Estoy cansado de “estar cansado”: 7 formas con las que recobrar la energía. Conocer nuestros límites y ser capaces de decir “No”
Hay momentos en que llegamos
al más extremo de los agotamiento posibles,ese donde uno se siente cansado
de “estar siempre cansado”.
Puede
parecer irónico, pero aunque cueste creerlo, esta sensación va mucho más allá
de la simplefatiga física.
Hablamos, ante todo, de un estado mental donde la persona empieza a sentirse vulnerable, falta de recursos personales y frustrada por no poder cumplir los objetivos del día a día.
Hablamos, ante todo, de un estado mental donde la persona empieza a sentirse vulnerable, falta de recursos personales y frustrada por no poder cumplir los objetivos del día a día.
Pocas situaciones pueden llegar a ser
más desgastantes que la de sentirse enfadado con uno mismo por no llegar, por
no corresponder a los demás como le gustaría y por no disfrutar de un bienestar
físico y emocional donde disponer de una adecuada calidad de vida.
Hoy en nuestro espacio queremos explicarte a qué se debe este tipo de estado tan común y, sobre todo, cómo podemos hacerle frente.
Hoy en nuestro espacio queremos explicarte a qué se debe este tipo de estado tan común y, sobre todo, cómo podemos hacerle frente.
1. Te estás descuidando demasiado: empieza a
centrarte en ti mismo
En ocasiones, nos olvidamos de que
nuestro cuerpo y nuestra mente son atributos de un ser humano, no de un robot
de energía incombustible.
- Tu cuerpo necesita descansar y hacerlo,
permitirte unas horas de relax al día y uno o dos días de descanso a la
semana, no significa que hagas menos o que descuides tus obligaciones.
- Centrarnos en cumplir expectativas ajenas,
en hacer más de lo que nos piden y en centrar toda nuestra atención en los
demás, tarde o temprano, pasa factura.
- Nutrirnos a nosotros mismos de vez en cuando
con instantes de soledad, ocio y bienestar es sinónimo de salud.
Reflexiona en estas ideas y permítete
aquello que tanto necesitas: priorizarte.
2. Aprende a centrarte en lo que puedes
controlar
Admitámoslo, gran parte de
nosotros nos obsesionamos con todo aquello que está lejos de nuestro
control.
- Nos gustaría que esta y aquella persona se
dieran cuenta de ciertas cosas.
- Nos agradaría que muchos de quienes nos rodean
actuaran como nosotros esperamos.
- En ocasiones, también cometemos el
siguiente error: invertir tiempo y energía en causas perdidas.
- Hacemos todo lo posible para que nuestro amigo o
hermano, por ejemplo, cambien de actitud, de ánimo o de conducta con la
idea de que sean más felices.
- No obstante, si no ponen de su parte, no lo
van a conseguir solo con que se lo digamos.
Debemos centrarnos en exclusiva en
aquello que está a nuestro alcance, en aquello que sí podemos controlar y donde
vemos resultados claros.
De lo contrario, lo único que conseguiremos es darnos cabezazos contra la pared al invertir tanto de nosotros mismos en causas imposibles.
De lo contrario, lo único que conseguiremos es darnos cabezazos contra la pared al invertir tanto de nosotros mismos en causas imposibles.
3. Controla tus expectativas
“Si hago esto lograré aquello”. “Si
tal persona me hace este favor, entonces, pasará lo que tanto espero”. “Si logro
este objetivo mi felicidad estará garantizada”
- Si bien es cierto que ponernos metas en el
horizonte es bueno y recomendable, lo que ya no lo es tanto es construir
expectativas demasiado altas o fijarnos objetivos cuya consecución no
dependen de nosotros mismos.
- En estos últimos casos, lo más probable es que
muchos de nuestros deseos no acontezcan nunca.
- La sensación de fracaso reiterada hace que uno
acabe cansado y falto de esperanzas.
Aprendamos por tanto a establecer
metas más creíbles y más ajustadas a nuestra realidad.
4. Escucha a tu mente
El propósito primario de nuestra
mente y de nuestro cerebro es protegernos.
- Si me siento siempre cansado es que hay
un desequilibrio físico o emocional que debo atender.
- No podemos olvidar que tanto el dolor como el
propio sufrimiento son llamadas de atención de nuestro
cerebro para que nos detengamos y descubramos qué origina esa molestia.
En caso de no escuchar a nuestra
mente, en caso de no hacer caso de ese cuerpo cansado, el agotamiento se
acumulará aún más hasta llegar a un estado de auténtica indefensión.
5. Tómate en serio de una vez
Eres una persona que ha logrado
muchas cosas. Que ha hecho frente a más de un momento difícil, a más de una
adversidad.
Tienes virtudes admirables, fortalezas que un día te dieron grandes resultados… ¿Has olvidado quizá todo lo que vales, todo lo que has hecho y conseguido?
Tienes virtudes admirables, fortalezas que un día te dieron grandes resultados… ¿Has olvidado quizá todo lo que vales, todo lo que has hecho y conseguido?
- Tómate en serio, valórate, mímate.
- Si estás cansado, regálate descanso.
- Si estás preocupado, regálate paz.
- Si te sientes ofuscado, regálate calma.
- Si piden demasiado de ti, libérate de ciertas
personas.
- Si te has olvidado de cuánto vales, establece
una cita contigo mismo para reconciliarte con tu ser, con tus
emociones e identidad.
6. Hay estrategias que te permitirán
recuperar la energía cuando estés cansado
- Aprende a decir no y descubrirás algo
asombroso: el mundo no se acaba.
- Levántate y vete a dar un paseo.
- Escucha música.
- Crea una visión de cómo quieres verte y
sentirte dentro de un año. Empieza a trabajar en esa idea cada día.
- Decir a los demás “hoy no estoy para nadie” no
es un crimen, es salud.
- Averigua el “porqué” de tu cansancio. Evita
dejar para mañana el malestar que sientes hoy.
- Perdónate por cometer errores.
- Rodéate de personas que te hagan sonreír.
- Conoce gente nueva.
- Deja de compartir tiempo con personas que te
roban la calma, la energía y los ánimos.
- Lee libros que te muestren nuevas realidades,
que te ofrezcan estrategias de mejora.
- Regálate tiempo para ti en soledad.
7. Vive el momento
Vivir el momento implica también saber escuchar el propio cuerpo para darle aquello que necesita en cada instante.
- Si necesitas descanso porque te sientes cansado, obedece a tus necesidades: descansa. Así de simple.
- Vivir de forma consciente siendo receptivos a lo que nos envuelve y nos dice nuestro interior es una clave de salud mental que debemos practicar a diario.
No dudes en poner en práctica estos consejos. A veces, los cambios más pequeños traen grandes resultados.
Fuente: Mejorconsalud.com
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