La curación sólo puede realizarse en el momento en
el que uno se perdona. Esta etapa tiene el poder de transformar no sólo nuestro
amor hacia nosotros mismos, sino también el corazón y la sangre en nuestro
cuerpo físico.
Esta sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como un bálsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las células. Aun cuando intelectualmente te resulte difícil creerlo, ¿qué puedes perder con probar?
Estas son las etapas del perdón verdadero, que han sido experimentadas por miles de personas con resultados extraordinarios:
Esta sangre nueva, reenergetizada por el influjo de este amor reencontrado, es como un bálsamo que circula por todo el cuerpo: a su paso transforma y rearmoniza las células. Aun cuando intelectualmente te resulte difícil creerlo, ¿qué puedes perder con probar?
Estas son las etapas del perdón verdadero, que han sido experimentadas por miles de personas con resultados extraordinarios:
1) Identifica tus emociones (a menudo hay más de una). Toma consciencia de la
acusación que te haces a ti mismo o que le haces a otro y de lo que ésta te
hace sentir.
2) Asume tu responsabilidad. Ser responsable es reconocer que siempre tienes la
opción de reaccionar con amor o con miedo. ¿De qué tienes miedo? Date cuenta
también de que tienes miedo de que te acusen de tener miedo.
3) Acepta al otro y suéltate. Para lograr soltarte y aceptar al otro, ponte en
su lugar y siente sus intenciones. Acepta la idea de que la otra persona se
acusa y te acusa probablemente de la misma cosa que tú. Ella tiene el mismo
miedo.
4) Perdónate. Esta es la etapa más importante del perdón. Para realizarla, date
el derecho de haber tenido y de tener todavía miedo, creencias, debilidades y
límites, que te hacen sufrir y actuar. Acéptate tal y como eres ahora, sabiendo
que es temporal.
5) Ten el deseo de expresar el perdón. A modo de preparación para la etapa
seis, imagínate con la persona adecuada en el acto de pedirle perdón por
haberla juzgado, criticado o condenado. Estarás listo para hacerlo cuando la
idea de compartir tu experiencia con dicha persona te suscite un sentimiento de
alegría y de liberación.
6) Ve a ver a la persona en cuestión. Exprésale lo que has vivido y pídele
perdón por haberla acusado o juzgado y por haber estado resentido con ella.
Menciónale que la has perdonado sólo si te lo pregunta.
7) Haz el enlace con un cordón o una decisión ante uno de tus progenitores.
Recuerda un acontecimiento similar que ocurriera en tu pasado con una persona
que representase a la autoridad: padre, madre, abuelos, maestro, etc.
Generalmente será del mismo sexo que la persona con la cual acabas de realizar
el perdón.
Vuelve a efectuar todas las etapas con esta persona (la figura de autoridad).
Vuelve a efectuar todas las etapas con esta persona (la figura de autoridad).
Cuando la emoción sentida sea hacia ti mismo, realiza los pasos 1, 2, 4 y 7.
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