Si nuestra inestabilidad emocional es puntual no debemos preocuparnos ni ponernos en lo peor, porque todos tenemos días peores y mejores. Si se extiende en el tiempo es conveniente buscar ayuda profesional
La inestabilidad emocional son aquellos altibajos que una persona puede sufrir en su estado de ánimo en un corto periodo de tiempo.
Lo más común es que, generalmente, no se sepa qué ha originado esa variación, esa tristeza repentina, esa alegría o ese desinterés.
Ahora bien, es importante concretar primero algo esencial: existen diversos tipos de inestabilidad emocional.
Está, sin duda, ese trastorno límite de la personalidad donde los altibajos son caóticos, disruptivos y donde aparece una compleja neurosis para la cual es necesario un adecuado tratamiento psicológico.
En nuestro artículo queremos centrarnos en el otro extremo, en esa inestabilidad emocional más puntual y menos intensa que todos hemos experimentado en alguna ocasión.
No es un problema clínico, sino épocas en las que parece que el sol se cubre y aparecen unas sombras más alargadas que nunca. Que algo ha cambiado en nuestro interior sin saber por qué.
A continuación te explicamos a qué puede deberse.
La inestabilidad emocional: causas que la suelen determinar
Hay personas que se caracterizan por ser siempre inestables. Hay épocas en que todo parece ir bien y momentos en que cada proyecto realizado se viene al suelo porque han cambiado de opinión.
Este tipo de perfiles suelen ser muy conflictivos. Nos es complicado confiar en ellos, suelen ser difíciles de trato. Además, la convivencia se asemeja a subir a una montaña rusa. Todo son altibajos.
Ahora bien, dejando a un lado los perfiles de personalidad y los problemas clínicos, veamos ahora por qué nosotros mismos, en ciertas temporadas, también podemos experimentarlo.
Una baja autoestima
Todos hemos pasado épocas tan complejas como delicadas. En ocasiones, una relación de pareja algo convulsa trae como consecuencia la dependencia emocional.
Es necesario saber que la persona que está muy aferrada a su pareja porque se siente víctima, desarrolla una baja autoestima. Es muy común, por tanto que en estos estados se sufra una gran inestabilidad emocional.
- Habrá días en que nos digamos a nosotros mismos que adoramos a nuestrasparejas, y otros, en que sintamos rabia y frustración porque, sencillamente, somos infelices.
La depresión encubierta
Tal y como nos explican los especialistas, a día de hoy son muchas las personas, sobre todo hombres, que atraviesan una depresión sin que hayan podido ser diagnosticadas.
Les cuesta mucho más abrirse y pedir ayuda, de ahí que sufran en silencio sus abismos, sus problemas.
La depresión encubierta se manifiesta a través de la siguiente sintomatología:
- Inestabilidad emocional
- Mal humor.
- Apatía.
- Cansancio.
- Pensamientos negativos y fatalistas.
El estrés del día a día
Esta es, sin duda, la causa más común de la inestabilidad emocional. La presión externa y la forma en que gestionamos estas situaciones de estrés influyen, sin duda, en nuestro estado de ánimo.
Habrá días en los que “podamos con todo”. Sin embargo, habrá momentos en los que “todo nos supere”.
Los cambios hormonales
El síndrome premenstrual suele generar algún que otro cambio emocional. No obstante, hay que dejar claro que estas variaciones en nuestro estado de ánimo solo afectan de un modo más intenso a un 10% de las mujeres.
Herencia genética
A día de hoy ya disponemos de más datos acerca de nuestra química cerebral. Sabemos que la genética tiene un peso importante en la aparición de este problema.
- Se han encontrado alteraciones en los niveles de ciertos neurotransmisores, como la serotonina, involucrada en la regulación de los estados de ánimo y las emociones.
- En estos casos, y siempre cuando nuestra inestabilidad emocional sea muy intensa y afecte a nuestra calidad de vida, es necesario que recibamos un adecuado tratamiento para ello.
Cómo afrontar la inestabilidad emocional
Entiende por encima de todo que todos tenemos días buenos y días malos. Aún más, asume que es normal que a lo largo del día experimentes pequeños decaimientos y que al poco te repongas.
Las personas no somos robots. Somos mentes emocionales que reaccionan de diferentes modos a los estímulos dependiendo del momento.
Habrá días en que estemos más preocupados, más susceptibles, e instantes en que nos abrace una motivación inesperada y seamos capaces de todo.
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Nuestro cerebro siempre intentará protegernos en estos casos más puntuales, así que solo tienes que poner en práctica estas estrategias:
- Enfría tu mente, bloquea la negatividad y ejercita tu cuerpo. Sal a pasear, pasea en bici, pinta mandalas, camina al lado del mar o en un bosque…
- Dialoga contigo mismo. Atiende tus necesidades, comprende qué atenaza tu mente.
- Ábrete a alguien que pueda entenderte, explícale qué sientes y comparte con esa persona un instante de relax. Te resultará muy catártico
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