Las
emociones y los recuerdos
La información entra en nuestro cerebro a través de nuestros sentidos,
pasa por la memoria sensorial, la memoria a corto plazo y termina en la
memoria de trabajo. En la memoria de trabajo dicha información se mantiene
durante unos 80 minutos aproximadamente. Si no le damos a nuestro cerebro una
buena razón para integrar la información en nuestra memoria a largo plazo, se
desvanece en poco tiempo.
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de guardar recuerdos
Para integrar de forma duradera la nueva información en la memoria a
largo plazo, tenemos que pensar en ella de forma efectiva. El aprendizaje
requiere dos características para ser eficaz:
1.
Nueva información que se utilice repetidamente
2.
Nueva información esté conectada con un
conocimiento previo
Por lo tanto, si deseamos recordar lo que leemos, tenemos que parar de
vez en cuando y pensar en aquello que leemos. Repetirlo. Resumirlo. Identificar
patrones. Buscar relaciones con ideas que ya conocemos. En fin, dar a
nuestras neuronas una
razón para hacer que las dendritas crezcan. Asociarlo con recuerdos
poderosos. Asociarlo con las emociones.
Estas dos últimas funciones pueden hacerse de diferentes maneras. Las
emociones suelen ser la herramienta más eficaz para generar recuerdos. Por
ejemplo, rápidamente, nombra a todos tus maestros de sexto curso. Probablemente
no puedas. Puede que te acuerdes fácilmente tres o cuatro y luego lucharás para
acordarte del resto. ¿Por qué? Por lo que se grabó en tu memoria emocional.
Recuerdas a aquellos cuyas clases te hicieron feliz. También a aquellos que,
por algún motivo, te hicieron enfadar. Pero no recuerdas tan fácilmente los que
no has asociado con memorias emocionales a largo plazo.
Por
qué no se fijan los recuerdos
Hay muchos motivos por lo que nos olvidamos de lo que leemos. Lo más
seguro es que probablemente hayamos leído las cosas de una manera bastante pasiva. No
podemos recordar aquello que hemos leído pasivamente porque no ha habido una
participación activa intelectual en dicho proceso.
Un proceso intelectual activo implica que hemos
entendido a fondo lo que leemos en la medida en que:
·
Somos capaces de expresar cada concepto rápidamente
con nuestras propias palabras.
·
Somos capaces de relacionar el concepto o conceptos
leídos con algo más que hemos aprendido anteriormente o conectarlo con otras
ideas en nuestro conocimiento previo.
·
Somos capaces de dar nuestros propios ejemplos para
ilustrar el concepto o conceptos.
Cómo
recordar mejor lo que leo
Algunos consejos, sobre todo para estudiantes, que desean recordar lo
que han leído es practicar una disciplina de lectura como por ejemplo el
siguiente:
Prepara
el cuerpo y la mente
En primer lugar, es una buena idea aprender y practicar algunas estrategias de relajación simples,
como hacer profundas y lentas rutinas de respiración diafragmática,
para ayudar a centrar nuestra mente lejos de pensamientos distractores. Pero lo
más importante para ayudar a crear un estado de concentración mental óptimo, es
encontrarnos bien físicamente en ese momento.
Ten
clara la finalidad de la lectura
Debemos decidir cuál va a ser la aplicación final de la lectura que
vamos a iniciar, por ejemplo si deseamos obtener una visión global o más bien
información detallada de la misma, así como cuánto tiempo podremos invertir en
leer, ya que esta decisión determinará nuestro ritmo de lectura.
Utiliza
siempre que puedas una técnica de refuerzo visual
Puedes usar un bolígrafo o un lápiz como guía, por ejemplo,
para controlar el barrido visual del movimiento sacádico de tus ojos, es algo
que utilizan habitualmente los lectores más rápidos que desean concentrar su
atención en el proceso.
Haz
preguntas
Una manera rápida de lograr resultados productivos en tu lectura
es preguntarte constantemente cosas como:
·
¿De qué está hablando el autor aquí?
·
¿Qué es importante y relevante en este apartado, en
términos de mis objetivos predefinidos o resultados deseados?
Esta ronda de preguntas te ayuda a mantenerte involucrado con tu
material de lectura.
Haz
anotaciones
No dudes en hacer anotaciones al margen, siempre que el
dispositivo te lo permita. Realiza anotaciones en los espacios en blanco de los
pasajes de texto que tengan relevancia personal para ti y que te indiquen una
llamada a la acción en un futuro.
Puedes expresarlos en términos cortos con siglas como:
PR (preguntas para reflexionar) / IP (idea principal) / IS (ideas
secundarias)…
Consolida
tus recuerdos
Para completar tu esfuerzo de lectura puedes:
Recapitular y resumir, preferentemente con un mapa mental de
ideas o un diagrama de agrupaciones o un organizador gráfico, para consolidar y
sintetizar rápidamente lo que acabas de leer.
Un
consejo de expertos
Lee sólo lo que necesites, para cumplir con tu objetivo final y según tu disponibilidad de
tiempo.
Por lo tanto, según lo que necesites recordar, en realidad ¡no tienes
que leer todo el libro!
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