El libro de los secretos
Descubre quiénes somos,
de dónde venimos
y por qué estamos en
esta vida.
El libro de los secretos es el
mejor y más profundo libro de Deepak Chopra hasta ahora. ¿Quieres conocer los
secretos de la vida?
A mi padre,
KRISHAN LAL CHOPRA:
La dignidad de tu
vida
y de tu muerte
inspiró y liberó las
dimensiones ocultas de mi vida.
Agradecimientos:
Peter Guzzardi, muy
diestro corrector, crítico y uno de mis mejores amigos;
Shaye, Tina, Tara,
Brian, Jenny, y el resto de mi familia en Harmony: han sido afectuosos,
gentiles y pacientes desde el inicio de mi carrera;
Rita, Mallika, Gotham, Sumanth, Candice y mí querida Tara: por ustedes
todo es valioso y sagrado;
De mi oficina,
Carolyn Rangel, Felicia Rangel y Jan
Crawford; su
dedicación y trabajo hacen que todo sea posible;
Y finalmente, gracias
a mi familia en el Centro Chopra, quienes traducen mis palabras en una práctica
que cambia la vida de las personas.
Indice
INTRODUCCIÓN. Abre el
libro de los secretos
SECRETO 1. El
misterio de la vida es real
SECRETO 2. El mundo
está en ti
SECRETO 3. Cuatro
senderos llevan a la unidad
SECRETO 4. Ya eres lo
que deseas ser
SECRETO 5. La causa
del sufrimiento es la irrealidad
SECRETO 6. La
libertad doma la mente
SECRETO 7. Todas las
vidas son espirituales
SECRETO 8. El mal no
es tu enemigo
SECRETO 9. Vives en
dimensiones múltiples
SECRETO 10. La muerte
hace la vida posible
SECRETO 11. El
universo piensa a través de ti
SECRETO 12. No hay
más tiempo que el ahora
SECRETO 13. Eres
auténticamente libre cuando no eres una
persona
SECRETO 14. El
significado de la vida es todo
SECRETO 15. Todo es
esencia pura
EPILOGO.
Renacimiento
Introducción
Abre el libro de los secretos
Lo que más anhelamos
en la vida no es comida, dinero, éxito, posición, seguridad o sexo; ni siquiera
el amor del sexo opuesto. Una y otra vez conseguimos estas cosas y terminamos
sintiéndonos insatisfechos, en ocasiones más de lo que estábamos al principio.
Lo que más anhelamos es un secreto que se revela sólo cuando estamos dispuestos
a descubrir una parte oculta de nuestro ser. En las antiguas tradiciones
sapienciales, este empeño se comparó con la recolección de la más hermosa
perla, una manera poética de expresar que debemos nadar bajo las aguas
superficiales” sumergirnos en nuestro ser y buscar pacientemente esa perla
invaluable.
La perla también
recibe el nombre de esencia, hálito de Dios, agua de vida o néctar sagrado, lo
que con la trivialidad propia de la era científica llamamos “transformación”.
Transformación significa cambio radical de forma, como cuando la oruga se
transmuta en mariposa. En el ámbito humano significa convertir temor, agresión,
duda, inseguridad, odio y vacío en sus opuestos. ¿Es esto posible? Lo indudable
es que el anhelo secreto que carcome nuestra alma es totalmente ajeno a
cuestiones externas como dinero, posición o seguridad; nuestro ser interior
reclama un significado, el final del sufrimiento y respuestas a enigmas como
amor, muerte, Dios, alma, bien y mal. Una vida superficial jamás responderá a
estas preguntas ni satisfará las necesidades que las suscitan.
La única manera de
satisfacer el anhelo más profundo es encontrando nuestras dimensiones ocultas.
Cabría esperar que
este anhelo de conocimiento hubiera desaparecido con el nacimiento de la
ciencia, pero en realidad se ha fortalecido. No hay más “hechos” por descubrir
sobre las dimensiones ocultas de la vida. Es ocioso analizar más tomografías de
pacientes durante “experiencias cercanas a la muerte” o resonancias magnéticas
de yoguis en meditación profunda. Esa
fase de experimentación ha cumplido su cometido: sabemos que adonde vaya
la conciencia, allá irá el cerebro. Las neuronas son capaces de registrar las
experiencias espirituales más elevadas. Pero de alguna manera, sabemos menos
que nuestros antepasados sobre el misterio de la vida.
Vivimos en la Era del Cerebro Superior, esa
corteza que creció desmedidamente en los milenios recientes y eclipsó al
cerebro inferior instintivo. También se le llama “cerebro nuevo”, en
contraposición al que imperó sobre los seres humanos durante millones de años y
sigue haciéndolo en la mayoría de los seres vivos. El cerebro antiguo no puede
concebir ideas ni leer, pero tiene el poder de sentir y, sobre todo, de ser.
Fue gracias a él que nuestros antepasados percibieron la cercanía de una
presencia misteriosa en la naturaleza.
Esa presencia, que
habita cada partícula de la creación, inunda también tu vida. Eres un libro de
secretos que espera ser abierto, aunque probablemente te concibas de manera muy
distinta: en la vida cotidiana eres trabajador, padre o madre, esposo o esposa,
un cliente que “peina” el centro comercial en busca de algo nuevo, o un miembro
del público que espera con impaciencia el siguiente espectáculo.
Cuando vives la
verdad de la realidad única, todos los secretos se revelan sin esfuerzo ni
lucha.
Todo se reduce a la
proverbial elección entre separación o unidad. ¿Deseas sentirte fragmentado, en
conflicto o desgarrado entre las fuerzas eternas de la luz y la oscuridad, o
prefieres escapar de esto para acceder a la totalidad? Eres una criatura que
actúa, piensa y siente; la espiritualidad funde estos tres elementos en una
realidad única. El pensamiento no subyuga al sentimiento, y el sentimiento no
se resiste tozudamente al cerebro superior; la acción ocurre cuando pensamiento
y sentimiento dicen: “Esto es correcto”. En la realidad única experimentamos el flujo de la vida sin
obstáculos ni resistencia; en ella, inspiración, amor, verdad, belleza y
sabiduría son aspectos naturales de la existencia. La realidad única es
espíritu, y la superficie de la vida es sólo un disfraz de mil máscaras que
oculta la realidad. Hace mil años, esta afirmación no hubiera encontrado
oposición; todos aceptaban que el espíritu era la auténtica fuente de la vida.
Ahora debemos ver el misterio de la existencia con nuevos ojos, pues como hijos
orgullosos de la ciencia y la razón, hemos quedado huérfanos de sabiduría.
Este libro tiene dos
objetivos: primero, persuadirte de que hay un misterio en las dimensiones
ocultas de la vida; segundo, inspirarte la pasión y dedicación necesarias para
descubrirlas. No pospongas este proyecto hasta que te sientas listo; estuviste
listo desde el día que dejaste de preguntar quién eres y por qué estás aquí.
Por desgracia, la mayoría rechazamos miles de experiencias que podrían hacer de
la transformación una realidad. Sí no fuera por el empeño que ponemos en la
negación, la represión y la duda, nuestra vida sería una revelación constante.
En última instancia,
debes convencerte de que tu vida es digna de analizarse con pasión y compromiso
totales. Fueron muchas las decisiones que mantuvieron cerrado el libro de los
secretos, pero basta un segundo para abrirlo de nuevo.
Yo entiendo de manera
literal las palabras del Nuevo Testamento: “Pide y recibirás, toca y la puerta
se abrirá”. Es así de simple. Conocerás todos los secretos de la vida cuando
digas sinceramente: “Debo saber, no puedo esperar un minuto más”. Buda bajo el
árbol Bodhi y Jesús luchando con los demonios en el desierto simbolizan el
mismo drama del alma que revivimos al nacer. Ten esto por seguro: eres el ser
más importante del mundo pues en el plano del alma, tú eres el mundo. El
derecho de saber ya es tuyo. Tu siguiente pensamiento, sentimiento o acción
puede revelar la sabiduría espiritual más profunda, que fluye tan pura y libre
como los ríos primaverales en las
montañas. No basta lo que hemos aprendido, pero es imposible que los secretos se
mantengan ocultos por siempre
Secreto 1
El misterio de la
vida es real
La vida que conoces
es una delgada capa de acontecimientos que cubre una realidad más profunda. En
ésta, eres parte de cada experiencia que ocurre, ocurrió y ocurrirá. En la
realidad profunda sabes exactamente quién eres y cuál es tu propósito. No hay
confusión ni conflictos con ninguna persona.
Tu propósito en la
vida es fomentar la expansión y crecimiento de la creación. Cuando te miras,
sólo ves amor.
Sin embargo, el
misterio de la vida no reside en estas cuestiones sino en cómo sacarlas a la
superficie. Si alguien me pidiera una prueba del misterio de la vida, la más
clara sería la enorme distancia entre la realidad profunda y la vida cotidiana.
Desde que nacemos recibimos constantes señales que sugieren la existencia de un
mundo distinto en nuestro interior. ¿Has experimentado estos momentos de
asombro? Ocurren al escuchar música hermosa o cuando el esplendor de la
naturaleza nos provoca un estremecimiento. También cuando vemos con el rabillo
del ojo algo familiar (la luz del amanecer, un árbol meciéndose con el viento,
el rostro de un ser querido mientras duerme) y sabemos que en ese instante la
vida es más de lo que parece.
Hemos pasado por alto
innumerables señales porque no forman un mensaje claro. He conocido a un número
prodigioso de personas con experiencias espirituales asombrosas: de niños
vieron el alma de su abuela elevarse al momento de su muerte o seres de luz
durante una fiesta de cumpleaños, viajaron más allá de sus cuerpos físicos o
fueron recibidos tras acudir a la escuela por un familiar que acababa de morir
en un accidente automovilístico. (Un hombre me contó que había sido un “niño de
la burbuja” durante los primeros diez años de su vida: viajaba en su burbuja
sobre la ciudad y hacia tierras desconocidas.) Millones de personas -no
exagero, es el testimonio de encuestas públicas- se han visto cubiertas por una
luz blanca iridiscente; o han escuchado una voz que saben proviene de Dios; o
tuvieron guardianes invisibles en su infancia, amigos secretos que los
protegían durante el sueño.
Con el tiempo me di
cuenta de que son más las personas que han tenido estas experiencias (viajes a
una realidad separada de ésta por un tenue velo de incredulidad) que quienes
no. Para correr el velo debes cambiar tus percepciones.
Se trata de un cambio
personal, totalmente subjetivo, pero muy real.
¿Cómo empezarías a
resolver un misterio que está en todas partes pero que, de alguna manera, no
forma un mensaje articulado? Un gran detective como Sherlock Holmes partiría de
una deducción elemental: algo desconocido quiere darse a conocer. Un misterio
renuente a mostrarse se retiraría cada vez que nos acercáramos. El misterio de
la vida no se comporta así: sus secretos se revelan inmediatamente si sabes en
qué dirección mirar. Pero, ¿cuál es ésta?
La sabiduría del
cuerpo es un buen punto de acceso a las dimensiones ocultas de la vida: es
totalmente invisible, pero innegable. Los investigadores médicos empezaron a
aceptar este hecho a mediados de los años ochenta. Anteriormente se consideraba
que la capacidad de la inteligencia era exclusiva del cerebro, pero entonces se
descubrieron indicios de inteligencia en el sistema inmune y luego en el
digestivo.
Ambos se valen de
moléculas mensajeras especiales que circulan por todos los órganos llevando
información hacia y desde el cerebro, pero que también actúan de manera
autónoma. El glóbulo blanco que distingue entre bacterias invasoras y
partículas inofensivas de polen realiza una decisión inteligente pese a que
viaja en el flujo sanguíneo lejos del cerebro.
Hace diez años
parecía absurdo hablar de inteligencia en los intestinos. Se sabía que el
revestimiento del tracto digestivo posee miles de terminaciones nerviosas, pero
se les consideraba simples extensiones del sistema nervioso, un medio para
mantener la insulsa tarea de extraer sustancias nutritivas del alimento. Hoy
sabemos que, después de todo, los intestinos no son tan insulsos. Estas células
nerviosas que se extienden por el tracto digestivo forman un fino sistema que
reacciona a sucesos externos: un comentario perturbador en el trabajo, un
peligro inminente, la muerte de un familiar. Las reacciones del estómago son
tan confiables como los pensamientos del cerebro, e igualmente complicadas. Las
células de colon, hígado y estómago también piensan, sólo que no con el
lenguaje verbal del cerebro. Lo que llamamos “reacción visceral” es apenas un
indicio de la compleja inteligencia de estos miles de millones de células.
En una revolución
médica radical, los científicos han accedido a una dimensión oculta que nadie
sospechaba: las células nos han superado en inteligencia durante millones de
años. De hecho, su sabiduría, más antigua que la cortical, puede ser el mejor
modelo de lo único anterior a ella: el cosmos. Quizá el universo también nos
supera en inteligencia.
Adonde quiera que
vea, puedo percibir lo que la sabiduría cósmica intenta. Es muy similar a lo
que yo pretendo: crecer, expandir, crear; la diferencia es que mi cuerpo
coopera con el universo mejor que yo.
Las células no tienen
inconveniente en participar en el misterio de la vida. La suya es una sabiduría
de pasión y compromiso totales. Intentemos relacionar las cualidades de la
sabiduría corporal con las dimensiones ocultas que deseamos descubrir:
La sabiduría que estás viviendo
La inteligencia del cuerpo
1. Tienes un propósito superior.
2. Estás en comunión con la totalidad de la vida.
3. Tu conciencia está siempre abierta al cambio:
percibe momento a momento lo que ocurre en tu entorno.
4. Aceptas a los demás como tus iguales, sin
prejuicios.
5. Afrontas cada momento con creatividad renovada,
sin aterrarte a lo antiguo o lo gastado.
6. Tu ser se mueve al ritmo del universo. Te
sientes seguro y atendido.
7. Tu concepto de eficiencia es dejar que el flujo
de la vida te traiga lo que necesitas. Fuerza, control y lucha no son tu
procedimiento.
8. Sientes conexión con tu origen.
9. Estás comprometido con la generosidad, fuente
de toda abundancia.
10. Valoras todos los cambios, incluso el
nacimiento y la muerte, en función de la inmortalidad. Lo que menos cambia es
lo más real.
Ninguno de estos
temas son aspiraciones espirituales; son hechos cotidianos en el plano de las
células.
Propósito
superior:
cada célula del cuerpo acuerda trabajar por el bien del todo;
el bienestar individual es secundario. Si es preciso, morirá para proteger al
cuerpo (lo que ocurre con frecuencia). La vida de cualquier célula es muchísimo
más breve que la nuestra. Las células de la piel mueren por cientos cada hora,
al igual que las inmunológicas que combaten los microbios invasores. El egoísmo
resulta inconcebible, incluso cuando la supervivencia de las células está en
juego.
Comunión:
cada célula permanece en contacto con todas las demás. Hay
células mensajeras que corren en todas direcciones para notificar a los puestos
avanzados más lejanos cualquier intención o deseo, por pequeño que sea.
Retirarse o negarse a comunicar resulta inconcebible.
Conciencia:
las células se adaptan a cada momento. Son flexibles para
responder a cada situación. Mantener hábitos rígidos resulta inconcebible.
Aceptación:
las células reconocen que cada una es igualmente importante.
Todas las funciones del cuerpo son interdependientes. Realizarlas de manera
aislada resulta inconcebible.
Creatividad:
aunque cada célula cumple funciones específicas (las células
hepáticas, por ejemplo, realizan 50 tareas distintas), éstas se combinan de
manera creativa. Una persona puede digerir alimentos que nunca había comido,
concebir pensamientos nuevos o bailar de un modo nunca visto. Aferrarse a
conductas anquilosadas resulta inconcebible.
Estar:
las células obedecen al ciclo universal de reposo y
actividad. Aunque este ciclo se manifiesta de distintas formas (niveles
hormonales fluctuantes, presión sanguínea, ritmos digestivos), su expresión más
obvia es el sueño. Sigue siendo un misterio por qué necesitamos dormir, pero si
no lo hacemos sufrimos disfunciones graves. El futuro del cuerpo se incuba en
el silencio de la inactividad. La actividad obsesiva o la agresividad resultan
inconcebibles.
Eficiencia:
las células operan con la menor cantidad posible de energía.
En general, sólo almacenan tres segundos de alimento y oxígeno dentro de la
pared celular. Confían totalmente en que se les proveerá. El consumo excesivo
de alimento, aire o agua resulta inconcebible.
Conexión:
debido a su herencia genética común, las células saben que,
en esencia, son iguales. El hecho de que las células hepáticas sean diferentes
de las cardiacas, y las musculares de las cerebrales, no contradice su
identidad colectiva, que es inalterable. En el laboratorio, una célula muscular
puede transformarse genéticamente en célula cardiaca refiriéndola a su origen
genérico. Las células saludables permanecen vinculadas a su origen sin importar
cuántas veces se dividan. Vivir en aislamiento resulta inconcebible.
Dar:
la actividad principal de las células es dar, lo que mantiene
la integridad del resto. El compromiso total con la concesión produce
automáticamente la recepción, la otra mitad de un ciclo natural. El acopio
resulta inconcebible.
Inmortalidad:
las células se reproducen para transmitir a su descendencia,
sin restricciones, su conocimiento, experiencia y talentos. Es una clase de
inmortalidad práctica: someterse a la muerte en el plano físico, pero vencerla
en el no físico. La brecha generacional resulta inconcebible.
Es lo que mis células han convenido. ¿No es un pacto
plenamente espiritual? La primera cualidad -seguir un propósito superior-
corresponde a los atributos espirituales de renunciación o desprendimiento; dar
es devolver a Dios lo que es de Dios; la inmortalidad coincide con la creencia
en la vida después de la muerte. Sin embargo, al cuerpo no le conciernen los
apelativos adoptados por la mente. Para él, estas cualidades son simplemente la
manera en que funciona la vida, el resultado de la expresión biológica de la
inteligencia cósmica a lo largo de billones de años. El misterio de la vida
manifestó su potencial pleno con gran paciencia y cuidado: aun hoy, el acuerdo
que mantiene unido mi cuerpo parece un secreto porque, a juzgar por las
apariencias, no existe. Más de 250 clases de células realizan sus actividades
diarias (las 50 funciones que cumplen las células hepáticas son exclusivas de
ellas y no se superponen a las de las células musculares, renales, cardiacas o
cerebrales) y sería catastrófico que tan sólo una de ellas se malograra. El
misterio de la vida ha encontrado el modo de expresarse perfectamente por mi
conducto.
Relee la lista de cualidades y presta atención a lo señalado
como “inconcebible”: egoísmo, incomunicación, aislamiento, consumo excesivo,
actividad obsesiva y agresividad. Si nuestras células no se comportan de este
modo, ¿por qué lo hacemos nosotros? ¿Por qué si la avaricia provoca la
destrucción de las células (la avaricia es el principal pecado de las células
cancerígenas), la consideramos buena para nosotros?
¿Por qué nuestro
consumo desemboca en una epidemia de obesidad mientras nuestras células reducen
el suyo al mínimo? La conducta que aniquilaría a nuestros cuerpos en un día es
la que los seres humanos hemos adoptado. Hemos traicionado la sabiduría de
nuestro cuerpo y, peor aún, ignorado el modelo de una vida espiritual perfecta.
Este libro no nació
de la idea de que los seres humanos son débiles o incompetentes en lo
espiritual. Nació durante una crisis familiar que me infundió esperanzas
renovadas.
Mi padre murió hace
unos años cuando nadie lo esperaba.
Enérgico a sus 81
años, había pasado ese día de enero viendo la investidura del nuevo presidente
estadounidense. Aunque se había retirado de su prolongada práctica médica como
cardiólogo, seguía activo y había pasado la noche discutiendo casos clínicos
con un grupo de alumnos.
Mi madre dormía en
otra habitación debido a su mala salud, y no escuchó cuando Krishan se fue a la
cama. Sin embargo, después de media noche, ella aún no podía conciliar el sueño
y él apareció en su puerta en ropa de cama apenas una tenue silueta en la
oscuridad- y le dijo que se iba. Mi madre comprendió inmediatamente. Él le dio
un beso y dijo que la amaba. Entonces, volvió en silencio a su cuarto, donde
sólo penetraban los sonidos nocturnos de los grillos, las aves tropicales y la
ciudad de Delhi. Se acostó, invocó a Dios tres veces y murió.
La confusión reinó en
mi familia. Mi hermano menor y yo volamos de Estados Unidos a India tan pronto
como pudimos. Al cabo de unas horas, luego de vestir el cuerpo de mi padre para
el funeral y esparcir flores de caléndula sobre él, lo bajamos por las
escaleras hacia donde esperaba el cortejo en el cual se mezclaban lamentaciones
de mujeres con cantos sagrados. Poco tiempo después me encontraba sobre una
pila de cenizas en el ghatde incineración, en la ribera del río, cumpliendo el
deber del primogénito: hacer trizas con un palo los restos del cráneo de su padre
para liberarlo simbólicamente de los lazos con su vida terrenal.
No pude evitar la
idea de que él, la persona a quien más amé en mi vida y que jamás pensé perder
tan pronto, había desaparecido completamente. Sin embargo, la conciencia tan
clara y serena con la que murió nos evitó los dolores más profundos del duelo.
Aunque sabía que el cuerpo y la personalidad de Krishan Chopra habían
desaparecido, mis emociones no descansarían hasta comprender en todo detalle en
qué se había convertido. El misterio lo había transformado, y me di cuenta de
que yo y todos sufrimos esa transformación. El misterio nos mantiene unidos y
el misterio nos dispersa.
En lugar de
investigar el misterio de la vida en tanto aspecto íntimo de nuestro ser,
actuamos como si no existiera.
Todos hemos sufrido
por esta omisión, y en nuestro horizonte se perfila aún más sufrimiento, quizá
más intenso que el hasta ahora conocido. Mi padre partió de un mundo hundido en
las profundidades de la oscuridad. Para cuando comience el noticiario de esta
noche habrán surgido problemas en todas partes” como siempre, y las
explicaciones no se acercarán siquiera a la sabiduría de una sola célula.
Muchas personas se desaniman y evitan el desafío de tanto sufrimiento.
Otras suponen que
deben cambiar su situación y buscar algo nuevo -relación, empleo, religión o
maestro- para sentirse vivos de nuevo.
¿Crees que las
células de tu cuerpo aceptarían esta lógica derrotista? Si el lugar en que
estás no es suficientemente bueno, el amor, la salud y Dios permanecerán
siempre fuera de tu alcance. Después de generaciones de vivir en el caos,
¿estamos preparados para permitir que el misterio nos salve?
¿Hay alguna otra
manera?
CAMBIA TU REALIDAD
PARA ALBERGAR
EL PRIMER SECRETO
A cada secreto sigue
un ejercicio que te permitirá aplicarlo en tu vida. La lectura incide en el
nivel del pensamiento, pero los niveles del sentimiento y la acción permanecen
intactos. Los tres deben fundirse para que tu realidad personal cambie.
El primer secreto
consiste en dejar que la sabiduría del cuerpo señale el camino. Escribe hoy
mismo diez de las cualidades mencionadas y cómo pondrías en práctica cada una.
Anótalas en una hoja
aparte que te guiará durante el día.
Puedes dedicar una
jornada a cada cualidad o escribirlas y practicar todas las que te sean
posibles. El propósito no es que seas “una mejor persona”; no partas de la idea
de que eres débil o incapaz. La intención es extender la zona de confort de tu
cuerpo hacia el comportamiento y el sentimiento.
Asegúrate de que tus
palabras expresen aspiraciones cercanas a tu corazón, que te hagan sentir tú
mismo. Por ejemplo:
Propósito superior.
Estoy aquí para
servir. Estoy aquí para inspirar. Estoy aquí para amar. Estoy aquí para vivir
mi verdad.
Comunión.
Mostraré mí aprecio a
alguien a quien nunca lo he expresado. Pasaré por alto la tensión y seré
amigable con alguien que me ha ignorado. Expresaré al menos un sentimiento que
me ha hecho sentir culpable o avergonzado.
Conciencia.
Dedicaré diez minutos
a observar y guardar silencio. Me sentaré a solas con el único fin de sentir mi
cuerpo. Si alguien me molesta, me preguntaré qué hay detrás de mi ira y no
dejaré de prestar atención hasta que desaparezca la incomodidad.
Aceptación.
Dedicaré cinco
minutos a pensar en las cualidades de alguien que me desagrada. Leeré sobre
alguna comunidad que considero intolerante e intentaré ver el mundo a su
manera. Me miraré al espejo y me describiré exactamente como si fuera la madre
o el padre perfecto que me gustaría haber tenido (empezando con la frase: “Para
mí eres hermoso”.
Creatividad.
Imaginaré cinco cosas
que puedo hacer y que mi familia jamás esperaría, y realizaré al menos una.
Esbozaré una novela basada en mi vida (todos los sucesos serán verdaderos, pero
nadie adivinará que yo soy el protagonista). Inventaré algo que el mundo
necesita desesperadamente.
Ser.
Pasaré media hora en
un lugar tranquilo, percibiendo únicamente qué se siente existir. Me recostaré
en el pasto y sentiré cómo la tierra se remueve lánguidamente bajo mí cuerpo.
Inhalaré tres veces y dejaré que el aire salga lo más suavemente posible.
Eficiencia.
Evitaré controlar al
menos dos cosas y veré qué sucede. Observaré una rosa y reflexionaré en la
posibilidad de hacer que se abra más rápida o bellamente de lo que lo hace;
luego me preguntaré si mi vida ha florecido con tal eficiencia. Me acostaré en
un lugar tranquilo cerca del océano o con una grabación de sus sonidos- y
respiraré a su ritmo.
Conexión.
Cuando esté con
alguien y mi mirada se desvíe, la dirigiré de nuevo a sus ojos. Miraré con
aprecio a alguien cuya importancia no he reconocido. Expresaré solidaridad a
alguien que la necesita, de preferencia a un desconocido.
Dar.
Compraré el almuerzo
y lo daré a una persona necesitada -o iré a una cafetería y comeré con ella-.
Elogiaré a una persona por una cualidad de la que se sienta orgullosa. Dedicaré
hoy a mis hijos todo el tiempo que deseen.
Inmortalidad.
Leeré un texto
sagrado sobre el alma y la promesa de la vida después de la muerte. Escribiré
cinco cosas por las que quiero ser recordado. Me sentaré y experimentaré en
silencio el lapso entre la inhalación y la exhalación, sintiendo la eternidad
en el momento presente.
Ejercicio 2:
¿accidente o
inteligencia?
Cada uno de los
secretos de este libro se refieren a la existencia de una inteligencia
invisible que opera bajo la superficie visible de la vida. El misterio de la
vida no es la expresión de accidentes aleatorios sino de una inteligencia
omnipresente.
¿Es posible creer en
esta inteligencia, o seguiremos aceptando sucesos azarosos y causas fortuitas?
Lee los siguientes
hechos inexplicados y señala si conocías o no la existencia de esos misterios.
q Sí O No Las aves que habitan el
desierto cercano al Gran Cañón entierran miles de piñones en lugares muy
dispersos al borde del desfiladero. En invierno, cada una encuentra los que
enterró, aun bajo una gruesa capa de nieve.
q Sí O No Los salmones que nacen en
una pequeña corriente que alimenta el Río Columbia, al noroeste del Pacífico,
nadan hacia el mar. Luego de varios años de recorrer vastas extensiones del
océano, regresan para reproducirse justo al lugar donde nacieron, sin
equivocarse jamás.
q Sí O No A niños de distintos
países se les leyó un texto en Japonés y se les preguntó si consideraban que
habían escuchado palabras sin sentido o un bello poema en este idioma. Todos
los niños japoneses contestaron correctamente pero, de manera significativa,
también la mayoría de los de otros países, quienes nunca habían escuchado una
palabra de este idioma en sus vidas.
q Sí O No Una persona siente el
momento exacto en que su gemelo idéntico muere en un accidente a miles de
kilómetros de distancia.
q Sí O No Las luciérnagas de
Indonesia, que se cuentan por millones, son capaces de sincronizar sus
destellos en un área de varios kilómetros cuadrados.
q Sí O No En África, ciertos
árboles podados en exceso pueden avisar a otros situados a kilómetros de
distancia que incrementen la cantidad de tanina en sus hojas, sustancia química
que las vuelve incomibles para los animales. Estos árboles reciben el mensaje y
modifican su composición química.
q Sí O No Gemelos separados al
momento de nacer se encuentran años después y descubren que se han casado con
mujeres del mismo nombre y en el mismo año, y que tienen el mismo número de
hijos.
q Sí O No La hembra del albatros vuelve con alimento al lugar de crianza y
encuentra a sus polluelos entre cientos de miles de aves idénticas en una playa
atestada.
q Sí O No Una vez al año, durante la luna llena, millones de cangrejos
herradura salen a la playa a aparearse. Todos responden al mismo llamado desde
las profundidades del océano donde la luz no llega jamás.
q Sí O No Cuando las moléculas de
aire hacen vibrar tus tímpanos -de manera similar a un palo que golpea un
platillo- escuchas voces que reconoces y palabras que comprendes.
q Sí O No Aislados, el sodio y el cloro son venenos mortales. Combinados
forman la sal, sustancia fundamental para la vida.
q Sí O No Para leer esta frase, varios millones de neuronas de tu corteza
cerebral deben formar de manera instantánea una estructura completamente
original e inédita.
No hay calificación
para este ejercicio, pero tenlo a mano hasta que termines el libro. Entonces
reléelo y verifica sí tus creencias cambiaron y puedes explicar estos hechos
con base en los secretos espirituales considerados.
Deepak Chopra: El Libro de los Secretos
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