1.- PRACTICA EL PENSAMIENTO SOBRE TI Y LOS DEMÁS
Aprovecha
algunos momentos al día para evaluarte no en términos de tu actuación en el
mundo físico, sino en términos de tu pensamiento puro y tus sentimientos.
Imagínate detrás de tu propio ser físico.
Observa tu
propio modo de actuar, relacionarte y de sentir. No critiques o juzgues,
simplemente anota cómo se comporta tu forma y lo que siente. Conviértete en
observador de los movimientos y acciones que ejecuta tu forma.
2.- OBSERVA A OTRAS PERSONAS
Advierte como destruyen su potencial de felicidad y
éxito porque se identifican únicamente con sus formas.
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Cuando contemples sus restantes movimientos piensa que ahí no
acaba el ser humano, que detrás de cada uno con los que te encuentras
diariamente existe un ser pensante divino e invisible.
En tus relaciones personales, reúnete con los seres queridos
en un espacio ilimitado, en el pensamiento subyacente a la forma, y que que la
mayoría de sus diferencias son triviales, de que el verdadero ser humano que
subyace a esa forma significa mucho más de lo que sus ojos le revelan.
COMPROMÉTETE
CON ESE SER VERDADERO.
3.- ESCUCHA A TU AUTÉNTICO YO INTERIOR
Escucha a tu auténtico yo interior que te anima a ir más allá
de ti mismo, en vez de fijarte en el Viejo yo que te repite que es incapaz de
llevar a cabo semejante tarea.
Pregúntate: ¿Qué esquemas de vida adopto una y
otra vez porque me resultan los más cómodos?
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Cuando respondas con plena honestidad trabaja para iniciar un
nuevo planteamiento de tus procesos mentales. Mediante la expansión del propio
yo a otros niveles, estás transformando tu vida.
4.- DEJA DE ETIQUETARTE
Intenta dejar de etiquetarte como si este fuese un medio para
identificarte cómo ser humano. Soren Kierkegaard dijo: “En
el momento en que me colocan una etiqueta me está anulando”.
Casi todas las etiquetas se refieren de alguna manera a la
forma y a lo que hacemos con nuestros cuerpos. Cuando dejas de identificarte
exclusivamente con la forma, entonces tu profesión, edad, raza, sexo,
nacionalidad, situación económica, rendimiento físico, logros, premios,
obstáculos y otras muchas cosas pasan a segundo plano
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las etiquetas sociales
Comienza a examinar tu mente como si se tratara de
algo nuevo y milagroso. Aprende que tu mente es capaz de traspasar tu forma
y que tu cuerpo está controlado en gran medida por tu mente.
Imagínate con un limón en la mano: Ahora piensa que te los llevas a la boca y le das un
mordisco. Este ejercicio te producirá un aflujo de saliva en la boca, como reacción
de tu cuerpo ante el imaginario ácido cítrico. A esto le llamamos
transformación en acción. Tu mente provoca que tu ser físico corresponda.
5.- SUPERA LA NEGATIVIDAD Y LA NECESIDAD DE CRITICAR
Ocúpate cada día de superar dos de los factores que más te
impiden tu transformación personal: la negatividad y la crítica.
Cuanto más negativos sean tus pensamientos, más
probabilidades tienes de fijarte exclusivamente en tu dimensión física y actuar
de un modo que puede conducirte a la destrucción de tu cuerpo. Todo
pensamiento negativo retarda la transformación personal.
SI
ESTÁS LLENO DE NEGATIVIDAD TE SERÁ IMPOSIBLE ALCANZAR COTAS MÁS ALTAS DE
FELICIDAD
Así como la crítica tiende a juzgar a los demás
también retarda tu transformación personal.Cuando juzgas a una
persona no la estás definiendo a ella sino a ti mismo. El juicio crítico no
dice nada sobre la persona juzgada, sólo expresa que tú necesidad de juzgarla
de la manera en que lo estás haciendo. Por tanto, estás hablando más de ti
mismo que del otro.
6.- CÓMO TRATAS TU YO FÍSICO
Examina el modo como tratas tu yo físico o visible. Cuando
inicias el proceso de depuración propuesto anteriormente comprenderás que te
estás convirtiendo en un ser cada vez más equilibrado que mejora en sus
ejercicios físicos y en las comidas.
Cuando la negatividad y la crítica desaparezcan los malos
hábitos relacionados con el abuso y dirigidos a la forma corporal también lo
harán.
Aprenderás que los alimentos que ingieres son los que
mantienen el prodigioso templo en el que resides. Contemplarás la huida de las
viejas y perjudiciales costumbres y rendirás honores a la forma en aras de tu
nueva personalidad. Todo funciona a las mil maravillas cuando uno mismo lo
permite.
7.- CONCEDE TIEMPO A LA MEDITACIÓN
Concédete un tiempo para meditar con tranquilidad. La
meditación es un instrumento muy útil y resulta tan fácil como respirar.
Hoy en día tienes muchas meditaciones para elegir disponibles solo tienes que
elegir aquella meditación que más te guste.
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Por
ejemplo: Trasladarte a un sitio tranquilo y con los ojos
cerrados visualiza una luz en tono pastel.Cualquier pensamiento que interfiera
es apartado sin concesiones por el poder de la luz. A medida que vas
relajándote observa esa luz blanca en medio de un campo y acércate cada vez más
y más. Cuando al final consigues atravesar esa luz siente cómo tomas el control
de ti mismo y de lo que te rodea.
Después de una meditación tendrás mucha mayor claridad
mental. Inténtalo. Utiliza tu propio método.
8.- SÉ AMABLE Y COMPRENSIVO
Por encima de todo se amable y comprensivo contigo mismo.
Háblate con amabilidad. Ten paciencia contigo mismo cuando descubras lo mucho
que te cuesta ser una persona santa. Se necesita mucha práctica tantas como las
que empleaste para desarrollar tus costumbres neuróticas y negativas.
CONCÉDETE
EL PERDÓN, ESCÚCHATE Y VALORATE
Sí toda una vida se centrará exclusivamente en la forma, se
acabaría produciendo UN YO espiritualmente desnutrido y bastante
infeliz. No somos seres humanos que gozamos de una experiencia
espiritual. Somos seres espirituales que gozamos de una experiencia humana.
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