lunes, 15 de julio de 2019

Destruyendo las capacidades tecnológicas y energéticas del sistema de control. Por David Topi.


La petición del último artículo ha sido todo un éxito. Ha habido que esperar casi una semana para ver si la energía y consciencia combinada de todos los que os habéis sumado a la misma era suficiente para poder ponerla en marcha, y una vez puesta en marcha, con qué potencia se hacía y si esa potencia era bastante para limitar el movimiento de asimoss y amoss y demás razas por el planeta y restringirlos solo al plano físico, que es donde están ahora y donde, si no hay sorpresas o no encuentran alguna manera de romper las “fuerzas” que se les oponen cuando intentan moverse hacia el plano etérico o mental de la Tierra, tendrán que mantenerse hasta que consigamos expulsarlos del todo.

¿Esta situación, de nuevo, dónde nos deja? Por muy buena noticia que esto pueda ser, al ser humano esto puede parecerle más un problema que otra cosa, porque ahora están “confinados” en nuestro propio plano “sólido”, aunque ligeramente más allá de las frecuencias que podemos ver y con las que podemos interactuar, porque no pueden “solidificarse” más allá del plano 1.2, como ya hemos explicado en otras ocasiones. Así que este plano “material” empieza a estar algo más masificado y ahora, para desplazarse, deben hacerlo mediante medios más “materiales” y siguiendo algunas de las limitaciones que el desplazamiento en la materia impone a los que en ella existimos, ya que hay algunas reglas de la física y de la estructura energética de este plano más denso en el que nos encontramos que se rompen fácilmente en el plano etérico o mental, pero que son de obligado cumplimiento en el nivel físico. Dicho con otras palabras, les obligamos a que tengan menos capacidad de moverse con libertad, con rapidez y con relativa tranquilidad, les hemos quitado una parte de las capacidades de manipular la estructura energética del planeta y se sigue el proceso de sellar y taponar sus bases logísticas y centros de reproducción.

Así, como me decía hace un par de días uno de mis “guías”: “ya no falta tanto para que los veáis expulsados del todo del planeta”, aunque ese “no falta tanto” es relativo, y depende siempre del tira y afloja entre ambos bandos, pero, al menos visto desde planos superiores, vamos avanzando y yendo en la buena dirección.

Así que vamos con otra nueva ofensiva por nuestro lado para “arrinconarlos” un poco más y hacerles más complicado el control y el dominio que sigue actualmente vigente sobre las estructuras de poder que rigen a la humanidad.

Habíamos explicado hace ya varios meses que todas estas razas se comunican, o lo hacían, a través de su inconsciente colectivo “local” presente también en el plano mental de nuestro planeta. Incluyo el término “local” porque tanto asimoss, como amoss como el resto de grupos siguen conectados hasta cierto nivel con el IC global de la raza a la que pertenecen y que se encuentra ubicado en el equivalente mental en su planeta de origen. Por lo tanto, aquí tenían, porque ya lo hemos desmontado como ya sabéis, un IC local para sus comunicaciones y traspaso de información y necesidades operativas. Al no estar ya este IC local, asimoss, y las otras razas, pasaron a usar medios tecnológicos, que son los que vamos a desmontar y destruir con el trabajo de hoy.

La tecnología asimoss y amoss se encuentra miles de años por delante de cualquier cosa que nos podamos imaginar en el planeta. Todo lo que podáis soñar o que hayáis visto en alguna película o serie de ciencia ficción para ellos es un utensilio más de las diferentes herramientas y sistemas que poseen para sus necesidades y “rutinas de trabajo”. Al tener una capacidad tecnológica tan avanzada, pueden ejecutar manipulaciones a nivel planetario, como lo que os expliqué de cambiar la gravedad de un planeta entero para adecuarlo a sus necesidades defensivas, sin que les suponga demasiado esfuerzo. El ser humano, si supiera lo que se puede hacer con una tecnología que no puedes ni soñar que existe, se quedaría bien asombrado al ver lo lejos que estamos de comprender como funcionan las leyes del tiempo y del espacio, de la energía, de la manipulación de la materia, de la manipulación y creación de la vida y de la consciencia, de la alteración a voluntad del avatar que usas, etc.

Pero esta ventaja tecnológica tiene también sus puntos débiles, al menos para otras razas, grupos o jerarquías que son superiores a ellos, y, especialmente analizado desde el punto de vista de nuestros Yo Superiores, tienen lugares y resquicios a través de los cuales se la puede apagar, inutilizar e inhabilitar. Es la ventaja que tiene, contra unos pocos cientos de miembros de las cinco razas que quedan aún en la Tierra, que más de 7500 millones de Yo Superiores en el planeta analicen que hacer para terminar de expulsarlos, observando desde posiciones “atemporales” y “adimensionales” este nuestro “tablero de juego”.

Los puntos débiles de este desarrollo tecnológico es que necesita cantidades ingentes de energía para funcionar, que extraen principalmente del núcleo etérico del planeta, el mismo lugar que los niveles 3 y 4 de los círculos de poder en la Tierra usan también para la alimentación energética de los procesos que los mantienen “fácilmente” en control de la humanidad. El núcleo etérico del planeta es una fuente inagotable de poder que, a pesar de que Kumar nunca autorizó su uso, tampoco lo prohibió expresamente en ningún momento, con lo cual, en una especie de “zona gris de permisos”, han estado conectando estructuras físico-etéricas para canalizar el flujo energético necesario para hacer funcionar toda los sistemas tecnológicos desplegados por los planos físico, etérico, mental y el sustrato astral de la Tierra. Al solicitar que se desconecten todos estos sistemas, que es lo que vamos a hacer, se va a producir un “apagón etérico” en toda la tecnología y sistemas que dependen directamente de este sistema de alimentación, algo que, si alguno de vosotros recuerda la saga de películas “Matrix”, es el equivalente a apagarles la ciudad o ciudades subterráneas que los humanos tenían y que excavaban en el interior de la Tierra para usar su calor, energía y poder para mantener toda la maquinaria que los mantenía vivos mientras luchaban contra las “máquinas” de la superficie. Películas aparte, así es como están nutriéndose principalmente los círculos de poder y las razas en gestión de los mismos, y es lo que vamos a desconectar en nuestro siguiente paso.

¿Quién puede ejecutar esta petición si estamos hablando de desenchufar cables, eliminar sistemas tecnológicos y destruir fuentes de alimentación? Solo lo puede hacer el planeta, es decir, Kumar, y solo lo pueden hacer un grupo altamente “poderoso” de las fuerzas que le asisten, pues para poder trabajar en este lugar de la estructura de la Tierra y conseguir desmontar esto no podemos pedírselo a elementales o fuerzas “básicas” de la naturaleza, pues no tienen capacidad ni poder para ello. Sin embargo, el propio planeta sí que puede hacerlo en sí mismo, el equivalente a que vosotros levantéis una mano y os la llevéis a la cabeza para sacaros algo que tenéis enganchado en la misma, pues Kumar puede, de sí mismo, extraer aquello que no se tiene permiso para que esté ahí.

Tengo pendiente un artículo en el que intentaré explicar porqué el planeta, y todas las fuerzas que le asisten, no se han involucrado hasta ahora y han permitido que la situación llegue hasta donde nos encontramos, porque, para muchos, si se hubieran tomado estas iniciativas hace décadas, o incluso siglos, no estaríamos en esta situación, pero la visión planetaria de la misma es diferente, siendo todo un “juego evolutivo” para varias razas que buscan y detonan y siguen experimentando la “vida” y la Creación de diferentes maneras, y, por eso, de forma resumida, se ha permitido lo que se ha permitido en la Tierra, pero, al romper asimoss todas las reglas del juego, y cruzar todas las líneas rojas impuestas por el propio logos planetario, la situación cambia, y entonces se nos permite ejecutar y solicitar todo lo que hemos estado haciendo en los últimos meses. Es un proceso de causa-efecto, acción-reacción en el que nosotros somos o “llevamos” la reacción y el efecto a las causas que asimoss pusieron en marcha al romper y saltarse las reglas del juego impuestas por Kumar.

Por lo tanto, finalmente, la petición a nuestro YS, una sola vez, para que la traslade a nuestro logos planetario es la siguiente:


Solicito a mi Yo Superior que traslade esta petición a Kumar, como logos planetario, para que sea ejecutada con mi permiso como parte de la humanidad con la máxima inmediatez y a la mayor potencia posible. Solicito que se desconecten, eliminen, retiren y destruyan todos los sistemas de alimentación y sustracción energética presentes en el núcleo físico, energético y etérico de la Tierra que están siendo usados por amoss, asimoss, zuls, animiss, alomiss, aquellos conocidos como los “grises” y los miembros de los círculos de poder en la Tierra que gestionan a la humanidad. Solicito que se bloquee el flujo energético de alimentación de todos los sistemas tecnológicos, mecánicos y materiales que usan esta energía para poder funcionar. Solicito que se destruyan todos los canales y sistemas de alimentación energética que salen desde el núcleo planetario hacia los diferentes repositorios de energía que estas razas poseen en diferentes puntos de la Tierra, así como aquellos que son usados por los niveles humanos de la estructura de poder de la misma. Solicito que las fuerzas que asisten al planeta en esta labor la ejecuten con la máxima prioridad posible para inutilizar por completo toda la tecnología asimoss, amoss, zuls, animiss, alomiss y de los “Grises” y destruirla completamente. Solicito y doy permiso en nombre de mi pertenencia a la humanidad para que los diferentes sistemas tecnológicos de control ubicados a nivel físico, etérico, mental y en el sustrato astral sean destruidos y eliminados por completo en toda la estructura de la Tierra. Gracias.

Con esto, veamos ahora cómo reaccionan asimoss y compañía, y esperemos que sirva para reducir mucho más su poder y capacidades operativas.

Un abrazo,

David Topí

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