¿Te exaltas prácticamente
por todo?
¿Te enfadas cuando algo no
marcha como tenías previsto?
¿Te estresas por los
pequeños contratiempos del día a día?
Cada una de estas emociones
y estados de ánimo tienen un impacto sobre tu cuerpo y, obviamente, sobre el
cerebro. Podemos comprender las emociones como pequeñas gotas. Por sí solas, no
pueden causar un gran daño e incluso pueden pasar desapercibidas para el
organismo, pero cuando se acumulan, día tras día, pueden llegar a colmar el
vaso.
La Medicina tradicional ha
tardado mucho en reconocer el impacto de las emociones y las características de
personalidad en la aparición y el agravamiento de las enfermedades, pero en la
actualidad se están llevando a cabo numerosos estudios que demuestran el
impacto que el estado emocional tiene sobre nuestra salud.
En este sentido, hace poco,
un estudio desarrollado en el Instituto Karolinska dio a conocer cuál es el
rasgo de personalidad que más aumenta las probabilidades de sufrir demencia.
Sin duda, sus resultados son muy interesantes ya que, a diferencia de la
genética, la expresión de la personalidad es algo que sobre lo que podemos
influir, que podemos cambiar, para disminuir el riesgo de sufrir una enfermedad
que ya afecta a 47,5 millones de personas en el mundo.
Demencia: La enfermedad que
nos roba los recuerdos
Cada año se registran 7,7
millones de casos nuevos de demencia y se estima que para 2050 los casos se
tripliquen. Se trata de una patología muy cruel ya que primero nos arrebata los
recuerdos más preciados y luego, poco a poco, nos arrebata la posibilidad de
reconocer a nuestros seres queridos, borrando las huellas de quienes fuimos y a
quienes amamos.
Ahora un grupo de
científicos estadounidenses y suecos han publicado un estudio en el cual les
dieron seguimiento durante 28 años a 1.082 mellizos. A lo largo de ese tiempo,
sometieron a los participantes a diferentes test de personalidad, cada tres
años. Así descubrieron que la ansiedad rasgo era la característica que más
influía en el riesgo de padecer demencia. Las personas ansiosas tenían , nada
menos y nada más, que un 48% más de riesgo de padecer demencia.
¿Qué es la ansiedad rasgo?
La ansiedad rasgo es un
término que se utiliza para hacer referencia a una característica relativamente
estable de la personalidad a lo largo del tiempo. Es una tendencia de la
persona a reaccionar de manera ansiosa ante diferentes situaciones, una
predisposición a percibir los hechos como peligrosos o amenazantes, y a
responder ante estos con gran ansiedad.
¿Por qué la ansiedad puede
provocar demencia?
Los investigadores afirman
que la clave de la relación entre la ansiedad y la demencia se encuentra en el
cortisol, también denominada “la hormona del estrés”. De hecho, existe una
vasta línea de investigación que demuestra los estragos que causan los niveles
elevados de cortisol en el funcionamiento y la estructura del cerebro.
En este sentido, un estudio
realizado en la Universidad de Islandia con 4.244 adultos mayores reveló que
los niveles elevados de cortisol, medidos a través de la saliva apenas las
personas se despertaban, están relacionados con una disminución de la cantidad
de sustancia gris y el volumen del hipocampo, un área del cerebro que desempeña
un rol fundamental en la memoria. Este y otros estudios apuntan a que el
cortisol tiene un efecto tóxico sobre el cerebro, en especial sobre las zonas
vinculadas a la formación de recuerdos y la memoria.
Sin embargo, una de las
investigaciones más concluyentes en este sentido fue llevada a cabo en la Universidade
Federal de Minas Gerais. Estos investigadores trabajaron con 309 adultos
mayores y comprobaron que los niveles elevados de cortisol estaban relacionados
con un mayor riesgo de sufrir demencia, con independencia de la APOE-ε4, una
molécula que aumenta en más de un 50% las probabilidades de desarrollar
Alzheimer. Esto significa que, más allá de la genética, en muchos casos los
estados emocionales son determinantes para la aparición de numerosas
patologías, entre ellas la demencia.
Ahora ya lo sabes, la ansiedad no es buena compañera de viaje. Por tanto, es mejor poner en práctica algunas de estas estrategias prácticas para combatir la ansiedad ;)
Ahora ya lo sabes, la ansiedad no es buena compañera de viaje. Por tanto, es mejor poner en práctica algunas de estas estrategias prácticas para combatir la ansiedad ;)
Fuentes:
Petkus, A. J. et. Al.
(2016) Anxiety is associated with increased risk of dementia in older Swedish
twins. Alzheimers Dement; 12(4): 399-406.
Geerlings, M. I. et. Al. (2015) Salivary
cortisol, brain volumes, and cognition in community-dwelling elderly without
dementia. Neurology; 85(11): 976-983.
Lara, V. P. et. Al. (2013) High cortisol levels
are associated with cognitive impairment no-dementia (CIND) and dementia. Clinica Chimica Acta; 423(23): 18–22.
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