Al amarnos dejamos que sea nuestro corazón quien dirija nuestra vida,
no nuestro ego.
Amarnos significa concedernos el derecho de vivir nuestras
experiencias, y amar a los demás es concederles el derecho de vivir sus propias
experiencias. Esto significa darte el derecho de ser humano, con tus miedos,
tus creencias, tus límites, tus fuerzas, tus debilidades, tus deseos y tus
aspiraciones; en fin, darte el derecho de ser como eres ahora. Y todo esto se
debe hacer sin juicios morales de bueno o malo, correcto o incorrecto,
viviéndolo solamente como una experiencia, con el conocimiento de que siempre
habrá consecuencias, agradables o no, resultantes de las decisiones tomadas.
Cuando descubres la actitud mental que te bloquea hasta el punto
de crearte un problema físico, debes pasar rápidamente a la etapa de la
aceptación incondicional de lo que eres, antes de que tenga lugar en ti alguna
transformación mental.
Tu cuerpo físico se adaptará con gusto a esta
transformación. Recuerda que él es sólo un reflejo de lo que sucede en tu
interior. No basta con comprender o aceptar una situación exterior o
aceptar a otra persona. Lo más importante es la aceptación de uno mismo, es
decir...perdonarnos.
El hecho de que tú mismo encuentres la causa de tu malestar no
quiere decir que no consultes al médico. Debes buscar ayuda física mientras
realizas tu búsqueda interior en los niveles emocional, mental y espiritual.
De hecho, es más fácil efectuar una investigación interior cuando
no te molesta el dolor.
Esta percepción metafísica de los malestares y de las enfermedades
forma parte de las novedades que nos aporta la energía de la era de Acuario,
novedades que afectarán a todas las áreas. Dejamos un mundo dominado por la
mente para pasar a un mundo más espiritual, es decir, un mundo en el que SER
debe retomar su lugar. Las personas que se rehúsan a aceptar esta
transformación tendrán cada vez más dificultades para ser felices, para estar
sanas y para afrontar la vida."
PARA PRECISAR MEJOR LA CAUSA DE TU PROBLEMA FÍSICO, HAZTE LAS SIGUIENTES
PREGUNTAS:
BLOQUEO FÍSICO:
"¿Qué adjetivos pueden describir mejor lo que siento en mi
cuerpo?".
Tu respuesta representará lo que sientes ante la persona o la
situación que ha desencadenado el mal.
BLOQUEO EMOCIONAL:
"¿Qué me impide realizar esta enfermedad?".
Tus respuestas a
esta pregunta representan al deseo o los deseos bloqueados.
"¿A qué me obliga esta enfermedad?".
Retoma esta respuesta (o
respuestas) y agrega la palabra "no" al principio de cada uno de
ellas. Estas frases representan tus deseos bloqueados.
BLOQUEO ESPIRITUAL:
"Si me permitiera estos deseos, ¿qué sería?" (Utiliza los
deseos encontrados en la etapa anterior).
La respuesta a esta pregunta
corresponde a una necesidad profunda de tu ser, bloqueada por alguna carencia.
BLOQUEO MENTAL:
"Si en mi vida me permitiera ser... (Repite la respuesta de la
pregunta anterior), ¿qué podría sucederme de desagradable o de no
aceptable?".
La respuesta a esta pregunta corresponde a la creencia no
benéfica que bloquea tus deseos y te impide realizar tu necesidad, creando así
el problema físico.
Cuando conoces la creencia no benéfica o la manera de pensar que te
impide ser lo que quieres, lo primero que debes hacer para transformarte es
permitirte haber tenido la necesidad de creerla, estableciendo contacto con el
niño que habita en ti y que la creyó después de haber experimentado un
sufrimiento.
Después, pregúntate si todavía la necesitas realmente para ser feliz.
Si la respuesta es afirmativa, ello es señal de que todavía te es útil.
Tú eres quien gobierna tu vida, de modo que puedes seguir creyendo en ella,
pero debes saber que, al actuar así, obtendrás los mismos resultados que han
obtenido hasta ahora. No esperes ningún cambio.
Si estás convencido de que esta creencia todavía es cierta pero que el
hecho de creerla no te hace feliz, verifica en tu interior si estás tan
convencido de su veracidad como hace algunos años. Es muy probable que ahora lo
creas mucho menos. Por lo tanto, estás en vías de sanar.
Cuando en lo más profundo de ti sabes que no quieres seguir creyendo la misma
cosa, no te queda más que realizar las acciones necesarias para manifestar tus
deseos a fin de permitirte ser lo que quieres ser.
La curación sólo puede realizarse en el momento en el que uno se perdona.
Esta etapa tiene el poder de transformar no sólo nuestro amor hacia nosotros
mismos, sino también el corazón y la sangre en nuestro cuerpo físico. Esta
sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como
un bálsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza
las células. Aun cuando intelectualmente te resulte difícil creerlo, ¿qué puedes perder con probar?
Lisa Bourbeaut
http://rakukeireiki.ning.com/
No hay comentarios.:
Publicar un comentario