En este artículo
queremos aclarar varios aspectos sobre el tema del colesterol, pues en muchos
sitios se ponen en duda sus propiedades y todo el mundo lo conoce como algo que
es malo para nosotros. Según los médicos, algunos nutricionistas, programas de
salud, advierten y advierten todos los días, que el colesterol alto puede
provocar enfermedades del corazón, que es un riesgo para la salud humana, bla
bla bla bla bla bla.
Pues bien, el
colesterol es un lípido que se encuentra en los tejidos del cuerpo y en la
sangre, es el lípido más famoso del mundo, hasta los niños de colegio conocen y
entienden que el colesterol es algo malo, de toda la información que se da de
él, pero esta creencia de que el colesterol es el culpable de problemas
cardiovasculares, de cardiopatías, de infartos de miocardio, de trombos, de
coágulos, de isquemia cerebral, de problemas circulatorios… Es totalmente
falso, y vamos a explicar por qué.
El colesterol no es el causante de problemas circulatorios
Como bien hemos dicho, el colesterol es un lípido, una grasa, con
funciones muy importantes y determinantes en el metabolismo humano, participa
en multitud de procesos y es necesario para vivir. Para empezar a detallar,
dejamos claro en primer lugar, que independientemente de lo que comamos,
nuestro hígado va a producir 2 tercios del colesterol total, comas verduras,
comas carne, bebas leche o te quedes sin comer, el tercio restante proviene de
los alimentos que ingerimos, por lo que cuando se produce un aumento de
colesterol, el problema viene de lo que nos echamos a la boca, ya que
indudablemente nuestro hígado no va a perjudicarnos, como buen órgano que es,
su función es mantener el equilibrio. En segundo lugar, el famoso LDL
(lipoproteína de baja densidad) o “colesterol malo” que todos conocemos, es un
transportador de colesterol, debido a que las grasas son insolubles en agua,
necesitan adherirse a proteínas para poder ser incluidas en la sangre. Pues
bien, este LDL se encarga de llevar el colesterol hacia todos los tejidos de
nuestro cuerpo, sobre todo vasos sanguíneos, pues el colesterol tiene como
función formar una especie de membrana en la sangre, para permitir la entrada y
salida de sustancias a nuestras células. Es decir, tan malo no es ¿no? En tercera
instancia, el HDL (lipoproteína de alta densidad) o “colesterol bueno” que
todos conocemos, es otro transportador de colesterol, pero este se encarga de
retirar los depósitos de colesterol restantes y llevarlos de vuelta al hígado.
Lo que si puede contribuir a sufrir enfermedades cardiovasculares, es el
tabaquismo, el sedentarismo, la hipertensión arterial, la diabetes y los
niveles bajos de HDL. ¿Por qué decimos lo del HDL?, pues porque el HDL es el
que se encarga de eliminar los depósitos restantes de colesterol. Si nuestros
niveles de HDL son bajos, el colesterol junto con otras sustancias como el
azúcar, los triglicéridos, las toxinas del tabaco, ácido úrico, etc. Pueden
formar placas de ateroma e impedir una correcta circulación de la sangre. Entonces,
podemos darnos cuenta de que el colesterol no es el causante, sino una acción
conjunta, por lo tanto el colesterol sería lo que menos debería preocuparnos.
Parece que vamos
destapando la verdad. En los casos de factores genéticos, que muchas personas
se preocupan por ello y piensan que es una causa justificada de su colesterol,
deben pensar que esos genes no se activan solos, hay una chispa que los detona.
Por mucho que tus padres hayan sido diabéticos, hayan padecido obesidad o hayan
tenido niveles altos de colesterol, incluso estando en un peso normal, no es
motivo para alarmarse. Las posibilidades de tener los niveles de colesterol
altos son mayores por factores genéticos, pero no van a determinar que vayáis a
tener el colesterol alto. Volvemos a repetir que el colesterol no es una
enfermedad, y tampoco es malo. La raiz del problema viene cuando se lleva una
vida muy sedentaria, tu dieta es pobre en fibra, consumes comidas ricas en
azúcares simples y grasas de mala calidad, si comes mucha carne, si bebes
alcohol, si fumas o si tu situación emocional es inestable. Estos factores sí
que son determinantes a la hora de aumentar los niveles de colesterol. La
herencia genética es una pequeña chispa de nada, que solamente salta si
nosotros la activamos.
El colesterol es
precursor de vitaminas liposolubles como la vitamina D, esencial para fijar el
calcio en los huesos, es precursor de hormonas masculinas y femeninas como la
progesterona y la testosterona y colabora en la producción de ácidos biliares,
fundamentales en el metabolismo de las grasas. Nuestra opinión sobre el
colesterol debe ser objetiva, y tenemos que tener en cuenta su importancia para
nuestro organismo, no existe ni colesterol bueno ni colesterol malo, sólo
existe el colesterol, nada más. Si tuviéramos que quedarnos con algún apodo,
después de lo expuesto anteriormente, creo que el término más aceptado sería el
de colesterol bueno, sin duda alguna.
En resumen,
volvemos al punto de siempre, debemos mantener un estilo de vida saludable y
acorde a nuestras necesidades. Cambiad las grasas de mala calidad por grasas
naturales provenientes de aceites vírgenes de primera prensión en frío, de
frutos secos, etc. Evitar las comidas con mucho azúcar, dejar a un lado los
malos hábitos como es el tabaco y el alcohol, llevar una vida físicamente
activa y adoptar una dieta un poco más vegetariana, de esta manera aumentaremos
nuestros niveles de HDL y conseguiremos que nuestra sangre sea más fluida y
rica en antioxidantes.
David García.
http://saludablemente.es/
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