencia de un golpe o una herida.
Necesitamos por interaccionar y relacionarnos con nuestro entorno para dar forma a lazos significativos, pero ¿cómo lograrlos? Un primer paso es entender algo muy sencillo. En ocasiones, focalizamos toda nuestra atención en caer bien o causar una buena impresión, olvidándonos primero de nuestro estado emocional interno.
Si estamos nerviosos o sentimos ansiedad, proyectaremos eso mismo a la persona que tenemos en frente. Lo ideal es partir de un estado de calma y seguridad interna. Solo cuando estamos bien con nosotros mismos, podemos abrirnos a los demás para dar lo mejor, para cautivar y conectar.
Interés genuino y autenticidad
Otra clave para conectar mejor con las personas es ser capaces de mostrar un interés genuino por quien está en frente. Más allá de lo que podamos pensar, no es nada fácil aplicar esta artesanía social. Hay quien fuerza en exceso y acaba derivando en la falsedad, en el postureo o en esa conducta que crea más distancia que cercanía.
Debemos ser auténticos, sinceros, humildes y por encima de todo, empáticos. La persona genuina hace uso de la sonrisa, de una comunicación relajada, respeta las distancias, escucha y se interesa por lo que oye para responder en consecuencia. Recordemos que la conexión humana solo funcionará si hay honestidad.
Confianza y pequeñas confidencias
Una estrategia idónea para conectar mejor con las personas es ser capaces de establecer un escenario donde habite la confianza. Un modo de lograrlo es haciendo uso de una técnica muy conocida por los grandes oradores. Se trata simplemente, de revelar una confidencia. No es necesario ni conveniente que pongamos en voz alta una intimidad, se trata de confiarle al otro algo de nosotros mismos que despierte la empatía ajena.
Un ejemplo de ello serían frases ‘te voy a decir un secreto, la verdad es que estoy muy nervioso’, ‘pues déjame decirte que a mí me pasó algo muy curioso hace unos días…’, ‘no te lo vas a creer pero a mí de niño me pasaba que…»
Para concluir, no hay un secreto infalible con el cual conectar mejor con las personas. Se trata solo de hacer uso de un amplio abanico de estrategias que ir creando cercanía y bienestar para que el diálogo fluya.
Lo más importante de todo, es partir de ese bienestar interno donde no haya ansiedad, donde la inseguridad sea mínima y donde nos limitemos simplemente, a disfrutar de la interacción social. Es más fácil de lo que podamos pensar.
Valeria Sabater
Atrévete a ser feliz.
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