XII
Dios en ti
Eres la fuerza que juega con tu mente y utiliza tu cuerpo
como si fuese su juguete favorito para jugar y divertirse. Esa es la razón por
la que estás aquí: para jugar y divertirte. Nacemos con el derecho a ser
felices, con el derecho a disfrutar de la vida. No estamos aquí para sufrir.
Quien quiera sufrir goza de libertad para hacerlo, pero no hay razón para
sufrir. Entonces, ¿por qué sufrimos? Pues porque el mundo entero sufre y
pensamos que el sufrimiento es algo normal, y para corroborarlo, creamos un
sistema de creencias que apoye esa «verdad». Nuestras religiones nos dicen que
hemos venido aquí a sufrir, que la vida es un valle de lágrimas. Sufre hoy, sé
paciente, y cuando te mueras, tendrás tu recompensa. Suena bien, pero no es
verdad.
Escogemos sufrir porque hemos aprendido a sufrir. Y si
continuamos haciendo las mismas elecciones, continuaremos sufriendo. El Sueño
del Planeta lleva consigo el sueño de la humanidad, la evolución de los seres
humanos, y el sufrimiento es el resultado de esa evolución. Los seres humanos
sufrimos porque sabemos, sabemos en qué consisten todas esas creencias,
conocemos todas esas mentiras, y como somos incapaces de satisfacer tanta
mentira, sufrimos. No es verdad que tras la muerte se viva en el cielo o en el
infierno. Se vive en el infierno o en el cielo, ahora.
El cielo y el infierno
sólo existen a un nivel mental. Si sufrimos ahora, cuando muramos seguiremos
sufriendo, porque la mente no se muere con el cerebro. El sueño continúa, y
cuando nuestro sueño tiene lugar en el infierno, nuestro cerebro muere y
seguimos soñando en el mismo infierno. La única diferencia entre estar muerto y
estar dormido es que, cuando dormimos, nos despertamos porque tenemos un
cerebro. Cuando morimos, no podemos despertar porque el cerebro ha dejado de
funcionar, pero el sueño está ahí. El cielo o el infierno están aquí y ahora.
No necesitas esperar a morirte.
Cuando te responsabilizas de tu vida y de tus
actos, tienes el futuro en tus manos, y entonces, puedes vivir en el cielo
mientras el cuerpo aún está vivo. El sueño que la mayoría de los seres humanos
crean en este planeta es, obviamente, el del infierno. Esto no es correcto ni
incorrecto, ni bueno ni malo, y no hay nadie a quien echarle las culpas.
¿Podemos culpar a nuestros padres? No. Cuando eras pequeño y te programaron lo
hicieron lo mejor que pudieron.
Si tienes hijos, seguro que tampoco sabes qué
otra cosa hacer. Que cobres conciencia no significa que tengas que culpar a
nadie más o que tengas que cargar con las culpas por lo que hiciste. ¿Cómo
podemos culparnos por tener una enfermedad mental que es muy contagiosa? Sabes,
todo lo que existe es perfecto. Eres perfecto tal y como eres. Esa es la
verdad. Eres un maestro. Aunque seas un maestro del enfado y de los celos, tu
enfado y tus celos son perfectos. Aunque tengas un gran conflicto en tu vida,
es perfecto, es hermoso.
Es posible ver una película como Lo que el viento se
llevó y llorar por toda esa desdicha. ¿Quién dice que el infierno no es
hermoso? El infierno puede ser una fuente de inspiración. Incluso el infierno
es perfecto, porque sólo existe la perfección. Incluso aunque sueñes el
infierno en tu vida, eres perfecto siendo sencillamente como eres. Nuestra
creencia de que no somos perfectos se debe al conocimiento.
El conocimiento no
es más que una descripción del sueño. El sueño no es real, de modo que el
conocimiento tampoco lo es. Provenga de donde provenga, sólo es real desde una
determinada percepción, y una vez que la cambias, deja de serlo. Con este
conocimiento nunca llegaremos a descubrir quienes somos. Finalmente, eso es lo
que buscamos: encontrarnos a nosotros mismos, ser nosotros mismos y vivir
nuestra propia vida en lugar de vivir la del Parásito: la vida para la que
fuimos programados. No es el conocimiento el que nos conducirá hasta nosotros
mismos, sino la sabiduría. Tenemos que distinguir entre conocimiento y
sabiduría, porque no son la misma cosa. El conocimiento lo utilizamos sobre todo para
comunicarnos con los demás y ponernos de acuerdo en lo que percibimos.
El
conocimiento es la única herramienta que los seres humanos tenemos para
comunicarnos, ya que difícilmente nos comunicamos de corazón a corazón. Por lo
tanto, lo importante es la manera que tenemos de utilizar ese conocimiento, ya
que puede hacer que nos convirtamos en su esclavo y dejemos de ser libres. La
sabiduría no tiene nada que ver con el conocimiento; tiene que ver con la
libertad. Cuando eres sabio, eres libre de utilizar tu propia mente y de
dirigir tu propia vida. Una mente sana está libre del Parásito; goza de la
misma libertad que tenía antes de la domesticación. Cuando sanas tu mente,
cuando te liberas del sueño, ya no eres inocente, sino sabio. En muchos
aspectos vuelves a ser de nuevo como un niño, salvo por un detalle que cambia
mucho las cosas: un niño es inocente y por eso puede hundirse en el sufrimiento
y la infelicidad. Quien trasciende el sueño es sabio; esa es la razón por la
que no vuelve a hundirse más: porque ahora sabe y cuenta con el conocimiento
del sueño.
No es necesario acumular conocimiento para convertirse en sabio;
cualquier persona puede conseguirlo. Cualquiera. Cuando te haces sabio, la vida
se convierte en algo fácil, porque te transformas en quien realmente eres. Es
difícil intentar convertirse en lo que uno no es, intentar convencerse a uno
mismo y a todos los demás de que se es lo que no se es. Cuando intentas ser lo
que no eres desperdicias todas tus energías. Ser quien eres no requiere el
menor esfuerzo. Al convertirte en sabio, no necesitas utilizar todas esas
imágenes que creaste; no necesitas fingir que eres diferente de lo que
realmente eres.
Te aceptas a ti mismo tal cual. y esa aceptación completa se
convierte en la aceptación completa de todos los demás. Ya no intentas cambiar
a otras personas o imponer tu punto de vista. Respetas las creencias de los
demás. Aceptas tu cuerpo y tu propia humanidad con todos tus instintos. No hay
nada malo en ser un animal. Somos animales y los animales siempre siguen su
instinto. Somos seres humanos y, debido, a nuestra gran inteligencia, aprendemos
a reprimir nuestros instintos; no escuchamos lo que proviene del corazón. Esa
es la razón por la que actuamos en contra de nuestro propio cuerpo, intentando
reprimir sus necesidades o negando su existencia. Esto no es sabiduría. Cuando
te conviertes en sabio, respetas tu cuerpo, respetas tu mente, respetas tu
alma. Cuando te conviertes en sabio, controlas tu vida con el corazón, no con
la cabeza. Dejas de sabotearte a ti mismo, de sabotear tu felicidad o tu amor.
Dejas de cargar con toda esa culpa y esos reproches; dejas de juzgarte y de
juzgar a los demás. A partir de ese momento, todas las creencias que te hacen
infeliz, que te empujan a pelearte con la vida y que la convierten en algo
difícil, simplemente desaparecen. Renuncia a todas esas ideas sobre ser lo que
no eres y conviértete en lo que realmente eres. Cuando te entregas a tu
naturaleza, a lo que realmente eres, entonces, dejas de sufrir. Cuando te
entregas a tu verdadero yo, te entregas a la Vida, te entregas a Dios. Y una
vez que te entregas, ya no hay forcejeo, ya no hay resistencia, ya no hay
sufrimiento.
Cuando eres sabio, siempre optas por la opción fácil, que es
ser tú mismo, seas lo que seas. El sufrimiento no es otra cosa que la
resistencia a Dios. Cuanto más te resistes, más sufres. Así de sencillo.
Imagínate que, de la noche a la mañana, te despiertas del sueño y estás
completamente sano. Ya no tienes heridas, ya no tienes veneno emocional.
Imagínate la libertad que experimentarás. Dondequiera que vayas todo te hará
feliz por el mero hecho de estar vivo. ¿Por qué?
Pues porque un ser humano sano
no tiene miedo de expresar el amor. No tienes miedo de estar vivo y tampoco de
amar. Imagínate cómo vivirías tu vida, cómo te relacionarías con la gente que
te rodea si no tuvieses esas heridas y ese veneno en tu cuerpo emocional. En
las escuelas místicas de todo el mundo, a este proceso lo denominan el
despertar. Es como si un día te despertaras y ya no tuvieses heridas
emocionales. Pues bien, cuando ya no tienes esas heridas en el cuerpo emocional,
las limitaciones desaparecen y empiezas a ver todas las cosas tal como son y no
según tu sistema de creencias. Desde el momento en que abres los ojos sin esas
heridas, te conviertes en un escéptico: no aumentas tu importancia personal
diciéndole a todo el mundo lo inteligente que eres o burlándote de otras
personas que creen en todas esas mentiras. No, en el momento en que te
despiertas, te conviertes en un escéptico porque ves claramente que el sueño no
es verdad. Abres los ojos, estás despierto y todo te resulta obvio.
Cuando te
despiertas, cruzas una línea que no tiene retorno y nunca más vuelves a ver el
mundo de la misma manera. Todavía estás soñando -no se puede evitar el sueño
porque soñar es una función de la mente-, pero la diferencia estriba en que
sabes que se trata de un sueño. Y una vez que lo sabes, puedes disfrutarlo o
sufrirlo. Eso depende de ti. El despertar es como hallarse en medio de una
fiesta en la que hay miles de personas y todas están borrachas excepto tú. Eres
el único que se mantiene sobrio. Pues bien, eso es el despertar, ya que la
mayoría de los seres humanos ven el mundo a través de sus heridas emocionales,
a través de su veneno emocional. No son conscientes de que están viviendo en el
sueño del infierno. No son conscientes de que están viviendo en un sueño, del
mismo modo que los peces que nadan en el agua no son conscientes de que viven
en el agua.
Cuando despiertes y descubras que eres la única persona sobria en
una fiesta en la que todos los demás están embriagados, siente compasión por
ellos porque, antes, tú estabas en sus mismas circunstancias. No juzgues, ni
tan siquiera a la gente que está en el infierno, porque también estuviste en
él. Al despertar, tu corazón se transforma en una expresión del Espíritu, del
Amor, en una expresión de la Vida. El despertar tiene lugar cuando cobras
conciencia de que tú eres Vida. Y cuando cobras conciencia de que eres la
fuerza que denominamos Vida, todo es posible.
Los milagros se suceden sin
cesar, porque es el corazón el que obra esos milagros. El corazón está en comunión directa con el
alma humana, y aun cuando la cabeza oponga resistencia, cuando el corazón
habla, algo cambia en tu interior; tu corazón se abre a otro corazón, y te es
posible experimentar el verdadero amor.
Existe una vieja historia de India que
nos habla de la soledad de Dios: Brahma. No existía nada más que Brahma, y por
esa razón estaba muy aburrido. Brahma decidió jugar a un juego, pero no tenía a
nadie con quien jugar. De modo que creó a una hermosa diosa, Maya, con el único
propósito de divertirse. Una vez que Maya existió y Brahma le explicó el
propósito de su existencia, ella le dijo: «De acuerdo, juguemos al juego más
maravilloso, pero tú harás lo que yo te diga». Brahma aceptó y, siguiendo las
instrucciones de Maya, creó todo el universo. Creó el Sol y las estrellas, la
Luna y los planetas. Después, la vida en la Tierra: los animales, los océanos,
la atmósfera, todo. Entonces Maya le dijo: «Qué bello es este mundo de ilusión
que has creado. Ahora quiero que crees un tipo de animal que sea tan
inteligente y goce de tal conciencia que esté capacitado para apreciar tu
creación». Finalmente, Brahma creó a los seres humanos, y una vez que acabó con
la creación, le preguntó a Maya cuándo iba a empezar el juego. «Lo empezaremos
de inmediato», dijo ella. Cogió a Brahma y lo cortó en miles de pedacitos
diminutos. Puso un trocito en el interior de cada ser humano y dijo: «¡Ahora
empieza el juego! ¡Voy a hacer que olvides quién eres y tendrás que encontrarte
a ti mismo!». Maya creó el sueño y, hoy, Brahma todavía está intentando
recordar quién es. Brahma está ahí, en tu interior, y Maya te impide que
recuerdes quién eres. Cuando te despiertas del sueño, te conviertes de nuevo en
Brahma y reclamas tu divinidad. Ahora, si el Brahma que está en tu interior te
dice: «De acuerdo.
Estoy despierto, ¿qué ocurre con el resto de mí?», como
conoces el juego de Maya, comparte la verdad con otras personas para que
despierten también. Uno se divierte más cuando hay dos personas sobrias en la
fiesta. Y si son tres, mejor que mejor. Empieza por ti. Después, empezarán a
cambiar más y más personas, hasta que todo el sueño, toda la gente que está en
la fiesta, esté sobria. Las enseñanzas que nos llegan de India, de los
toltecas, de los cristianos, de los griegos -de distintas sociedades de todo el
mundo- provienen de la misma verdad. Todas nos hablan de reclamar la propia
divinidad y encontrar a Dios en nuestro interior. Hablan de abrir el corazón
por completo y convertirse en un sabio. ¿Eres capaz de imaginarte cómo sería el
mundo si todos los seres humanos abriesen su corazón y descubriesen el amor en
su interior? Podemos hacerlo.
Cada uno puede hacerlo a su manera. No se trata
de seguir una idea impuesta; se trata de encontrarte a ti mismo y de expresarte
a tu manera. Esa es la razón por la cual tu vida es un arte. Tolteca significa
«artista del espíritu». Los toltecas son los que pueden expresarse con el
corazón, los que aman incondicionalmente.
Estás vivo por el poder de Dios, que
es el poder de la Vida. Eres la fuerza que es la Vida, pero como sabes pensar
al nivel de la mente, te olvidas de quién eres en realidad. Y cuando esto
sucede, resulta fácil ver a otra persona y decir: «Oh, ahí está Dios. Dios se responsabilizará de todo; Dios me salvará». No. Dios sólo
ha venido a decirte -a decirle al Dios que se encuentra en tu interior- que
seas consciente, que elijas, que tengas valor para avanzar a través de todos
tus miedos y cambiarlos a fin de no temer más al amor.
El miedo al amor es uno de
los mayores miedos que padecen los seres humanos. ¿Por qué? Pues porque, en el
Sueño del Planeta, un corazón roto significa «Pobre de mí». Tal vez te
preguntes: «Si realmente somos la Vida o Dios, ¿por qué no lo sabemos?». Pues
porque estamos programados para no saberlo. Nos enseñan: «Eres un ser humano;
estas son tus limitaciones». Entonces, nuestros propios miedos limitan nuestras
posibilidades. Eres lo que crees que eres. Los seres humanos son magos
poderosos. Cuando te crees que eres lo que eres, eso es lo que eres. Y puedes
hacerlo porque eres Vida, Dios, Intento.
Tienes el poder de convertirte en lo
que eres ahora mismo. Pero no es la mente racional la que controla tu poder,
sino lo que tú crees. Como ves, todo son creencias. Lo que creemos es lo que dirige
nuestra existencia, lo que dirige nuestra vida. Construimos un sistema de
creencias que es como una caja en cuyo interior nos instalamos; no podemos
escapar porque creemos que no podemos hacerlo. Y esta es la situación en la que
nos encontramos. Los seres humanos crean sus propias restricciones, sus propias
limitaciones. Decidimos lo que es humanamente posible y lo que es imposible, y,
después, sólo porque así lo creemos, se convierte en nuestra verdad. Las
profecías de los toltecas han previsto el inicio de un nuevo mundo, de una
nueva humanidad donde los seres humanos se responsabilizan de sus propias
creencias, de sus propias vidas. Se acerca el momento en el que te convertirás
en tu propio gurú. No necesitas que otros te digan cuál es la voluntad de Dios.
Ahora Dios y tú estáis cara a cara, sin intermediario alguno. Buscabas a Dios y
lo has encontrado en tu interior. Dios ya no está fuera de ti. Cuando sabes que
el poder que es la Vida reside en tu interior, aceptas tu propia divinidad, y
aun así, eres humilde porque ves la misma divinidad en todas las personas. Ves
cuán fácil es comprender a Dios, porque todo es una manifestación de Él. El
cuerpo morirá, la mente también se disolverá, pero tú no. Eres inmortal;
existes durante billones de años en distintas manifestaciones, porque eres Vida
y la Vida no puede morir. Estás en los árboles, en las mariposas, en los peces,
en el aire, en la luna, en el sol. Dondequiera que vayas, estás ahí,
esperándote a ti mismo. Tu cuerpo es un templo, un templo vivo en el que reside
Dios. Tu mente es un templo vivo en el que reside Dios. Dios vive en tu
interior, Dios es la Vida. La prueba de que Dios reside en tu interior es que
estás vivo. Tu vida es la prueba. Por supuesto, en tu mente hay basura y veneno
emocional, pero Dios también está ahí. No tienes que hacer nada para alcanzar a
Dios, para alcanzar la iluminación, para alcanzar el despertar. No hay nadie
que pueda llevarte hasta Dios.
Quien diga que te llevará hasta él es un mentiroso, porque ya estás en él. Sólo
existe un ser vivo, y lo quieras o no, te resistas o no, sin hacer ningún
esfuerzo, ya estás con Dios. Por lo tanto, lo único que queda es disfrutar de
la vida, estar vivo, sanar el cuerpo emocional para crear una nueva vida que te
permita compartir abiertamente todo el amor que está en tu interior. El mundo
entero puede amarte, pero ese amor no te hará feliz. La felicidad proviene del
amor que emana de tu interior. Ese es el amor que realmente cuenta, no el amor
que los demás sienten por ti. Tu amor por los demás es tu mitad; la otra mitad
puede ser un árbol, un perro, una nube.
Tú eres una mitad; la otra mitad es lo
que percibes. La mitad que te corresponde es la del soñador, y, el sueño, es la
otra mitad. Siempre serás libre para amar. Si eliges comprometerte en una
relación y tu pareja juega al mismo juego, ¡qué regalo! Cuando la relación
abandone del todo el infierno, os amaréis tanto a vosotros mismos que no os
necesitaréis el uno al otro en absoluto. Os uniréis por propia voluntad y
crearéis belleza. Y esa creación mutua es el sueño del cielo. Ya eres un
maestro del miedo y del auto-rechazo. Ahora lo que tienes que hacer es
recuperar el amor hacia ti mismo, ya que con ese amor por ti mismo te volverás
tan fuerte y poderoso que transformarás tu sueño personal de miedo en un sueño
de amor, y sustituirás el sufrimiento por la felicidad. Entonces, como el sol,
emitirás luz y amor en todo momento, sin condiciones. Cuando amas
incondicionalmente, tú el ser humano y tú el Dios estás en sintonía con el Espíritu
de la Vida que se mueve a través de ti. La vida no es más que un sueño, y si
creas tu vida con amor, tu sueño se convierte en una obra de arte.
Oraciones
Haz el favor de tomarte unos instantes para cerrar los ojos,
abrir tu corazón y sentir todo el amor que emana de él. Quiero que te unas a mí
en una oración muy especial para experimentar la comunión con nuestro Creador.
Dirige tu atención a tus pulmones, olvidándote de todo lo demás. Cuando se
expandan, siente el placer de satisfacer la mayor necesidad del cuerpo humano:
respirar. Haz una inspiración profunda y siente el aire a medida que va
entrando en los pulmones. Siente que no es otra cosa que amor. Descubre la
conexión que existe entre el aire y los pulmones, una conexión de amor. Llénalos
de aire hasta que tu cuerpo sienta la necesidad de expulsarlo. Y entonces,
espira y siente de nuevo el placer, porque siempre que satisfacemos una
necesidad del cuerpo humano, sentimos placer. Respirar nos proporciona un gran
placer. Es lo único que necesitamos para sentirnos felices, para disfrutar de
la vida. Estar vivos es suficiente. Siente el placer de estar vivo, el placer
del sentimiento del amor...
ORACIÓN PARA LA CONCIENCIA
Hoy, Creador del Universo, te pedimos que abras nuestro
corazón y nuestros ojos para que podamos disfrutar de todas tus creaciones y
vivir en amor eterno contigo. Ayúdanos a verte en todas las cosas que
percibimos con los ojos, con los oídos, con el corazón, con todos nuestros
sentidos. Permítenos percibir con los ojos del amor a fin de descubrirte
dondequiera que vayamos y que te veamos en todas tus creaciones. Permítenos
verte en cada célula de nuestro cuerpo, en cada emoción de nuestra mente, en
cada sueño, en cada flor, en cada persona que conozcamos. No puedes esconderte
de nosotros porque estás en todas partes y somos uno contigo. Permítenos ser
conscientes de esta verdad. Permítenos ser conscientes de nuestro poder para
crear un sueño del cielo en el que todo es posible. Ayúdanos a utilizar nuestra
imaginación para que guíe el sueño de nuestra vida, la magia de nuestra
creación, a fin de vivir sin miedo, sin enfado, sin celos, sin envidia.
Ilumínanos para seguir, y permite que hoy sea el día en que finalice nuestra
búsqueda del amor y de la felicidad. Permite que hoy suceda algo extraordinario
que cambie nuestra vida para siempre: permite que todo lo que hagamos y digamos
sea una expresión de la belleza que reside en nuestro corazón, que se
fundamenta en el amor.
Ayúdanos a ser como tú eres, a amar como tú amas, a compartir
como tú compartes, a crear una obra maestra de belleza y amor, del mismo modo
que todas tus creaciones son obras maestras de belleza y de amor. Empezando
hoy, ayúdanos a aumentar a diario el poder de nuestro amor a fin de que seamos
capaces de crear una obra maestra de arte: nuestra propia vida. Hoy, Creador,
te damos las gracias y nuestro amor porque nos has dado la Vida. Amén.
ORACIÓN PARA EL AMOR POR UNO MISMO
Hoy, Creador del Universo, te pedimos que nos ayudes a
aceptarnos a nosotros mismos tal como somos, sin juzgarnos. Ayúdanos a aceptar
nuestra mente tal como es, con todas nuestras emociones, nuestras esperanzas y
nuestros sueños, nuestra personalidad, nuestra manera de ser única. Ayúdanos a
aceptar nuestro cuerpo tal como es, con toda su belleza y su perfección.
Permite que el amor hacia nosotros mismos sea tan fuerte que nunca más volvamos
a rechazarnos o a sabotear nuestra felicidad, nuestra libertad y nuestro amor.
De ahora en adelante, permite que cada acción, cada reacción, cada pensamiento
y cada emoción se fundamente en el amor. Ayúdanos, Creador, a aumentar el amor
hacia nosotros mismos hasta que todo el sueño de nuestra vida se transforme, y
el miedo y la desdicha sean sustituidos por el amor y el júbilo. Permite que el
poder del amor hacia nosotros mismos sea lo suficientemente fuerte para romper
todas las mentiras que nos hicieron creer; todas las mentiras que nos dicen que
no somos suficientemente buenos o suficientemente fuertes o suficientemente
inteligentes, y que no seremos capaces de conseguirlo.
Permite que el amor
hacia nosotros mismos sea tan fuerte que ya no necesitemos vivir nuestra vida
según las opiniones de otras personas. Permite que confiemos del todo en
nosotros mismos a fin de que hagamos las elecciones que debamos hacer. Con este
amor que sentimos por nosotros mismos ya no tenemos miedo de enfrentarnos a las
responsabilidades de nuestra vida o a los problemas, ni de resolverlos a medida
que surjan. Permite que el poder del amor hacia nosotros mismos nos ayude a realizar
todos nuestros deseos. Ayúdanos a empezar hoy mismo a amarnos tanto que nunca
creemos una circunstancia que vaya en contra nuestra. Podemos vivir la vida
siendo nosotros mismos y sin fingir que somos distintos sólo para ser aceptados
por otras personas.
Ya no necesitamos ser aceptados por otras personas ni que
nos digan lo buenos que somos, porque sabemos lo que somos. Con el poder del
amor que sentimos hacia nosotros mismos, permítenos que disfrutemos de la
imagen que vemos cada vez que nos miramos al espejo.
Permite que una gran
sonrisa se dibuje en nuestro rostro y que realce nuestra belleza interior y
exterior. Ayúdanos a que el amor que sentimos hacia nosotros mismos sea tan
intenso que nos permita disfrutar siempre de nuestra propia presencia. Permítenos amarnos sin juzgarnos, porque cuando
nos juzgamos, cargamos con el peso de la culpa y los reproches, necesitamos
castigarnos y perdemos la perspectiva de tu amor. Fortalece nuestra voluntad
para perdonarnos a nosotros mismos en este momento. Limpia nuestra mente del
veneno emocional y de las recriminaciones a fin de que vivamos en un amor y una
paz completos. Permite que el amor que sentimos hacia nosotros mismos sea el
poder que cambie el sueño de nuestra vida. Con este nuevo poder en nuestro corazón,
el poder del amor por uno mismo, permítenos transformar todas las relaciones
que mantenemos, empezando por la que tenemos con nosotros mismos. Ayúdanos a
estar libres de conflictos con los demás. Permítenos ser felices por compartir
nuestro tiempo con las personas que amamos y perdonarlas por cualquier
injusticia que sintamos en nuestra mente. Ayúdanos a amarnos tanto a nosotros
mismos que perdonemos a cualquier persona que nos haya herido en nuestra vida.
Concédenos el valor para amar a nuestra familia y a nuestros amigos
incondicionalmente y, para cambiar nuestras relaciones de la manera más
positiva y amorosa posible. Ayúdanos a crear nuevos canales de comunicación en
nuestras relaciones a fin de que no se produzca una guerra de control, de que
no exista un vencedor o un perdedor.
Permítenos trabajar unidos, como un
equipo, para el amor, la dicha y la armonía. Permite que las relaciones con
nuestra familia y nuestros amigos se fundamenten en el respeto y la alegría a
fin de que no sintamos la necesidad de decirles qué deben pensar o cómo deben
ser. Permite que nuestra relación romántica sea la relación más maravillosa;
permite que nos sintamos dichosos cada vez que lo compartimos todo con nuestra
pareja. Ayúdanos a aceptar a los demás como son, sin juicios, porque cuando los
rechazamos, nos rechazamos a nosotros mismos, y cuando nos rechazamos a
nosotros mismos, te rechazamos a ti. Hoy es un nuevo comienzo. Ayúdanos a
empezar otra vez nuestra vida con el poder del amor hacia nosotros mismos.
Ayúdanos a disfrutar de la vida, a disfrutar de las relaciones, a explorar la
vida, a arriesgarnos, a estar vivos y a no vivir mas con miedo al amor.
Permítenos abrir nuestro corazón al amor que nos corresponde por derecho de
nacimiento. Ayúdanos a convertirnos en maestros de la Gratitud, de la
Generosidad y del Amor a fin de que seamos capaces de disfrutar de todas tus
creaciones por siempre jamás. Amén.
Sobre el autor
El doctor Miguel Ruiz es un maestro de la escuela tolteca de
tradición mística. Combina su mezcla única de conocimientos en talleres,
conferencias y viajes guiados a Teotihuacán, México. En esta antigua ciudad de
las pirámides, conocida por los toltecas como el lugar en el que «el hombre se
convierte en Dios», el doctor Miguel Ruiz sigue el proceso que los antiguos
profetas trazaron para guiar a los buscadores a través de sus niveles
ascendentes de conciencia.
Si desea recibir más información, puede ponerse en contacto
con:
SIXTH SUN Journeys of the Spirit P O. Box 1846 Carlsbad, CA
92018-1846 1-800-294-3203 Visite nuestra página web en: http://www
miguelruiz.com
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