Demostrar científicamente que la mente puede producir
cambios efectivos y a corto plazo en el cuerpo es algo difícil de probar.
Sin embargo los estudios estadísticos o fisiológicos
que traten de demostrar alguna correlación entre las creencias de una persona y
su estado de salud tienen muchos prejuicios que dejar atrás. Sin embargo, hay
algunos miembros de la comunidad científica que están dispuestos a considerar
explicaciones alternativas para el tratamiento y la curación de enfermedades (y
no sólo cáncer o VIH sino, incluso, depresión y estrés en general) con tal de
disminuir el sufrimiento de la gente. He aquí algunos ejemplos:
1. Creer es crear
“Yo hablo con mis píldoras”, afirma Dan Moerman, antropólogo
de la Universidad de Michigan-Dearborn; “Les digo: Vamos, chicas, sé que harán
un trabajo magnífico.”
El efecto placebo es parte de casi cualquier documentación seria sobre los efectos
de una droga. ¿Pero qué pasaría si este efecto no fuera producto de un discurso
externo sino de una creencia interna, subjetiva? Creer en el tratamiento que
utilizas, no importa si es médico o de otro tipo, crea a su vez las condiciones
para que el cuerpo lo reciba. Este efecto se ha comprobado en casos de depresión,
Parkinson, osteoartritis y esclerosis múltiple.
El efecto placebo no es una sugestión selectiva, sino
simplemente mantener una “actitud curativa”: creer que te estás curando puede
liberar analgésicos naturales y alterar patrones neuronales negativos enseñándolos
a tranquilizarse, disminuyendo la presión sanguínea y activando la respuesta
del sistema inmunológico.
2. Piensa positivo
Sabemos que el optimismo es algo que nuestros tiempos
cínicos y desencantados de todo pasan por alto muchas veces; el problema (o la
solución, según el punto de vista) es que ser realista puede ser malo para la
salud.
Los optimistas se recuperan mejor de operaciones
clínicas del corazón, tienen un mejor sistema inmunológico y viven más. Es por
eso que los médicos recomiendan algún tipo de terapia psicológica a pacientes
con cáncer, pues la actitud del paciente respecto al tratamiento puede mejorar
considerablemente sus probabilidades de sanar.
Pensar positivo no solamente te relaja y reduce el
estrés, sino que el cuerpo podría beneficiarse de ese optimismo. Una buena
actitud disminuye el nivel de cortisol, la hormona del estrés, además de
reducir la susceptibilidad a nuevas enfermedades. Básicamente, si piensas
positivo, estás autorizando a tu cuerpo para curarse a sí mismo.
3. Confía en la gente
Cuando hablamos de actitud positiva no lo hacemos
solamente en lo referente a ti mismo, sino también en tu trato con los demás.
Resulta que la soledad (o la percepción de soledad)
incrementa el riesgo de sufrir ataques cardiacos, demencia y depresión. Por
otro lado, la gente que está contenta con su vida social tiende a dormir mejor,
envejece más lentamente y responde mejor a las vacunas. Médicos como John
Cacioppo, de la Universidad de Chicago, afirman que curar la soledad es tan
bueno para la salud como dejar de fumar.
Cacioppo ha dedicado muchos años a estudiar los
efectos de la soledad en las personas. Su descubrimiento puede reducirse a que
la gente que tiene vidas sociales cálidas y relaciones significativas se
enferma menos y vive más; esto se explica porque la gente que está en contacto
con otras personas tiende a cuidar más de sí misma, mientras los solitarios
crónicos se olvidan de sí.
Cacioppo cree que cuando nos encontramos aislados por
mucho tiempo (o si nuestro estilo de vida es de considerable aislamiento),
nuestro sistema nervioso se comporta como si estuviera herido, activándose para
curar heridas y luchar contra infecciones que no existen. Paradójicamente,
aunque el contacto con otras personas pudiera hacernos susceptibles al contagio
de bacterias, nuestro sistema inmune aprende a activarse con más velocidad si
tenemos una vida social rica, tal vez porque sabe que estamos más expuestos a
contraer enfermedades en compañía de otros.
Un detalle interesante es que no importa cuántos contactos
tengas en Facebook sino cómo te percibes a ti mismo(a): la gente solitaria no
vive en la punta de una montaña o en medio del bosque, sino que se siente solitariapor ver al resto
de la gente como una amenaza potencial. Un estudio de 2010 afirma que atacar
esa actitud de soledad percibida puede ser más útil para la gente sola que,
digamos, invitarlos a una fiesta o enseñarles habilidades de socialización.
¿Es lo mismo ser solitario que ser introvertido?
4. Medita
La gente que medita tiene niveles más bajos de
cortisol y lidia mejor con el estrés, debido probablemente a los cambios que
experimentan en la amígdala, el área del cerebro que procesa el miedo y la
respuesta a las amenazas. De hecho, la meditación trascendental
puede ayudar a revertir el estrés postraumático en refugiados de guerra.
Pero si crees que tu vida es demasiado ocupada y
complicada como para irte tres meses a un Vipassana, algunos médicos creen que
la intención puede generar más milagros que un costoso retiro en las
montañas:
Dedicar unos minutos a meditar en medio de tus
ocupaciones puede tener efectos estructurales en el cerebro incluso 11 horas
después de practicar.
5. Autohipnosis
Peter Whorwell es un médico de la Universidad de
Manchester que ha tratado toda su vida de construir un cuerpo de evidencia
suficientemente relevante para que se admita la hipnosis como diagnóstico en el
caso de pacientes con inflamación en el recubrimiento intestinal. El método de
Whorwell es poco ortodoxo, pero parece funcionar.
Primero crea una imagen mental del funcionamiento de
los intestinos que sus pacientes puedan comprender, y luego los hace utilizar
sensaciones visuales o táctiles (como el calor o la sensación sinestéstica del
propio cuerpo) para imaginar cómo sería el funcionamiento “normal” o sano del
cuerpo. Según Whorwell, quien entró a estudiar hipnosis debido a que muchos de
sus pacientes se veían decepcionados por la profesión médica, esta imagen de la
salud parece producir la salud misma. Su trabajo ha hecho que el síndrome de
inflamación en el recubrimiento intestinal sea la única enfermedad para la que
el Instituto Nacional de Salud y Excelencia Clínica de Gran Bretaña prescribe
la hipnosis.
El problema de la credibilidad de la hipnosis es que
nadie sabe cómo funciona -por otro lado, muchos de nosotros no sabemos cómo
funciona un automóvil o una computadora por dentro, pero aún así somos capaces
de usarlos-. En realidad, la única razón de peso para no experimentar algún
tipo de opción que pudiera mejorar tu salud es no creer en ella. Un segundo
problema de la hipnosis es que la falta de evidencias científicas de sus
métodos y logros hace difícil regular la profesión, por lo que encontrar un
buen hipnotista puede ser una fuente de estrés en sí misma…
6. Conoce tu propósito
Conocer el propósito de nuestra vida y vivirla de
acuerdo a él puede ser una experiencia equivalente a volver a nacer.
Viktor Frankl probablemente sea uno de los sobrevivientes de un campo de
concentración más famosos de la Segunda Guerra Mundial; en su libro El hombre en busca de sentido, Frankl detalla cómo aquellos prisioneros que tenían
algo por qué vivir podían mantener la buena actitud y soportar sufrimientos
atroces, mientras los que se dan por vencidos frente a las circunstancias tienen
más probabilidades de ser derrotados por ellas. Primo Levi, otro famoso
sobreviviente de un campo de concentración, afirmó algo similar en Si esto es un hombre.
Según los médicos, en un estudio con 50 pacientes de
cáncer en estado avanzado, aquellos con mayor “fe espiritual” respondieron
mejor a la quimioterapia y vivieron por más tiempo. De los primeros, más de 40%
estaban aún vivos luego de tres años, en comparación con menos del 10% de los
que vivían con “poca fe”.
Esto puede deberse a la intervención divina o al
efecto placebo; en cualquier caso, las emociones positivas asociadas a la
espiritualidad promueven respuestas fisiológicas positivas. “Mente sana en
cuerpo sano” puede no ser un vago eslógan de gimnasio, sino la relación
fructífera y sana entre elementos del ser que, en realidad, están separados
artificialmente por el pensamiento dicotómico pero son inseparables uno de
otro.
Un buen libro
sobre el tema es Nothing: Surprising Insights Everywhere from Zero to
Oblivion, de donde
provienen muchos de estos casos.
Acércate a descodificar tu síntoma y encuentra el camino a tu felicidad.
Memoria Emocional
http://memoriaemocional.com/
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