Amarse a uno/a mismo/a es la clave para ser feliz. Sin embargo, en lugar
de mirar en nuestro interior y enamorarnos de nosotros/as mismos/as delegamos
esa responsabilidad en los demás, creando en ocasiones relaciones tóxicas y
vínculos de dependencia.
CUANDO
ESTO OCURRE, CUANDO DAMOS A NUESTRA PAREJA EL CONTROL DE NUESTRA FELICIDAD,
ENTONCES NOS ESTAMOS PERDIENDO A NOSOTROS/AS MISMOS/AS.
Suele ser algo inconsciente. La mayor parte de las veces no nos damos
cuenta. Sólo buscamos el amor y pensamos que es mediante otra persona que sólo
podemos obtenerlo y la realidad es que no es así.
La fuente del amor nace en nuestro interior y
emana al exterior. No somos mitades que necesitamos completarnos, sino personas
enteras repletas de amor. Es nuestro amor el que nos cura y nos sana, el que
nos da la libertad, el que nos llena y nos da la paz y la felicidad que tanto
ansiamos. Depositar tal responsabilidad en la otra persona, es una pesada
carga.
¿Te han sido infiel, te han traicionado, te han
herido? Y entonces, sufrimos porque la otra persona tiene un/a amante, nos deja
por otra persona, o no nos ama como nosotros/as necesitamos sentir.
¿Dónde busco el amor?
La constante búsqueda del amor, de sentirnos
amados/as, nos hace buscar a veces en lugares inadecuados. Si lo buscamos en el
exterior sin antes buscarlo en nuestro interior caeremos en una trampa muy
común: el autoengaño.
No hay peor traición que traicionarnos a
nosotros/as mismos/as y además no darnos cuenta de ello. Nos invade una
profunda tristeza, no sabemos qué nos pasa, nos sentimos en un vacío
existencial que no se llena con nada ni con nadie, luego viene la rabia.
La rabia es como una olla exprés. Una emoción
explosiva que esconde a la tristeza en su interior y sale a presión en el
momento menos oportuno; una potente energía que cuando no está canalizada en
lugar de crear, nos destruye.
Y estas emociones nos enferman, no sólo nuestro
estado de ánimo, sino nuestro cuerpo físico y nuestra alma. Nos hacen navegar a
la deriva de nuestro propósito de vida y nos descentran de nuestra verdadera
esencia.
Cada persona es responsable de sus emociones.
Aunque a veces nos desbordan, o bien no sabemos qué nos ocurre realmente y cómo
gestionarlas. Hay muchos profesionales que te pueden acompañar en este proceso
de salir del sufrimiento y tomar las riendas de tu propia vida. Lo importante
es darse cuenta. Pedir ayuda es de valientes. ¡Qué no os digan lo
contrario!
HAY QUE TENER VALOR PARA DAR EL PASO DE VIVIR LA VIDA EN
PLENITUD Y VOLUNTAD PARA CONSEGUIRLO AUNQUE EN EL CAMINO NOS ENCONTREMOS CON
ALGÚN QUE OTRO OBSTÁCULO.
Cuando dejas de engañarte, de traicionarte, de
creer que la otra persona es quién te da, y en lugar de eso, empiezas a darte,
a amarte, a aceptarte tal y como eres con tus virtudes y tus puntos de mejora,
te completas.
Y no necesitas buscar fuera lo que ya habita
dentro de ti. Es una gran satisfacción sentir esa plenitud. Te llenas de un
amor incondicional y para toda la vida. Tu propio amor. Sólo depende de ti.
Nadie más que tú lo nutre y lo cuida. A esto se le llama autoestima.
La vida nos trae grandes maestros de aprendizaje
que nos enseñan lo que queremos y lo que no. Yo tomo las decisiones de mi vida.
El amor está dentro de mí, al igual que la paz y la felicidad. Y sólo como
personas completas, sólo sintiéndonos en plenitud, podremos encontrar un amor
completo (amistad, pasión y compromiso) con otra persona completa desde la libertad
y el más profundo respeto.
Así eligiendo libremente, compartir camino de
vida y proyectos en común se forman las relaciones sanas e interdependientes.
Escrito por: Sandra Sacristán
https://triskelate.com
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