Vamos a tratar de la oración que liga a todas las religiones. La llamada PADRE NUESTRO. El Maestro Emmet Fox dice que esta oración es una fórmula compacta para el desarrollo espiritual; que fue compuesta por el Maestro Jesús con sumo cuidado para el propósito específico de efectuar un cambio radical en el alma.
La oración está hecha en siete partes, o cláusulas:
Primera cláusula: PADRE NUESTRO QUE ESTÁS EN LOS CIELOS
El más pobre de los padres trata de que sus hijos no sufran, no les falte nada, y si el padre es rico, vela por sus hijos y los ayuda en proporción a su riqueza. Estar en los Cielos es una condición de perfecta dicha en todos los sentidos. Si el padre es tan dichoso, tan perfecto, tan opulento, que vive y permanece "En los cielos, es lógico, es seguro que fuera de toda posibilidad de duda que habrá asegurado a sus hijos a prueba de toda adversidad! Esta es la idea contenida en las palabras "que estás en los cielos". Tómala, medítala, acéptala y ÚSALA en todas las circunstancias de tu vida. Como es la Verdad, ella te hará libre.
Al pronunciar las dos palabras PADRE NUESTRO, estarás admitiendo, confesando y afirmando que el Padre tuyo es también el de todos. Estarás admitiendo, confesando y afirmando que todos somos hermanos. Estarás orando por el prójimo y cumpliendo con la Ley del Amor, ya que todo lo que viene después en la oración habrá sido precedido por ese requisito: ¡que lo estarás pidiendo en nombre de todos nosotros tus hermanos! Dilo con esa intención y… ¡bendito seas, hermano!
El hijo siempre tiene que ser de la misma naturaleza del padre. No se concibe que un caballo pueda engordar a una cabra, que una hormiga pueda engendrar a una abeja, que un pájaro pueda empollar a una orquídea, que un hombre pueda darle el ser a un ratón. Si el padres es Espíritu divino con todos los dones y poderes; si ve en estado de gracia, por lo cual todo lo que desea, idea, afirma o decreta, se manifiesta al instante, el hijo participa de su misma sangre, naturaleza, dones y poderes. No puede ser de otra manera, estamos los hijos en los cielos, en estado de Gracia y todo lo que tenemos que hacer es descubrir la manera de manifestarlo. Te estoy enseñando a manifestarlo. Estás en lo Cielos, si tú lo deseas, y no es que tengas que convertirte en un asceta, un mártir, un anacoreta, nada de eso. Vive en tu mundo. Te lo asignó el Padre Nuestro. Goza tu Cielo, pero recuerda darle las gracias y di una vez diaria la Primera Cláusula con toda la intención y atención de que seas capaz.
SANTIFICADO SEA TU NOMBRE. Segunda cláusula.
El nombre de Dios es YO SOY, ya lo sabes. Se lo dijo el Espíritu a Moisés cuando éste se lo preguntó. También sabes que no debes, ni puedes calificar ese nombre con cosa alguna que no sea la perfección, pues si dices, o piensas YO SOY (cualquiera afirmación negativa o imperfecta, estarás mintiendo y el castigo es la manifestación en tu persona de aquello que te has atrevido a afirmar).
Al pronunciar las cuatro palabras de la segunda cláusula, habrás expresado el deseo de que tus hermanos, tus prójimos y tú mismo conserven el nombre de Dios santificado, tal cual ES. O sea, que ya están lanzando la imagen y vibración de un lenguaje depurado de toda mentira, de toda infamia, de toda falsificación, error, enfermedad, de toda imperfección. Cuando repitas la oración, piensa la Verdad de esta cláusula… y que el Padre te oiga, hermano!
VENGA A NOS TU REINO Y HÁGASE TU VOLUNTAD AQUÍ EN LA TIERRA COMO EN EL CIELO. Tercera Cláusula.
Ya te lo dije, la intención del Padre, la Voluntad del Padre para sus hijos, es perfecta. Su Sabiduría, su Amor, su Omnipotencia lo ha dispuesto así; pero su Justicia Infinita también ha dispuesto que nadie ni nada interfiera entres Sus hijos y el deseo que ellos expresen.
Un padre tan sabio, sabe que a un niño se le guía sin obligarlo. Se le enseña sin forzarlo, y que tiene que sufrir caídas y golpes para poder aprender a caminar. En el Reino de los Cielos el niño es Soberano. Nadie lo cohíbe, todo el mundo respeta su libertad y su deseo, pero enseñándolo con inmenso amor. El niño pronto aprende que los mayores no hablan por molestarlo. Que siempre es para advertirles algo que, por lo contrario, los salvará de una consecuencia desagradable. Esa es la condición del Reino. Por eso cuando decimos "Venga a nos Tu Reino", estamos pidiéndole al Padre que nos haga agradables nuestras relaciones con nuestros hermanos, maestros, guías, vecinos, etc.
Es el amor lo que rige en el Reino, lo que dicta la conducta, lo que da la incansable comprensión. La Voluntad del Padre es que los maestros nos enseñen por radiación, por inspiración directa al corazón, para que tengamos una evolución sin retardos, sin tropiezos. La Voluntad del Padre, que señalamos en la Primera Cláusula, es la que rigiendo en los Cielos, deseamos verla aquí en la Tierra, y es la que volvemos a pedir en la Tercera Cláusula.
EL PAN NUESTRO DE CADA DÍA DÁNOSLO HOY. Cuarta Cláusula.
La palabra PAN es simbólica de todo lo que podemos necesitar en este momento. Sabido es que el pan permanece fresco sólo un día. Mañana ya estará duro, sin sabor. Es por eso que la frase dice "de cada día". Lo necesitamos hoy. El padre ha dispuesto que todo lo que vayamos necesitando, a medida que sintamos la necesidad, se nos vaya realizando. Eso todo está dispuesto ya. Es nuestro ya. La cláusula lo dice: el Pan NUESTRO.. y de CADA DÍA. Al mismo tiempo reconocemos que en NUESTRO. No sólo tuyo ni mío, sino de todos. Estamos allí mismo pidiendo que se le dé a todos y cada uno lo que le sea necesario en un momento oportuno.
No te llenes de pánico porque creas que algo se va a retardar, que las cosas no te van a alcanzar, porque temas que se acaban antes de tiempo, etc. sólo tienes que enfrentarte a esta aparente necesidad con la frase que encabeza esta cláusula, o suavemente reclamar lo tuyo: "Padre, ya Tú dispusiste que yo tuviera esto. Deseo en armonía para todos, bajo la Gracia y de manera perfecta que sea manifestado, Gracias Padre que ya me oíste y siempre me oyes!"
La prueba de que todo nos ha sido concedido antes de pedirlo es lo siguiente: Seguramente que en el día de hoy tienes todo cubierto, ¿no es así? Todo el dinero que te es menester lo tienes para el día de hoy, ¿verdad?, pues mañana será otro "hoy". El año que viene será a su tiempo, "Hoy". Lo mismo la semana que viene o el mes que viene. No te preocupes, pues el Padre ha dicho: "Antes de que llamen habré oído, y antes de que terminen de hablar habré respondido".
PERDÓNANOS NUESTRAS DEUDAS, ASÍ COMO NOSOTROS PERDONAMOS A NUESTROS DEUDORES. Quinta Cláusula
Todas las faltas que cometemos son siempre el mal uso de la energía divina que nos es entregada por toneladas cada minuto, en cada latido del corazón. Tenemos pues grandes deudas con el padre porque hemos desperdiciado Su energía, a veces despilfarrando toneladas de energía en ataques de ira y de violencia. Si le pedimos perdón al Padre, instantáneamente, el daño no es tan grande, el castigo no se materializa, primero porque "pecado reconocido es pecado perdonado", y segundo, por el Padre siempre nos ha perdonado ya. Somos nosotros mismos los que tenemos que personarnos, y esto lo hacemos al reconocer que hemos faltado.
Ahora el punto clave es la cláusula: Así como nosotros perdonamos a nuestros deudores. Así como tú te conduces hacia tu prójimo, así puedes esperar que el Padre se comporte contigo. Más, no es el Padre directamente quien te da la recíproca, sino Sus Leyes y Principios. El Padre es siempre Misericordia y Perdón. Son las Leyes las que dan a cada uno su merecido.
Jesús compuso la oración con tal maestría que nosotros, al pedir perdón, si no hemos perdonado a nuestros hermanos antes, se nos atajará el pedido en la garganta, no podremos seguir adelante y tenemos que salir a arreglar las cosas cuanto antes.
Si eres de los que ves que todo se te está entorpeciendo, que todo lo que emprendes lo sacas a duras penas, con luchas gigantescas, no se te ocurra decir que es que "no tienes suerte", o que "tienes muy mala pata". ¡Mentira! Lo que pasa es que eres duro con tu hermano, no has perdonado a alguien, o continuamente culpas a otros por tus fracasos. Primero perdona a todo el mundo. Hazte la obligación de decir esta frase antes de poner tu cabeza en la almohada de noche: "Perdono a todo el que necesite mi perdón. A todo hombre, mujer o niño. Me perdono yo mismo y pido perdón al Padre". Y que tu dicho sea sincero, absoluto, amplio, pues si queda en ti algún pequeño resentimiento contra alguien o algo, será un muro entre tú y el Padre. Un Muro entre tú y las manifestaciones de paz y prosperidad.
De ninguna manera repitas el acto de perdón que le hagas a alguien, pues sería como reconocer que tu perdón no tiene gran validez. Cada vez que te venga a la mente, siempre dí: "ya yo lo perdoné".
NO NOS DEJES CAER EN LA TENTACIÓN, MÁS LÍBRANOS DEL MAL. Sexta Cláusula.
El Padre no nos mande tentaciones. La verdad de esta frase es que tanto más elevación tienes alcanzada, tanto más susceptibles, sensibles te haces, y te esperan poderosas y sutiles tentaciones contra las cuales debes estar en guardia. La peor de todas es el orgullo espiritual. Esto levanta un muro de acero entre el individuo y su Dios. Contra esto hay que afirmar a menudo el famoso dicho del Maestro Jesús "Soy manso y humilde de corazón. Esto último te indica que es la petición del corazón la que es contestada. Si tú pides "No me dejes desperdiciar oportunidades de hacer el Bien" verás cómo eres protegido contra el desperdicio. Pues si tú pides que no se te deje caer en aquellas tentaciones sutiles, serás atendido y protegido, porque bien claro lo dice la Biblia, "si el hijo pide pan al Padre, no de dará una serpiente!
Dicen que el peor de los pecados es aquel del cual no estamos conscientes. Pídele al Padre que te muestre tus faltas ocultas. Pídele al Padre que no te deje ser víctima de cosas como el trabajar para tu propia gloria, o de ejercer preferencias personales en tu ayuda y servicio a la humanidad. Pide y se te dará. Toda y te será abierto. Busca y encontrarás.
Líbranos de todo mal. Esto no necesita explicación, pero sobre todo, pide que se te haga comprender cuán irreal es el llamado "mal". Eso no existe, ya que la apariencia de todo mal es simplemente un estado en que impera el polo negativo, al cual sólo le falta el polo positivo para convertirse en el Bien evidente. No puede existir algo que no tenga ambos polos. Lo que esté expresando únicamente su polo negativo se equilibra y parece desaparecer en cuanto se le polariza con el positivo….
PUES TUYO ES EL REINO, EL PODER Y LA GLORIA. Séptima Cláusula.
¡Sabia y potente afirmación! Con ella se te obliga a reconocer al Padre como Única Presencia y Único Poder. Se te obliga a disolver el orgullo espiritual, la última de las faltas a superar. El ejemplo de tremendo castigo que acarrea esta falta lo han dado en la "caída" del más glorioso de los ángeles, LUZBEL, que se convirtió en LUCIFER, por el pecado del orgullo. Esto debe ser una alegoría porque ningún Maestro nombra a semejante personaje, pero sea lo que fuera, la afirmación última del Padre Nuestro lleva la misión de libertarnos del último de los peligros, siempre que sea dicha con intención, fervor y devoción interna.
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EL AMOR DE PABLO APÓSTOL
Aunque yo hable todas las lenguas de los hombres y de los ángeles, si me falta el amor, soy como una campana que resuena o n platillo que retiñe.
Aunque tenga el don de la profecía y conozca todos los misterios y toda la ciencia, aunque tenga la fe, una fe capaz de trasladar montañas, si me falta el amor, no soy nada.
Aunque reparta todos mis bienes para alimentar a los pobres, y entregue mi cuerpo a las llamas, si no tengo amor, no se sirve para nada.
El amor es paciente, es servicial, el amor no es envidioso, no hace alarde, no me envanece, no procede con bajeza, no busca su propio interés, no se irrita, no tiene en cuenta el mal recibido, no se alegra de la injusticia, sino que se alegra con la verdad.
El amor no pasará jamás. Las profecías acabarán, el don de las lenguas terminará, la ciencia desaparecerá, porque nuestra ciencia es imperfecta y nuestras profecías limitadas. Cuando llegue lo que es perfecto, cesará lo que es imperfecto.
Ahora conozco todo imperfectamente, después conoceré como Dios me conoce a mí.
En una palabra, ahora existen tres cosas: la fe, la esperanza y el amor; pero lo más importante de todas es el AMOR.
ES PALABRA DE DIOS
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LA LUZ
En un principio la Luz era la Unidad Universal. Aparte de la luz no había nada, o la luz no hubiera sido el todo. La oscuridad no aparece sino con el paso a la polaridad, cuyo fin es única y exclusivamente el de hacer reconocible la luz. Por consiguiente, las tinieblas son producto artificial de la polaridad, para hacer visible la luz en el plano de la conciencia polar. Es decir, la oscuridad sirve a la luz, es su soporte, es lo que lleva la luz, y no otra cosa significa el nombre de Lucifer. Si desaparece la polaridad, desaparece también la oscuridad, ya que no posee existencia propia.
La luz existe; la oscuridad no. Por consiguiente, la tanta veces citada lucha entre las fuerzas de la luz y las fuerzas de las tinieblas, no es tal lucha, ya que el resultado siempre se sabe de antemano. La oscuridad no puede contra la luz. La luz, por el contrario, inmediatamente convierte la oscuridad en luz - por lo cual la oscuridad tiene que rehuir la luz para que no se descubra su inexistencia.
Esta ley podemos demostrarla hasta en nuestro mundo físico, porque "así como es abajo es arriba". Vamos a suponer que tenemos una habitación llena de luz y que en el exterior de la habitación reina la oscuridad. Por más que se abran puertas y ventanas para que entre la oscuridad, esto no oscurecerá la habitación, sino que la luz de la habitación la convertirá en luz. Y a la inversa, la habitación está a oscuras y fuera está la luz. Si abrimos las puertas y ventanas, también esta vez la luz transmutará la oscuridad e inundará la habitación.
El mal es un producto artificial de nuestra conciencia polar, al igual que el tiempo y el espacio, y es el medio de aprehensión del bien, es el seno materno de la luz. El mal, por lo tanto, es el pecado, porque el mundo de la dualidad no tiene finalidad y, por lo tanto, no posee existencia propia. Nos lleva a la desesperación, la cual a su vez, conduce al arrepentimiento y a la conclusión de que el ser humano sólo puede hallar salvación en la unidad. La misma ley rige para nuestra conciencia. Llamamos conciencia a todas las propiedades y facetas de lo que de una persona tiene conocimiento, es decir, que puede ver. La sombra es la zona que no está iluminada por la luz del conocimiento y, por lo tanto, permanece oscura, es decir, desconocida. Sin embargo, los aspectos oscuros sólo parecen malos y amenazadores mientras están en la oscuridad. La simple contemplación del contenido de la sombra lleva luz a las tinieblas y basta para darnos a conocer lo desconocido.
La Contemplación es la fórmula mágica para adquirir conocimiento de uno mismo. La contemplación transforma la calidad de lo contemplado. Los seres humanos siempre están deseando cambiar las cosas y, por ello, les resulta difícil comprender que lo único que se pide al hombre es ejercitar la facultad de contemplación. El supremo objetivo del ser humano - podemos llamarlo sabiduría o iluminación - consiste en contemplarlo todo y reconocer que bien está como está. Ello presupone el verdadero conocimiento de uno mismo. Mientras el individuo se sienta molesto por algo, mientras considere que algo necesita ser cambiado, no habrá alcanzado el conocimiento de sí mismo.
Tenemos que aprender a contemplar las cosas y los hechos de este mundo sin que nuestro ego nos sugiera de inmediato un sentimiento de aprobación o repula, tenemos que aprender a contemplar, con el espíritu sereno, los múltiples juegos de Maja. Por eso se dice que toda noción acerca del bien y del mal puede traer la confusión a nuestro espíritu. Cada valoración nos ata al mundo de las formas y preferencias. Mientras tengamos preferencias no podremos ser redimidos del dolor y seguiremos siendo pecadores, desventurados, enfermos. Y subsistirá también nuestro deseo de un mundo mejor y el afán de cambiar el mundo. El ser humano sigue, pues, engañando por un espejismo: cree en la imperfección del mundo y no se da cuenta de que sólo su mirada es imperfecta y le impide ver la totalidad.
Por lo tanto, tenemos que aprender a reconocernos a nosotros mismos en todo y a ejercitar la ecuanimidad. Buscar el punto intermedio entre los polos y desde él verlos vibrar. Esta impasibilidad es la única actitud que permite contemplar los fenómenos sin valorarlos, sin un sí o un no apasionados, sin identificación. Esta ecuanimidad no debe confundirse con la actitud que comúnmente le llama indiferencia, que es una mezcla de inhibición y desinterés. A ella se refiere Jesús al hablar de los "tibios". Ellos nunca entran en conflicto y creen que con la inhibición y la huida se puede llegar a ese mundo total, que quien lo busca realmente no alcanza sino a costa de penalidades, puesto que reconoce lo conflictivo de su existencia, recorriendo sin temor conscientemente, es decir, aprehendiendo, esta polaridad, a fin de dominarla. Porque sabe que más tarde o más temprano, tendrá que aunar los opuestos que su yo ha creado. No se arredra ante las necesarias decisiones, a pesar de que sabe que siempre elegirá mal - pero se esfuerza en no quedarse inmovilizado en ellas.
Los opuestos no se unifican por sí solos - para poder dominarlos, tenemos que asumirlos activamente. Una vez que nos hayamos impuesto de ambos polos, podremos encontrar el punto intermedio y desde aquí empezar la labor de unificación de los opuestos. El renunciamiento al mundo y el ascetismo son las reacciones menos adecuadas para alcanzar este objetivo. Al contrario, se necesita valor para afrontar conscientemente y con audacia los desafíos de la vida. En esta frase la palabra decisiva es: "conscientemente" - porque sólo la conciencia que nos permite observarnos a nosotros mismos en todos nuestros actos puede impedir que nos extraviemos en la acción. Importa menos qué hace la persona que cómo lo hace. La valoración "Bueno" y "Malo" contempla siempre QUE hace una persona. Nosotros sustituimos esta contemplación por la pregunta de "cómo una persona hace algo". ¿Actúa conscientemente? ¿Lo hace sin la implicación de su yo? Las respuestas a estas preguntas indican si una persona se ata o se libera con sus actos.
Los mandamientos, las leyes y la moral no conducen al ser humano al objetivo de la perfección. La obediencia es buena, pero no basta, por que "También el Diablo obedece". Los mandamientos y prohibiciones externos están justificados hasta que el ser humano despierta al conocimiento y pueda asumir su responsabilidad. La prohibición de jugar con cerillas está justiciada respecto a los niños y resulta superflua cuando los niños crecen. Cuando el ser humano encuentra su propia ley en sí mismo, esto lo desvincula de todas las demás. la ley más íntima de cada individuo es la obligación de encontrar y realizar su verdadero centro, es decir, unificarse con todo lo que es.
El instrumento de unificación de opuestos se llama AMOR. El principio del amor es abrirse y recibir algo que hasta entonces estaba fuera. El amor busca la unidad - el amor quiere unir, no separar. El amor es la clave de la unificación de los opuestos, porque el amor convierte el Tú y el Yo ten Tú. El amor es una afirmación sin limitaciones ni condiciones. El amor quiere ser uno con todo el universo - mientras no hayamos conseguido esto, no habremos realizado el amor. Si el amor selecciona, no es verdadero amor, porque el amor no separa y la selección separa. El amor no conoce los celos, porque el amor no quiere poseer sino inundar.
El símbolo de esta amor que todo lo abarca es el amor con el que Dios ama a los hombres. Aquí no encaja la idea de que Dios reparte su amor proporcionalmente. Y, menos aún, los celos porque Dios quiera a otros. Dios - la Unidad - no hace distinciones entre bueno y malo - y por eso es El Amor. El Sol envía su calor a todos los humanos y no reparte sus rayos según merecimientos. Únicamente el ser humano se siente impulsado a lanzar piedras - que no le sorprenda, por lo menos, que siempre se apedree a sí mismo. El amor no tiene fronteras, el amor no conoce obstáculo, el amor transforma. Amad el mal, y será redimido.
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DIOS ES LA PAZ
Ustedes saben ya que al pensar en Dios, al pensar en algo espiritual, en el Cristo en nosotros o en Dios en nosotros, ya hemos polarizado el pensamiento, y lo hemos polarizado en lo más alto. De manera que en cuanto tenemos un tropiezo, una evidencia de una enfermedad, un accidente o un desagrado, o que nos encontremos diciendo o haciendo algo negativo o destructivo, debemos tener la presencia de Dios en nosotros primeramente. El hecho precios de reconocer la falta en nosotros, equivale a la confesión católico y por lo tanto el error (que los católicos llamamos "pecado") ya está perdonado. Ustedes saben que la penitencia que da el Sacerdote s una oración. ¿Qué hacemos cuando elevamos la mente al espíritu y hacemos un tratamiento? Pues estamos haciendo una oración. Y los que ya conocemos la práctica de reconocer un error, sea un nosotros o en otra persona, negar ese error, afirmar la verdad, QUE ES DIOS, nos conectamos directamente con Él. Cada vez que uno se conecta directamente con Dios es invariables que se siente un gran alivio. ¿Qué significa esto? Que Dios mismo ha perdonado y ha borrado todos los efectos de aquel pecado. Porque donde nosotros coloquemos a Dios, Él inmediatamente ordena y perfecciona su creación. No puede existir imperfección donde esté Dios. Donde nosotros sintamos a Dios, estamos sintiendo su Perfección. La única forma de hacer contacto y conexión con Dios es mentalmente. Pensando en Él, no hay otra forma.
Como Dios es Amor, al pensar en Él estamos pensando amor. ¿Se han dado cuenta de eso? No podemos pensar en Dios sin pensar en amor. Es decir, que estamos amando a Dios cuando pensamos, aunque no sea sino en la palabra "Dios" y la Biblia dice: "El amor es el cumplimiento de la ley", esto quiere decir TODA la Ley, o sea todas las leyes. Estamos "en ley" cuando estamos en amor, pensando amor, pensando en Dios, y cuando nosotros, estudiantes de la Verdad Metafísica, estamos tratando de cumplir las Leyes de Dios, tratando de elevarnos, tratando de comprender, de estudiar, de aprender, o sea, buscando con todas nuestras fuerzas, con todo nuestro corazón y sentidos, tenemos derecho a la paz perfecta e nuestras mentes y almas. Estamos con Dios. Estamos en amor. Mejor voluntad no se puede expresar que la que nosotros estamos expresando en este momento. Y Jesús dijo: "Paz en la Tierra a los hombres de buena voluntad".
La Paz es del Don más grande de Dios. Emmet Fox dice que cuando nuestras almas están en paz nada puede descomponerse, y todo lo podemos. No se formen una figura de la Paz en la mente. La Paz no es estar pasivos e inactivos. Se puede estar en plena y febril actividad y estar en perfecta paz. Es el alma, el corazón, los sentimientos, el estar contentos, interesados en la tarea a la mano, estar en paz. Estar así es la felicidad. No se necesita mayor cosa para estar feliz. Se necesita la paz y nada más. Es importantísimo, pues conservarse en paz, aprender a estar en paz, conocer lo que es la paz y valorizar todo para saber cuáles son las cosas que no merecen la pena ni decir, ni pensar, ni hacer, ni obtener, porque nos quitan nuestra paz, ya que la paz es lo único que vale la pena, y alo hemos visto: LA PAZ ES LA FELICIDAD.
Si se está molesto, no importa que especie de molestia, bien sea molesto en nuestro ánimo como en nuestro cuerpo, no se está en paz. Y se está infeliz, ¿no es así? Cuando tenemos carencia de dinero, carencia de cosas necesarias par al vida, soledad es carencia de compañía, angustia por nuestros seres queridos, temor o aprensión por el futuro, todo es falta de paz. Todas estas cosas nos quitan nuestra paz. Podríamos ahora comenzar a detallar de nuevo las formas de ir curando todas esas condiciones que he mencionado, pero ya ustedes saben cómo actuar en cada una de ellas. Y si no se acuerdan es que tienen que repasar las lecciones que tienen archivadas, porque todas estas condiciones están cubiertas. Ustedes saben también que si la verdad que se tiene, no se usa, o no se aplica, de nada sirve. Es más, es grave. Poseerla y no usarla es el pecado de omisión. ¿Cuántos hay que anhelan una fórmula para quitarse de encima toda la opresión que los mata, y aquel a quien se le ha dado la desperdicia?
A esto último se le puede aplicar un adagio muy popular que dice: "Ni lava ni da prestada la batea". Es egoísmo y desperdicio de la peor especie. De manera que no comenzaremos de nuevo a enseñar lo que ya se sabe. Lo que sí haremos es recalcar el supremo remedio. La fórmula más alta para obtener todo lo que nos sea menester en cualquier momento, y sobre todo, la única manera de obtener nuestra paz instantánea, y toda la luz que necesitemos.
Es dirigirnos a nuestro Yo Perfecto. A nuestro Cristo Interior. A la Presencia de Dios. Acuérdense que donde reconocemos la Presencia de Dios, ella comienza a poner orden en su Creación. Comienza de inmediato a perfeccionar lo que está manifestando imperfección. Porque lo que estemos viendo que parezca imperfecto, aunque así tenga forma y bulto, NO TIENE SUSTANCIA REAL. Se puede deshacer porque está basado en una mentira. Lo que está basado en la Verdad es eterno y no se puede desbaratar. Pero la mentira se esfuma al confrontarla con la Verdad, así es que por sus frutos los conoceréis. ¿Te encuentras frente a algo que te perturba, que parece muy real? Prueba diciéndole: "Tú no tienes sustancia, eres mentira. La Presencia de Dios está en ti porque Dios es la única Presencia y el único poder". Como todo contiene la energía divina, al invocarla, mencionando la Presencia de Dios, la forma o figura ficticia se borra, se esfuma y deja ver la Verdad pura.
Este párrafo que acabo de decir es la gran fórmula. Es amor y lealtad a Dios. Estúdienlo, medítenlo mucho, póngalo en práctica y verán el adelanto rapidísimo.
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MEDITACIÓN 13 - A
Duración: 2 Semanas. Leer por día por lo menos una vez cada afirmación
1) SALUD FÍSICA
Hoy me siento fuerte, saludable y lleno de vitalidad. Todos mis órganos funcionarán maravillosamente bien. Mi sangre fluye llena de energía vital y lleva vida y salud a todas las partes de mi cuerpo.
Me siento fuerte.
Estoy pleno de energías.
Mis piernas son fuertes y puedo caminar, correr, cargar, trabajar, hacer lo que quiero.
¡Qué salud la mía!
2) ORACIÓN
Hoy voy a rezar.
Mi oración será mi pensamiento, lleno de fe, con la firme creencia de que Dios está en mí y siempre me atiende.
Mi pensamiento es mi oración, por eso sólo pensaré cosas buenas y sólo desearé cosas buenas.
"Sé que tu escuchaste mi oración, porque Tú siempre me escuchas. Desde ya te doy gracias por este día maravilloso que voy a vivir."
3) HOY YO LO CONSEGUIRÉ
Sí, hoy YO LO CONSEGUIRÉ.
Derribaré la barrera que me impedía conseguirlo. Hoy es mi día. Yo lo conseguiré.
Seguiré hacia delante decidido y confiado, con una fe inquebrantable.
Yo lo conseguiré, sin ninguna duda.
Este es mi gran día.
Estoy seguro.
Una Fuerza Infinita me abrirá todas las puertas y HOY YO LO CONSEGUIRÉ
4) MATRIMONIO
¡Qué lindo día es este!
Hoy mi matrimonio me traerá muchas alegrías. Porque yo voy a sembrar alegría, amor, cariño y mucha ternura en mi matrimonio.
Tú que, desde el primer día, compartes mi vida conyugal, recibe hoy todo mi amor y toda mi bondad.
Espera un regalo hoy al anochecer.
Pasaré el día pensando en ti.
Mil besos
5) BELLEZA
Hoy contemplaré mi cuerpo con cariño.
Me gusta mi cuerpo
Mi cuerpo revela la alegría y la paz que existen dentro de mí.
Mi cuerpo soy yo, porque él me revela a los demás.
Hoy me vestiré bien, me peinaré bien, y saldré de casa bien, como a mí me gusta verme.
Me sonreiré y diré con entusiasmo:
¡Qué persona bonita, elegante y atrayente soy!
6) SONRISA
Desde el amanecer me sonreiré muchas veces a mí mismo.
Finalmente, YO SOY la persona que más me gusta, por eso hoy me sonreiré mucho a mí mismo.
Y mi sonrisa se extenderá a todas las personas como el perfume de las flores.
Hoy yo sonreiré a la vida y la vida me sonreirá.
Y mi alegría será completa.
7) ÉXITO
Este es mi día de éxito
Cada pensamiento, cada palabra, cada gesto, cada acción, me llevarán a conquistar nueva amistades, nuevo prestigio, nuevas funciones, nuevos negocios exitosos.
Este es mi día de éxito.
Sigo hacia delante con la frente erguida y la sonrisa en los labios, porque el éxito me espera con los brazos abiertos.
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Desde el amanecer me sonreiré muchas veces a mí mismo.
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domingo, 8 de noviembre de 2009
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