Una de las grandes leyes mentales es la Ley de la Sustitución. Esta es, sencillamente para borrar un pensamiento hay que sustituirlo por otro. No se puede rechazar un pensamiento enteramente. Hay que poner otro en su lugar. Si se quiere uno deshacer de una idea negativa, la única forma es pensando en algo positivo o constructivo.
Cuando te vengan ideas negativas, no luches contra ellas; piensa en algo positivo. Con preferencia piensa en Dios; pero si esto se te dificulta en ese momento, piensa en algo positivo que te interese y la idea negativa se desvanecerá.
A veces sucede que los pensamientos negativos te abrumarán con tal fuerza que no los puedes dominar. Lo llaman un ataque de depresión o de preocupación, o tal vez un ataque de furia. En este caso, lo mejor es buscar a alguien con quien conversar de cualquier cosa, o ir al cine, teatro, o leer alguna buena novela. Si te sientas a luchar contra la ola negativa, lo que lograrás, será aumentarla.
LA LEY DE RELAJACIÓN
Esta es otra de las grandes leyes. En todo trabajo mental el esfuerzo se derrota él mismo. Tanto más esfuerzo se hace, tanto menos resultados se obtienen. Esto es totalmente opuesto a lo que ocurre en el plano físico, pero no debe sorprendernos, porque sabemos que en muchos casos las leyes mentales son el reverso de la leyes físicas.
Cualquier intento de ejercer presión mental está destinado al fracaso, porque en el mismo momento en que comienza la tensión, cesa la labor creadora de la mente, y ella continuará trabajando de acuerdo con el hábito antiguo ya establecido, cualquiera que sea éste. Cuando se trata de forzar las cosas mentalmente; cuando se trata de apurar mentalmente, el poder creador desiste. Para que la mente comience a crear de nuevo, hay que relajar conscientemente.
LA LEY DE LA ACTIVIDAD SUBCONSCIENTE
Al no más aceptar una idea, el subconsciente comienza a tratar de ponerla en efecto. Usa todos sus recursos, y éstos son muchos mayores de lo que comúnmente se supone, para lograrlo. Aprovecha hasta el más mínimo conocimiento que la persona haya adquirido, para llevar a cabo el propósito, y gran parte de esos conocimientos habían caído al olvido. Total, moviliza los muchos poderes mentales que uno posee, de los cuales no se hacen uso. Se surte de la energía ilimitada de la mente racional, y llama a colación todas las leyes de la naturaleza a medida que ellas operan interior y exteriormente del ser, con el único fin de cumplir el objetivo.
Esta ley funciona igualmente en las ideas malas como en las buenas. Cuando es usada negativamente trae las enfermedades, las calamidades y el fracaso; y cuando se usa positivamente trae salud, libertad y éxito. La Biblia no dice que la armonía sea inevitable, no importa lo que hagamos, sino que enseña es que, la armonía es inevitable cuando nuestros pensamientos son positivos, constructivos, bondadosos.
De esto se desprende que lo único que tenemos que hacer es lograr que el subconsciente acepte la idea que queremos reproducir, y las leyes de la naturaleza harán el resto, produciendo el cuerpo sano, las circunstancias armoniosas y el camino triunfal. Nosotros damos las órdenes; el subconsciente realiza la obra.
LA LEY DE LA PRACTICA
El ejercicio hace perfecto. Este proverbio familiar encierra una de las grandes leyes de la naturaleza humana, y siendo una ley, no falla jamás.
En metafísica los efectos de esta ley son especialmente notables. El control del pensamiento es algo que depende totalmente del ejercicio aplicado inteligentemente. La religión verdadera puede ser definida con el nombre de "La Práctica de la Presencia de Dios". Nótese que dije más arriba "ejercicio aplicado inteligentemente". El forcejeo violento no es una práctica inteligente, como tampoco lo es la repetición monótona.
LA LEY DEL RITMO
Sabemos que hay dos planos de conciencia mental, uno inferior y otro superior. Cuando la manifestación pendular está en bajada, si nos asimos al plano de la conciencia superior, escaparemos a los efectos depresivos de la ley. La oscilación del péndulo, o sea la depresión mental, se manifestará en los bajos planos de la mente inconsciente, pero nuestro plano consciente no será afectado.
La operación consiste en elevar el YO sobre las vibraciones del plano inconsciente de la actividad mental, o sea no hacerle caso a lo depresivo que viene a nuestra mente, sino mantenernos seguros de que Dios está con nosotros y por lo tanto, todo está bien. De este modo las depresiones golpearán sobre algo que no está en nuestra conciencia, y por lo tanto no nos vulnerarán.
LA LEY DEL CRECIMIENTO
Lo que se mantiene en la Mente crece. Lo que pienses mucho se aumenta. Esta es una máxima oriental que resume la más grande y fundamental de todas las leyes mentales. Aquello que cavilas se agranda.
Lo que quiera que tú permita que ocupe tu mente lo aumentas en tu vida. El tema puede ser malo o bueno, pero la ley funciona y la condición se intensifica. Cualquier pensamiento que conserves ausente de tu mente, tiende a disminuir porque lo que no se usa se atrofia.
Tanto más pienses en tu reumatismo o tu indigestión, peor se pone. Tanto más te consideres sano y saludable, mejor se manifiesta tu estado de salud.
Cuanto más pienses en la pobreza y en lo malo que están las cosas, peor se pondrán para ti los negocios. Cuanto más pienses en la abundancia, la prosperidad y el éxito, mayor cantidades de estas condiciones atraerás a tu vida.
Mientras más recuerdes las injusticias y las malas jugadas que te han hecho, mayor cantidad de estas molestias recibirás, y mientras más recuerdes la "suerte" que has tenido, mayor suerte tendrás.
Esta es la ley fundamental, básica mental, y en realidad toda la enseñanza psicológica y metafísica se reduce a ser un comentario sobre ella. Lo que conservas en la mente, crece.
LA LEY DEL PERDÓN
Tienes que perdonar las injurias que has sufrido, no simplemente con palabras o por cumplir con las formas, sino sinceramente, con tu corazón, y esa es la síntesis de todo. Tienen que hacer esto no por la otra persona, sino por ti misma. Al otro puede que no le importe, a menos que él lo considere indispensable, pero para ti sí significa una gran diferencia. El resentimiento, la maldición, la ira, el deseo de ver a alguien castigado, son cosas que te corroen el alma, no importa cuán hábilmente lo estés disfrazando. Y esas cosas, porque el contenido emocional es más fuerte de lo que se sospecha, te clavan las calamidades con remaches, y muchos otros problemas se te engrillan; problemas que no tienen nada que ver con las injurias originales.
El perdón no significa que tiene que gustarte el delincuente o que tengas que sentir deseo de verlo o encontrarte con él; pero sí debes desearle el bien. Por supuesto, no deben convertirte en felpudo de nadie. Tampoco debes permitir que alguien abuse de ti o que te maltrate. Debes pelear tus propias batallas y lucharlas con oración, justicias y buena voluntad. Y no importa que puedas o no olvidar la ofensa, aunque sí ceses de rememorarla, probablemente la olvidarás, pero tienes que perdonar.
LA LEY DE LA MAREA
La marea sube y baja. Nosotros no efectuamos nuestro desarrollo espiritual en línea recta. La naturaleza humana no funciona de esta manera. Nadie logra elevarse por un camino de progreso ininterrumpido hasta adquirir la perfección. Lo que ocurre si trabajamos correctamente, es que avanzamos hacia arriba, pero sufriendo una serie de caídas. Avanzamos sin flaquear por un tiempo, y luego decaemos ligeramente. Volvemos a adelantar, y de pronto tenemos una nueva recaída, y así sucesivamente.
Estas recaídas no tienen mayor importancia, siempre que el movimiento general de nuestras vidas sea hacia arriba. Si cada año nos encontramos que hemos hecho un adelanto firme en conciencia, las recaídas momentáneas son insignificantes; pero si nos preocupan demasiado, sí pueden legar a ser un verdadero estorbo.
La marea sube y baja. Esta forma de progreso parece ser general en toda la naturaleza. Un avance, un retroceso menor, y luego un avance mayor; seguido por otro retroceso menor, y un adelanto mayor, continuamente repetido.
No fijes tu atención en las olas individuales. Fíjate en la marea y todo marchará bien.
LEY DE CAUSA Y EFECTO
Cuando el hombre levanta su atención al Plano del Espíritu por medio de la oración, meditación o el tratamiento, se pone bajo la Ley del Bien Perfecto y se libra del Karma. Así el hombre puede elegir entre KARMA y Cristo. KARMA es precisamente el efecto negativo que cosechamos por nuestros actos, pensamientos, sentimientos y palabras negativas, anteriores.
El hombre hecho a imagen y semejanza de Dios tiene dominio sobre todas las cosas. Puede elegir: confinarse en las regiones limitadas de los planos físicos, astrales, mentales y emociones, y allí quedará atado a la rueda del KARMA; o apelar por la meditación y la oración al Reino del Espíritu, al Cristo y así liberarse. Vuelvo a repetir, el libre albedrío está en elegir: Cristo o KARMA
Así que el KARMA no es inexorable, si no mientras no recemos, cuando rezamos, comenzamos a erradicar gradualmente las consecuencias desagradables de nuestros errores pasados. Por cada falta, o tenemos que sufrir las consecuencias y ser castigados, o las cancelamos por medio de la Orientación Científica. Por la práctica de la Presencia de Dios en nosotros mismos y en todas las cosas. ¿Significa esto que cualquier falta, cualquier estupidez, hasta un grave pecad, puede expurgarse del libro de la vida, con todos los castigos y sufrimientos que son sus resultados? Sí, Señor, significa ni más ni menos que eso.
No hay ningún mal que pueda resistir la acción del Cristo Curativo, y el que lo elige no perecerá a causa de su flaqueza, sino que tiene la salvación eterna. No hay que equivocarse, pensando que podemos pecar y evitar las consecuencias repitiendo una oración. No. Para borrar el castigo que sigue al pecado, se requiere una realización de Dios lo suficientemente auténtica como para cambiar radicalmente el carácter del pecador. No sirve una oración superficial. Cuando la oración o el trabajo espiritual han sido tan eficaces que el pecador llega a ser otro hombre (un hombre nuevo), y no desea repetir el pecado, entonces será salvado. Se convierte en Causalidad de Bienes en lugar de Causa de Efectos malos.
La mente es un motor. Los pensamientos son fuerza o energía que genera la mente. Esta energía sale de nuestra mente en vibraciones, en ondas que por obra y gracia de otra ley, que se llama la Ley del Ritmo, regresan a nosotros rítmicamente trayéndonos el fruto de lo que hemos sembrado, y como se sabe, el fruto es análogo a lo que se siembra. Es decir, que si haces un bien a alguien, esas palabras o ese acto bueno salen en vibraciones de color. Ese color, tanto si es positivo como si es negativo, atrae otras vibraciones de su mismo color que pululan en el espacio, sembradas por otras mentes, y te regresan aumentando el bien o el mal que hiciste. Te ocurren cosas bellas, cosas milagrosas y dice "Qué casualidad", mira lo que me sucedió hoy por la mañana, qué maravilla". Cuando has debido decir: "Qué causalidad, que frutos tan bellos he recogido de Alguna Causa buena que he sembrado por ahí. Gracias Dios mío".
Y si por el contrario eres golpeado por la Ley de Causa y Efecto, que has violado quizás sin darte cuenta, y empiezan a sucederte cosas realmente agradables, dice: "la verdad es que estoy empavado, todo lo que hago me sale mal". ¿Qué habré hecho yo para que me sucedan estas cosas? Y la verdad es que estás dando en el clavo. ¿Qué habrás hecho para que te sucedan cosas negativas? Busca la causa, destrúyela, modifícala y el Efecto, el mal Efecto, desaparece como por arte de magia.
Es muy confortante saber que el perdón de Dios por el mal uso de su ENERGIA (nuestra fuerza vital, la que nos mantiene vivos en este plano), siempre está a mano para aquellos que realmente lo deseen. Aquel "Fuego Eterno" y "Castigo Eterno" que inventaron las religiones de la pasada Era, para controlar al mundo a través del temor, no es verdad. Cualesquiera que sean las Causas, el pecado, el error, la impureza, la imperfección en que hayamos caído, tenemos una manera consciente de transmutarlos, transformar, y podemos hacer esto sin costo alguno.
Cuando los humanos se den cuenta de que ellos mismos son los causantes de los males que los aquejan, de todas las calamidades que les ocurren, de todas las limitaciones que encuentran en su mundo, de pronto les entra un intenso deseo de arreglar las cosas, sinceramente. Este deseo es el que cuenta, y cuando este deseo es sincero y fuertemente proyectado, recibe toda clase de ayuda de las Esferas Superiores.
Incluso puede llegar un momento en que el hombre o la mujer se sienten en rebelión contra las circunstancias y hasta contra Dios, y entonces o se someten a la situación relegándose a la condición de resignados, creyendo que el cúmulo de calamidades que les ocurren son la Voluntad de Dios. Por supuesto, esto no es solo una mentira, esto es una blasfemia. Dios como PADRE que es, no desea ningún mal para sus hijos y siempre está abierto para derramar sobre nosotros toda clase de bienes.
La Ley de Causa y Efecto está tremendamente manifestada en la LEY DEL KARMA; el camino que estás recorriendo en el transcurso de tu vida lo trazaste tú mismo, sembrando las Causas y ahora recoge tus propios Efectos. Es importante pues que estés siempre alerta, sembrando CAUSAS BUENAS para que recojas EFECTOS ÓPTIMOS
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LA LECTURA
La lectura es un complemento importante en los trabajos de transmutación mental, pues ella nos va ayudando en ese proceso de cambio. La misma ha de ser especialmente elegida y se deberá conocer los códigos o palabras que cada uno de los autores está utilizando.
Por ejemplo, lo que para uno es alma, para otros es mente u otra cosa.
La lectura hade ser de calidad más que cantidad; el exceso de lectura y la mala elección de la misma, crea mucha confusión, y da como resultado una desorientación interior que carga nuestros patrones mentales con miedos, dudas y por último abandono del trabajo que estamos realizando. Se puede decir que hasta después de más de un año de trabajo de transmutación, no estamos preparados aún para discernir entre lo que nos sirve y lo que no nos sirve.
La lectura, en lo posible, ha de ser diaria, pero al mismo tiempo no debe exceder la media hora, distribuida al comienzo en sesiones de diez minutos.
Es sumamente aconsejable leer muy pocas hojas por día, pero reflexionar sobre lo leído, así sabremos que hemos comprendido lo que nos han querido decir, y no lo que nosotros en la corrida hayamos captado.
Recuerden que la ansiedad de leer es síntoma de que está gobernando en nosotros la mente subconscientes, y saber disciplinarnos al leer, es un método que podemos aprovechar para AUTO-DISCIPLINARNOS.
Toda lectura que tenga contenido de enfermedades, seguirá reforzando nuestros patrones de enfermedad y seguiremos identificándonos con la misma; igual para cualquier calificación que nos haga identificar con ideas de pobreza, de fines de mundo, de cualquier cosa que esté en contra de la armonía, o todas las ideas donde vamos dándole poder a decretos externos, como astrología, predicciones y adivinanzas. Recordemos constantemente que pensar es crear y lo que hemos recibido en forma casi constante, son ideas de muerte, desarmonías y escasez. No es difícil ver si salimos un poco de nuestro problema que, casualmente, eso mismo es lo que actualmente leemos: muerte, enfermedad, pobreza, no sólo la parte material sino del alma y desavenencias.
La lectura, junto con toda información, es un cargador valioso para destruirnos, si no sabemos elegirla, o para REALIZARNOS, si sabemos como utilizarla y qué leer.
Que la LECTURA sea una buena compañía, ese es mi deseo.
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MEDITACIÓN 13
Ejercicio Básico de la Conciencia "YO SOY"
DURACION: 1 semana
El tiempo y los horarios o veces que se hará al día se hará de acuerdo al libre albedrío del estudiante, siendo conveniente hacerlo tres veces por día.
Se buscará una posición cómoda. Antes de hacer la meditación es aconsejable trabajar con el Mala dos o tres ejercicios donde la consigna es Paz, Armonía o Pureza. Luego sentarse con los ojos cerrados, llevando la atención hacia la respiración, observando la entrada y salida del aire por la nariz, durante unos minutos, para recién comenzar la meditación.
Se buscará visualizar en el Corazón una estrellita dorada o plateada, o una llamita. Es de fundamental importancia SENTIR la presencia de ella en nuestro interior, sabiendo que ella es NOSOTROS MISMOS más allá de los patrones mentales.
Luego de Sentirla y Visualizarla, mentalmente se dirá por unos tres a cinco minutos, la frase:
"YO SOY" LA PRESENCIA QUE GOBIERNA EN ESTE SER
se dirá mentalmente en forma suave, armónica y en lo posible seguir sintiendo y visualizando al "YO SOY" con la forma y color que hayamos elegido o sentido. Después de un tiempo se hará la práctica de la frase al compás de la inspiración y expiración.
Una vez repetida la frase, por unos minutos se silencia la mente y se sigue visualizando al "YO SOY", sintiendo que éste comienza a irradiar haces de LUZ BLANCA BRILLANTE hasta cubrir totalmente nuestro cuerpo, internamente primero y después salir hacia fuera como si fuera un aura de luz. Aquí se decreta murmurando, tres veces:
"YO SOY LUZ"
y luego también por tres veces:
"YO VIVO ESTE DÍA EN LA LUZ"
Se vuelve a visualizar el YO SOY, contemplándolo el tiempo que uno crea necesario y al salir o finalizar el ejercicio se respira profundo por tres veces, diciendo mentalmente:
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