31 de
octubre
Yo soy MA
ANANDA MOYI. Vivamos un tiempo en la Comunión en la Gracia del Amor.
…Comparto del Don
de la gracia…
Mi venida
entre ustedes, se inscribe, esta noche, en el marco de la Vibración que yo
porto, como Estrella AL, y como Oficiante del Manto Azul de la Gracia. No haré
el gran discurso pero voy a través de la Vibración de AL y la Vibración de la
Gracia, a darles una serie de frases. Estas frases corresponden muy
precisamente a esto: El ego será siempre una cuestión. La respuesta, ella está
siempre al nivel del Ser. A través de cada enunciado, la Luz Vibral de AL
y del Manto Azul de la Gracia será eficiente y activa en ustedes.
El ego se
inscribe siempre en el hacer.
El Ser es la única cosa
que se acompaña del opuesto exacto: no hacer nada.
El ego está
inscrito en permanencia en la acción y en la reacción, así como en la
adaptación. El Ser es la Gracia personificada más allá de la
persona.
El ego es
resistencia.
El Ser es facilidad.
El ego tiene
necesidad de ver.
El Ser está mucho más
allá de todo ver.
El ego es
siempre un movimiento. El Ser es el
no-movimiento.
Vivir,
concierne al ego como al Ser.
La vida del
ego tiene siempre necesidad de justificaciones y explicaciones. La vida del Ser es
evidencia y Silencio.
El ego inscribirá
siempre su acción en un orden lógico, donde el punto de referencia siempre es
el-mismo. El Ser se pasa de toda referencia y el punto de vista
es indiferentemente no importa cual punto de vista, sin ninguna diferencia.
Del ego al
Ser, no existe más que la distancia que es concebida por el propio ego.
Del Ser al ego,
hay coincidencia y Alegría.
El ego
dependerá siempre de cualquier otra cosa.
El Ser no depende
de nada más que lo que él Es.
El ego actúa
y hace, en el mundo de las apariencias y de las causas. El Ser no actúa
pero Irradia, ya que esta es su Naturaleza.
El ego está
alimentado por la experiencia. El Ser está alimentado por la
Esencia.
Ninguna
experiencia resulta en la Esencia.
La Esencia pone
fin a toda experiencia.
Descubrir el Ser,
es ya no ser afectado por cualquier circunstancia, por cualquier evento.
El ego es
ausencia de Paz.
El Ser es Paz.
En los
tiempos y momentos donde el Ser colectivo aparece, el ego desaparece, incluso
si no lo desea. El Ser, más allá de la respuesta, más allá de toda
evidencia, es satisfacción, Alegría y Plenitud.
El ego es
inquietud.
El Ser es
seguridad.
El ego pasa
y perece.
El Ser está
estabilizado.
El ego cree
controlar y dirigir.
El Ser no dirige
nada, no controla nada pero deja lo que el Es, Ser, por sí-mismo y a si-mismo.
El ego ama
por convicción o interés.
El Ser no tiene
que amar puesto que esto es su Naturaleza, su Esencia y su única justificación.
El ego da la
sensación de una identidad y de propiedad.
El Ser no puede
ser limitado en una identidad o en una propiedad.
El ego
rechaza lo efímero, mientras que el lo es.
El Ser observa
pasar lo efímero y no está nada concernido.
Al momento
donde el Fuego ardiente del Amor viene a hacerles la pregunta del ego o del
Ser, nadie podrá ignorar las dos respuestas posibles: El rechazo o la
aceptación.
El ego no
puede pensar en desaparecer. El Ser no está concernido, ni
por la aparición ni por la desaparición.
El ego los
lleva al vientre o a la cabeza.
El Ser los lleva
al Corazón y al Centro y los hace Libres.
El ego es la
ignorancia del Ser.
El Ser conoce a la
perfección el ego.
El ego es
una máscara que se adapta al medio ambiente.
El Ser es
Permanencia, cualquiera que sea el medio ambiente.
El ego es
atraído por el conocimiento, vivido como apropiación.
El Ser Es el
Conocimiento, independiente de todo saber.
El ego se
vive por contraste y comparación. El Ser se vive por Amor sin
condición y sin límite.
La única
opción es esta: Ser o ego, dar o
tomar, darse a sí mismo, o tomar para el Sí.
El ego
descansa una sonrisa circunstancial.
El Ser es la
sonrisa permanente del Corazón, no teniendo necesidad de la apariencia del
rostro.
El ego
expresará siempre la resistencia a la evidencia.
El Ser expresará
siempre la Alegría del Abandono.
El ego
defenderá siempre su propio punto de vista.
El Ser no tiene
nada que defender porque su Presencia es su propia defensa.
El ego
siempre tendrá sed.
El será está
saciado y no tendrá nunca sed.
El ego es
cambiante.
El Ser es fijo.
El ego nunca
podrá vivir el Instante Presente.
El Ser no conoce
nada más que el Instante Presente.
El ego busca
siempre mostrarse y demostrar. El Ser no tiene nada que
mostrar, solo Ser.
El ego no
conocerá nunca la Vibración del Amor. El Ser es la Vibración del
Amor.
El ego
siempre manifestará una densidad exagerada. El Ser no conoce
la densidad.
El ego es
afectado. El Ser no puede ser afectado.
El ego
buscará siempre un punto de comparación, una escala de medida.
El Ser no compara
nunca nada y no tiene nada que medir porque el Amor no mide.
El ego se
sirve del ojo, físico o sutil.
El Ser no tiene
necesidad de ningún ojo para ver.
El ego,
viendo, verá siempre lo que está bien y lo que está mal. El Ser no puede
ver el bien o el mal porque los dos pertenecen al ego.
El ego
necesita ser satisfecho. El Ser Es la satisfacción.
El ego
querrá siempre tener razón, incluso reconociendo sus equivocaciones. El Ser nada
tiene que ver de tener razón o equivocación porque tener razón o equivocación
no se expresa más que en el ego.
El ego es la
marca dejada por la ausencia de Amor, percibido y vivido. El Ser no puede
conocer un amor exterior.
El ego está
sometido a los riesgos del tiempo, de los pensamientos y de las emociones, de los
recuerdos. El Ser está libre de toda causalidad.
Hasta el
presente, el ego y el Ser estaban puestos paralelos, estaban yuxtapuestos. En algunas
horas de vuestro tiempo, el Ser y el ego no podrán ya estar yuxtapuestos, la
conciencia estará en el ego o en el Ser.
El ego está
siempre vinculado a los sentidos y a los sentimientos de una historia y de
creer ser una persona. Al Ser no le concierne lo que
ustedes son personalmente sino lo que ustedes Son, en Verdad y comúnmente.
Abrirse al
ego, es abrirse a la alternancia, a los altos y a los bajos. Abrirse al Ser, es
ya no vivir alternancias: estar a la vez, en lo alto y en lo bajo, como ni en
lo alto ni en lo bajo.
El ego solo
conoce el placer efímero, que él conquista por luchas. El Ser no conoce
más que la Alegría Eterna, que no resulta de ninguna lucha.
Hasta el
presente y antes de este tiempo, el ego podía tomarse por el Ser pero el Ser no puede
nunca tomarse por el ego. En adelante, el ego verá al Ser, cara a cara y en
distancia, a fin de que claramente, se identifique a sí mismo en el sentido de
una identidad o en sentido de una perennidad.
El ego se
cree infinito y hace todo para evitar el fin. El Ser se sabe infinito
y por lo tanto, no busca nada.
El ego se
sirve siempre de la proyección. El Ser no conoce ninguna
proyección.
De ahora en
adelante, el ego verá al Ser, como el Ser verá al ego, en cada uno, como en
todas partes, tan íntimo, como de manera develada.
Ver más allá
de los ojos y de toda visión, lo que ustedes Son o a lo
que tienden, ya sea por el Abandono o por
la resistencia, pone cara-a-cara, mucho más allá del simple juego de la sombra
y de la Luz porque el Ser sabe que ninguna sombra puede ser tangible en
la Luz. Solo el ego ve las zonas de sombra y quiere aportar su propia
solución. El Ser dejará a la sombra resolverse a sí-misma por la
acción del Ser que no hace nada, por la acción de la propia Luz.
El ego se
cree Luz y la reivindica. El Ser Es Luz y no tiene nada
que reivindicar o mostrar.
El ego
siempre hará todo para evitar tener que verse. El Ser no tiene nada que
ver, como nada que demostrar porque Es.
El ego no Es
pero lo cree. El Ser Es, sin creerlo, sin verlo, pero por
proximidad e inmediatez. Y sobre todo, el testimonio del ego es el
juego del que actúa. El testimonio del Ser es la Paz Suprema. El ego
cultivará siempre el antagonismo y la suposición. El Ser no cultiva
nada porque el es Evidencia y Permanencia.
La
diferencia entre el ego y el Ser tienden simplemente a lo que tocará al alma:
ya sea el alma con sed de materia, ya sea el alma con sed de Luz. La sed de
materia es un deseo sin fin, una búsqueda frenética. El Ser es ajeno a
todo esto.
Así pues, en
este tiempo, el ego conoce y conocerá la agitación. El Ser conoce y
conocerá la pacificación. El Alma que recibe la Luz, puede quemar y
desaparecer o resistir para reforzar el ego.
El tiempo es el
tiempo del Ser, porque la Luz es oficiante, porque la Luz Real (no la que es
visible a los ojos sino la que aclara la conciencia) se hace día.
El ego
pretende buscar la Luz. El Ser no pretende nada, el Es
la Luz.
Las
condiciones de la Tierra llaman esto para Liberar su Ser profundo y real.
Ustedes que están sobre la Tierra, ella los llama de la misma forma, ya sea
para dejar persistir el ego o para dejar aparecer el Ser.
Que el Ser vive el
Sí y la Unidad o el Absoluto, es la misma Alegría, la misma Paz. El ego no
puede pretender a esta Paz y a esta Alegría.
El ego
conoce siempre una u otra frustración. El Ser es ajeno a toda
frustración.
El ego está
vacío y se cree pleno. El Ser está
pleno pero se sabe vacío a este mundo.
Mis
comentarios de esta noche encontrarán resonancia y eco, o no, según el lugar
desde donde ustedes me hayan escuchado o me escucharéis. El Ser
reconoce la esencia, más allá del sentido de las palabras. El ego no
puede más que tratar de rechazar o de discutir.
La Vibración
del alma es un Fuego. Este fuego
puede alimentar la materia o alimentar la luz. Alimentar la Luz,
transmuta la materia. Alimentar la materia, no crea ninguna transmutación. Una
u otra, materia y Luz, han sido mezcladas.
El alma
recibiendo la Luz tiene por objeto desenredar y dar a vivir y a ver el ego y
al Ser, a fin de que en un momento dado, ningún habitante de la Tierra pueda
esconderse tras el ego, afirmando que no sabía. Lo
que se hace consciente, de una u otra manera, no puede ya ser ignorado, ni
desviado.
Vayan más
allá del sentido de mis palabras e impregnen su alma de estas palabras. Y si
son capaces, dejen estas palabras actuar en ustedes, más allá de su sentido y
significado, verdaderamente en la Radiación y la Intensidad que les di.
Hermanos y Hermanas, Semillas de Estrellas, nada puede empañar la autenticidad
del Ser, solo el ego lo ha creído pero no sean culpables. El ego siempre será
culpabilidad. El Ser, el, es Libertad. El
tiempo que viene y que corteja, es el de la Madurez, de la Libertad,
de la Verdad.
Yo soy MA ANANDA
MOYI. Por la Vibración de AL, saludo en ustedes al Ser. En la
Alegría del Amor, por lo tanto les digo hasta una próxima vez. Permítanme
depositar sobre sus espaldas el Manto Azul de la Gracia. Hasta pronto.
…Comparto del Don
de la Gracia…
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Canalizado por: Jean Luc Ayoun
Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia
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Transcripción: Véronique Loriot
Traducción: Odilia
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