miércoles, 3 de julio de 2019

¿Por Qué a Veces No Sabemos lo que Realmente Amamos?



La mayoría de personas vivimos un cierto grado de desconexión interna: muchas veces no sabemos lo que realmente amamos, lo que realmente queremos ni lo que realmente pensamos.

¿Cómo puede ser algo así?

¿Cómo puede ser que no sepamos algo tan íntimo nuestro? Al fin y al cabo, son cosas sobre nosotros mismos. Que no sepamos cosas externas a nosotros puede tener cierto sentido, pero que no sepamos cosas sobre nosotros es bastante extraño.

Hoy hablaremos en detalle de este tema. Explicaremos por qué los seres humanos nos hemos “desconectado” parcialmente de nosotros mismos, y cómo se produjo este proceso.

Este es un mensaje canalizado, como otros que he ido publicando. Como te digo siempre en estas ocasiones, no tengo un nombre para la entidad que transmite el mensaje. Solo sé que viene de nuestro hogar y que nos ama profundamente.

Espero que te guste y que te sea de utilidad para comprender mejor cómo has llegado hasta aquí y por qué.

Saludos desde Tu Hogar

Saludos querido, soy tu hermano de luz, y te saludo desde tu verdadero hogar. Ahora mismo, yo y tus otros hermanos, estamos en un lugar lleno de luz y claridad. Es el lugar del que tú procedes. Es donde estabas tú antes de venir a la Tierra, y a donde volverás algún día.

Al oír estas palabras, puede que te venga la idea de que quizás estamos en algún lugar especial del universo: una especie de “cielo”, sea cual sea la visión que tengas sobre este concepto.

Pero no es así.

En realidad, el concepto de “lugar” no tiene nada que ver con el espacio en tres dimensiones.

Los diferentes lugares, al igual que los diferentes momentos del tiempo, son simplemente diferentes estados de conciencia. Son diferentes “vibraciones”, si quieres decirlo así.

Así que, al decir que estamos en el lugar que es tu verdadero hogar, no nos referimos a ningún punto en el espacio. Lo que en realidad queremos decir es que nos encontramos en el estado de conciencia que es tu estado natural.

El estado de conciencia en el que estás ahora no es tu estado natural. Tu verdadera conciencia es mucho más amplia, y abarca toda la existencia. Tú eres un ser de conciencia infinita e ilimitada.

Pero ahora, mientras estás viviendo esta experiencia humana, tu conciencia se limita. Y, durante un tiempo, no percibes todo lo que existe.

Esta es la razón por la que no nos ves plenamente.

No es que estemos lejos.

Estamos aquí. Justo aquí.

Pero nos encontramos en un plano distinto de la conciencia.

Hoy hablaremos en detalle de este tema, y de por qué hay cosas que actualmente no percibes. Concretamente, hablaremos de por qué a veces no ves claramente lo que realmente amas, lo que realmente quieres ni lo que realmente eres.

Pero antes tenemos que preparar bien la energía. Por esto, en este tipo de comunicaciones, nunca empezamos directamente con el tema a tratar.

Primero tenemos que daros un poco de tiempo para salir del modo puramente “humano” y entrar en el modo “algo más”.

¿Puedes sentir este “algo más” ahora mismo?

¿Puedes sentir que esto no son solo palabras escritas y ya está?

Estamos aquí. Siempre estamos aquí.

Y tú eres más de lo que se ve a simple vista.

Mucho, mucho más.

La Decisión de Venir a la Tierra

Empezaremos hablando del proceso de transformación que experimentaste cuando decidiste venir a la Tierra a vivir una experiencia humana. Este proceso es la clave de todo lo que sucede en este planeta.

La idea principal es relativamente simple. Tú eres un ser de luz pura y conciencia ilimitada. Antes de empezar esta aventura, estabas plenamente conectado con tu esencia. Pero luego, de forma totalmente voluntaria y amorosa, decidiste pasar por un proceso que te desconectó temporalmente de tu luz. Y esto es lo que te da la apariencia de ser un ser humano.

No eres un ser humano. Pareces un ser humano, y sientes como un ser humano. Pero no es lo que eres.

Ahora entraremos en más detalles, pero primero es importante que interiorices la esencia de este proceso: tú eres luz pura e ilimitada, y esta luz se desconectó parcialmente para crear una forma aparentemente humana.

Siempre que hablamos de este tema, muchas personas se preguntan: ¿y por qué haríamos algo así? Limitar nuestra luz es algo negativo. Ha creado dolor, guerras, sufrimiento… No tiene ningún sentido…

Si tienes esta duda, te invitamos a reflexionar sobre una pregunta muy importante: ¿te gusta estar aquí?

Es posible que, algunas personas, sin pensarlo demasiado, digan: no, no me gusta nada. La vida en este planeta es muy dura. Me arrepiento de haber venido. Y espero no volver nunca más cuando me vaya.

Pero esta no sería una respuesta sincera. Todos los que estáis aquí, queréis estar aquí. Hay una manera muy sencilla de dejar el planeta, y lo sabéis perfectamente. Pero muy pocos tomáis esta decisión.

Así que te lo preguntamos otra vez: ¿quieres estar aquí?

Mañana, cuando salga el sol, ¿quieres abrir los ojos y estar aquí?

Mira bien en tu corazón antes de responder.

Por supuesto que quieres estar aquí.

Eres como un alpinista que está en medio de una tormenta de nieve mientras asciende a la cima.

Es duro, sí. Es cansado, sí.

Pero quieres estar aquí.

Porque, en el fondo de tu alma, sabes perfectamente lo que estás haciendo.

La Mente y las Emociones


Es muy importante que, sea cual sea la situación en la que te encuentres, seas muy consciente en todo momento de que quieres estar aquí.

Esto significa que la aventura de la Tierra no es “mala” ni “negativa”. Decidiste desconectarte temporalmente de tu verdadera esencia por un buen motivo. Aunque sea duro a veces, te gusta estar aquí. Y, en el fondo de tu corazón, sabes lo inmensamente poderoso que es.

Teniendo esto bien presente, hablaremos de cómo es este proceso de “desconexión” y de por qué muchas veces no sabéis lo que realmente amáis.

Simplificándolo un poco, podríamos decir que todos los seres vivos tienen dos partes: una parte emocional y una parte mental.

La parte mental sirve para crear. Cada vez que tienes un pensamiento, creas una idea.

Estos pensamientos pueden ser sobre cosas que existen a nivel físico, o sobre cosas que no existen aún físicamente. Cuando piensas sobre cosas que existen, lo que haces es crear pensamientos que describen la realidad desde tu punto de vista (mira qué flor tan bonita, Juan me cae muy bien, mi trabajo me aburre, etc.). En cambio, cuando piensas en cosas que aún no existen, creas nuevas ideas de cosas que pueden llegar a existir físicamente. Pero en los dos casos, estás creando .

La parte emocional, en cambio, lo que hace es reaccionar a los pensamientos que vas creando. En cada instante de tu vida, si piensas en algo que te gusta, sentirás una emoción agradable. Y si piensas en algo que no te gusta, sentirás una emoción desagradable. De esta manera, tienes un indicador muy claro en todo momento de si estás creando cosas que resuenan con lo que realmente amas o no.

El Proceso de Venir a la Tierra


Antes de empezar la aventura humana, estas dos partes que tienes, la emocional y la mental, no tenían ningún límite. Eras totalmente consciente de todo lo que puedes llegar a pensar (y, por lo tanto, crear) y también de tus emociones respecto a cada posible pensamiento.

Esto significa que tenías un abanico infinito de pensamientos posibles delante de ti, y todos los veías claramente. Y también veías claramente cuáles de ellos resonaban con tu alma y cuáles no.

Lógicamente, en esta situación, solo ponías tu atención creativa en los pensamientos constructivos y amorosos. Y, por lo tanto, solo creabas cosas constructivas y amorosas.

Pero, al venir a la Tierra, esto cambió. Es un proceso complejo que ahora mismo no os podemos hacer llegar de forma completa, pero podríamos decir que la parte mental se limitó.

Esto es muy importante: cuando adoptáis una forma humana, la parte mental se transforma, pero la parte emocional no.

Es decir, al venir aquí, tu parte mental cambió: se ocultaron muchas ideas de tu pasado, y también muchas ideas potenciales de tu futuro. Por esta razón no recuerdas de dónde viniste ni por qué, y también por esta razón muchas veces no ves claro hacia dónde ir.

Pero tu parte emocional está intacta. Tienes exactamente la misma capacidad de amar que antes de venir.

Una capacidad totalmente ilimitada.

¿Y todo esto para qué?


Una pregunta muy lógica que puede surgir aquí es: ¿y todo esto por qué? ¿Por qué motivo se limita la mente al venir a la Tierra? ¿Y con qué objetivo?

En lugar de dar una respuesta directa, pondremos un pequeño ejemplo.

Imagínate a una persona que ama la pintura. La ama tanto, que se pasa una gran parte del tiempo pintando: probando nuevas ideas, estudiando nuevas técnicas, etc. Al cabo de los años, se convierte en un gran pintor: con una gran destreza y con un estilo propio muy definido.

Esto, de entrada, es positivo: pinta cosas muy hermosas y con una gran personalidad.

Pero a la larga se convierte en un obstáculo. Al tener tanta experiencia, acaba haciendo siempre cosas parecidas, y le cuesta innovar.

Así que decide probar un nuevo experimento: borrar de su mente todos sus conocimientos sobre pintura, pero dejando intacto su amor por ella.

Quizás de entrada puede parecer una locura, pero es una manera de estar fresco, como un recién nacido, y poder explorar más fácilmente nuevos caminos. Al seguir teniendo un gran amor por la pintura, seguirá sintiendo el impulso de pintar. Y al no tener ideas pasadas en su mente, le será más fácil tener ideas nuevas.

Seguramente, al principio será duro, porque tendrá que volver a aprender a pintar, y durante un tiempo no tendrá claro cómo hacerlo ni hacia dónde ir. Pero, con mucha probabilidad, acabará siendo otra vez un gran pintor, y por el camino creará muchas cosas nuevas.

Ahora bien, imagínate que lo hiciera a revés. Imagínate que dejara su mente intacta, con todos los conocimientos que tiene, y borrara el amor.

Entonces no sucedería nada. Tendría muchos conocimientos, pero no tendría amor. Y, por lo tanto, no haría nada. No sentiría ningún impulso de pintar ni de crear.

Por esta razón el proceso de venir a la Tierra es el que es.

La mente se bloquea parcialmente para que olvidéis durante un tiempo vuestros conocimientos. Esto es duro al principio, y hace que os sintáis perdidos en muchas cosas, pero también os da una mirada totalmente fresca y os permite crear cosas nuevas.

Y no tiene absolutamente ningún riesgo, porque vuestro amor está intacto.

El impulso vital y amoroso que mueve la vida está presente en ti igual que siempre. Tu capacidad de sentir y amar no se ha reducido en lo más mínimo.

Lo único que ha cambiado es tu mente. Por esto a veces no ves claro qué camino seguir: las ideas que realmente amas están escondidas, y a veces no las ves.

Pero están allí, esperando que las encuentres.

Y si escuchas a tu corazón, tu amor te llevará hasta ellas.

Un gran abrazo,

Tu hermano de luz.

www.jananguita.es

Atrévete a ser feliz.

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