En su aspecto
mortal, el hombre está dotado de una naturaleza triple, y anhela la liberación
de todas las formas de sufrimiento, esto es:
1) La curación de las enfermedades corporales.
2) La curación de las enfermedades de la mente – enfermedades psicológicas- tales como el temor, la ira, los malos hábitos, la conciencia del fracaso, la carencia de confianza y de iniciativa, etcétera.
3) La curación de las enfermedades del espíritu, tales como la indiferencia, la carencia de un propósito en la vida, el dogmatismo y la soberbia intelectual, el escepticismo, el satisfacerse con el aspecto material de la existencia, y la ignorancia tanto de las leyes de la vida como de la divinidad del hombre.
Es de fundamental importancia el asignar igual valor a la prevención y a la curación de estos tres tipos de enfermedades simultáneamente. La mayoría de los hombres fija su atención en la curación de los problemas físicos exclusivamente, debido a que éstos son los más tangibles y obvios.
Más las gentes no se percatan del hecho de que las verdaderas causas de todas las aflicciones humanas, yacen en las perturbaciones mentales tales como la ansiedad, el egoísmo, etc. y en la ceguera espiritual, que impide percibir el divino significado de la vida. Una vez que un hombre ha destruido en sí las bacterias mentales de la intolerancia, la ira y el temor, y ha liberado su alma del poder de la ignorancia, es muy poco probable que sufra de enfermedades físicas o de privaciones materiales.
Cómo Prevenir las Enfermedades Físicas.
La obediencia a las leyes físicas de
Dios, constituye el mejor método para prevenir toda enfermedad corporal. Evitad
los excesos en la alimentación. Una gran mayoría de personas muere a causa de
su propia gula, y de su ignorancia con respecto a los hábitos dietéticos
correctos. Obedeced las divinas leyes de higiene. La práctica de la higiene de
la pureza mental es superior a la higiene física, mas no por ello debe
despreciarse la importancia de esta última.
No viváis, sin embargo, conforme a reglas de higiene tan rígidas, que la menor desviación de ella os perturbe. Prevenid el desgaste físico, mediante el dominio del método apropiado para conservar la energía física y para proveer al cuerpo de una inagotable cantidad de energía vital, a través de la práctica de los ejercicios de Self Realization Fellowship (Self-Realization Fellowship son lecciones en la cual se procura despertar en cada persona un mejor entendimiento de la armonía que es inherente a todas las religiones verdaderas, y contribuir a que en el mundo se exprese más plenamente el amor que une a los seres humanos cuando realizan su identidad con Dios) Prevenid el endurecimiento de las arterias por medio de la dieta adecuada.
Evitad someter al corazón a un trabajo exclusivo; el temor y la ira fatigan este órgano. Tanto a través de la práctica del método de Self RealizQtion Fellowship, como del cultivo de la serenidad mental, brindadle al corazón el reposo necesario. Si estimamos que la cantidad de sangre expulsada en cada contracción de los ventrículos del corazón suma alrededor de ciento quince mililitros, este órgano movería un peso equivalente a ocho kilogramos de sangre en un minuto. Así pues, en el lapso de un día, el corazón impulsaría aproximadamente doce toneladas de sangre, y en un año este valor ascendería a cuatro mil toneladas.
Estas cifras demuestran el enorme trabajo desarrollado por el corazón. Generalmente se considera que el corazón reposa entre cada contracción (durante el período diastólico o de expansión) con lo cual recibiría, cada veinticuatro horas, un descanso total de nueve horas. Este período diastólico, sin embargo, no corresponde a un verdadero reposo, sino que constituye simplemente una etapa de preparación para el movimiento sistólico siguiente. Las vibraciones provocadas por la contracción de los ventrículos reverberan a través de los tejidos cardíacos durante su relajación, y por lo tanto el corazón nunca se encuentra realmente en reposo.
Estando el músculo cardíaco sometido día y noche a un continuo desgaste de energía, naturalmente tiende a extenuarse. Por consiguiente, sería de considerable valor para el mantenimiento de la salud, el depararle a este músculo un reposo adecuado. El control consciente del sueño, el aprender a dormir y a despertar a voluntad, constituyen parte del entrenamiento yoga, una de cuyas fases capacita al hombre para regular los latidos cardíacos. Cuando se es capaz de controlar conscientemente el palpitar del corazón, se ha alcanzado el dominio sobre la muerte.
Tanto el descanso físico como la renovación de la energía producidos durante el sueño normal, constituyen sólo un pálido reflejo de la maravillosa calma y fortaleza obtenidas a través del “sueño consciente”, en el cual incluso el corazón reposa. Dijo San Pablo (Corintios 15:31): “…por la gloria que en orden a vosotros tengo en Cristo Jesús, nuestro Señor, cada día muero”, esto es, la santa paz que acompaña a la Conciencia del Cristo, descansa o detiene el corazón. Numerosos son los pasajes bíblicos que revelan el hecho de que los antiguos profetas dominaban el arte del reposo cardíaco, ya fuese a través de la meditación científica o de la total entrega espiritual a Dios.
En el año 1837,
cierto conocido fakir hindú llamado Sadhu Haridas, fue sepultado bajo tierra
por orden de Ranjit Singh, Maharajá de Punjab, como parte de un experimento
rigurosamente controlado.
Bajo constante vigilancia, este hombre permaneció enterrado durante cuarenta
días, en el interior de una cavidad completamente amurallada. Al cabo de dicho
plazo, su cuerpo fue desenterrado ante la presencia de numerosos dignatarios de
la corte, además de algunos caballeros ingleses, entre quienes se contaba el
Coronel Sir. C. M. Wade, de Londres. Sadhu Haridas reasumió la respiración y se
reintegró a la vida normal.
Con ocasión de un experimento anterior, dirigido
por el Rajá Dhyan Singh en Jamu, Cachemira, Sadhu Haridas permaneció sepultado
durante cuatro meses. Este hombre había dominado el arte tanto de controlar
como de hacer descansar el corazón. Cómo Prevenir las Enfermedades Mentales
Cultivar la paz y la confianza en Dios. Liberad vuestras mentes de todo
pensamiento perturbador, colmándolas de amor y de dicha. Tomad conciencia de la
superioridad de la curación de tipo mental sobre la terapia física. Desechad
los malos hábitos, bajo cuyo influjo vuestras vidas se vuelven miserables.
Cómo
prevenir las Enfermedades Espirituales.
Es posible hacer que nuestras mentes se
vuelvan cada vez más espirituales, mediante el método de liberarnos de todo
concepto de mortalidad y de mutabilidad, conceptos que limitan nuestro ser. El
cuerpo no es sino vibración materializada, y debería ser reconocido como tal.
La conciencia de la enfermedad, de la
decadencia y de la muerte, puede ser desalojada por medio de la comprensión
científica tanto de las profundas leyes que unifican la materia y el Espíritu,
como de la calidad ilusoria de la manifestación del Espíritu en forma de
materia, de lo Infinito en forma finita. Creed firmemente que habéis sido
creados a imagen del Padre, y que por lo tanto sois inmortales y perfectos.
La
ciencia ha comprobado que incluso la más ínfima partícula de materia, o la más
mínima onda de energía, son indestructibles; el alma – o la esencia espiritual
del hombre- es también indestructible.
La materia sufre cambios; el alma sufre
experiencias cambiantes. A los cambios radicales se les denomina muerte; mas la
muerte ~ el cambio de la forma física- no altera ni destruye la esencia
espiritual. Numerosos son los métodos de concentración y de meditación que se
suelen enseñar, mas los métodos de Self Realization Fellowship son los más
efectivos. Aplicad en vuestras vidas diarias la paz y el equilibrio que
experimentáis durante la práctica de la concentración y de la meditación.
Conservad vuestra ecuanimidad incluso en medio de circunstancias difíciles. No
os dejéis avasallar por emociones violentas; aun frente a lo acontecimientos
más adversos, erguidos imperturbables.
Enseñanzas de Paramahansa Yogananda
Publicado originalmente en: http://cienciacosmica.net/
http://www.yogananda-srf.org/uploadedfiles/uopspanish.pdf
Citas tomadas de los escritos de Paramahansa Yogananda
Cuando trasciendes la conciencia de este mundo
—sabiendo que no eres ni el cuerpo ni la mente y
sintiéndote, no obstante, más consciente que
nunca de que existes— esa conciencia divina es tu
naturaleza real. Eres Aquello en lo cual se origina
todo lo existente en el universo.
Entre los efectos de la práctica de Kriya se cuentan
la paz y la bienaventuranza más profundas.
El gozo que produce Kriya es superior al gozo que
pudieran aportar todas las sensaciones físicas placenteras.
Mediante el uso de la llave de Kriya, a quienes les
es difícil llegar a creer en la divinidad de hombre
alguno, les será posible finalmente descubrir la plenitud
de la divinidad en su propio ser.
Citas tomadas de los escritos de
Paramahansa Yogananda.
http://www.yogananda-srf.org/uploadedfiles/uopspanish.pdf
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