Hacía varios días que habíamos dejado las explicaciones del estado de las líneas temporales para poder reposar todo el trabajo explicado en las últimas semanas, y que se pudieran ir ejecutando todas las peticiones que hemos publicado, ya que, soy consciente, es un trabajo enorme cuando uno cae por primera vez en la cuenta de lo que está sucediendo a nivel macro, se le activan todos los miedos, se ponen en marcha todos los programas de querer hacer en días lo que no hemos podido, por desconocimiento, hacer en años, y eso nos lleva, en algunos casos, a estar más estresados y confusos, o, por otro lado, que sería lo deseable, a coger las riendas finalmente de nuestro propio crecimiento, y tomar responsabilidad por nuestro propio camino evolutivo.
Tensa calma
En estos momentos, a estas alturas de Noviembre, la situación está relativamente calmada, aunque es una calma tensa. Habíamos explicado que la línea 42 está totalmente protegida, de forma que ya no es posible que las fuerzas en control del sistema de vida en nuestro planeta puedan intervenir o manipularla, pero eso no quería decir, si habéis leído el último artículo, que no lo estuvieran intentando.
Como las estructuras mentales de la línea temporal no se pueden destruir o manipular, todos los esfuerzos siguen estando destinados a que nadie pase de línea, cuyo procedimiento ya lo tenéis explicado también en el artículo anterior, de forma que este “carril evolutivo” quede vacío, o semi-vacío, con el menor número de personas posibles. Así, la estrategia sigue siendo tener a las personas con la cantidad máxima de impedimentos, bloqueos, limitaciones, miedos y todo lo que siempre hemos tenido, pero multiplicado por varios factores de magnitud, para que la vibración y resonancia de la línea 33 sea la que predomine en toda la humanidad, y en consecuencia, nuestros cuerpos sutiles lo tengan complicado para modificar la frecuencia y sintonizarse con la resonancia de la línea 42 por el lastre que acumulan.
Si estáis haciendo el trabajo con las peticiones de los artículos anteriores, a medida que vais soltando carga y vais trabajando con vuestro Yo Superior, poco a poco se podrán ir dando pasos en la dirección adecuada.
¿En que línea estoy?
Ahora bien, ¿cómo hago para saber en todo momento si estoy en la línea 33, entre medias o en la 42? Los que tenéis herramientas para trabajar con vuestro YS conscientemente ya conocéis cómo hacerlo: en meditación, con péndulo, con kinesiología, con escritura automática, etc. Cualquier método fiable y del que estéis seguros que os ayuda a conectar con vuestro YS, y cuya respuesta no venga de los deseos del subconsciente, os puede asistir a recibir las respuestas que buscáis.
Los que no tenéis ninguna herramienta de este estilo, en otros artículos os había mencionado la opción de pedir sincronicidades en vuestra realidad, que estén alineadas con la verdad, de nuevo, para que no sean una proyección del subconsciente que desea estar en una línea cuando se está en otra, haced peticiones que os muestren, por ejemplo, un objeto determinado si uno está en una línea, otro diferente si estáis entre ellas, u otro si ya estamos firmemente presentes en la 42.
Con un poco de imaginación para idear un método de comunicación adecuado y buscando las respuestas siempre en lo más profundo de cada uno, que es el único sitio donde están, tendréis la información que necesitáis para saber dónde estáis.
Para facilitar un poco más la comprensión de otros bloqueos que nos lastran a la hora del cambio, vamos a explicar otra de las limitaciones introducidas en la mente del ser humano, a través del inconsciente colectivo, para dificultar el avance de todos y cada uno de nosotros. Se trata del programa de ofuscación.
¿Qué es la ofuscación?
¿Os ha pasado alguna vez que hagáis los esfuerzos que hagáis por entender, comprender o trabajar en algo, todo se vuelve complejo en la mente, todo parece confuso, no vemos por donde coger aquello con lo que queremos lidiar, etc.? El programa de ofuscación es algo así como el programa que “apaga” las luces de nuestra consciencia para que vayamos a oscuras por la vida, sin la capacidad de usar la “luz interior” (simbólico) para “iluminar” nuestro camino.
Cuando te ofuscas, te ciegas, no entiendes, no ves, no sabes por donde tirar, no tienes las cosas claras, todo parece una montaña, y no hay forma de salir de esa visión hasta que no se recibe un choque de consciencia externo, a través del cual algo o alguien nos saca de ese estado y nos ofrece un poco de “luz” para “iluminar el camino” que no vemos.
Ese programa de ofuscación está presente en todo el inconsciente colectivo de la especie humana y, en consecuencia, también está imbuido en nosotros, en nuestras esferas mentales, posiblemente en todas ellas. Así que lo que vamos a hacer, como hemos hecho hasta ahora, es eliminarlo con otra petición a nuestro YS del tipo:
Solicito que se elimine por completo todos los programas, bloqueos y limitaciones impuestas, imbuidas o insertadas en mi que generan, activan o potencian la ofuscación.
Con esto, de nuevo, en sucesivas repeticiones, hasta que tengamos la certeza y seguridad de que el 100% de los programas y energías de ofuscación han desaparecido, podremos lidiar más fácilmente con todos los cambios que nos toca completar si hemos de llegar a buen puerto y sintonizarnos al 100% con la línea 42, o, por lo menos, a ver mucho más claro el camino que tenemos que recorrer y aquello que podamos hacer para ello.
David Topí
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