lunes, 8 de agosto de 2016

LAS DIMENSIONES ESPIRITUALES DE LA CURACIÓN. Por Alexiis.


Trabajar con nuestro Ser Superior no elimina en modo alguno la necesidad de recurrir a los profesionales del arte de curar, pero puede facilitar el proceso curativo del cuerpo sutil, lo cual es un importante, y yo diría fundamental agregado, a lo que tratamos de hacer en el mundo físico. 

Cuando entramos en contacto con la negatividad que retenemos dentro del cuerpo y si no sabemos liberarla, estamos invitando a que la enfermedad entre a nuestra vida.

Todos ustedes me conocen y también saben que siempre suelo comentar lo que me pasa, tanto a nivel físico, emocional, espiritual, etc. A pesar de que he terminado los libros, sigo sintiendo el compromiso de seguirlo haciendo. Y por consiguiente quiero comentar lo siguiente:


En el año 2005 me he enterado que tengo una discapacidad pulmonar y que respiro solamente con un 34% de los pulmones. El especialista no comprendía cómo es que me podía mantener en pie y estar en actividad. Tengo el antecedente de haber tenido asma bronquial durante 39 años, pero mediante el trabajo espiritual y con la Terapia de Vidas Pasadas, he conseguido superar este problema.


Ahora el médico no pudo constatar si lo que se presentaba en el estudio era una falla de nacimiento o si ello se había producido a raíz de los años de asmática. Para hacerlo corto, tenía que vivir la vida con esa discapacidad, teniendo mucho cuidado de no resfriarme y mucho menos de tener bronquitis, etc.


Actualmente, a raíz de un problema que he tenido con mi obra social, he querido pasar a un programa especial del Hospital Italiano, para mayores de 60 a 80 años. Los análisis que me hicieron fueron bárbaros, todo bien, el estudio del corazón, bien, pero igualmente me rechazaron. A raíz de ello ayer fui a ver a mi neumatólogo que me atendió durante la crisis que tuve a principios del 2005 y el cual es un capo en la Argentina.


Yo fui anímicamente preparada a que me diga que había empeorado, en gran parte a raíz del rechazo del Hospital Italiano, pero oh sorpresa, he aumentado la capacidad respiratoria de un 34 a un 39% y tengo una oxigenación del 96%. Les comento todo esto porque a fines del contenido de este mensaje que estoy escribiendo es importantísimo que se den cuenta de que todos tenemos la posibilidad de mejorar nuestro estado de salud, aún cuando los médicos insisten de que tenemos ciertos problemas de por vida.


Mediante el trabajo espiritual he conseguido curarme de una enfermedad incurable del corazón, he superado la presión alta, he superado el asma, además de un problema neuronal y hoy en día no recurro a médicos sino que antes que nada trato de emplear mi propia capacidad sanadora. Lo que sí es un trabajo cotidiano. Ahora sigo con el mensaje en sí, pero quise intercalar esto como para dar fe de que esto es posible.


Trata de tomar contacto con tu Ser Superior para averiguar cuáles son las causas espirituales del desequilibrio que experimentas y qué puedes hacer para facilitar su liberación. Una afección puede desaparecer o curarse más rápidamente cuando se sabe qué es lo que la provoca. Al pedir esta información trata de hacerlo de una manera abierta, preguntándole por ejemplo: “¿Qué tengo dentro de mí que necesite curarse?”, o “¿Cuáles son las lecciones que me enseña esta enfermedad?”.


No preguntes si debes someterte a la quimioterapia o a una dieta a base de jugos. Las preguntas que se responden de por sí o por no (es decir, las que se refieren a las decisiones críticas), generalmente reciben respuesta de tu propia mente. 


Y cuando estás enfermo, la mente está asediada por el miedo.
Cuando estás triste o cansado, si te sientes mal o necesitado de curación, imagina a tu Ángel Guardián envolviéndote con sus alas. El abrazo de un ángel puede ser una curación en sí. Y puedes aprovechar esta energía para cualquier situación de la vida a la que te veas enfrentado. Lo que los seres humanos tenemos que aprender es que conscientemente tenemos que pedir el apoyo, la ayuda y la guía de nuestro Ser Superior, Ángel Guardián, o como lo quiera llamar cada uno.


Tenemos que tomar conciencia de que no solamente somos este cuerpo físico que vemos y que sentimos al tocarlo, sino que tenemos una parte espiritual mucho más inteligente y sabia de lo que somos acá, y es ese espíritu el que nos puede ayudar a superar todas las pruebas a las que nos enfrenta la vida.


Cuando tomes una decisión referida a la salud, utiliza todas las facultades que tengas a tu disposición: la información que te proporciona el médico, la investigación sobre la dolencia que padeces o que afecta a un ser querido, y los datos de que dispongan organizaciones o sociedades que trabajan con esa enfermedad.


Pide a tu Ser Superior que te ayude a despejar y superar el miedo, a fin de elegir la curación que te convenga en todos los planos: el físico, mental, emocional y espiritual. Reparar o curar significa devolver la integridad en cada paso del trayecto desde el nacimiento hasta la muerte. A veces por medio de una enfermedad o en medio de ella recobramos la integridad.


El corazón es un órgano vital, esencial para nuestro bienestar físico, emocional y espiritual. Nos conecta con nuestro espíritu y fundamentalmente con nuestros semejantes. Cuando nos abrimos a las energías superiores, expandimos nuestra capacidad de amor y compasión.


Todo el mundo tiene “problemas” del corazón de vez en cuando, sentimientos tales como soledad, dolor, rechazo o culpa. Al trabajar con nuestro Ser Superior podemos curar esas sensaciones y desarrollar una mayor autoestima, más aceptación de nosotros mismos y de otros.


Es de fundamental importancia hablarle a nuestro cuerpo, a cada parte de él, a los órganos, los huesos, la sangre, en fin todo lo que hace funcionar esta maravilla que nos han entregado y a la cual tenemos que cuidar. Lamentablemente de chicos no se nos ha enseñado a querer a nuestro cuerpo, a querernos a nosotros mismos, y con eso llegamos a uno de los problemas fundamentales.


Normalmente no se nos ocurre bendecir a nuestras piernas que nos llevan durante años y años por el sendero trazado, a nuestras manos y brazos que nos ayudan en absolutamente todo, desde el hecho de darnos la comida a la boca, hasta el ayudarnos a limpiarnos y mantenernos aseados. Cuántos de nosotros alguna vez hemos bendecido a nuestro cuerpo, o siquiera hemos bendecido al aire que inspiramos y eso, que sin ese elemento tan vital, si nos falta, son poco los minutos que nos quedan de vida.


Por consiguiente es muy importante que comencemos a darnos cuenta de lo maravilloso que es nuestro cuerpo, a pesar de todos los achaques que pueda presentar, muchos de los cuales se deben justamente a que no le prestamos la debida atención a las necesidades que tiene.


Un muy buen sistema, que estoy aplicando desde hace mucho tiempo, es charlar con mi cuerpo, agradecerle, bendecirlo y también manifestarle lo que quisiera lograr. Así trabajando conjuntamente es mucho más fácil conseguir lo que queramos.


Espero que estos breves comentarios les ayuden para empezar a considerar a su cuerpo de una manera distinta, a amar y agradecer esa bendita estructura que es.


Con todo cariño, Alexiis

23 de noviembre de 2007

http://wayran.blogspot.com.ar/

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