Eliminar
la dependencia emocional es posible, para ello es uno mismo el que debe tomar
la decisión de cambiar para tener una mejor calidad de vida. Las personas que
sufren de apego excesivo, no disfrutan de las relaciones, se enganchan en
exceso y pierden su individualidad satisfactoria. Hay más porcentaje de mujeres
con este problema, aunque también hay hombres que lo sufren exactamente igual
que cualquier mujer, con la desventaja de que les suele dar más vergüenza
acudir a una consulta psicológica.
Sienten
que su hombría está en duda, cuando en realidad nada de eso tiene que ver, una
autoestima baja puede acarrear este problema, independientemente del sexo de la
persona. A continuación 4 pasos para eliminar la dependencia emocional.
1.
Reconocer que hay un problema.
Analiza.
No sólo existe la dependencia en las relaciones de pareja, también se puede dar
en amistades, compañeros, familia y personas del entorno. A continuación un
listado de situaciones para que evalúes si sufres este problema. Una persona
con apego enfermizo se caracteriza por:
–Tu
felicidad se centra en una sola persona, no disfrutas de otra cosa que no sea
estar con quien amas o aprecias.
–Tu alegría depende de cómo te traten los demás y de lo que piensen de ti. Si te sientes aceptado todo genial, pero como sientas que caes mal o tengan mala opinión de ti, se esfuma la felicidad. Dependes en exceso de los demás para estar bien o mal.
– Evitas a toda costa dar la contraria para evitar enfrentamientos, te invade el temor a molestar o a ser rechazado.
– Antepones el deseo de otros, al tuyo propio, te sientes como si tú no tuvieras capacidad de decisión, tu vida la manejan.
– Sólo te sientes bien contigo mismo si te sientes querido, si no hay alguien a quien querer, te sientes vacío, sin amor propio. A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. En cambio la persona dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz de disfrutar de la vida.
– El sentimiento de culpa está a menudo contigo, sientes que eres el responsable de la felicidad de los demás, ya sea tu pareja, familia, amistades, etc. Te sientes con la obligación de contentar a los demás y si no lo haces te sientes culpable.
– Te invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto amas o aprecias. Ese miedo te impide disfrutar como deberías de las relaciones.
– Caes fácilmente en los chantajes emocionales, no soportarías que por tu culpa alguien se hiciera daño, sacrificas tu felicidad para dársela a otros.
–Prefieres sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a, no tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco sientes que tienes la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quieres.
–Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido, necesitas que te demuestre que le importas, de la manera tan excesiva que te importa a ti. Si no lo hace piensas que no te quiere y te enfadas. Las exigencias cobran vida.
–Quieres tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderás. Te conviertes en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Te obsesionas un poco con esa persona, dejas de vivir tu vida para seguir la del otro, para asegurarte de que no hayan indicios de que dejas de interesarle. Si ves que hay riesgo de que te pueda dejar, puedes dejar de ser tú mismo/a y hacer cosas que no te gustan con tal de contentarle.
–Esa persona está tanto en el centro de tu vida, que tus amistades y demás pierden importancia para ti. Hay tendencia de aislamiento social, sólo te apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.
–La relación genera ansiedad, nunca estamos contentos porque queremos más, y sobretodo tememos que nos dejen, y eso sería una catástrofe porque no nos imaginamos la vida sin esa persona.
–Tu alegría depende de cómo te traten los demás y de lo que piensen de ti. Si te sientes aceptado todo genial, pero como sientas que caes mal o tengan mala opinión de ti, se esfuma la felicidad. Dependes en exceso de los demás para estar bien o mal.
– Evitas a toda costa dar la contraria para evitar enfrentamientos, te invade el temor a molestar o a ser rechazado.
– Antepones el deseo de otros, al tuyo propio, te sientes como si tú no tuvieras capacidad de decisión, tu vida la manejan.
– Sólo te sientes bien contigo mismo si te sientes querido, si no hay alguien a quien querer, te sientes vacío, sin amor propio. A cualquiera nos gustaría tener a alguien especial en nuestra vida, lo que diferencia a una persona no dependiente, es que cuando están solo/as pueden tener momentos de melancolía, pero eso no les detiene para seguir disfrutando de otras facetas de su vida. En cambio la persona dependiente no puede estar sola, se deprime, su autoestima decae y no es capaz de disfrutar de la vida.
– El sentimiento de culpa está a menudo contigo, sientes que eres el responsable de la felicidad de los demás, ya sea tu pareja, familia, amistades, etc. Te sientes con la obligación de contentar a los demás y si no lo haces te sientes culpable.
– Te invade el miedo a menudo, miedo a perder a esa o esas personas que tanto amas o aprecias. Ese miedo te impide disfrutar como deberías de las relaciones.
– Caes fácilmente en los chantajes emocionales, no soportarías que por tu culpa alguien se hiciera daño, sacrificas tu felicidad para dársela a otros.
–Prefieres sufrir, antes que dejar a la persona a la que estás enganchado/a, no tienes la fortaleza de cortar un contacto porque tampoco sientes que tienes la capacidad de salir adelante sin esa persona a la que quieres.
–Necesitas al otro/a, sino la vida pierde total sentido, necesitas que te demuestre que le importas, de la manera tan excesiva que te importa a ti. Si no lo hace piensas que no te quiere y te enfadas. Las exigencias cobran vida.
–Quieres tener el control de toda su vida, para tener la seguridad de que no le perderás. Te conviertes en una especie de espía para seguir incluso las conversaciones que tiene con otras personas. Te obsesionas un poco con esa persona, dejas de vivir tu vida para seguir la del otro, para asegurarte de que no hayan indicios de que dejas de interesarle. Si ves que hay riesgo de que te pueda dejar, puedes dejar de ser tú mismo/a y hacer cosas que no te gustan con tal de contentarle.
–Esa persona está tanto en el centro de tu vida, que tus amistades y demás pierden importancia para ti. Hay tendencia de aislamiento social, sólo te apetece estar con esa persona, y cuanto más tiempo diario mejor.
–La relación genera ansiedad, nunca estamos contentos porque queremos más, y sobretodo tememos que nos dejen, y eso sería una catástrofe porque no nos imaginamos la vida sin esa persona.
2.
Listado de cosas que te perjudicaban y has hecho por amor o cariño.
Una vez
que ya has reconocido que tienes un problema y tienes el convencimiento de que
quieres eliminar la dependencia emocional de tu vida, haz un listado de cosas
que has llegado a hacer por alguien, que a ti te perjudicaba. Debes ser
consciente de que una persona dependiente no se fija en su bienestar personal,
prefiere contentar a la otra persona para no perderla. Si quieres cambiar, lo
primero que debes hacer es pensar en ti lo primero, que tu bienestar sea lo
principal en tu vida.
¿Qué
cosas tenía la otra persona que te perjudicaban?, ¿Qué has hecho tú por el otro
que a ti te hacía daño? Ejemplos: ¿Has dejado de lado amistades, familia,
actividades, hobbies, estudios, desarrollo personal, etc..?, ¿Te han tratado
con el respeto que te mereces?, ¿Has hecho cosas que no están bien para no
perderle? ¿Cómo ha sido tu estado emocional?, ¿Sientes que has mendigado amor o
afecto y has ido muy insistente detrás?, a parte de esta persona.
¿Has
tenido otras facetas en tu vida donde has disfrutado? Pueden ser hobbies,
amistades, etc… ¿Has aguantado muchas cosas negativas con tal de no perderle?,
etc… Es importante que hagas consciente el sufrimiento que has tenido por ser
una persona dependiente. Piensa en todo lo negativo que te ha traído esa
relación, de esta manera reforzarás tus ganas de cambiar y de eliminar la
dependencia emocional.
3.
Refuerza tu autoestima.
El
factor principal de cualquier dependencia es una autoestima baja. Hay muchas
opciones para poder reforzarla, desde acudir a un profesional de la psicología
hasta hacer biblioterapia. En cualquier biblioteca hay libros muy interesantes
sobre la autoestima. Haz como si tuvieras que estudiar para el colegio,
infórmate todo lo que puedas sobre reforzar tu autoestima y lee los libros que
te parezcan más interesantes. De todos siempre se saca algo nuevo e
instructivo.
4.
Aprender a estar solo.
La
vida es más bonita con amor, pero éste llega sanamente cuando uno se siente
bien consigo mismo. No podemos tener una relación sana si antes no nos hemos desarrollado
como personas. Cuando uno mismo se ama y no necesita a los demás, es cuando
está preparado para querer de una manera sana. A todos nos gustaría tener una
pareja ideal, a personas a quien querer, etc. Pero una cosa es “necesitar”y
otra muy diferente es “desear”.
Cuando
lo necesitas no funciona, porque si uno no se ama a sí mismo, tampoco podrá
amar a los demás de una manera madura y sana. Uno debe aprender a disfrutar de
la vida sin pareja. Hay infinidad de cosas que hacer. Desarrolla tus habilidades,
labra tu futuro, dedica tiempo a tus hobbies, haz amistades con gente buena,
viaja, mira a tu alrededor para disfrutar de las pequeñas cosas, y sobre todo
cuídate y ámate como te mereces.
http://consejosdelconejo.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario