Probablemente alguna vez te has preguntado: "¿Qué son los sentimientos? ¿De dónde vienen? ¿A dónde van? ¿Cuál es la dinámica que hay en ellos? ¿para qué sirven?" Todos hemos sentido - alguna vez - curiosidad para saber de dónde salen el miedo, la rabia o la tristeza. Al no estar satisfechos con las usuales explicaciones de que estos estados simplemente suceden, que son disposiciones de ánimo y les suceden a todos, empezamos a explorar las causas de los sentimientos.
En el transcurso de esta exploración empezaos a discernir los sentimientos buenos de los malos, las motivaciones, intenciones y toda actividad que produzca el desarrollo de nuestros valores. Lo que no llegamos a entender en un principio es que la emoción es un fenómeno colectivo. Nosotros - es un hecho- nos movemos dentro de un océano de sentimientos, y emociones generado por millones de personas que se fueron antes, millones que nos rodean y millones que están esperando llevar a cabo la experiencia de la emotividad o los trabajos de las leyes de causa y efecto en los niveles inferiores de la materia.
Sentimientos y Emoción
El sentimiento es la energía del amor creativo y autogenerado. La emoción es el movimiento humano del sentimiento, sus miles de cambios, las calidades del amor y su ausencia. El sentimiento es la facultad de experimentar y la energía que esa experiencia genera. La emoción es un fenómeno humano, mientras que el sentimiento es una capacidad, un potencial, un poder que se origina en los cielos (es uno de los tres poderes básicos en el hombre).
Existe un mundo de diferencias entre el sentimiento y la sensación. La sensación está relacionada con los sentidos físicos. El sentimiento no es físico.
El sentimiento es realmente una función del corazón. Un individuo cuya conciencia está alojada en alguno de los chackras inferiores lo convierte en irritación, rabia y avaricia, en miedo, posesividad u orgullo. Sin embargo, un individuo cuya consciencia se expresa mediante los chackras superiores traducirá el sentimiento en humanitarismo, alegría, deleite, generosidad, plenitud y una vasta gama de satisfacciones estéticas.
Mecanismos
Somos Una conciencia, una inteligencia dentro de un vehículo de materia. De acuerdo a sus diversas actividades, la materia se compone de distintos ingredientes: atómicos y moleculares, eléctricos, magnéticos, electrónicos, sónicos, etc. también estamos dentro de un cuerpo de sentimientos, el cual, en cuanto a sustancia se refiere, no tiene nada que ver con la materia física, pero resuena sincronizadamente con ella. Este es el segundo cuerpo. El tercero o Cuerpo Mental Inferior, tiene un distinto tipo de sustancia y resuena en sincronización con el primer y segundo cuerpo. Los tres primeros cuerpos se mueven al unísono y están entretejidos en lo que llamamos la personalidad.
Esto significa que cualquier cosa puede suceder a nivel físico, mental o emocional, tendrá su origen o repercutirá en alguno de los otros cuerpos. Se supone que la psicología está basada en el conocimiento de esta interrelación, pero hasta la fecha no logra comprender los mecanismos subyacentes a la interrelación o dinámica que opera dentro de cada uno de ellos. La psicología se ha atrincherado en lo lineal, que es una cualidad del Cuerpo Mental Inferior. El sentimiento no es lineal: es concéntrico.
Podríamos emparentar la actividad de los tres cuerpos inferiores con la de los elementos tierra, agua, aire y fuego. Al cuerpo físico correspondería la densidad, estabilidad y solidez de la tierra. El Cuerpo Emocional correspondería al agua, su fluidez, sus propiedades de congelamiento y evaporación, de serpenteo, y reflejo. El cuerpo mental conllevaría las propiedades del aire: fresco, seco, cortante o refrescante e inspirador.
El fuego pertenece al conocimiento interior o espíritu y enciende todo aquello hacia lo que se dirige. Es la chispa de la vida superior dentro de los cuerpos.
Estos tres cuerpos y sus propiedades son parte de la experiencia del planeta. Todo el mundo los tiene aunque en distintos grados y realidades. Es como si la Tierra, esa gran entidad, haya confiado una parte de sí en cada uno de nuestros cuerpos. El cuidado que les demos se reflejará en ella.
Aquí es donde entraría el concepto de calificación que se mencionó brevemente. El sentimiento amplifica la energía. Como inteligencia que somos tenemos la capacidad de captar algo que nos parece hermoso, se convierte en hermoso; cuando algo nos parece feo y nos da miedo sucede lo mismo. Aquello que contemplamos crea un sentimiento en nosotros, sea a través de una repetición del pasado, una novedad del presente o una intención constructiva, un acto de la voluntad.
Nosotros "calificamos" todo lo que miramos. A través de nuestros sentimientos calificamos constantemente todo lo que vemos en nuestro ambiente. Cuántas más personas vean una cosa de una cierta manera, ella se convertirá en lo que esas personas quieren que sea. Por ejemplo, si suficientes personas ven el sexo como algo dañinos, éste se manifestará como dañino. Si suficientes personas ven a la muerte como algo que produce miedo, la muerte será temida. Lo que sentimos magnifica lo que es y a mayor sentimiento más grande su amplificación. Existen muchos conceptos compartidos a este respecto y éstos incluyen los procesos de envejecimiento y decadencia. Nuestro promedio de vida es tan corto, en comparación con los antiguos, no sólo por la contaminación o la fatiga sino por la opinión colectiva de que nos deterioramos con la edad.
Las idiosincrasias culturales se forman dentro de una comunidad cuando un número grande de personas piensa y siente de igual manera. Si toda la población terrestre sintiese de igual manera, tendríamos una creencia profundamente arraigada.
Este sentimiento masivo crea corrientes y vórtices emocionales de energía que actúan con tremendo impacto sobre el individuo, atacando sus propias energías mediante la superstición, la sugestión y el control hipnótico.
La energía del Cuerpo Emocional en estado puro y sin contaminación, se ve y se siente como una burbuja chispeante de finísimos colores, muy parecida a una pompa de jabón. Cuando ésta energía es calificada (modificada, intensificada o congelada) por el individuo, toma distinta densidad y coloración. Su color se profundiza y enturbia porque los colores no están actuando a través del espíritu como en su etapa de pureza. Reflejará el egoísmo y terquedad de la voluntad del individuo. Se formarán vórtices mediante la agitación de las corrientes de energía inherentes al Cuerpo Emocional. Cada vez que una persona repite el mismo sentimiento profundiza esa estructura creando un vórtice más poderoso. Éste actúa como un remolino atrayendo magnéticamente hacia sí energías similares, dándoles color e irradiando sus propiedades, afectando todo lo que le rodea. El sentimiento se convierte en emoción, nos absorbe y nos sentimos desamparados. Antes que nos demos cuenta estaremos proyectando rabia, miedo o tristeza. Perdemos el control sobre nosotros mismos. Desde una estimulación habitual e inconsciente, el vórtice estimula, agita, seduce o sume en sentimientos negativos como la irritación, insatisfacción, frustración, lujuria, avaricia, orgullo y dominación.
Cuando el vórtice creado por el individuo no concuerda con aquellos de su localidad o de su época, se siente desfasado. Cuando corresponde a sus entornos, se intensificará aún más.
Como se dijo anteriormente, los cuerpos emocional, mental y físico son creados de una impresión etérica, el cuarto cuerpo. Estas impresiones etéricas contienen el llamado "registro akáshico" de todas las acciones, sentimientos y tendencias seguidas en encarnaciones anteriores, incluyendo los vórtices emocionales.
Cuando encarnamos tenemos que trabajar con la historia de todas nuestras actividades pasadas: gustos y disgustos, miedos, dudas, orgullos y limitaciones.
Estos registros no cambian amenos que uno mismo (único poseedor de la llave, puesto que son parte de sí), decida cambiarlos mediante una recalificación consciente y reflexiva. Si no se detienen, esos impulsos o compulsiones continuarán intensificando características similares en la vida presente y se unirán y aumentarán con la profusión de impulsos generados por la época, la cultura, el plan de vida individual y las semillas de comportamientos anteriores.
Uno podrá darse cuenta cuán importante resulta trabajar con sus emociones, comprenderlas, enfrentarlas y conquistarlas para liberar el poder del sentimiento y aumentar la creación. Es imprescindible que se desembarace de la influencia de energías masivas y de sus hábitos inconscientes que lo restrinjan y empujan hacia patrones no auténticos de comportamiento que alimentan deseos pasados y que no tienen nada que ver con las metas trazadas para esta vida. En el pasado hemos intentado dominar nuestra emotividad refugiándonos de alguna manera: en el Este a través de la meditación y las ciencias esotéricas; en el Oeste, mediante la filosofía y el pensamiento introspectivo o psicología.
La causa de nuestras enfermedades actuales estriba en la falta de comprensión de los mecanismos del cuerpo emocional. Podría decirse que este cuerpo posee una mente propia, con hábitos, impulsos, deseos sin control o no expresados, anhelos y aspiraciones que van desde los más burdos a los más sublimes. En algunas escuelas sicológicas de pensamientos estos impulsos han sido llamados el ego, el id, el de cuatro año, el niño, el libido, etc., en el Este se le denomina simplemente el ego, aquello que nos separa de la Fuente,
Cada vez se hace más obvio que la forma de zafarse y dominar las emociones no es a través de la filosofía o la mente, sino mediante una frecuencia mucho más elevada, la del espíritu. Este es el poder de la transmutación al que se refieren los alquimistas, reconociendo el oculto poder de los sentimientos en la creación de universos tanto personales como cósmicos.
Pero antes de hablar sobre la creación de universos debemos comprender nuestro universo personal, especialmente la interrelación entre el cuerpo, la mente y los sentimientos. Se ha dicho que el sentimiento es una función del corazón y que su poder proviene de los cielos. Como recordarán, el corazón es "La Morad del Más Alto Dios Viviente": El Dios YO SOY. Es el eslabón directo con nuestro Dios Interior individual, fuente de toda nuestra Vida y nuestra Luz. Este Dios Interior habla por los movimientos del corazón y las enseñanzas de la Biblia y de otras antiguas escrituras concuerdan en la necesidad de "volver a nacer" a los atributos del corazón: inocencia, pureza, humildad y hermandad.
Esta voz del corazón es "La Voluntad de Dios" o voluntad divina. EL SENTIMIENTO ES PUES UNA FUNCIÓN DE LA VOLUNTAD. Cuando escuchamos al corazón entramos en contacto con la Divinidad, cuando sólo escuchamos nuestras mentes operamos mediante el abuso de nuestra voluntad o por voluntad personal. Quizás a eso se refería el Maestro Jesús cuando dijo: "Padre, hágase Tú Voluntad y no la mía". Y he aquí una llave secreta al arte de la transmutación: el poder del sentimiento a través de un corazón puro que exprese la Voluntad de la Divinidad.
Podríamos preguntarnos para qué sirven los sentimientos: La respuesta es: para general la Voluntad de Dios; crear por el poder del espíritu, transformar los remolinos de sentimiento en herramientas de transmutación. ¿Y cómo podríamos lograrlo? A través del conocimiento de quienes y qué somos. Lo hacemos, escogiendo identificarnos con nuestra herencia divina, nuestra unión con Todo lo que ES, en lugar de hacerlo con las leyes físicas de la materia y la temporalidad. Nuestra decisión, afirmación y derecho como Seres de Luz nos trae la dominación, maestría e integración con la Divinidad.
Recomendamos prácticas específicas para este proceso de transmutación. Todos empiezan sellando al ser a energías nefastas imaginándonos un cilindro de luz.
Dentro de este cilindro invitamos al fuego del espíritu a través de la actividad del séptimo rayo de transmutación: la llama violeta. Luego, determinamos ejercer nuestra voluntad divina; identificarnos con la Luz y hacer que cada acción nuestra sea un acto consciente al servicio de esa Luz.
Después necesitamos enfrentarnos a nuestras malformaciones de vidas pasadas y ver aquello que hemos evitado mirar. Algunos tendremos más trabajo que realizar que otros. Para todos, el primer paso consiste en dominar los vórtices de energía dentro del cuerpo emocional, manteniendo el control de nuestras emociones. Como dijo San Francisco de Asís: "que no busque tanto ser consolado como consolar, ser comprendido como comprender, ser amado como amar. Porque dando se recibe, perdonando se es perdonado y muriendo renacemos a la vida eterna". Sí, la espiritualidad y la ciencia son una, el amor y el conocimiento son uno, y la materia y el espíritu son nada más que las dos caras de Un solo Dios. En cada momento de vida consciente volvemos a nacer.
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LEY DEL UNO - SEGUNDA PARTE
Existe un solo poder, una sola inteligencia y una sola sustancia: Dios. El estudio del comportamiento (psicología) contiene la dinámica energética superior de la materia y del espíritu: la interacción de los componentes de la personalidad con fuerzas ambientales síquicas y factores cósmicos y espirituales. La psicología y la religión vuelven a reunirse en la alquimia interior emulando los antiguos tiempos védicos, o como posteriormente veremos, en los brillantes tratados filosóficos del Raja Yoga desarrollados por Patanjali y en las Escrituras del Buda. Esta unión se logra porque la materia (física, emocional y mental o síquica) y el espíritu (esencia, ser interior o luz cósmica) son uno.
El propósito fundamental de este estudio es transmutar la materia en Luz. Esto incluye la materia celular trastornando todas las teorías sobre la muerte y la decadencia. Existen precedentes históricos de esta forma de transmutación alquimista a través de la muerte: Buda, Quan Yin, Jesús de Nazareth, María y muchos otros, incluyendo al célebre alquimista Conde de Saint Germain, de quién se sabe que está trabajando en su inmortal cuerpo de luz en esta dimensión física. (Como en el principio de los tiempos, cuando se les llama dioses, los maestros ascendeos y seres de luz de otras dimensiones que están dentro de la Ley del Uno continúan moviéndose con los hombres y a través de ellos. Sólo el alquimista o estudiante de la Luz tiene el "corazón de ver").
La alquimia toma de todas las disciplinas porque inicialmente todas las disciplinas derivaron de ella. Aunque la alquimia se debe vivenciar, es principio y fin de toda práctica espiritual y de toda manifestación física. El hombre es en realidad un rayo de luz proyectado en la materia. Surge de los reinos de luz y a ellos retorna después de incontables encarnaciones. El primer paso para obtener la totalidad que nos llevará a la perfección de Vida a través de la Ascensión es establecer el circuito entre materia y espíritu.
Convirtiéndonos en Luz: La Ascensión
Lo que se ha querido decir es que el propósito de la vida es expandir y elevar la sustancia a su más alta frecuencia vibratoria: la de la luz. Esto significa que nuestro cuerpo humano compuesto por los cuerpos físico, mental y emociona es recalibrado y sutilmente afinado. En este proceso perdemos nuestra identificación con la tierra y lo denso. Ya no estamos sujetos a aquellas leyes de la materia como la gravedad y la decadencia. El vehículo de la personalidad adquiere todos los poderes y facultades de la luz volviéndose joven, saludable y hermoso. Sicológicamente hablando, experimentamos agilidad, alegría, nos liberamos de ataduras, ya que sólo la materia (aún las sustancias emocional y mental) se adhiere a sí misma ganando peso y densidad. Espiritualmente hablando este proceso trae consigo la iluminación: la iluminación: la liberación del Karma o ley de causa y efecto (que al igual que el fenómeno anterior se relaciona con la materia de los cuerpos emocional y mental buscando adherencia y continuidad).
El alquimista más grande que conoce la historia fue Jesús de Nazareth cuya propia vida fue una enseñanza y cuya "danza" específica fue mostrarnos cómo obtener la maestría sobre todas las energías inferiores. Sus enseñanzas aún no han sido reconocidas como ciencia interior y el arte de la transmutación. El Maestro Jesús en su propia Ascensión nos enseñó a transmutar la sustancia del cuerpo físico en luz.
Aunque este propósito fundamental de vida ha sido representado físicamente en Oriente por el Buda y en Occidente por Jesús, existen muchos otros que han manifestado esta perfección. Quan Yin en China; Lao Tsé en Japón; Moisés en Israel; María la madre de Jesús, Teresa de Ávila son sólo algunos ejemplos.
Estos hombres y mujeres adquirieron tan nivel de pureza e identificación con la Divinidad que pudieron adquirir la maestría sobre los mecanismos de los cuerpos físico, mental y emocional, provocando milagros con su simple cercanía. El grado vibratorio de sus cuerpos era tan acelerado que curaban "bendecían" todo lo que entraba en contacto con ellos. Estos seres (y mucho más, joyas silenciosas de la humanidad) que han ascendido pueden ser vistos y sentidos por un gran número de personas, trabajando entre la gente, desmaterializándose y volviéndose a materializar sin ser reconocidos. Se les venera como figuras religiosas y gente notable. Se disfrazan de transeúntes, de maestros momentáneos o de una inteligencia extraterrestre trayendo consigo siempre la paz y la luz.
Un Maestro Ascendido ha dominado toda las leyes físicas y ha adquirido un completo control sobre la actividad vibratoria de cada uno de los cuerpos inferiores. Al no conocer la muerte, puede alinear sus vibraciones con aquellas de su Ser de Luz. En el momento de su ascensión - y no muerte - logra transmutar la sustancia de su cuerpo en un vehículo inmortal que puede parecerse a una figura humana.
La Ascensión completa el ciclo de encarnaciones. Y como todo lo que le hacemos a nuestro cuerpo se lo hacemos al cuerpo de nuestro planeta (compuesto de la misma sustancia y formato) la Ascensión se convierte en expansión de Vida cuando con gran ímpetu la energía liberada retorna a la fuente. Hoy en día, aún los científicos afirman que el universo se está expandiendo. El brillante trabajo realizado por físicos iluminados con Itzhak Bentow demuestra este conocimiento expandiéndose dentro de la materia. La meta de la Alquimia Divina o Alquimia Interior es liberar la materia y crear un cuerpo de luz inmortal: la ascensión y una forma de vida ascendida. Muy pocos alquimistas lo han logrado y ninguno lo hubiese hecho sin tener elementos espirituales en sus vidas.
Hacia el Conocimiento del Espacio
Así como los individuos logran elevar y aumentar los grados vibratorios de vida en este planeta transmutando la sustancia física, así también se eleva el conocimiento de la mente, que es en parte materia. Este proceso de evolución ha dado un significativo salto hacia otra dimensión, hacia lo que se llama conocimiento espacial o Crístico. El trabajo de este estudio es reactivar los circuidos entre la forma y lo informe, permitiendo que tenga lugar la creación consciente.
La Alquimia Interior es un vehículo natural para el conocimiento Crístico ya que forma un puente entre los reinos vibratorios superiores y la materia inferior elevando así su nivel vibratorios: "Como es Arriba es Abajo".
El conocimiento del espacio requiere un cambio en la acción de transformar la solidez en luz, la densidad en espacio. En lugar de identificarnos con nuestro lado físico, lo hacemos con nuestro Dios Interior, con aquella parte de nuestro ser que es Sustancia Inteligente de Luz Cósmica. Este es el único conocimiento que logrará despertar nuestros inherentes aunque olvidados poderes, nuestra hermandad con la Vida en este planeta y la Vida en todos los rincones del universo de luz sensible y expansiva. La Alquimia Interior es la religiosidad del futuro, el método que nos guiará al conocimiento interior del espacio: Espacio Interior - Espacio Exterior. Veremos cómo la conquista del Espacio Interior abrirá puertas dimensiónales hacia el Espacio Exterior, incluyendo las más lejanas distancias de nuestro universo físico.
ENTRENEN LA CONCIENCIA PARA CONTEMPLAR SÓLO EL BIEN
Los hombres y mujeres sin el despertar están atados al plano tridimensional, debido a que ellos no saben del Poder Creativo que les ha sido conferido individualmente, y el cual regula sus experiencias de vida.
Por lo tanto, ellos usan su conciencia para SOSTENER su estado antes que para MEJORARLO. Esta conciencia refleja su familia, su medio ambiente, su raza, y luego a través del poder creativo dentro de sí misma, reproyecta eso que entretuvieron dentro de ella.
Las almas fuertes, de tiempo en tiempo, han escapado con gran esfuerzo, del patrón de su pueblo a través de la ayuda de un Ser Ascendido. Quién colocó sobre su conciencia una impresión fuerte para que ellos fueran lo suficientemente receptivos como para comprender. Sin embargo, tales personas llegar a ser las excepciones de la regla.
Con los estudiantes sin embargo, una vez que llegan a estar conscientes de que lo que entretienen en la conciencia se convierte en una realidad para ellos, debería ocurrir una transformación completa de la naturaleza interna en donde esta conciencia no aceptará más los resortes de los sentidos que conducen a una expresión limitada e imperfecta de la mente, cuerpo y asuntos.
Tales chelas deben tomar su conciencia firmemente en las manos y expulsar su costumbre de aceptación, sacudiéndola libremente como sacudirían el polvo espeso de la ventana. Este proceso tendrá que ser repetido una y otra vez debido a que la conciencia se acomoda de nuevo dentro de su enchufe, mediante el hábito y por su propio peso.
Cuando ustedes DETERMINEN desconectar esa conciencia de la mente de la masa, inmediatamente atraerán la atención de uno o más Miembros de la Hueste Ascendida. Ellos comienzan a hacer vibrar su Luz dentro de sus conciencias que absorbe y acaricia más del Plan Divino en pensamientos y sentimientos. Esto hace que la suma total de la conciencia sea más ligera y manejable.
Luego, a medida que ustedes conscientemente la ENTRENEN para contemplar el BIEN y rechazar repetidamente el permitir que los tentáculos se re conecten con la limitación, la encontrarán que llega a ser mucho más fácil de sincronizarse con la Edad Dorada SIEMPRE PRESENTE hasta que no haya un deseo instintivo de la conciencia para que regrese corriendo a su estado anterior cada vez que ustedes no cumplan con su aplicación consciente, y luego ésta aprenderá a cabalgar por encima de lamente de la masa sobre las Alas de la Luz. Entonces el estado estacionario de su ser, como el de adepto, será de una percepción constante y de reconocimiento de la PERFECCIÓN.
Este proceso de desconexión con lo viejo, y el proceso de reorientación de la mente en lo nuevo, es el período más difícil pero es uno en el cual se recibe la más grande asistencia de los Maestros Ascendidos y ustedes pueden pedirles a Ellos que se encarguen de su conciencia y la envuelvan en sus Corazones Cósmicos.
Pueden insistir sobre la asistencia del Cristo Interno al respecto, y a medida, que su conciencia comience a responder solo para la expresión de la Perfección, tanto sus vehículos físicos como sus asuntos reflejarán sus pensamientos y sentimientos correctos.
sábado, 31 de octubre de 2009
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