Algunas religiones llaman al alma, "espíritu"; de ahí el término: "lo espiritual" o superior, relacionado con el alma. La Escuela Espiritista ha investigado el mundo del espíritu a donde va el alma después de morir, y éste es el Plano Astral, una dimensión muy interesante, muy amena, pero también aterradora, porque contiene, igualmente, el bien y el mal como una proyección y continuidad de este mundo físico en que vivimos en la experiencia terrena.
Filosofías y religiones no aclaran bien lo que es el alma, pues pareciera ser algo vago que flota, como un humo, una nube, alguna corriente eléctrica o fuerza y que siempre permanece invisible. No van más allá de decir que el alma es el espíritu y que pertenece al reino espiritual, donde parece que sitúan el Cielo y el Infierno, más allá, hay silencio, no saben.
El esoterismo conoce mucho más sobre estas cosas, pues los Planos del Sistema Solar, y los Sub-planos Astrales han sido perfectamente investigados.
Nosotros decimos: el Alma no es lo que perdura por toda la eternidad, pues se trata de un cuerpo perecedero, uno de los siete vehículos del hombre, y se llama Cuerpo Emocional o Astral. Por medio de este cuerpo, las personas pueden sentir, expresar emociones y pasiones; pero también queda abandonado, muere y se desintegra en el Plano Astral, cuando la evolución individual permite subir a más altas dimensiones, ascender l Plano Mental (Mundo Celeste) o a los Planos Espirituales, al término de la vida sobre la Tierra. Llaman, a este cadáver, la Sombra.
No es, ciertamente, el alma o cuerpo emocional lo que perdura en la eternidad de los tiempos, sino la Conciencia o Divina Inteligencia que contiene la Chispa Divina Imperecedera. Perdura en forma de energía, la cual precisa de un cuerpo para poder expresarse. En todos los planos, la Energía Divina que es Luz e Inteligencia, se manifiesta a través de un cuerpo, como podemos ver en el mundo físico, donde utilizamos el cuerpo de carne. Estos cuerpos son instrumentos o vehículos nada más, y quedan sin vida, cuando falta la Energía Divina, que es el Santo Aliento. Entonces "mueren" o se desintegran en el plano al que corresponden. Vemos, pues, que el alma no es inmortal ni eterna, como comúnmente se cree; pero que sí hay eternidad en el ser humano, como un continuo ser y existir.
La creencia en la eternidad del alma se debe a una comprensión equivocada y a medias de este asunto. Cada vez que se muere en este mundo, es el alma quien continúa viviendo en el inmediato Plano Astral, y como la común mayoría de las personas no pasan de ese Plano en muchas vidas, parece que el Cuerpo Emocional o Alma fuera eterno; sin embargo, él también perece.
El Alma tiene forma y materia. Su forma guarda un parecido muy exacto con el Cuerpo Físico en su aspecto, estatura, órganos internos, etc.; de tal manera que, durante el sueño, las personas ven a sus parientes y amigos iguales a como los conocieron; pero con un aspecto más joven, más saludable y feliz. La materia es mucho más sutil o fina que la física de este mundo, por lo cual los ojos de carne no pueden percibirla; aunque realmente existe.
Para entender esto, pondremos este ejemplo: El aire de nuestra atmósfera tiene peso, por ser materia, pero no lo vemos ni lo podemos tocar. Mucho más sutil que el aire es la materia astral de la cual son hechas todas las formas de ese mundo, donde el alma está. Además, tiene una condición luminosa y como flotante. A esto se debe el que los "fantasmas" (seres del Plano Astral), hayan sido vistos con luminosidad fosforescente y vestiduras muy sutiles, que son como gasas transparentes, irradiando luz.
El Cuerpo Astral, por ser el vehículo de las emociones, utiliza el noventa por ciento de la Energía Divina para su propia expresión y, generalmente, hace mal uso de ella, pues hay muchas emociones negativas, pasiones violentas e incontrolables, tales como envidia, odio, venganza, ira. Por esta razón, el Cuerpo Emocional precisa ser limpiado y purificado con urgencia en cada persona, durante su vida física y luego, continuar este proceso de purificación en el Plano Astral.
Durante la vida en este mundo, el Cuerpo Emocional se comporta como un vehículo independiente e inteligente, que actúa por cuenta propia, aunque subordinado al cuerpo físico y ligado a él por medio de ese hilo de energía luminosa llamado Cordón de Plata. Por ser más liviano y sutil, interpenetra al cuerpo de carne, lo complementa; pero puede separarse de él y viajar, lo cual realiza principalmente por las noches, durante las horas de sueño.
Es el mayor de los cuatro cuerpos inferiores y el que más sobresale al exterior. Tiene los mismos cinco sentidos; pero mucho más sensibilizados y potentes; de manera que puede ver a través de los objetos, leer un libro cerrado y mirar fácilmente lo que hay dentro de una caja herméticamente sellada. Tales son las "adivinaciones" sorprendentes que hacen "los espíritus" en reuniones espiritistas de tipo común, lo cual deja asombrado a los asistentes. Simplemente se trata de que están ejercitando sus sentidos con toda naturalidad y, en este caso, la vista astral. Con respecto al oído, puede oír lo más lejano y distante.
El alma tiene una forma muy singular para desplazarse. No mueve las piernas poniendo un pie delante de otro en la forma que nosotros conocemos para caminar, sino que se desliza suavemente a gran velocidad, sin alas, ni movimientos de piernas. En una forma de "volar rápida e instantánea", un deslizamiento parecido al de los muchachos cuando se desplazan por el suelo con las ruedas de sus patines.
Para el alma, las paredes no existen y puede traspasarlas fácilmente. Por esta razón, el alma se separa del cuerpo por las noches y sale de la casa; aunque las puertas y ventanas estén cerradas. Queda dependiendo del Cuerpo Físico por el hilo de vida, que es el cordón de plata, el cual se alarga inconmensurablemente y sin limitación, permitiendo a este vehículo viajar adonde él quiera. Cualquier ruido sorpresivo lo hará volver con rapidez e interpenetrar, de nuevo, la forma de carne.
Cuando sucede el cambio trascendental que es la muerte, el Cordón de Plata queda cortado y la Energía o Suprema Inteligencia se retira del Cuerpo Físico, quedando libre el alma, donde la Conciencia y la Energía Divina se han alojado. Entonces, el cuerpo de carne comienza su proceso de desintegración para retornar a la tierra los elementos químicos que corresponden a este plano. El alma ha abandonado al cuerpo denso y él muere. Realmente, lo único que muere del ser humano son los cuerpos.
El hombre torpe, materialista y poco evolucionado, tiene un alma de color oscuro y denso, que es como masa informe, parecida a un huevo, ancha de abajo y estrecha hacia arriba. En el hombre espiritual y superior, su Cuerpo Emocional está bien desarrollado y ya adopta la forma del Cuerpo Físico en toda su expresión. Al interpenetrarlo, como es muy grande, sobresale bastante afuera y su parte visible, luminosa, se llama Aura. Presenta colores cambiantes.
El alma no tiene necesidad de comer ni beber. Este cuerpo se gasta igual que el físico, y no se repone con la comida, sino con sustancia procedente de la misma atmósfera ambiental. Respecto a la forma de "morir", el Cuerpo Emocional no puede ser quemado, enterrado, ni se le hace desaparecer en la forma habitual de la Tierra. Simplemente, cuando la Divina Inteligencia abandona este vehículo, para pasar al Plano Mental inmediatamente superior, él queda flotando en el aire, moviéndose aquí y allá, y tratando de sobrevivir, pues le queda un resto de inteligencia, y aún puede hablar, expresarse. En su afán de prolongar la vida, busca cómo absorber energía y algunas veces lo consigue, cuando asiste a las sesiones espiritistas y se hace pasar por un espíritu.
Tal es la receptividad pasiva de los asistentes, que él puede vampirizar con facilidad, absorbiendo de allí la energía que necesita. Esta es la razón del cansancio que experimenta el médium y algunos de los concurrentes. El cuerpo emocional flotante, o sea el cadáver astral, se llama Sombra. Cuando ha perdido ya mucha fuerza, se llama Cascarón, y después de esto se desintegra, disolviendo su materia en el aire.
El Cuerpo Astral es un remolino de colores con chispazos de luz, que son como relámpagos fulgurantes. La evolución de cada ser, y la calidad de sus emociones, puede verse en estos colores. Por ejemplo, el azul expresa religiosidad; el violeta, gran adelanto espiritual; el rojo, irritación, cólera; el rosado, amor. Los marrones, grises y negros indican pasiones groseras y poca evolución de tipo espiritual.
El Cuerpo Astral es un remolino de colores con chispazos de luz, que son como relámpagos fulgurantes. La evolución de cada ser, y la calidad de sus emociones, puede verse en estos colores. Por ejemplo, el azul expresa religiosidad; el violeta, gran adelanto espiritual; el rojo, irritación, cólera; el rosado, amor. Los marrones, grises y negros indican pasiones groseras y poca evolución de tipo espiritual.
El alma no tiene dureza alguna en su densidad material. En ella está la propiedad de pasar a través de los objetos físicos y todo lo interpenetra. Por esta razón, el alma no puede ser golpeada, herida, ni matada, tal como sucede con el cuerpo físico. Entre sus poderes y facultades se encuentran la clarividencia, la clariaudiencia y la telepatía. Todos estamos dotados de condiciones astrales activas, porque utilizamos el Cuerpo Emocional como un servidor, y él está conscientemente presente durante el día.
Se puede desarrollar la clarividencia superior, que pone en contacto con los Altos Planos de Luz y es una forma de Psiquismo. Hay que estar prevenidos contra este tipo de fenómenos, que no conviene ni indican verdadera evolución. El mayor peligro de un clarividente está en que se crea un elegido, algo especial y pueda caer en el orgullo espiritual, lo cual detiene, paraliza la evolución; además, el conectarse con el Plano Astral y ver cosas de allí, para nada interesa.
No se recuerdan las experiencias que tenemos en Cuerpo Astral durante esos "viajes", porque el cerebro denso no puede captar vibraciones superiores, debido a su condición inferior tan densa; pero también se debe a la Misericordia y al Amor de dios que no permite recordar esas experiencias, porque nos sentiríamos infelices y descontentos al tener que regresar a una vida inferior. Todos volvemos al Cuerpo Físico por obligación, ya que las condiciones son mejores "arriba". La única diferencia del dormir con el morir es que el muerto, ya no regresa más al Cuerpo Físico. Se puede decir que todas las noches "morimos", puesto que abandonamos el cuerpo de carne; pero lo volvemos a ocupar después, cada vez.
¿CÓMO VIVE EL ALMA DESPUÉS DE LA MUERTE?
El Cuerpo Emocional, después de morir, va al Plano Astral y allí, muchos se quedan por unos cuarenta o cincuenta años de nuestro tiempo, hasta que vuelven, de nuevo a reencarnar en el mundo físico. En esta dimensión, son más felices que en la Tierra y tienen una vida más amplia, con mayores posibilidades de adelanto o progreso, y unas condiciones muy superiores a las nuestras. Toda enfermedad desaparece en el Astral, no hay que comer ni beber, no se duerme, ni se lucha por dinero, para ganarse la vida. Toda actividad o aprendizaje es libremente elegida y sin obligación alguna.
Como ese plano es una continuación del mundo físico, también está el mal con sus sobresaltos y peligros. Hay entidades malignas, lo mismo que aquí, que persiguen y atormentan. Cualquier forma de culto y sistema de gobierno puede encontrarse igualmente allí, pues cuanto existe físicamente tiene su contraparte astral en la otra dimensión inmediatamente superior.
El Astral se manifiesta en Inferior y Superior. La vida en el Astral Inferior, o Bajo Astral, se parece al infierno del que hablan las religiones; aunque sin demonios con cachos, calderas ardiendo, ni llamas de fuego rojo. Ese Bajo Astral es un mundo de regeneración y expiación, para muchas almas perdidas en el abismo de la depravación; pero tal situación infeliz no dura eternamente, ya que la Misericordia Divina y el Amor de Dios siempre mantienen la puerta abierta para que esos seres se eleven y asciendan de condición. Son atendidos inmediatamente cuando muestran el menor deseo de subir a una condición superior, y piden ayuda espiritual. Allí no hay "castigo", sino lecciones que aprender, con aprendizaje difícil.
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¡ BUEN DÍA !
¡Buen Día! Sólo de nosotros depende que este día sea bueno, y para empezarlo, nuestro primer deber es colocarnos en conciencia entre las manos de Dios, diciéndole: "Hágase tu Voluntad", teniendo el firme propósito de no hacer nunca la nuestra; pues si no colocamos a Dios en medio de nuestros actos, será otro Dios que coloquemos y nuestro pequeño "yo", con sus construcciones personales, que nos llevan siempre en la dirección opuesta a nuestra felicidad.
Al despertar, seamos sinceros y leales y mantengámonos en este estado a lo largo del día; controlemos pensamientos, acciones, reacciones para sondear a nuestro corazón, para saber si las cosas buenas que hacemos no provienen a veces sólo de nuestra sensibilidad, mientras deberían emanar de nuestro deseo de servir a Dios con Amor.
Démosle el tiempo necesario a las cosas materiales, pero sin dejar que nos distraigan toda clase de futilidades, y nunca perdamos de vista que hoy prepara mañana, y que hoy tenemos que ser mejores que ayer, si queremos avanzar en el camino de nuestra evolución.
Tomemos a Cristo por modelo, ya que Él nos mostró el Camino de la Vida. Viviremos así de corazón con el Eterno y seremos constantemente revitalizados por su Hálito. Sí, llenos de alegría y gratitud, lo dejamos que haga Su Voluntad en nosotros, a menudo tendremos la impresión de que es Él quien hace la nuestra.
Así en contacto con el Espíritu Divino, tendremos el corazón bien dispuesto para con todos los seres, y vibrando en un gran impulso de amor universal.
La felicidad, tanto verdadera como duradera, no nos puede llegar más que por la práctica de los Caminos Divinos. No se pueden resolver con fórmulas; sin embargo una cierta pauta a seguir puede ayudar a aquellos que en su diario vivir, anhelan sinceramente vivir al ritmo de la Armonía Divina.
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EL GRAN SECRETO METAFÍSICO DE LA FELICIDAD
Parecería que esta receta fuera difícil de poner en práctica, pero no es cierto. basta con ensayarla una sola vez para que no se vuelva a olvidar. Ahora, antes de comenzar a poner en práctica los puntos enumerados, hay que hacer el siguiente decreto:
CON UNA SOLA VEZ QUE YO ENSAYE LO QUE
AQUÍ DIGO, NO SE ME OLVIDARÁ JAMÁS.
1. YO no hablo, ni permito que se me hable nada que sea contrario a la perfecta salud, la felicidad y la prosperidad.
2. YO le hago sentir a todo ser viviente que lo considero valioso.
3. YO le busco el lado bueno a todo lo que me ocurre, y a todo lo que veo ocurrir a otros.
4. YO pienso en todo lo mejor, espero todo lo mejor, trabajo únicamente por lo mejor.
5. YO siento igual entusiasmo por lo bueno que le ocurre a otro, que lo que me ocurre a mí.
6. YO olvido mis errores del pasado y sigo adelante a mayores triunfos.
7. YO llevo una expresión agradable en todo momento, y sonrío a todo ser que contacto.
8. YO no tengo tiempo para criticar a los demás, ya que paso tanto tiempo mejorándome.
9. YO me hago tan fuerte que nada puede perturbar la paz de mi mente.
10. YO soy demasiado grande para preocuparme, demasiado noble para enfurecerme, demasiado fuerte para temer y demasiado feliz para permitir la presencia de algo negativo.
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MEDITACIÓN 11
Duración: 1 semana
Se trabajan con el Mala de los decretos.
POR LA MAÑANA:
YO SOY PENSAR POSITIVO
YO SOY SENTIR POSITIVO
YO SOY ACTUAR POSITIVO
YO SOY RECTO PENSAR
POR LA TARDE:
YO SOY RECTO SENTIR
YO SOY RECTO ACTUAR
YO SOY PENSAR MADURO
YO SOY SENTIR MADURO
POR LA NOCHE:
YO SOY ACTUAR MADURO
YO SOY PENSAR BENIGNO
YO SOY SENTIR BENIGNO
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