En artículos
anteriores ya se ha visto qué son las relaciones tóxicas, el transtorno
obsesivo, etc. Y en esta ocasión, vamos a compartir con vosotros un
pequeño artículo donde se explica la diferencia de lo que sería un amor sano y
un amor obsesivo.
El análisis
se realizará teniendo en cuenta la descripción realizada por la
antropóloga Helen Fishery el Dr. John Moore para
cada uno de esos amores:
Amor Sano
Amor Sano por
Helen Fisher, donde se pueden diferenciar claramente tres fases:
Fase
de atracción
Se produce cuando conoces a alguien y siente de forma intensa
una atracción física, deseo sexual y un deseo de establecer una
relación con él/ella, sin tener en cuenta cómo es por dentro y sin
razonar si podríais ser compatibles. Es la fase más alocada y está regulada por
los estrógenos y andrógenos.
Fase
del amor romántico
Se considera la segunda fase, cuando la relación ha
cuajado y comienzas a sentir amor por esa persona. La pareja se va
conociendo más en profundidad y se va generando un fuerte vínculo emocional, siente
el deseo constante de estar con esa persona pudiendo tener un símil con amor
obsesivo en cuanto a que no dejas de pensar en esa persona. Se caracteriza por
un aumento en los niveles de dopamina y noradrenalina y un descenso de los
niveles de serotonina.
Fase
del amor verdadero
En esta fase los sentimientos de la pareja se
van estabilizando y se van convirtiendo en algo más real. Aparecen cuando
se ha establecido un compromiso y el vínculo afectivo es estable entre la
pareja. Hay confianza y ya no sientes la necesidad imperiosa de estar cada
segundo con tu pareja, es más, demandas tu espacio y eso es
sano. Está mediada por las hormonas oxitocina y vasopresina.
Amor
obsesivo
Ahora, analizamos las fases de un amor
obsesivo, donde el Dr. John Moore distingue cuatro fases:
Fase
de atracción
En las relaciones obsesivas, la primera fase es común
a la relación sana. Se caracteriza por esa revolución de hormonas,
ese sentir de mariposas.
Fase
ansiosa
La pareja decide darse la oportunidad de seguir conociéndose
más profundamente como pareja, pero debido a su carácter obsesivo,
comienzan los sentimientos de ansiedad, los celos, pensamientos de infidelidad
y el presentimiento continuo de abandono.
Comienzan las alteraciones emocionales, por un
lado el sentimiento de intensa alegría cuando todo va bien, y la ansiedad y
celos, cuando percibe que algo va mal, que se ha salido de sus esquemas y le
hace salir de su zona de confort, lo que le genera cierto miedo.
La persona obsesionada procura controlar por todos los medios
a su pareja y no le agrada que mantenga contacto con otras personas. Llegados a
este punto, se corre el riesgo de que se produzca un maltrato
psicológico. Dependiendo de los caracteres de las parejas, es posible que
se pierda el control propio y se produzcan reacciones violentas debidas a las
exageradas demandas obsesivas.
Fase
obsesiva
La persona con trastorno obsesivo pierde el control y
la obsesión llega a su punto álgido. La “victima” se siente invadida y empieza
a alejarse, lo que genera más ansiedad y necesidad de control por parte de la
obsesiva.
La persona obsesionada no puede quitarse de la cabeza la otra
persona y demanda una atención constante, llamadas frecuentes u otras formas de
contacto. Pueden producirse acusaciones gratuitas de infidelidad. Deseo de
saber todo lo que hace la otra persona, donde está en cada momento y con quién.
Puede llegar a producirse desgaste emocional.
Fase
destructiva
En esta fase tiene lugar la ruptura de la relación,
y consecuentemente la persona obsesionada se siente deprimida, aprecia pérdida
de autoestima, y se le autogeneran sentimientos de culpa, desprecio y
odio hacia sí misma por un lado, y sentimientos ira o de
venganza por otro.
Podrán
recordar qué es una relación tóxica en La relación tóxica de pareja
puede acabar contigo ¿te sientes identificado? y podrá leer
sobre el trastorno obsesivo en Trastorno obsesivo: querer
mucho es malquerer
ME ENCANTO COMPARTO GRACIAS
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