Y puede que tengan razón en ese último caso, pero sencillamente hay otras ocasiones y contextos en los que no haber dicho NO se puede volver una tortura. Decir NO es una habilidad que muchas personas de éxito han reconocido.
¿Qué induce a la gente
a decir que sí?
·
Halago: La gente que quiere que les des un sí intentará
convencerte para que aceptes su petición mediante halagos. Los halagos no son
malos en sí, pero debes saber ver cuándo estos halagos son interesados y cuándo
no.
·
Presión: En muchas ocasiones dices que sí porque te sientes
presionado por compañeros de trabajos, amigos o familiares. No es fácil decir
que no ante una intimidación. Por eso es tan importante ser asertivo y guardar
la calma sin precipitarte en la decisión que tomes y, sobre todo, que esta
decisión sea una decisión tomada libremente.
·
Queja: La queja es un recurso muy utilizado por las personas
para que accedas a decir que sí a sus peticiones. Ten cuidado cuando, después
de una queja, la persona te pide que hagas algo por ella. Hay que ser
consciente de la queja y de su sinceridad y gravedad. Una buena manera de
lidiar con la queja de alguien es ser empático, es decir, escuchar al otro sin
necesidad de darle una respuesta.
·
Culpa: Seguramente el sentimiento de culpa es una de las razones
más potentes por las que la gente dice sí cuando quería decir que no.
¿Por
qué es tan difícil decir que no?
Lo cierto es que no existe una única respuesta. Aquí van
cuatro posibles razones:
·
Necesidad de aprobación.
·
Sentimiento de culpa.
·
Miedo al rechazo
·
Miedo a las críticas
Estas cuatro razones seguramente sean las cuatro razones más
poderosas por las que a la gente le cuesta tanto decir que no. Pero saber decir
que no es necesario para forjar también tu propia identidad frente a los demás.
Para construir esta fuerte identidad que te permitirá decir que no en
determinadas situaciones, aquí tienes algunas pautas que te serán de utilidad y
que puedes llevar a la práctica en el momento en que debas tomar una decisión.
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Consejos para aprender a decir que NO sin sentirse culpable
1. Tómate tu tiempo.
Muchas veces aceptas una invitación o un trabajo
suplementario porque das tu respuesta inmediatamente. ¿Porque responder
enseguida? Solicita un tiempo de reflexión antes de dar tu respuesta.
2. Se empático, no simpático.
No hay que confundir la empatía con la simpatía. Mientras que
la empatía se centra en escuchar al otro, la simpatía tiende a responder al
otro. Y con frecuencia esa respuesta tiende a ser que sí porque al querer ser
simpáticos lo que se tiende es que obtener la aprobación del otro.
3. Acepta que no puedes con todo.
Si no eres capaz de decir que no, puede que llegue un punto
en que acabes viviendo la vida que han elegido los demás en lugar de la tuya.
Lo que sucede es que decir que sí a todo provoca que tu vida pase a un segundo
plano, es decir, dediques buena parte de tu tiempo a satisfacer los deseos y
las necesidades de los demás poniéndote a ti en segundo lugar. De lo que se
trata es de establecer prioridades y ser consciente de que la ayuda que quieras
dar sea una decisión propia y tomada libremente. Se puede ser solidario y
cooperador sin necesidad de decir que sí a todo el mundo.
4. Sé rotundo sin ser agresivo.
Tan importante es decir que no como la manera en que dices
que no. De lo que se trata es de decir que no de una forma clara, calmada y
nada agresiva. Hay que decir no una vez y solamente no.
5. Evita usar la expresión “es que” después de un no.
Es importante que seas breve a la hora de responder que no a
una petición. Para decir que no basta con un simple no. Me explico. En
ocasiones, al sentirte culpable por decir que no, después de decir no a una
petición introduces la expresión “es qué”. Por ejemplo: No, es que no tengo
tiempo. Cuando introduces la expresión “es que” lo único que haces es mostrar
inseguridad y tu “no” pierde toda la fuerza que tenía al principio.
6. Entrena el no.
Si sabes de antemano que te cuesta decir que no, entonces es
necesario que practiques por tu cuenta y te entrenes para decir no a las
personas, basta con que te pongas frente a un espejo y repitas frases como: “Lo
siento pero no podré hacerlo”, “Desgraciadamente me resultará imposible”. De lo
que se trata es de que visualices posibles situaciones en las que sabes que la
gente te preguntará algo que sabes que la respuesta debe ser no.
7. No tengas miedo.
Una decisión nunca debería tener ningún tipo de coacción.
Pero bien sabes que la coacción, directa o indirecta, está presente en muchas
de las peticiones que te hacen. La gente acostumbra decir que sí porque tiene
miedo a perder su trabajo, a perder amigos, a perder el favoritismo de un padre
o una madre frente a sus hermanos. Decir que sí por miedo es ir perdiendo paulatinamente
tu autoconfianza y tu autoestima. Saber decir que no es, de alguna forma,
aprender a renunciar a algo y esa renuncia siempre irá acompañada de
incertidumbre, una incertidumbre que debes evitar que se transforme en miedo.
8. Mantén un lenguaje corporal firme.
No sólo hay que saber decir que no de palabra. También es
importante saber decir que no con tu lenguaje corporal. ¿Cómo hacerlo?
·
Mira a los ojos de la persona a la que le dices
que no.
·
Mantén los brazos y las manos firmes.
·
No juegues con pendientes, collares, relojes,
pulseras.
·
No cruces tus brazos sobre el pecho.
9. Discúlpate sólo lo necesario.
No es malo disculparte tras decir que no, pero esta disculpa
debe estar proporciona a la negativa que acabas de dar. Se puede dar una
disculpa sin dejar de ser asertivo. De lo que se trata es de que la disculpa no
sea desmesurada porque esto lo que hace es debilitar el no que has dado. Aquí
van algunos ejemplos de disculpas moderadas.
Lamentablemente la respuesta es no.
Siento tener que decir que no a tu propuesta.
Lamentablemente la respuesta es no.
Siento tener que decir que no a tu propuesta.
10. Procura que el “no” sea un “no” cerrado, sin opciones.
Si ya es difícil decir que No una vez a alguien, imagínate
tener que decirlo varias veces. Esto sucede cuando el “no” que das es un “no”
abierto, es decir, un “no” que deja una puerta abierta a un posible sí más
adelante. Pueden darse casos en que un “no” abierto sea necesario y quiero
dejar claro que no es algo que se vea como negativo. Lo que quiero darte a
entender es que cuando la decisión de tu “no” es firme, debe ser una opción cerrada
para ti y para quien recibe tu “no”. Aquí te dejo algunas respuestas que dejan
un no abierto.
Creo que no. Me parece que no. Seguramente no. De momento no.
No, pero…
La mitad de los problemas vienen de decir “SI” demasiado pronto, y la otra mitad
vienen de decir “NO” demasiado tarde.
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