Entre
el más bello simbolismo que jamás he encontrado, se encuentra el simbolismo de
la rosa. Todo en el universo es un símbolo, un símbolo es
un vehículo del espíritu.
La Rosa es la flor sagrada de occidente, sus cinco
pétalos simbolizan el número sagrado 5 que representa al hombre y el
microcosmos, por eso su equivalencia con La estrella de cinco puntas (pentagrama o pentalfa) son los cuatro
elementos y la quintaesencia.
Normalmente la rosa, equivale en su simbolismo al
del corazón. El corazón es utilizado por los antiguos como un símbolo del
centro espiritual del Ser. Si el cerebro es el centro del pensamiento racional,
secuencial y distintivo; El Corazón es el centro de la conciencia espiritual,
intuitiva, universal e inmediata.
Cuando el corazón en este sentido se ilumina, y es
llenado por el conocimiento divino, se simboliza como una rosa de pétalos
abiertos. Porque ha florecido en él la actualización de su naturaleza
primordial, de su pureza inicial, aquella que perdemos, en la caída hacia el
mundo material.
El simbolismo del corazón y la rosa son
equivalentes. Como es el caso del Sagrado Corazón de Jesús, rodeado también de
espinas. Es en todo caso entre muchas cosas, un simbolismo de regeneración,
resurrección y vivificación. El simbolismo floral esta fuertemente asociado por
ejemplo entre los sufies y el islam, al sentido del perfume. Cuando el corazón
se abre y florece la rosa, se puede percibir el delicioso aroma del paraíso.
Citando al experto en sufismo Idriesh Shah: “Todos
los derviches usan la rosa o ward (en árabe) como emblema de la palabra wird (significa
recuerdo de Dios) o warid, ejercicios de contemplación y concentración.”
Respecto a la palabra rosa en árabe (Ward), su raíz
tiene la connotación de “llegar, acudir y descender”. En ese sentido es la
receptora de las realidades espirituales en el corazón. La lluvia y el rocio,
también simboliza este descenso de las bendiciones o baraka.
Otro símbolo directamente vinculado a la rosa, es
el del Santo Grial, una copa con la sangre de cristo, o un receptáculo, siempre
con la idea de contenedor de la esencia espiritual, en este sentido citamos al
experto René Guenón:
“la flor, en efecto, ¿no evoca
por su forma la idea de un “receptáculo”, y no se habla del “cáliz” de una
flor? En Oriente, la flor simbólica por excelencia es el loto; en Occidente, la
rosa desempeña lo más a menudo ese mismo papel. Por supuesto, no queremos decir
que sea ésa la única significación de esta última, ni tampoco la del loto.”
Todo esto se encuentra directamente asociado con
las figuras del corazón radiante o la rosa celeste cubiertos por llamas o luz.
El fuego interno es un agente purificador (como el dolor, las espinas). Y de
ahí la frase I.N.R.I de los hermetistas, quienes lo traducen como: Igne Natura
Renovatur Integra. Otra interpretación masónica es IN (en) NOVALE (la tierra)
RENASCOR (renacer), INTEGER (Intacto, puro).
La rosa en el corazón simboliza el despertar
espiritual del hombre, por purificación, y recepción de la presencia divina en
el centro del Ser. Se recomienda meditar con una rosa que se abre en el pecho,
despertando la presencia divina que revivifica y regenera.
S.P.H.L
https://antroponomicon.wordpress.com
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