Puede
que hayas oído hablar del término “filofobia”. Si no es así, no te preocupes,
ahora sabrás un poco más sobre este trastorno que cada vez se hace más común en
el ámbito de las relaciones de pareja.
La
definición más sencilla a la filofobia es: “miedo al amor, a tener relaciones
de pareja o a comprometerse emocional o sentimentalmente con otras personas.”
Pero,
¿por qué la naturaleza de este miedo? ¿realmente el amor es algo que esté
diseñado para ocasionarnos temores?
Bueno,
pues empecemos desde el principio: ¿Qué es el miedo?
¿Qué
es el miedo?
El miedo es un indicador natural que nos muestra la
existencia de una diferencia de capacidades entre el problema que
tenemos delante de nosotros y nuestras propias capacidades para superar dicho
problema.
Por
tanto, llegamos a una conclusión simple: “si no existe diferencia entre lo que
nos amenaza y de lo que disponemos para hacerle frente, el miedo no aparecerá”.
Simple,
¿verdad?.
Pues
ahora lo aplicamos al ámbito del amor y las relaciones de pareja. ¿Cuál es en
este caso el problema y lo que provoca la amenaza?
Si
me baso en mi experiencia y las personas que trato que sufren de filofobia, más
del 75% no saben cuál es la causa de sus miedos.
Simplemente
sienten ese temor, caen bajo su efecto y siguen la inercia hasta que los
conduce a su sitio de seguridad, probablemente alejado de esa persona que
supuestamente tanto amaban.
¿Cuál
es el principal problema aquí? Pues como te acabo de comentar, el miedo es un
indicador, por lo que su misión es transmitirnos una información, que nosotros
la procesemos y la utilicemos a nuestro favor.
Por
tanto, cuando caes en el efecto del miedo sin tan siquiera escuchar lo que
tiene que decirte, te encuentras con la sensación de que estás sufriendo por
algo y no sabes por qué.
Este es el motivo por el que muchas parejas que
sufren este trastorno, no son capaces de visualizar sus miedos.
Y
con esto, llegamos a la conclusión de que localizar la amenaza e identificar
nuestros miedos, se convierte en uno de los pasos cruciales y básicos para
superar este problema.
Ya
sabemos qué es el miedo y el papel “real” que cobra en las personas que padecen
filofobia. Pero eso no es todo.
Es el
amor una amenaza a la que tenerle miedo
El miedo al amor realmente no es del todo cierto.
Cuando sufres este trastorno, tienes miedo, eso sí, pero no es al amor, ni
tampoco a la persona que tienes delante.
Ese
miedo es a muchos otros factores en los que el protagonista de todos ellos,
¿adivinas quién es? PUES TU MISMO.
He
tratado con personas que cuando empiezan a localizar e identificar sus miedos,
descubren que en realidad ese temor puede ser:
·
A cambiar de estilo de vida
·
A tener más responsabilidades
·
A que la otra persona no te quiera
·
A que la otra persona te abandone
·
A que no te valore en la misma medida que puedes
hacerlo tú
·
A que no se comprometa
·
A que te engañe
·
A que te mienta
·
A perder tus privilegios de soltero
·
.. etc... etc...
Y
entonces empiezan a enfocar el problema desde otro punto de vista. Un enfoque
distinto y que tiene su inicio en tu interior y no en tu exterior.
El miedo no proviene de tu entorno, ni de la
realidad que estás viviendo, sino que viene de tu interior y de tu forma de ser.
Una
forma de ser, marcada por el pasado
Normalmente,
la filofobia suele originarse cuando una persona sufre una experiencia traumática,
crítica o difícil en su pasado, y es incapaz de desanclarse de ese pasado y que
no le afecte en su presente.
Pero
si te das cuenta, así funciona con casi todos los aspectos de nuestra vida.
Somos lo que somos y sentimos lo que sentimos, a causa de lo que vivimos en
nuestro pasado.
Somos una prolongación de quien éramos entonces y
por tanto, si experimentas una situación difícil en tu vida sentimental, es
normal que vuelvas a revivir esa misma emoción cuando esa situación se vuelva a
repetir.
Imagínate
que en tu primera relación de pareja, ésta te engaña varias veces (como fue en
mi caso).
¿Qué
sucede en ese momento y cómo se desenlaza todo? Sufriendo por tu parte, tanto
por dejar a tu pareja, como por el daño que te ha causado a nivel personal.
¿Qué
pasa cuando vuelva a tener una nueva relación con alguien y experimente que se
está repitiendo lo que me pasó con mi ex? Pues que volveré a sentir ese
sufrimiento de forma automática.
¿Y
qué sucede cuando esto se repite una y otra vez? Pues que ya tu mente se
habitúa a que esa situación te provocará sufrimiento, por lo que la siguiente
vez estará más precavida y te avisará incluso antes de que suceda nada.
¿Qué
sucede entonces? Que la persona siente miedo antes de que ocurra nada malo.
¿Miedo
a qué? A que suceda el final que tu mente espera que suceda.
¿Cuál
es ese final? Un final que se supone en base a lo que conoce del pasado, es
decir, asimila que relación de pareja es igual que sufrimiento, por lo que
cuando inicies una relación, automáticamente sentirás miedo sin tan siquiera
saber porqué ni encontrar motivo justificado para que lo sientas.
Por
tanto, nuestro pasado influye de una forma brutal en lo que nos sucede
en nuestro presente, porque como te acabo de explicar, somos una
prolongación perfeccionada de él. Es por ese motivo por el que tienes que estar
siempre alerta y totalmente consciente, someter al filtro de la realidad cada
cosa que te suceda en la que intervenga cualquier emoción negativa, y más aún
el miedo.
Esto
te hará que te sea más fácil desvincularte de la influencia que tu pasado pueda
ejercer en ti, y más aún cuando esa influencia no es para nada beneficiosa para
ti.
¿Qué
puedo hacer si sufro filofobia?
Después
de haberte explicado esto, se llega a la conclusión de que la filofobia
es un trastorno emocional que provoca un miedo disfuncional.
¿Qué
quiere decir esto? Que no se fundamenta en nada lógico o real que puedas medir
con las herramientas que tienes ahora mismo en tu presente. Es lo que acabamos
de hablar de la influencia del pasado en nosotros. Las personas sienten miedo
porque así están acostumbradas a sentirse a causa de su propio pasado.
¿Qué
sucede cuando someto ese miedo al filtro de la realidad de ahora, de mi propio
presente? Pues que empiezas a ver que no se sostiene con nada razonable ni
tiene causas lógicas que te hagan determinar que tienes derecho a sentir ese
miedo.
¿Por
tanto en qué consiste el superar la filofobia? En convertir ese miedo
disfuncional, en miedo funcional, es decir, hacer que el único miedo que
podamos sentir de forma lógica y natural, sea algo común y totalmente
justificado.
Es
lógico tener miedo a dar un paso en tu vida, a cambiar tu forma de llevarla o a
la reacción que la otra persona pueda tener hacia ti. Pero lo que no es lógico
es tener y experimentar ese miedo, dejarse llevar por él cuando ni tan siquiera
se ha dado un indicio lógico y fundamentado de que exista una amenaza real.
Cuando tienes filofobia, la amenaza la pones tú, la
interpretas tú y te la inventas tú. ¿Y sabes en
función de qué? De cómo ha sido tu pasado en el tema de las relaciones
sentimentales.
Cuando
sometes a juicio todo lo que te pasa y tratas de encontrarle una justificación
lógica y normal basándote en el hoy y no en el ayer, este trastorno empieza a
perder fuerza y poder y empiezas a recuperar el control de tus emociones.
Conclusiones
El
miedo al amor, realmente no existe, o está mal enfocado. No es el amor el que
provoca el miedo, no es nuestra pareja, ni los hechos que ella realiza los que
nos condicionan a salir corriendo para escondernos de ella.
Ese
tipo de temor, es provocado por nosotros mismos y se fundamenta en muchos
factores totalmente distintos al sentimiento de amor. Factores que se
convierten en excusas para justificar ese miedo y sentirnos de una forma
“correcta” con nosotros mismos.
Excusas
como predecir lo que nos va a pasar, antes de que pase, comparar todas las
relaciones con la que precisamente nos causó algún daño en nuestro pasado,
dejarnos influenciar y caer en el efecto del miedo, sin tan siquiera escuchar
ni analizar lo que trata de decirnos, etc...
Por
tanto, ¿quieres superar tu filofobia?. Céntrate en transformar ese
miedo disfuncional que tienes ahora mismo, en un miedo funcional y que
esté fundamentado en tu realidad de hoy y no en tu realidad de ayer. Tu
realidad de “ayer”, ahora sólo te sirve para traerte problemas, así que pasa de
ella.
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