Amados…
Aquí, en esta densidad de Tercera Dimensión, el antagonismo es moneda corriente…
Esta Dimensión se construye desde la oposición, fuerzas antagónicas que se repelen y se atraen…
Luz/Sombra, Mujer/Hombre, Yin/Yang, Sol/Luna, Amor/Miedo, Perdón/Rencor…
Así podríamos confeccionar una larga lista de situaciones antagónicas, donde las posiciones duales se repiten, cada parte busca imponer su posición sobre el otro polo opuesto.
La eterna y legendaria historia de antagonismos entre el hombre y la mujer, donde ambos son víctimas de luchas y enfrentamientos sin saber bien desde dónde se originan…
En las sociedades de antes y de ahora, al hombre se lo instruye para ser un “Macho Alfa” con un objetivo sellado en su inconsciente…anular el desarrollo de la intuición femenina.
La mujer bajo las reglas masculinas, o se “masculiniza” para competir con el hombre y así ganar un espacio en la estructura económica o se la prostituye para formar parte de los engranajes económicos sociales.
Pocas son las opciones que le dejan para desplegar sus capacidades intelectuales, afectivas y espirituales.
Una mujer integrada, segura de sí misma, donde la sexualidad es ejercida con responsabilidad y amor por la vida misma y por el respeto a ella misma, queda escondida y anulada por una estructura ancestral donde el sentirse libre era un pecado.
Por parte del hombre, se le impone un papel, por la sociedad, la tradición y los ancestros… donde si lloraba era débil como una mujer y si dejaba que la mujer ocupara el lugar que realmente le correspondía en la familia, la profesión y la sociedad, era un sometido por ella.
Siempre de alguna manera se alimentaban las diferencias entre ambos, por sobre la integración de los opuestos, para que no lograran funcionar juntos de manera complementaria.
En el borde de un abismo hombre y mujer sin saberlo jugaban un juego que ellos no habían creado, pero ambos eran partícipes necesarios para continuar orquestando esta mega obra, donde ambos eran y siguen siendo víctimas y victimarios, sin ser conscientes de ello.
Nadie les explico que al jugar el juego de los opuestos, lo que se hacían a sí mismos era mucho más grave, que el juego mismo de antagonismos y eternas luchas con el mundo exterior.
Se les inculcaba que la otra parte era un cuasi enemigo, que se debía dominar o controlar de alguna manera, pues de lo contrario se podía producir una grave ruptura de las pautas socialmente aceptadas por todos, por ello, se crea y desarrolla “la tradición” con papeles específicos y fijos…
La mujer en el hogar (interior) y el hombre en el trabajo (exterior), ambos juntos, pero separados por las actividades.
La mujer… hiper femenina, el hombre… macho alfa.
La mujer para ingresar al mundo laboral debía adoptar actitudes casi masculinas, para ser respetada, aunque nunca era suficiente lo que ella aportaba para el progreso económico y social.
Nadie les explicó, ni al Hombre ni a la Mujer, que esta estructura social y económica fue digitada por unos pocos para que trabajaran en favor de las ganancias de muy pocos… Políticos, empresarios, aristocracia, multinacionales… Seres sin escrúpulos.
Nadie les explicó que este sistema, los mantenía distraídos de sí mismos y por sobre todo, separados del trabajo interior que cada quien debía realizar en sí mismos…
Cuando el Ser Humano logra comprender que en ellos mismos circulan las energías femeninas y masculinas, más allá del sexo que posean humanamente, se inicia el proceso de integración individual.
Tanto el Hombre como la Mujer poseen energéticamente la energía contraria que les aporta esa parte que no son, por el rol sexual que deben cumplir en esta vida… de Hombre o Mujer.
Así la Mujer, posee esa fortaleza interior que la hace ser valiente ante la adversidad, llevando adelante las responsabilidades de una familia, además de un trabajo fuera de la casa.
El Hombre posee esa sensibilidad e intuición, que es la que lo orienta hacia las decisiones de cada día, donde no solo lo ayudan a ser equilibrado y justo sino a construir una realidad donde el amor y el respeto son sus herramientas para avanzar sin lastimar o herir a su entorno.
Ambos… Mujer y Hombre, son completos, no necesitan del otro para sentirse complementarios, pues ya son desde su mismo origen.
Hombres y Mujeres integrados en sí mismos, seguros que nacieron con todos los atributos propios de su sexo y además tienen la sensibilidad, la fortaleza y la fuerza de su contraparte, en ellos mismos, de la cual pueden ser consciente de su existencia, cuando sueltan todos los esquemas o estructuras ancestrales que les hicieron, creer, que tanto el Hombre como la Mujer, eran incompatibles entre ellos, e incompletos en sí mismos.
Se organizó una dualidad social y económica, para separarlos desde la mente y desde ella generar un antagonismo, donde las diferencias incompatibles entre ambos, los distrajera para no llegar a la integración como Seres Divinos y completos.
Cuando nos sentimos completos, no buscamos tener dominado al otro, pues lo respetamos como un Ser completo y nuestra unión, amistad, hermandad, será solo en el amor, sabiendo que el otro es distinto a nosotros, pero completo en sí mismo.
Entonces…
Te amo…
Como eres, Luz y Sombra…
Yang y Yin.
Te Amo…
Desde mi Divinidad
A
Tú Divinidad.
En nuestro interior ambas energías se complementan…
Las aceptamos como necesarias en la integración para nuestra Evolución Espiritual, en el Despertar de Consciencia.
Recordemos…
Quien continúa en la lucha de los opuestos en el exterior, es porque aún, no despertó a su integración energética, por lo cual permite que las leyes duales, lo separes de los otros y de sí mismo.
Yo Soy…
Una en mí misma.
Integrada en mi Luz…
Sanando mis Sombras…
Sin culpa, ni enojo…
Con Amor y por Amor
En la Eternidad de mi Evolución Cósmica,
Soy Unidad.
Así es. Hecho está.
Los Amo!!
Con Amor, Ashamel Lemagsa.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario