Aunque no nos guste asumirlo esta afirmación está
muy En este artículo quiero hablar de como determinados mitos bastante oídos y
fomentados por la cultura en la que vivimos pueden interferir en nuestro intento
de desarrollar una relación de pareja sana y satisfactoria.
Mito de la media naranja
Nos han enseñado que somos media naranja y que
necesitamos de otra media para tener una vida completa y feliz. ¿Quién no ha
oído alguna vez alguna de estas frases? “¿Aun no encontraste tu media
naranja?” “Estaba claro que esa persona no era ti” o “El destino tiene
preparado para ti alguien especial”
Creo que nos iría bastante mejor en el terreno amoroso
si en vez de todas estas cosas sin sentido alguien nos explicara desde pequeños
que nadie necesita otra persona para completarse, qué somos naranjas enteras y
qué podemos ser felices y tener una vida plena sin necesidad de tener a alguien
al lado. También deberían decirnos que el destino no es el encargado de decidir
de quien debemos enamorarnos, y que no hay tan solo una persona que encaje con
cada uno de nosotros.
Cada uno es responsable de elegir si quiere tener a
alguien a su lado y que características debe tener a esa persona para poder
tener una relación satisfactoria.
Hay miles de personas en el mundo y lo más seguro es que más de una, de dos, de
tres, (y seguramente más de 1000 o de 2000) cubran tus expectativas y sean
posibles candidatos de los que enamorarte.
Mito de los celos
“Es celoso/a, porque me quiere” Grave error. Nadie
es celoso porque te quiere. Que alguien te quiera o no te quiera es
independiente de sus ataques de celos. Una relación sana debe estar basada en
la confianza y en la libertad de cada uno de los miembros de la pareja. Si esto
falla, falla un pilar fundamental de la pareja. Los celos son uno de los
principales enemigos de las relaciones y poco tiene que ver con el amor. Los
celos están relacionados con inseguridad, con baja autoestima, con el miedo y
estos no son los componentes más recomendados para una relación de pareja sana.
Además si nos paramos a pensarlo un poco, los celos
son una de las emociones más absurdas que existen. La característica propia de
los celos es que son injustificados, ya que cuando son justificados dejan de
ser celos para convertirse en otras cosas.
Mito de la unidad
Creer que ambos miembros de la relación deben de
ser uno. El sustantivo “pareja” incluye el prefijo “par” que significa
dos. Dos personas diferentes, no dos en un uno. Cada miembro de la
pareja debe tener sus gustos, su tiempo propio, sus amigos, sus hobbies, etc…
Que decidirá en qué momentos quiere compartir con la pareja y en qué momentos
no. Es muy importante que cada persona tenga tiempo para ella misma si no
queremos caer en la rutina o en una relación asfixiante en la que ya no
recuerdas que cosas te gustaban a ti y que gustos adoptaste de tu pareja.
Mito de las discusiones
En este caso encontramos las dos versiones.
·
Discutir es malo.
·
Si una pareja no discute es porque no
se quiere.
Hay parejas que tienen más diferencias y otras que
menos. Discutir es bueno o malo en función
de cómo se lleven a cabo esas discusiones. Si son discusiones constructivas en
las que cada miembro es capaz de explicar porque está en desacuerdo y entre
ambos llegar a un acuerdo común fortalecerán la pareja. Sin embargo si las
discusiones se basan en imposiciones, gritos y faltas de respeto hacia la otra
persona no estarán haciendo otra cosa que deteriorar la relación pudiendo
llegar a un punto que puede ser irreversible.
Mito de la omnipotencia
El amor todo lo puede, por amor todo es lejos de la
realidad. Hay personas que aun queriéndose mucho son incapaces de tener
una relación saludable y lo mejor para ambos es seguir sus caminos por
separados. Querer a alguien no significa que lo mejor sea estar con esa
persona. Creerse este mito puede llegar a ser bastante problemático ya que nos
puede llevar a justificar comportamientos inadecuados y a crear falsas
esperanzas.
Mito de los polos opuestos
Aunque hemos oído muchas veces eso de que los polos
opuestos se atraen. Lo cierto es que nos atraen más las personas con
gustos, ideologías y expectativas similares a los nuestros. Además cuantas
más cosas en común tengamos con una persona más probable es que esa relación se
mantenga en el tiempo.
Mito del enamoramiento
Si una persona deja de estar apasionadamente
enamorada es que ya no ama a su pareja y lo mejor es cortar la relación.
Es muy complicado tirarnos toda la vida sintiendo
mariposas en el estomago al lado de la misma persona. Una vez pasada la
fase de enamoramiento inicial pasamos a una fase más madura y serena en la que
son más importantes otros factores como la complicidad, la confianza, etc.…
más que la emoción descontrolada, y en la que es nuestra labor alimentar la
relación día a día para seguir manteniendo viva la pasión.
Mito de la exclusividad
Muchas personas piensan que si estas enamorado de
una persona no tienes ojos para otras. Y esto no siempre es así. A lo
largo de nuestra vida vamos a conocer muchas personas diferentes y es normal
sentirse atraídos por otras personas. Es algo completamente natural que no
tiene porque comprometer una relación estable siempre y cuando no le demos
mayor importancia de la que merece.
Si conseguimos derribar estos mitos y
establecer relaciones sentimentales basadas en la libertad de cada uno
de los miembros, el respeto mutuo, la confianza y el apoyo tendremos
muchísimas posibilidades de conseguir la plenitud y la felicidad en el terreno
amoroso. Sin embargo por desgracia la sociedad en la que vivimos aún pone
bastante empeño en fomentar estos mitos mediante películas, estereotipos,
canciones, novelas, etc…
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