Los tres niveles superiores de la antigua pirámide no son de ninguna manera necesarios para la buena salud.
No hay en la carne o productos lácteos una sola vitamina, minerales, nutrientes, fito-nutrientes, aminoácidos, ácidos grasos, cadena de proteína, omega o cualquier otro esquivo ingrediente vital para la salud, que no se pueda encontrar en mayor abundancia y de mejor calidad en el reino vegetal.
Por ejemplo, hay más omegas en algas que en peces, dos veces más proteína en las espinacas que en el bistec y cuatro veces más calcio en semillas de sésamo que en la ácida leche.
Una pirámide de alimentos saludables real sería algo como esto:
La carne y productos lácteos son altamente ácidos, engordan, están cargados de colesterol, obstruyen las arterias, forman mucosidad, son difíciles de digerir y están llenos de gusanos, parásitos, bacterias, desechos metabólicos, hormonas y sustancias químicas.
Los huevos son realmente huevos no fertilizados, del ciclo menstrual aviar, conocidos como períodos del pollo. Incluso los huevos “ecológicos” del número 0 implican crueldad animal.
La leche esta llena de pus y hormonas de las secreciones mamarias de una vaca y destinada a alimentar a sus crías.
Ninguno de estos pedazos o trozos de animales son beneficiosos o necesarios para el consumo humano.
No hay una sola enfermedad crónica o deficiencia exclusiva de los vegetarianos.
Ninguno de estos pedazos o trozos de animales son beneficiosos o necesarios para el consumo humano.
No hay una sola enfermedad crónica o deficiencia exclusiva de los vegetarianos.
Sin embargo, las enfermedades cardíacas, cáncer, tumores, quistes, diabetes y muchos otros problemas de salud importantes todos han sido curados por el cambio a una dieta 100% vegetariana.
Algunos de los animales más fuertes en la naturaleza como gorilas, hipopótamos, elefantes, alces, rinocerontes y jirafas son todos vegetarianos.
La idea de que hay que comer carne de otro animal para ser fuerte es una ridícula superstición.
De los monjes Shaolin se podría decir que son los hombres más duros del planeta y todos son estrictamente vegetarianos.
Nuestros cuerpo es demostrable que es herbívoro-frugívoro.
Los omnívoros y carnívoros tienen garras, colmillos, sin molares, cortos tractos intestinales, ácido clorhídrico estomacal — que es 20 veces más concentrado que el de los herbívoros — y saliva ácida esencial para digerir carne.
Los seres humanos, como herbívoros, no tenemos garras, no tenemos colmillos pero si molares para moler, un tracto intestinal 4 veces más largo, 20 veces más débil el ácido estomacal y la saliva alcalina para digerir granos.
Los seres humanos simplemente no somos omnívoros naturales y eso es por lo qué con el tiempo todos los carnívoros sufren enfermedades crónico degenerativas.
Al utilizar la anatomía comparada para determinar que es para el hombre lo mas apropiado para comer, deberíamos tener en cuenta la especie más similar al hombre, a saber, los simios antropoides: chimpancés, gibones, gorilas y orangutanes.
De todos los animales, los órganos digestivos y los dientes humanos, a estos simios es a los que más se parecen.
En cautiverio, algunos de estos animales se verán forzados a comer carne en lugar de morir de hambre.
Pero en la naturaleza, todos comen una dieta vegetariana.
Otra pista fuerte de que el hombre es naturalmente vegetariano es el hecho de que los vegetarianos son, en general, mucho más saludables que los omnívoros.
La Asociación Dietética Americana ha reconocido que los vegetarianos tienen menos riesgo de contraer enfermedades crónicas, incluyendo enfermedades cardíacas, algunos tipos de cáncer, obesidad, hipertensión arterial y diabetes adulta.
Una dieta saludable va mucho más allá de recortar un poco de carne roja.
En un estudio reciente de 6.500 chinos, el Dr. T. Collin Campbell de la Universidad de Cornell encontró que aunque los chinos en general comen mucha menos proteína de origen animal que los estado-unidenses, esos que comieron menos proteínas de animales tenían menor riesgo de enfermedad que los chinos promedio.
El Dr. Campbell concluye, “Nosotros básicamente somos una especie vegetariana y deberíamos comer una gran variedad de alimentos vegetales y minimizar la ingesta de alimentos animales.”
Todos los omnívoros y carnívoros comen la carne cruda, rasgando la piel y lamiendo la sangre rica en nutrientes con sus lenguas.
Un verdadero omnívoro como un oso tomará un pez fuera del agua y se lo tragará entero, crudo, con escamas, huesos, aletas, cabeza y todo.
Cuando un león mata a un herbívoro para alimentarse, desgarra directo en el área del estómago para comer crudo el estómago, hígado, intestinos y otros órganos que están llenos de sangre y nutrientes.
Ellos NO comen carne cocida.
Para la mayoría de los humanos, el olor y el sabor de la carne sangrienta es asqueroso, así que con el fin de consumirlo lo que primero que se hace es limpiar, cocinar, sazonar y marinar la carne con varias hierbas y especias vegetales para hacerla aceptable.
El comer carne o sangre cruda nos disgusta a nosotros como seres humanos.
Por lo tanto, debemos cocinarlo y sazonarlo para amortiguar el sabor de la carne.
Si un ciervo es quemado en un incendio forestal, un animal carnívoro no comerá su carne.
Los leones del circo incluso tienen que ser alimentos de carne cruda para que ellos no se mueran de hambre.
Si los seres humanos estaban destinados realmente a comer carne, entonces comeríamos toda nuestra carne cruda y sangrienta.
El simple pensamiento de comer carne cruda hace que el estómago se retuerza.
Este es mi punto sobre cómo nosotros, como seres humanos estamos condicionados a creer que la carne animal es buena para nosotros y que estamos destinados a consumirla con fines de salud y supervivencia.
Si fuéramos verdaderos carnívoros u omnívoros, no cocinaríamos la carne, la comeríamos cruda como hacen todos los verdaderos carnívoros.
Si usted prueba una salchicha vegetariana y otra de carne comprobará sorprendido que parecen la misma y es porque el sabor lo dan las especias y condimentos.
¿Y por que más no debería comer carne?
Porque es muy ácida y dañina para la salud de nuestras células pero la ética y la decencia moral debe ser razón suficiente para poner fin a este holocausto animal.
La mayoría de los animales, por no decir todos, son hipersensibles comparado con nosotros pero los mantienen encerrados y apretados en jaulas toda su corta vida, los engordan con hormonas hasta reventar, cortan sus narices y los castran, los separan de sus mujeres, encadenan a sus hijos, luego son asesinados y comidos cuando los ven que ya están “sabrosos”..
¿Es que no ves algo muy malo en todo eso?
Y Sobre el también mito de la vitamina B12 que dicen que solo se encuentra en la carne, huevos y lácteos…
El Dr. Germán Alberti escribe:
En los vegetales, especialmente en las semillas oleaginosas, se encuentran los precursores de la vitamina B12, pero no está ensamblada. Las personas que cuidan su FLORA INTESTINAL “FERMENTATIVA” y consumen diariamente “SEMILLAS OLEAGINOSAS crudas, JAMÁS” tendrán deficiencias de vitamina B12 y no necesitan consumir ni inyectarse complementos. Desde que me hice vegetariano naturista en 1957, han transcurrido 58 años y jamás he tenido un solo día de anemia y el cerebro me funciona excelentemente. Casi todos los días de mi vida desde entonces, he consumido linaza, almendras y/o nueces. Después incorporé el ajonjolí (sésamo).
La industria farmacéutica está muy interesada en que este “DOGMA” médico de la vitamina B12 se mantenga, porque se aseguran los enfermos y la incurabilidad (el control) de sus enfermedades, al mantenerlos consumiendo carne.
Además, han hecho “propaganda terrorista” regando por el mundo mensajes, pagando a farmacólogos de diferentes países para alertar a la gente para que no consuman estas semillas porque contienen “CIANURO” (claro, “radical ciano”, necesario, junto con el “COBALTO” para que las bacterias fermentativas puedan ensamblar dicha vitamina).
Además, han hecho “propaganda terrorista” regando por el mundo mensajes, pagando a farmacólogos de diferentes países para alertar a la gente para que no consuman estas semillas porque contienen “CIANURO” (claro, “radical ciano”, necesario, junto con el “COBALTO” para que las bacterias fermentativas puedan ensamblar dicha vitamina).
Ambos ingredientes se encuentran en la linaza, las almendras, nueces, almendras de durazno, ciruelas y todas las demás semillas.
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