Cuando era chica, me llamaba la atención que compañeras de la escuela me contaran sus problemas (¿por qué me elegían a mí?). Luego, fue común tener profundas conversaciones con personas que recién conocía o mediar entre ocasionales peleas, en las cuales cada parte me contaba su verdad. También, me resultaba muy fácil hacer una síntesis y organizar las propuestas en un grupo pero, cuando me pedían que las protagonizara, que las concretara, sentía un gran rechazo, me ponía nerviosa, no quería. Hace unos años, conocí un sistema llamado Diseño Humano y comprendí todo: yo soy Proyectora.
Este sistema de auto-conocimiento integra enseñanzas orientales y occidentales como la Astrología, el I-Ching, la Cábala, los Chacras y la Física Cuántica y fue canalizado en 1987 (durante la Convergencia Armónica) por el físico canadiense Robert Alan Krakower (Ra Uru Hu).
Entre otras cosas, sostiene que hay cuatro Tipos: Manifestadores (iniciadores de la acción),Generadores (pasan a la acción en función de lo que se les presenta),Proyectores (guías y mediadores) y Reflectores (discernidores, dependen de los ciclos lunares).
Lo que me pareció más interesante de esta tipificación fue que me aclaró algo que me desvelaba en relación a la gran cantidad de propuestas del estilo “¡Decídete y hazlo!” que abundan en el camino del desarrollo personal.
Una vez leí que “los únicos que ganan dinero en los libros sobre ganar dinero son los que los escriben”. Tiene bastante de razón… La sociedad homogeneiza patrones, conductas, metas, y tratamos de cumplirlas para terminar defraudados y creyendo que no somos suficientes ni merecedores. El gran problema es que no somos todos iguales porque, además de que cada uno tiene destinos individuales, las estrategias para llegar a ellos son distintas.
Entonces, en este esquema, a los únicos que les funciona el “¡Hazlo por ti mismo!” es a los Manifestadores, que son un 9% de la población, porque ellos hacen lo que dicen y tienen el carácter para iniciar algo, sin necesitar a nadie. A la mayoría, los Generadores que son un 70%, les va mejor la Ley de Atracción porque son un imán de energía pero la concretan mal porque se ponen al servicio de cualquier cosa, en lugar de verdaderamente conectarse con lo que es para ellos. A gente como yo, que somos un 20%, no nos sirve ninguna de estas cosas: tenemos que ser invitados, reconocidos por nuestras capacidades, para poder dar lo que tenemos.
En síntesis, si no nos conocemos y no sabemos cómo es nuestra particular forma de actuar, tenemos grandes chances de vivir amargados, frustrados, enojados. Como escribí en el anterior Boletín, esta sociedad no nos enseña a ser felices, responsables, creativos, alegres, abundantes, en la forma que cada uno quiere y puede. Tenemos que entrar en un molde y seguir las tácticas que están de moda según la época, la clase social, el país, etc. En un período de grandes cambios como ésta, nos podemos perder a nosotros mismos tironeados por los miedos que se inyectan desde los medios y los gobiernos, por los cantos de sirena de las publicidades, por los modelos de una sociedad consumista, por la desacralización de la vida.
En la observación paciente y respetuosa de lo que somos, es posible encontrar la llave para abrir la puerta que es la adecuada para nosotros, pero la mente (que está terriblemente condicionada por el entorno) no nos deja. Para colmo, hemos puesto las fichas en ella: “todo es mente”, “la mente puede todo” y ahí andamos peleándonos con pensamientos limitados y determinados para lograr lo que ella misma propone, desde lugares de supuesta sabiduría… Un círculo vicioso e inútil.
Por ello, otra de las cosas que me enamoró de Diseño Humano es que pone a la mente en su lugar (un Centro de Conciencia) y jamás como un espacio de Autoridad Interna. Las emociones (desde un lugar evolucionado y respetando su Ola), el cuerpo, el Ser, son instancias más fiables, porque no están captados por la historia, por la línea del tiempo (pasado, presente, futuro).Viven en el aquí y ahora, en la experiencia rica y profunda del presente, en la fluidez de la Energía infinita de Todo Lo Que Es. El gran paso de la evolución es aprender a confiar en lo que somos y en la Vida: ya traemos todo lo que necesitamos.
maravillosa información para iniciar el proceso de reconexion personal con ese yo interior y permitir que el yo formado por las creencias y arquetipos familiares evolucione de una forma que me permita ser libre y autentica. gracias por todo lo que puedas ofrecerme dentro del crecimiento.
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