Para comprender por
qué funciona esto, hay que tener en cuenta una de las características del
inconsciente: El inconsciente no juzga, es irracional y por lo tanto lo
simbólico para el inconsciente es tan real como lo que para nosotros,
conscientemente es real.
El Acto Simbólico – Recursos Prácticos
Por ejemplo, para nuestro inconsciente es lo mismo
que escribamos una carta a una persona hacia la que sentimos rabia, ira o
frustración, que directamente proyectar la rabia hacia la persona.
Igualmente tu mente suelta la carga, y el beneficio
en este caso, es que nuestra rabia no vendrá de nuevo reflejada, ya que no la
hemos proyectado en nadie “real”.
Actos simbólicos que pueden servir para liberar el
síndrome del fantasma o yacente, y también para los dobles
Duelo simbólico
Para cuando hay un síndrome de yacente o fantasma
(sobre todo en abortos, o niños que han fallecido):
1.
Compramos una vela (como sabemos para quien es, nos
dejamos sentir a la hora de elegirla).
2.
Escribimos en un papel: “Lo siento, yo no lo sabía, por favor perdóname, te amo, gracias”
3.
En la parte de atrás de ese mismo papel, podemos
poner unas palabras dedicadas a ese ser. Lo más importante es la intención que
le ponemos y que lo hagamos de corazón. Podemos personalizarlo tanto como
queramos.
4.
Ponemos la vela en un plato y la encendemos.
5.
Leemos la nota que hemos escrito 3 veces: 1º en voz
alta, 2º susurrando, 3º mentalmente.
6.
A continuación quemamos la nota y dejamos las
cenizas en el plato hasta que se consuma la vela.
7.
Cuando la vela se ha consumido, cogemos los restos
de la vela y las cenizas y los enterramos.
Duelo simbólico para un doble heredero universal o
síndrome de fantasma cuando la persona ha fallecido siendo adulta
Antes, es bueno darnos cuenta de cómo las vivencias
de esta persona, tienen influencia en nuestra vida.
Puede que estemos repitiendo patrones de conducta,
formas de vivir, miedos, etc. Incluso puede que lo hagamos todo al revés de
esta persona (estaríamos entonces reparando). Cuando nos hayamos dado cuenta al
menos de algunas cosas que heredamos, empieza este proceso:
1.
Escribimos una carta a esa persona, en la carta le
hablamos de cómo inconscientemente tenemos la tendencia de repetir sus
historias, o repararlas. Le hablamos también desde nuestro corazón, como si
tuviésemos una conversación con esta persona, le podemos hablar de lo que
sintamos. Nos dejamos fluir, que hable nuestro corazón.
2.
Terminamos la carta con este texto o algo parecido
que sintamos:
“Gracias por todo, gracias por todos los programas, conflictos e historias que heredo de ti (aquí lo podríamos personalizar), hasta ahora me sirvieron, pero YO NO SOY TÚ. Ya no necesito seguir duplicando o reparando tus programas, conflictos e historias. Acepto la vida tal cual se me ha dado y a partir de ahora sigo yo, para hacer de mi vida lo que yo desee hacer. Me libero como un acto de amor, ya que al liberar los programas, también te libero a ti y al clan. Gracias.”
“Gracias por todo, gracias por todos los programas, conflictos e historias que heredo de ti (aquí lo podríamos personalizar), hasta ahora me sirvieron, pero YO NO SOY TÚ. Ya no necesito seguir duplicando o reparando tus programas, conflictos e historias. Acepto la vida tal cual se me ha dado y a partir de ahora sigo yo, para hacer de mi vida lo que yo desee hacer. Me libero como un acto de amor, ya que al liberar los programas, también te libero a ti y al clan. Gracias.”
Aquí hay muchas frases que podríamos utilizar, por
ejemplo de Miguel Ángel Marín Millán, un maestro de la pedagogía sistémica,
entre otras cosas.Imaginemos que estamos siendo fieles a una abuela que no pudo
vivir una relación de pareja feliz, le diríamos:
“Abuela, mírame con
buenos ojos, si yo me permito vivir feliz en pareja. Y en la medida que yo me
lo permito, también tú a través de mí, puedes sanar esa relación”.
Miguel Ángel también utiliza esta otra frase:
“Abuelo, dejo
contigo (aquí ponemos la experiencia que yo repito) asumiendo que tú eres mucho
más grande que yo. Tú puedes con eso. Yo sólo puedo tomar la vida que me llega
de ti y hacer algo útil hacia la vida que sigue, también en tu memoria. Te
honro y te doy un buen lugar en mi corazón. Gracias por liberarme de esto.”
Les recomiendo utilizar la que más les llegue, o
que lo hagas incluso con tus palabras. Puedes ver más información acerca
del trabajo de Miguel Ángel »
3.
Una vez que tenemos la carta escrita, la quemamos y
las cenizas las enterramos junto a una semilla. Mi recomendación es hacerlo en
la naturaleza, pues el simbolismo es mayor (es algo que entrego a la vida, al
universo o como queráis llamarlo), y la semilla que plantemos si es de alguna
planta o flor que es significativa para nuestra familia, para esa persona a la
que escribimos la carta o para nosotros, mejor.
El inconsciente entiende algo así
Estos programas son quemados, ya no viven en mí.
Como no están vivos en mí, los entierro, y planto una semilla que simboliza una
nueva vida que nace a partir de este acto de amor.
Es importante comprender, que esto lo hacemos desde
el amor, cuando lo hacemos desde el miedo no sirve para nada más que para crear
más miedo. También es importante darnos cuenta de que no somos los salvadores
de nadie, esto no lo hacemos por ellos, no somos los “elegidos”, ni los
“héroes”, no dejemos que nuestro ego nos cuente eso.
Esto lo hacemos por nosotros mismos, y teniendo en
cuenta siempre que ellos son los grandes y nosotros los pequeños, es decir, que
nuestro sentimiento de agradecimiento a la vida que se nos ha dado, siempre
tiene que ir por delante, más allá de cómo haya sido.
Por supuesto, estos actos son mucho más
significativos si hemos tomado conciencia de lo que heredamos. Yo recomiendo
antes de hacerlos tener una consulta sobre tu árbol, pues eso nos puede ayudar
a comprender muchas más cosas.
Por: Saúl Pérez Sánchez
https://www.infomistico.com
No hay comentarios.:
Publicar un comentario