Estoy convencido:
para vivir plenamente, debemos aprender a escuchar lo que dice nuestro cuerpo.
La primera vez que me percaté de ello fue al leer el espectacular libro de
Louise L.
Hay "Sana tu vida", luego, fui descubriendo que en
diferentes filosofías y tendencias sobre el pensamiento y crecimientos personal
y espiritual - como la metafísica, la programación neurolingüística, terapia
gestalt, theta healing, ressonance patter, reiki ,
bioenergía y hasta en el yoga- se explica que, aún cuando en algunos casos las
enfermedades se deben a un gen, la mayoría de las personas sufren y padecen
males porque, acumulan resentimientos, odio, cólera, furia, viven aferrados al
pasado y a las ideas del pasado, cargan cólera, odio, tristeza, viven para
complacer a los demás o según los patrones establecidos como correctos, no se
aceptan a sí mismos y carecen de amor propio de manera incondicional, cargan
sentimientos de culpa, frustraciones, resentimientos y demás emociones que
surgen a través de los pensamientos que no controlan y que llega un momento en
el que el cuerpo dice, pues esto tiene que salir por algún lado y es a través
de cantidad de síntomas o enfermedades, que no es más que el cuerpo hablando,
porque aunque un médico nos revise y nos medique hay padecimientos que se
prolongan y en buena parte puede deberse a que hay que ir a la raíz de lo que
está provocando el mal para poder erradicarlo.
Como
he platicado en mis blogs anteriores, todos creamos nuestras experiencias a
través de los pensamientos que decidimos hacer nuestros y a través de estos
surgen los sentimientos que nos llevan a las acciones y de ahí a los
resultados. Solo que muchas veces, al negarnos a que esto es así de simple como
te lo digo, negamos nuestro poder culpando a otros de nuestras frustraciones.
De hecho nuestra vida no es más que un reflejo de nuestro estado mental: si en
nuestra mente hay paz, armonía y equilibrio, entonces nuestras vidas pueden
solamente ser armoniosas, pacíficas y equilibradas. Y si tenemos pensamientos
negativos ya sabemos qué es lo que pasa.
Nuestro
cuerpo es sabio y habla, por eso hay que aprender a escuchar qué es lo que nos
quiere decir, para, desde ahí, ir a la situación que nos genera malestar
sanarla y vivir sin hacernos tanto daño. Muchas veces el cuerpo grita lo que la
boca calla, y entonces la cosa estalla en situaciones nada agradables.
Afortunadamente, cantidad de tendencias y hasta estudios médicos han confirmado
que podemos prevenir o bien, sanar, si identificación la situación que ocurrió
en el paso o los sentimientos que cargamos y que no nos permiten avanzar.
De
acuerdo a la parte del cuerpo donde se presenta el signo, habrá una explicación
emocional para el mismo. Te explico lo que, quienes han estudiado el tema por
años, afirman, ya que estoy convencido de que te vas a identificar con alguna
de las causas:
Por
ejemplo muchas veces una gripa representa lágrimas no lloradas o reprimidas y
éstas buscan salir por donde sea; mientras que si te duele la garganta, es
porque tienes cosas pendientes de decir, no eres capaz de comunicar tus
aflicciones.
El cuello representa tu flexibilidad como persona; el dolor en los
tobillos, el avance o la resistencia que tienes ante la vida. Quienes usan
lentes o tienen problemas para escuchar es porque cosas que ven o escuchan que
no les son agradables.
Los problemas estomacales hablan de la convivencia y
además la habilidad para digerir las situaciones. Otra parte del cuerpo que
recibe muchas de nuestras emociones es la espalda. Según los expertos, las
molestias en la espalda baja usualmente reflejan preocupaciones económicas o
sensación de falta de apoyo, la espalda alta cuando presenta molestias nos dice
que estamos cargando cosas que no nos corresponden.
Más
ejemplos: se dice que si tienes problemas con tus muslos es relacionado con lo
que los demás esperan de ti o lo que crees que esperan los otros de ti; si la
situación es con las pantorrillas, está vinculado a lo que yo espero de mí
mismo.
En el caso de las rodillas, tiene que ver con cómo articulo las
expectativas externas y las internas, se dice también que es cuando tu orgullo
no se doblega. Si se trata de los tobillos, la situación es cómo vinculo mis
expectativas con la realidad; mientras que más abajo, relacionado con los pues,
habla del apoyo, soporte y equilibrio. Si te duele la frente, es relacionado
con la manera en la que enfrentas el mundo. Los problemas del corazón son
relacionados con problemas emocionales básicos, de afectos primarios. Y,
depende de la manera en la que asimiles el mundo, sufrirás de problemas con los
dientes y encías.
El dolor de cabeza deprime cuando las dudas aumentan, las
uñas se quiebran cuando las defensas están amenazadas, la presión arterial,
sube cuando el miedo aprisiona.
Entre
otros, se dice también que si acumulas un volumen excesivo en las caderas,
quizá estés cargando con sentimientos de culpa o deseos de vergüenza o con un
miedo residual a agresiones sexuales que convertiste en peso para protegerte.
Ahora
bien, también influye el lado del que sientes los padecimientos: el lado izquierdo
es el lado receptivo, maternal y femenino del ser. El derecho es el lado
masculino, con empuje, orientado hacia el exterior, hacia el mundo. La
tendencia podría indicar un rechazo dentro de ti de los aspectos masculinos o
femeninos, y una necesidad de auto-perdonar, sanar, conciliar o de identificar
la persona que activa esto en ti.
De
acuerdo al abordaje en Bioenergética, también se explican los síntomas que se
manifiestan en los seres humanos de acuerdo a la lateralidad. En el lado
izquierdo del cuerpo se reflejan las relaciones familiares significativas:
padre, madre, hermanos, hijos. En el caso del lado derecho, se muestran las
sociales: vecinos, pareja, amigos, trabajo. Esto quiere decir, que dependiendo
del lado donde se presenta el síntoma, hay que revisar una vinculación familiar
o una social.
Existe un modelo
de relación entre las emociones y los síntomas físicos desarrollado por el
hipnoterapeuta John Kappas que nos puede dar también de lo que puede estar sucediendo en el plano emocional cuando desarrollamos ciertos síntomas en áreas específicas del cuerpo.
hipnoterapeuta John Kappas que nos puede dar también de lo que puede estar sucediendo en el plano emocional cuando desarrollamos ciertos síntomas en áreas específicas del cuerpo.
Por
ejemplo, el especialista menciona el síndrome del llanto, que involucra el
plexo solar hacia arriba, el pecho, la cabeza y la nuca y está relacionado con
la incapacidad de tomar una decisión con respecto al acto de otra persona o por
un condicionamiento anterior que dificulta la toma de decisiones. Su
característica más común es el dolor de cabeza.
A causa de la frustración
generada por la indecisión, el cerebro ordena al cuero cabelludo tensarse lo
que produce dolor. A veces la tensión es tan severa que comprime las venas y
produce migraña. Otro de los síntomas muy reconocibles de este síndrome son: la
cristalización de los ojos, la relajación de los conductos lacrimales que
gotean continuamente en los ojos, la congestión de los senos nasales, la
contracción de los músculos de la garganta, la presión gástrica sobre el pecho,
la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes.
Cada
una de estas reacciones físicas puede estar asociada con una causa emocional o
mental.
Así,
según esta teoría, la presión en la cabeza representa la incapacidad de tomar
decisiones; los ojos lacrimosos y la congestión de los senos nasales simbolizan
negarse a ver la situación que causa la indecisión; la contracción de la
garganta, la tensión de los músculos de las mandíbulas o apretar los dientes es
un resultado de negarse a hablar del tema de indecisión.
La
indecisión puede convertirse en frustración y ésta en melancolía, depresión y
finalmente inercia. La indecisión crónica se puede clasificar como problema
mayor en nuestra sociedad actual de movimientos rápidos, en particular en
personas de edad comprendida entre los quince y los treinta y cinco años.
Cuando
las áreas afectadas son los hombros, la parte superior de la espalda y de la
columna, se ubican dentro del síndrome de la responsabilidad. Esto ocurre
cuando los motivos psicológicos son excesiva responsabilidad, temor al peso de
la responsabilidad o negligencia, no aceptación o no asunción de
responsabilidad.
Cuando
las áreas afectadas son las ingles, el estómago y la parte baja de la espalda,
esto es debido al síndrome de culpa y frustración sexual, que se presenta por
la culpabilidad sexual relacionada con la religión, sentimientos de culpas por
infidelidad y promiscuidad, sentimientos de incapacidad sexual, temor a
agresión sexual y demás. Los síntomas pueden ser calambres gástricos,
estreñimiento, acidez, dolores menstruales excesivos, menstruación demasiado
abundante o ausente, infecciones vaginales o cistitis, presión o dolor en la
próstata o los testículos y problemas de riñón.
Y
por último, el especialista señala el síndrome de lucha o alcance, en el cual,
las áreas afectadas son los brazos, las manos y los dedos. Las causas psicológicas
son la necesidad de expresar, con la correspondiente negación o supresión de
esa necesidad, la incapacidad de alcanzar lo que uno desea por falta de
autoestima y un importante sentimiento de profundo rechazo por querer alcanzar
metas inalcanzables. Los síntomas son verrugas o pequeñas ampollas.
El
segundo principio es el de verticalidad, según el cual en cada zona del cuerpo
se reflejan diferentes aspectos.
En
la cabeza, se mira lo abstracto, las ideas, lo fantástico. En esta parte del
cuerpo tengo mi identidad, mi ego, mi imagen.
Los
síntomas entre cuello y cintura, pueden estar vinculados a la vitalidad y a los
afectos. "Allí tengo los órganos que necesito para estar vivo, como el
corazón y los pulmones", dice Rodríguez.
Entre
la cintura al vientre (parte baja del tracto digestivo), se manifiestan los
temas que tienen que ver con los desechos, eso que no sirve o no es nutritivo,
eso que debe permanecer poco tiempo en el cuerpo.
Los
temas de identidad sexual, pasión, capacidad de trascender, miedos y profundos
sentimientos se manifiestan en la zona de los genitales.
Las
piernas hablan del soporte, el contacto con la realidad y con lo concreto.
Mientras que los brazos son los que le permiten a las personas proyectarse al
futuro, sin perturbar si equilibrio. Con ellos, se puede colocar distancia o
acortarla.
De
acuerdo al especialista consultado, para realizar el trabajo desde el abordaje
de la Bioenergética, es necesario construir la historia de vida con el paciente
y revisar desde allí y desde la observación, cuáles son los bloqueos
energéticos que tiene la persona, para poder trabajarlos y desbloquearlos con
ejercicios terapéuticos.
Muchas
veces el cuerpo grita lo que la boca calla, y entonces... Tus dolores callados,
¿cómo hablan en tu cuerpo?
http://voces.huffingtonpost.com/
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