Cuando una persona empieza a tomar interés en su propia evolución
espiritual comienza también a tratar de conocer y entender todo lo que la rodea
y es en ese momento que se topa con un concepto llamado “ego”.
Pero, en realidad pocas personas conocen el correcto significado de
“ego”, y por lo tanto tampoco saben entenderlo ni trabajarlo. Los expertos en
el tema aseguran que es imposible transitar el largo camino espiritual si no se
comprende el significado de “ego”, sus trampas y su funcionamiento.
Por lo tanto si lo que se quiere es evolucionar y elevar la consciencia
espiritual es imprescindible trabajar el ego para crecer,
distinguiendo sus engaños y sobre todo si se está actuando desde el ego o desde
el espíritu, única manera de no atravesar sufrimientos innecesarios.
¿Qué
es y cómo se forma el ego?
El “ego” es la voz de toda la sociedad que se
inserta en la cabeza de cada persona, una voz formada por los progenitores,
maestros y medios de comunicación que incluyen la publicidad y otras formas de
influencia en la personalidad. Pero también entra en este concepto la voz de la
historia que refleja quien es quien para esa sociedad a través de un concepto
formado desde siempre.
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Realidad
Pero, además de la definición estándar del ego,
también es posible afirmar que es aquella voz que tiene el poder de manipular a
la persona para que sea como la familia o la sociedad quiere que sea.
¿Cómo trabajar el ego?
Para trabajar con su ego la persona debe
saber qué es, cómo se forma e identificar después su propio ego y
para quien vive en familia se recomienda identificar también el ego de aquellas
personas más cercanas padres, hermanos, etc sin olvidar incluir amigos,
compañeros de trabajo y otras personas cercanas que afectan la existencia.
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Dyer
Pero el ego también transmite conceptos
particulares y específicos pues tiene una opinión sobre cada tema:
· Cada persona es en la medida que “tenga” dinero, posesiones, títulos, etc y si no se tienen
estas cosas no se es nadie.
· Se es lo que se hace: Aquello que cada persona hace la da o quita valor, entre
más realice y tenga éxito, reconocimiento, dinero más reputación buena tendrá.
· Hombres y mujeres siempre compiten: Ambos están siempre en bandos diferentes y por ello el
“otro” es un mal necesario.
· La reputación se refleja en las mejores posesiones: Lo que se diga de una persona es para ella muy importante.
· Actuar como actúa la mayoría: Eso es ser políticamente correcto.
· A Dios se le teme: Por lo tanto el ego prohíbe trabajar con Dios, solo permite
el temor.
· Adultos exitosos modelan a los niños que no saben nada y por lo tanto es necesario entrenarlos.
· Mientras haya dinero no es necesario preocuparse.
Todo lo enumerado forma parte de la creación del
ego de cada persona pero un día esa persona “despierta” y comprueba que ha
estado viviendo una vida extraña y nada lo satisface.
Herramientas para trabajar el ego
Afortunadamente existen herramientas muy útiles
para comenzar a trabajar el ego y crecer y para ello lo primero es conocer las
propias emociones recurrentes (rabia, decepción, felicidad, emoción) y poner a
cada una de ellas nombres y razones para haber surgido, por ej. “Me puse feliz
cuando…” o “Sentí decepción porque…”.
Una vez que se conocen las propias emociones
será necesario identificar los pensamientos y conocer aquellos más recurrentes,
además de las razones para tener interacciones normales con otras personas,
añadiendo qué se piensa en lo personal sobre esas otras personas y de uno
mismo.
La última herramienta es aquella que permite
identificar las reacciones en situaciones tales como cuando alguien opine
diferente, cuando se enfrenta un desafío nuevo o cuando algo no sale como se
esperaba.
Conocerse
a uno mismo ayuda a ser consciente del propio ser, dejar de comportarse de una
forma solo dirigida a satisfacer el propio ego y comenzar a ocuparse de la vida
de una manera más realista.
Así,
será posible tener en claro lo mejor de si mismo y todo lo que aún es necesario
transformar ya que el mundo necesita que cada persona desarrolle todo su
potencial, se conecte con los otros de una forma real y no utilizarlo como un
reflejo de su propia persona.
El
fundamento de las enseñanzas de Buddha reside en la compasión y la razón de
practicar las enseñanzas es acabar con la persistencia del ego, el
enemigo número uno de la compasión.-Dalai Lama.
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