Hemos aprendido anteriormente que "Dios crea
todo a partir de su Mente". Nosotros, creados a Su Imagen y Semejanza,
hacemos lo mismo. Por lo tanto, llegamos a la conclusion de que vivimos en un
Universo mental: "Aquello que llegamos a Creer es lo que se manifiesta en
nuestra vida".
La mente humana está dividida básicamente en dos
partes: la Consciente y la Inconsciente. La última es la depositaria de todas
nuestras programaciones y recuerdos; mientras que en la primera radica todo
nuestro Poder de Decisión.
La Mente Consciente es la que se encuentra
conectada con el Espíritu. Solamente al ser consciente de lo que vives lo
puedes cambiar. La Mente Subconsciente es la equivalente al Alma; es el gran
archivo de las experiencias de esta vida y de las anteriores. Finalmente,
tenemos nuestro Cuerpo Físico, que es el vehículo principal para vivir las
experiencias en este plano.
Aprendimos que existe una correspondencia entre lo
que vivimos por fuera y lo que llevamos adentro; que la realidad no es más que
un espejo de nuestro interior. Esto significa que si vivimos un caos, sin amor,
con problemas económicos, o enfermos, es porque existe una idea o programación
que nos lleva a elegir eso.
A partir de esta unidad, vamos a dar un paso
adelante y estudiaremos una de las maneras de producir cambios profundos en
nuestra realidad.
Textualmente, el Principio de Vibración dice lo
siguiente: "Nada está inmóvil, todo se mueve, todo vibra".
Esto significa que en el Universo donde vivimos no existe nada que sea totalmente firme o estable. Todo se encuentra en un continuo movimiento, una continua vibración y transformación. Cada parte del Universo tiende a transformarse en algo mejor, evoluciona hacia un nuevo nivel de existencia.
Esto significa que en el Universo donde vivimos no existe nada que sea totalmente firme o estable. Todo se encuentra en un continuo movimiento, una continua vibración y transformación. Cada parte del Universo tiende a transformarse en algo mejor, evoluciona hacia un nuevo nivel de existencia.
En nuestro orden personal, la vida nos empuja siempre
a vivir de una manera mejor. Las crisis aparecen cuando permanecemos rígidos o
inflexibles en una posición. Cuanto más cerrados estemos en una posición o
idea, más fuerte será el esfuerzo que hará el Universo para movernos de allí.
Por eso es que la gente sufre fuertes crisis y luego cambia. Algunas personas
necesitan pasar por enfermedades, accidentes o pérdidas para darse cuenta del
valor que tienen ciertas personas o su propia vida. Hay otras personas que caen
en la inercia y no toman decisiones; cuando eso ocurre, el Universo mismo toma
las decisiones por ellos. De acuerdo con el Principio de Vibración
"debemos aprender a prepararnos para los cambios en la vida". Según
este principio, si tiendes a aferrarte a una vivienda, una pareja, un trabajo,
una amistad, o a cualquier objeto que te dé seguridad, lo más probable es que
tarde o temprano sufras. ¿Por qué? Porque en el Universo no existe nada que se
encuentre inmóvil.
Esto no significa que tendrás que quedarte sin
vivienda, familia, trabajo o pareja; sino que lo que hoy estás viviendo no se
repetirá en el futuro. No hay manera posible de repetir el pasado. Existen
parejas que, después de haberse separado, deciden volver a estar juntos con la
intención de ser como antes. Esto es un camino seguro a la frustración. Es
posible que la reconciliación los lleve a vivir una mejor relación que la del
pasado, pero nunca igual.
Este principio hermético nos enseña que cada objeto
que vemos está compuesto de millones de átomos. Estos átomos se encuentran
formados por partículas que giran a grandes velocidades alrededor de un núcleo.
Podemos decir que existen dos formas extremas de
vibración: una baja, que corresponde a la materia y otra alta, que pertenece al
terreno del Espíritu.
Cuando la vibración es muy baja, decimos que la
materia está en reposo, permanece inerte para nuestros sentidos y parece
sólida. Sin embargo, la materia está compuesta de millones de átomos que se
encuentran en pleno movimiento y transformación. Por otra parte, cuando la
vibración es muy alta, llegamos al extremo del Espíritu y decimos también que
la materia está en reposo. Aquí la materia vibra en una frecuencia tan alta que
nos da la sensación de que tampoco tiene movimiento.
Para entender mejor este concepto, imagínate las
paletas de un ventilador. Cuando el ventilador está sin funcionar puedes
percibir claramente sus partes, que están en reposo. Cuando pones en marcha el
aparato, y especialmente a altas velocidades, las paletas giran tan rápidamente
que parecen desaparecer e, incluso, puedes ver a través de ellas. Aquí también
decimos que la materia está en reposo porque pareciera no existir. Este es el
nivel del Espíritu. El eslabón entre la materia y el Espíritu es el éter.
Los órganos de nuestro cuerpo físico están formados
por células, que, en última instancia, están compuestas de átomos. Por lo
tanto, aquello que percibimos como un cuerpo sólido no es tan sólido. Nuestro
cuerpo físico está formado por un 99,999% de espacio vacío, y solamente 0,001%
de materia; este último porcentaje, según la Física Cuántica, es también
espacio vacío. La Física Cuántica es la que estudia el comportamiento del
átomo. Ella nos enseña que nuestro cuerpo físico se encuentra continuamente
intercambiando átomos con el medio. Al inhalar aire tomamos los átomos con el
medio. Al inhalar tomamos los átomos del entorno; al exhalar devolvemos átomos
de nuestro propio cuerpo físico.
Literalmente, cuando ingresamos en un lugar,
empezamos a absorber parte de ese lugar. Por eso es que algunos lugares nos
llenan de energía positiva o todo lo contrario. Los lugares de la naturaleza
como... playas, montañas, bosques, lagos y demás, están cargados de vibraciones
positivas.
Cuando permanecemos en ellos, nuestro cuerpo físico
se renueva con átomos de alta calidad. Por tal motivo, uno se regenera y se
sana al estar en ese tipo de lugares. Por el contrario, cuando uno ha
permanecido cierto tiempo en un lugar de vibraciones bajas o negativas, se
siente contaminado. La recuperación no es inmediata y podemos permanecer hasta varios
días sintiéndonos mal por las energías que hemos ingerido.
Cada tres años, el cuerpo humano renueva
completamente todos sus átomos, después de este tiempo, poseemos un modelo
absolutamente nuevo de cuerpo físico. La pregunta inevitable es ¿qué hace que
el cuerpo cambie o se deteriore?. Hay una sola respuesta... la Mente.
Lo que lleva a los átomos a agruparse y a producir
cambios en tu cuerpo es la idea que gobierna tu propia mente. Si piensas que a
los cincuenta años comienza la vejez de tu vida, tu cuerpo envejecerá. Por el
contrario, si crees que a esa edad estás en tu mejor momento, entonces tu
cuerpo responderá dándote vitalidad y entusiasmo. Cada uno de nosotros tiene su
propio reloj biológico y éste determina cuándo comenzamos a envejecer.
De la misma manera, cada partícula de tu cuerpo
físico está "escuchando" tu diálogo interno y responderá fielmente al
mismo. Si tienes pensamientos felices, tu cuerpo reaccionará con energías
positivas. Por el contrario, si te deprimes y sólo ves la vida de una manera
muy negativa, lo más probable es que te enfermes. Las personas que tienen
enfermedades crónicas son aquellas que tienen pensamientos
"crónicos", cuando renuncian a los patrones de conducta antiguos y
sus ideas más negativas... comienza su curación.
A pesar de que nuestro cuerpo se regenera
constantemente, la razón de su deterioro es que creemos que eso necesariamente
nos debe ocurrir. Existe una historia, un pasado, que sustenta esa creencia. Al
creer en ese pasado, continuamos repitiendo la historia... No estamos solos con
nuestros pensamientos; vivimos en una sociedad donde crecemos, aprendemos y nos
desenvolvemos a diario. De ella tomamos una serie de ideas a veces muy
positivas y otras, no tanto. Si pudieras levantarte mañana olvidándote completamente
de tu pasado, tu cuerpo no envejecería. Si decidieras, por ejemplo, vivir
doscientos años, todo tu cuerpo respondería a esta idea pero, primero, tendrías
que convencerte a ti mismo de esa posibilidad. Tu cuerpo "escucha" tu
diálogo interno y si tienes dudas, manifestará esas dudas. Recuerda que no son
los pensamientos lo que se manifiestan sino las creencias. Si crees en la
enfermedad, las células de tu sistema inmunológico bajarán sus armas y
permitirán que contraigan alguna enfermedad. Por el contrario si crees que tu
cuerpo físico es saludable y resistente, tu sistema inmunológico tomará esta
idea como una orden y jamás te enfermarás.
Uno de los descubrimientos más interesantes de la
Física Cuántica es que el resultado de cualquier experimento dependerá en gran
medida del grado de expectativa de quien lo realiza. Antes se creía que si dos
personas realizaban la misma prueba, con los mismos ingredientes y medidas,
llegarían a obtener el mismo resultado. Ahora se sabe que los átomos se agrupan
según su compatibilidad y responden a las expectativas del observador. Esta es
la razón por la cual una persona puede tener la habilidad de cocinar una comida
muy sabrosa y nadie puede imitarla, aún cuando los demás sigan todas sus
indicaciones y utilicen los mismos ingredientes, el resultado nunca será el
mismo. El resultado depende siempre de la expectativa del observador y de su
interés personal en el experimento. De esto se deduce fácilmente que la comida
más sabrosa será aquella que contenga como ingrediente principal mucho amor.
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