El tiempo percibido como la cuarta dimensión
El
concepto del tiempo, como todos sabéis, desde nuestra perspectiva, está basado
en el movimiento de un cuerpo en el espacio. Para nosotros, hablar del tiempo
es hablar de las vueltas que da la Tierra alrededor del Sol, alrededor de si
misma, y en relación con otros planetas y astros. El tiempo, dimensionalmente,
se considera la cuarta dimensión, si entendemos como dimensiones la estructura
espacial de alto, ancho y largo que sustenta la ilusión de la realidad,
existiendo en una matriz de tres dimensiones espaciales y una temporal, que no
es otra cosa que la percepción de la siguiente dimensión superior, a la que en
algún momento tendremos acceso. De ahí que, ahora, existamos literalmente en
cuatro dimensiones, y llegará un día que existiremos en cinco, percibiendo el
espacio con cuatro dimensiones espaciales, y seguiremos percibiendo una quinta
que será el nuevo concepto de “tiempo” para la realidad que vendrá, cuando sea,
tras el cambio evolutivo en el que estamos metidos. Para verlo gráficamente, la
peli Interestelar hace
un buen trabajo en las escenas finales al respecto.
En todo caso, el tema de hoy es explicar de dónde vienen los nombres y asociaciones que usamos comúnmente para medir ese tiempo, y para ello vamos a usar un reloj analógico, sencillo y normal como el que todos podréis tener en casa.
Segundos, minutos y horas
El ser humano
percibe el concepto de tiempo como el paso lineal de instantes uno detrás de
otro, debido al movimiento de traslación de nuestro planeta alrededor de
nuestro astro. Esto es solo una percepción, pues, para ser exactos, este
concepto del tiempo lineal es también ilusorio, ya que todos los instantes
suceden a la vez y todo es simultáneo, cuando estás fuera de la prisión de los
sentidos y sin una acotada esfera de conciencia que no permite “ver” los
momentos pasados y futuros simultáneamente. Que no podamos ver ahora mismo eso
que llamamos “futuro” o volver a “ver” eso que llamamos pasado, no significa
que no estén sucediendo simultáneamente con este momento que llamamos presente.
Simplemente no podemos percibir lo que decimos que ya pasó o lo que decimos que
va a pasar porque estamos configurados para que así sea. Otros seres, otras
formas de vida, otras conciencias diferentes a las nuestras, pueden, lo
perciben y lo toman como algo natural, el hecho de que todo sucede a la vez, y
que todo es simultáneo y ocurriendo en un eterno presente.
Pero en fin, limitémonos a como los humanos percibimos las cosas, y sigamos adelante. Si os dais cuenta, la mayoría de relojes son redondos. El porqué son redondos y con un punto en medio (donde “nacen” las tres manecillas) tiene que ver con el símbolo arquetípico y arcano del Sol, ya que, al medir principalmente el día y la noche, las estaciones, el paso de los años, etc., según la posición de la Tierra respecto al Sol, su representación es usada como base para aquello que va a indicar el movimiento alrededor del mismo.
El
Sol, así, se erige en el símbolo que nos marca el diseño de nuestros aparatos
de medida, los relojes, y las tres principales divisiones que lo componen
también están relacionadas con las tres fuerzas más representativas del sistema
solar al respecto. Primero, tenemos las “horas”, un día se divide en 24 horas y
es el intervalo que tarda nuestro planeta en dar una vuelta (rotación) sobre si
misma. El termino “horas”
proviene del dios “Horus”,
otro nombre más para el dios egipcio del Sol.
La
segunda manecilla, la de los minutos, está asociada a la Luna, siendo Min el
nombre fenicio de la Luna y griego para la diosa de la fertilidad. La Luna es
la segunda fuerza energética, tras el Sol, más importante para el ser
humano, de ahí que la palabra o vocablo para designar los minutos nace de la
asociación a este astro, y se usó el nombre de esta diosa para nombrar la
división de una hora en diferentes fracciones. Finalmente, la tercera
manecilla, la de los segundos, está asociada al planeta Mercurio. ¿Porqué a
Mercurio? Porque es el planeta que gira más rápido de todos, como lo hace esta
manecilla, y el nombre dado viene por la posición que ocupa este planeta, ya
que es el “segundo” astro del sistema solar contando evidentemente desde el Sol
como el primero y central. Así, la aguja del reloj que gira más rápido de las
tres (el segundero), se nombro a raíz del planeta que gira más rápido de todos,
el “segundo” cuerpo celeste.
Siguiendo
con las explicaciones astro-teológicas (el estudio y asociación de los cuerpos
celestes con arquetipos, fuerzas y deidades históricas), la unidad que llamamos
“día” está asociada a nuestro planeta, el intervalo que la Tierra tarda en dar
una vuelta sobre si misma. Y a partir de aquí algo que ya seguro conocéis todos
es la asociación de los nombres de los días de la semana al resto de planetas
principales del sistema solar como eran conocidos antiguamente. Así, Lunes es
para la Luna, Martes para Marte, Miércoles para Mercurio, Jueves para Júpiter,
Viernes para Venus, Sábado para Saturno y Domingo para el Sol (Domingo en
inglés=sun day, día del sol). La unidad que conocemos como “mes” está también
asociada a la Luna (en inglés se ve más claro, month– moon).
Todo esto en
global, viene de los tres cultos principales existentes en nuestro planeta
desde que existe el ser humano: el culto al Sol, el culto a la Luna y el culto
a los astros y planetas. Las tres religiones principales están diseñadas sobre
estos mismos cultos. El Islam a la Luna (su icono es la media luna, y su día
sagrado el viernes, que aunque asociado a Venus, posee el mismo aspecto
femenino que la Luna en él), el Judaísmo a los astros y planetas (su icono es
la estrella de David- originariamente el Sello de Salomón, y su día sagrado el
sábado, Saturno) y el Cristianismo al Sol (su icono es la cruz que representa
el cruce de las 4 eras del círculo del zodiaco, que forman una cruz, y en su
centro está el gran sol como la fuente de vida, y su día sagrado el Domingo,
sun-day).
Un poco más de
información para que sigamos aprendiendo así de dónde vienen las cosas más
comunes que forman parte de nuestra vida diaria, y de las que pocas veces nos
preguntamos su origen y significado.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario