El silencio contribuye a regenerar el cerebro
Nada
fortifica tanto las almas como el silencio. Jacinto Benavente
Hasta hace poco se pensaba que las neuronas no podían
regenerarse y que nuestro cerebro estaba condenado a un declive progresivo e
inexorable. Sin embargo, con el descubrimiento de la neurogénesis todo ha
cambiado, ahora los neurocientíficos se centran en descubrir qué puede promover
la regeneración neuronal.
En este sentido, un grupo de investigadores alemanes
del Research Center for Regenerative Therapies Dresden han
descubierto que el silencio tiene un impacto enorme en el cerebro. Estos
científicos comprobaron que en el cerebro de los ratones que se quedaban en
silencio durante dos horas cada día crecían nuevas células en el
hipocampo, la región del cerebro relacionada con la memoria, las emociones y el
aprendizaje.
Además, constataron que esas nuevas células eran
capaces de diferenciarse e integrarse en el sistema nervioso central para
cumplir diferentes funciones. Por tanto, reservar algunos minutos al
día para estar en completo silencio podría ser muy beneficioso para nuestro
cerebro, ayudándonos a conservar la memoria y a ser más flexibles ante los
cambios.
El silencio permite que el cerebro le dé sentido a la
información
Nuestro cerebro tiene una “red por defecto” que se
activa cuando estamos descansando. Esa red se encarga de evaluar las
situaciones e información a la que nos hemos expuesto a lo largo del día y las
integra en nuestra memoria o las descarta si son irrelevantes.
Básicamente, esa red funciona
reclutando una serie de regiones del cerebro, que son las encargadas de
seguir trabajando por debajo del nivel de la conciencia.
También es la principal responsable de los destellos de genialidad ya que se
encarga de ir atando cabos y buscar soluciones a los problemas.
Recientemente, investigadores de la Universidad de Harvard descubrieron
que esa red se activa de forma especial cuando reflexionamos sobre
nosotros mismos, por lo que sería esencial para reafirmar nuestra identidad.
Estos investigadores también apreciaron que la red por defecto se activa cuando
estamos en silencio y con los ojos cerrados ya que cualquier estímulo del medio
que nos distraiga la “apagaría”.
El
silencio es el elemento en el que se forman todas las cosas grandes. Thomas
Carlyle
El silencio es el mejor antídoto contra el estrés
Las ondas del sonido provocan vibraciones en los
pequeños huesos del oído, los cuales transmiten el movimiento a la cóclea,
donde esas vibraciones se convierten en señales eléctricas que llegan hasta el
cerebro. El problema radica en que nuestro cuerpo está programado para
reaccionar de manera inmediata ante esas señales, incluso en medio de
un sueño profundo. Por eso, el ruido provoca una activación de la
amígdala, la cual responde estimulando la producción de hormonas como la
adrenalina y el cortisol, que incrementan nuestro nivel de estrés.
Por eso, no es extraño que un estudio realizado por
investigadores de la Universidad de Cornell haya
descubierto que los niños que viven en zonas cercanas a los
aeropuertos, donde hay mucho ruido, son más vulnerables al estrés. De
hecho, estos niños tenían una presión arterial más alta y niveles más elevados
de cortisol.
Afortunadamente, el silencio tiene el efecto opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que:
Afortunadamente, el silencio tiene el efecto opuesto en nuestro cerebro. Mientras el ruido causa tensión y estrés, el silencio tiene un efecto sanador y relajante. Así lo comprobaron investigadores de la Universidad de Pavia, quienes descubrieron que:
tan
solo dos minutos en silencio absoluto son más beneficiosos que escuchar música
relajante y provocan una mayor disminución de la presión sanguínea.
Por tanto, ahora ya lo sabes: disfruta del silencio.
Tu cerebro, tu cuerpo y tu mente te lo agradecerán.
Fuente: muhimu
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