Hay personas que temen ser rechazadas por los demás y como consecuencia,
en lugar de mostrarse tal y como son, se convierten en aquello que los demás
esperan. Ellas mismas tejen su propia condena: traicionarse a sí misma por el
miedo al rechazo. Veamos en qué consiste este temor y cómo podemos
afrontarlo.
El sentimiento de rechazo
El ser humano es social por naturaleza y precisamente por esto, necesita
relacionarse y sentir que pertenece a un grupo para sentirse bien, ya sea este
su familia, amigos o el entorno laboral. De hecho, afrontar el rechazo
y la exclusión genera un profundo dolor en aquellos que lo
experimentan.
El rechazo es un sentimiento que se
vive desde lo más profundo y que se traduce en
una no aceptación de la persona. Pero si profundizamos un poco más, sentirse
rechazado es sentirse no válido ante
aquellos que en la mayoría de las ocasiones, nos importan o admiramos por la
razón que sea.
De hecho, si este rechazo se produce en los primeros años de la
infancia probablemente se arraigará en el alma del niño que lo
experimente para acompañarle el resto de sus días, en forma de herida
emocional. Porque rechazar no es otra cosa que despreciar y renegar.
¿Por qué se produce el miedo al rechazo?
Es muy probable que la persona que tenga miedo al rechazo haya vivido en
algún momento una experiencia en la que se haya sentido rechazada. En este caso
no importa tanto sí los demás han manifestado este comportamiento como tal, ya
que solo basta con la vivencia de creerse rechazado. Es decir,
puede que nuestros padres o cualquier amigo no hayan tenido intención de
rechazar algo muy valioso para nosotros, la cuestión es que hemos interpretado
su comportamiento de este modo.
Ante esta situación, la persona para protegerse de este
sentimiento tan desgarrador va creándose una máscara que oculta su verdadera
forma de ser. De este modo, huye del sentimiento de rechazo que tanto
dolor le ha producido. La cuestión es que comenzará a dudar de sí misma para
todo gobernada por su temor a no ser aceptada y quedando atrapada en la imagen
que los demás esperan de ella.
En el fondo, la persona que tiene miedo al rechazo se
infravalora a sí misma y busca la perfección a toda costa. Algo que no
llegará porque es imposible gustar a todo el mundo, pero que en ella provocará
la búsqueda constante del reconocimiento de los demás. La inseguridad y la
indecisión la gobernarán y estará siempre a la espera de haber cumplido con las
expectativas de los demás.
El miedo al rechazo además, provocará que la persona que lo sufre prefiera
estar la mayoría de las veces sola, ya que si recibe mucha atención
tendrá más posibilidades de ser rechazada. En el caso de que tenga que estar
con los demás, intentará pasar desapercibida para evitar que la rechacen y así
sentir, ese intenso sentimiento de desprecio. Y cuando es elegida o valorada,
casi sin querer saboteará la situación ante su incredulidad, llegando a
rechazarse a sí misma. Es decir, a mayor miedo a ser rechazada, más probable es
que sea rechazada o que esta rechace a los demás.
Como vemos, la persona que tiene miedo al rechazo se introduce
en un círculo vicioso de temor, inseguridad e indecisión que
constantemente le lleva a los mismos comportamientos, quedando atrapada.
Además, este desgaste despertará irritabilidad, rencor e ira con el paso del
tiempo, llegando a estar en la mayoría de las ocasiones a la defensiva, fruto
del intenso sufrimiento vivido.
Cómo superar el miedo al rechazo
Como hemos visto, las personas sensibles al rechazo están en alerta
constante pensando en qué le gustará a los demás para así adoptar ese
comportamiento. Se convierten en verdaderas expertas del camuflaje para
pasar desapercibidas. La cuestión es que a la larga experimentarán
frustración y malestar porque en el fondo, han aprendido a no ser ellas mismas.
Por ello, la mejor estrategia para comenzar a trabajar ante el miedo al
rechazo es la recuperación del amor propio perdido para comprender
que el valor de ser uno mismo. Es decir, el eje fundamental para superar
el miedo al rechazo es aumentar la autoestima. Para ello, es
importante:
·
Aceptar el miedo al
rechazo. El primer paso para superar el temor
al rechazo es aceptarlo previamente para comenzar a trabajar. De lo contrario,
sería imposible. Por ello, es muy importante chequearse de vez en cuando para
identificar cuáles son nuestros temores y necesidades.
·
Ser consciente de la forma
de actuar y perdonarse. Otro
paso sería tomar conciencia de cómo funciona este miedo. Así, podremos poner en
marcha las herramientas adecuadas para afrontarlo. Además, también es
importante perdonarse y liberarse así del sentimiento de culpa experimentado.
·
Olvidar la perfección y las
suposiciones. La perfección es un ideal que nos esclaviza
y las suposiciones no dejan de ser historias que nos contamos. Librarse de
estos obstáculos nos permitirá mostrarnos tal y como somos. Nunca seremos
perfectos y tampoco adivinaremos lo que los demás piensas, ¿para qué empeñarnos?
·
Comenzar a
priorizarse. Dedicarse tiempo, expresar lo que se
piensa o siente es fundamental para comenzar a quererse y de este modo derrotar
el miedo a ser rechazados. Invertir en nosotros es la mejor forma de conocerse
y darnos a conocer.
·
Considerarse como una
persona valiosa. Cada uno de nosotros es de
edición limitada, de lo que se deduce que somos únicos. Además, no solo somos
los errores cometidos sino también los éxitos conseguidos.
Como vemos, el miedo al rechazo es un gran muro que limita nuestra
capacidad de relacionarnos y crecer a nivel personal. Nos ata a los
demás, empequeñece nuestro valor y lo peor de todo, enmascara nuestra
personalidad. Por ello, para librarnos de él se necesitan muchas dosis de amor
para redescubrirse.
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