La espiritualidad no puede coexistir con la
amargura y el derrotismo, porque ambos sentimientos son pruebas de la falta de
confianza en el amor que nuestro Padre nos tiene, porque cuando se acumulan las
nubes, vuestra fe debe aceptar el hecho de la presencia del Ajustador y así
deberías poder contemplar más allá de las nubes de la incertidumbre mortal el
brillo claro del sol de la rectitud eterna.
La alegría, al igual que el amor son el
termómetro de nuestra espiritualidad y de nuestra fe, por eso ahora trataremos
algunas sugerencias para que la alegría se convierta en un hábito, porque las
futuras generaciones deben conocer también nuestra felicidad radiante.
El entusiasmo de nuestra buena voluntad y la
inspiración de nuestro buen humor. Una de las primeras sugerencias es llevar
una vida tranquila y sencilla, disfrutando de las cosas pequeñas y cotidianas
que están al alcance de todos, como por ejemplo: un rato de descanso, el
conversar, el contacto con la naturaleza, porque aun cuando Dios no es la
naturaleza, cuando el hombre puede encontrar a Dios en la naturaleza, es porque
lo tiene en su corazón.
No se puede hallar a Dios a través de la
naturaleza por sí sola, pero una vez que el hombre le haya encontrado, el
estudio de la naturaleza se vuelve completamente acorde con la interpretación
más elevada y espiritual del universo.
La diversión sana, es de gran ayuda por eso,
dejad que el hombre se divierta, dejad que la raza humana encuentre placer de
mil y un maneras, dejad que la humanidad evolucionada explore todos los tipos
auto gratificación legítima, el hombre bien ha ganado los placeres y las
felicidades de hoy en día.
El vivir intensamente el momento presente…pero
moderando las exigencias y deseos, ya que la búsqueda ansiosa y descontrolada
de grandes satisfacciones y del consumismo, conducen a la pérdida del
equilibrio y de la verdadera alegría.
El justo medio en todo lo que hacemos es la
mejor prueba de nuestro autodominio y él, es el indicador de un desarrollo
espiritual, porque el que sabe gobernarse a sí mismo es más grande que el que
conquista una ciudad. Es indispensable pensar siempre en positivo, no
permitiendo la entrada a nuestra mente del derrotismo ni de la depresión o la
desesperanza.
Que ni el pasado negativo o el deseo
descontrolado por el futuro, nos impidan vivir el presente en paz y armonía con
nosotros mismos. Entregados y confiados en el amor de nuestro Padre porque he
aprendido a contentarme con todo cualquiera sea mi situación 1336 porque mi
mañana está totalmente en las manos de mi Padre del cielo.
Darle significado a nuestro trabajo u ocupación
para que sean fuentes de alegría, comprendiendo que el trabajo no solo es la
expresión clara de nuestra vitalidad, inteligencia y capacidad, sino que
además, con él estamos haciendo nuestra contribución a la sociedad, y
haciéndonos partícipes de ella, porque no estamos solos, formamos parte de la
gran familia no solo humana, sino también cósmica porque entre el nivel del ser
humano individual y el nivel de la humanidad total, todas las agrupaciones y
asociaciones son relativas, transitorias y de valor, únicamente si mejoran el
bienestar y el progreso del individuo y de la humanidad en conjunto, el hombre
y la humanidad.
Si pensáramos un poquito en esto, nuestro
trabajo diario, tomaría una dimensión desconocida y dejaría de ser algo
rutinario y sin importancia. Fomentar cada día, cada instante los sentimientos
de aceptación y hasta de complacencia y alegría ante la realidad cotidiana.
Aprender a ser feliz con lo que tenemos, en vez de amargarnos por nuestras
carencias, es una de las premisas básicas, porque una persona que conoce a Dios
y que desea hacer su voluntad, que tiene discernimiento espiritual, es
divinamente estable y eternamente existente por la fuerza y constancia de sus
propias decisiones.
La verdadera alegría, nace de nuestras buenas
intenciones traducidas en obras hacia todos los que nos rodean, el saber
comprender y empatizar, genera en nosotros alegría y una conciencia tranquila,
el saber perdonar los errores produce una gran paz interior porque la felicidad
más elevada está indisolublemente vinculada con el progreso espiritual.
El crecimiento espiritual produce un deleite
duradero, una paz que trasciende toda comprensión. En cambio los gritos, las
discusiones, las palabras soeces y la rabia no solo destruyen nuestra
tranquilidad, sino que también dañan nuestra salud y envenenan y contaminan el
ambiente, debemos aprender de Jesús cuyo propósito era, en toda situación
social, enseñar la tolerancia y el perdón.
Si dejamos abiertos de par en par nuestros
sentidos, si nuestro espíritu está en armonía con el Infinito, seremos capaces
de percibir y dejarnos invadir por la madre naturaleza y su belleza y su
energía revitalizará nuestra vida y escucharemos la maravillosa sinfonía de la
creación en todo su esplendor, porque la vida en sí misma, por ser la obra del
Creador es un constante generador de alegría y sublimación del espíritu, porque
si Dios está conmigo, he determinado que no albergo dudas en mi corazón1453 por
tanto estoy pronta a entregar a Dios mi voluntad para que se haga su voluntad.
La alegría es el mejor tónico para nuestra
salud corporal, el alimento para nuestro espíritu y la bendición y bálsamo para
los que están tristes, porque el hombre mucho entiende de salud y cordura, pero
de la felicidad, realmente ha comprendido muy poco. No olvidemos que el sonreír
con amor es la antesala de la alegría, porque la alegría no es solo un estado de
ánimo, sino que es el resultado de una conciencia superior unida a su Padre de
los cielos, porque toda verdad material, filosófica o espiritual, es a la vez
bella y buena. La salud, la equidad y la felicidad son integraciones de la
verdad, la belleza y la bondad, según se mezclen en la experiencia humana.
No esperemos que sea la Vida o los otros
quienes nos den alegría, ¡prodiguémosla nosotros con generosidad y veremos como
ella nos devuelve la mano con largueza! Porque si tan solo aprendemos amar a
los que nos aman, estaremos destinados a vivir una vida limitada y mezquina.
Habiendo comenzado el camino de la vida eterna, habiendo aceptado el deber y
recibido tus órdenes de avanzar, no temas los peligros del olvido humano e
inestabilidad mortal, no te preocupes por el temor al fracaso o por la
confusión que te deja perplejo.
No interrogues tu estado y situación porque en
las horas sombrías, en cada encrucijada de la lucha por progresar, El espíritu
de Verdad siempre hablará diciendo ESTE ES EL CAMINO. ¿Cómo entonces no hacer
de la alegría un hábito? (Todas las citas han sido tomadas del Libro de
Urantia )
http://cienciacosmica.net/sugerencias-para-convertir-la-alegria-en-habito/
http://cienciacosmica.net/sugerencias-para-convertir-la-alegria-en-habito/
Gabriel Vallejo.
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